Partida Rol por web

Aquellos dos fuertes hombres la movieron como si de un saco se tratase y por unos instantes amargos y oscuros recuerdos llegaron a su mente, aunque el mecanismo defensivo que su mente había creado volvía a funcionar por lo que simplemente se dejó arrastrar por el placer, olvidando todo cuanto la rodeaba.

Escuchó las palabras de Zared, asintiendo con la cabeza y sacando su miembro de su boca muy lentamente para sentir como éste se venía entre sus pechos, aunque su lengua saboreó también su semilla mientras sus caderas seguían moviéndose ante las embestidas de Drust. 

Una sensación que jamás había sentido antes explotó desde su sexo, como un terremoto, expandiéndose en olas y sacudiendo cada parte de su cuerpo, interrumpiendo su conciencia por varios gloriosos momentos de éxtasis. No pudo reprimir un fuerte grito de placer que reverberó sobre los mármoles del baño. Se aferró con las uñas a la espalda del guerrero, dejandole marcas y lo rodeó fuertemente con las piernas.

Cuando la sensación se fue desvaneciendo su cuerpo se relajó y se quedó lánguida entre los poderosos brazos del gladiador, preguntándose qué había sido aquello y cómo era posible que nadie le dijera que algo así podía sentirse.

No pudo evitar esbozar una sonrisa de satisfacción y mirar Spurius de manera soñadora.

Sonrío a Zared al ver su expresión de satisfacción girando poco después su rostro hacia Drust, sonriéndole también mientras sentía como él salía de su interior y ella se giraba para posicionarse de forma que el miembro de Drust se adentrase entre sus labios para finalmente notar como su semilla era expulsada en el interior de su boca.

Había preparado previamente su boca y su garganta para poder saborearla sin ahogarse, haciendo que bajase por su garganta para después relamerse mirando directamente a Drust. Afortunadamente él se habría vaciado anteriormente en alguna o algún otro por lo que simplemente dejó que el sabor de ambas semillas fueran desapareciendo poco a poco de su lengua mirando a ambos hombres.

- Deliciosos...

Su voz había sonado lasciva y seductora, aunque ella no había terminado tampoco lo necesitaba realmente, pues últimamente solamente había un hombre que la llevaba al mismísimo éxtasis, casi perdiendo la consciencia por el placer que él le daba. 

Ahora sus ojos fueron a Spurius y a Alina, sonriendo al contemplar el rostro de su hermana para después volver a mirar a ambos hombres.

- Dejémosles que sigan divirtiéndose... Tenemos un baño pendiente y yo necesitaré volver a bañarme... Además, vosotros vinisteis a ello, ¿no? - Dijo mirando a Zared y Drust. 

Alina sintió el cosquilleo placentero del aliento de Spurius sobre su cuello y sonrió satisfecha y feliz, por primera vez desde que había caído en manos de los romanos. 

Miró al guerrero con una expresión entre pícara y vacilante.

—¿Podemos hacer eso de nuevo? 

Miró a Drust y a Zared con calma, tomando antes de salir un poco de agua y lavándose el cuerpo.

- Si, vámonos aunque yo regresaré a las celdas. Tengo responsabilidades que atender, soy la líder de las gladiadoras y debo asegurarme que todo está bien.

Miró en dirección a Alina y a Spurius esbozando una cálida y tierna sonrisa ante aquella hermosa imagen. Quien nos diría que poco después todo terminaría de la forma más trágica posible...

- Spurius, te encargo su bienestar. Después la quiero de vuelta en su celda, sana y salva. Confío en ti.

Le guiñó un ojo al hispano y tras mirar a Drust y a Zared se despidió de ellos para dirigirse a las celdas. 

Alina sintió algo de ansiedad al ver marcharse a Soenya, pero por alguna razón se sentía segura en compañía de Spurius, aunque apenas lo conocía.

Miró al hombre que descansaba a su lado y que le había hecho sentir algo maravilloso, que nunca había sentido antes y que no sabía siquiera si tenía un nombre.

—¿Y...? —apartó la mirada algo tímida, pero ya no tanto como antes—... ¿Puedes ahora?

"Por supuesto. No tienes que pedirlo." dijo el hombre entusiasmado de nuevo acomodandose arriba de ella para volver a empezar.

Asi estuvieron un tiempo disfrutando del cuerpo de ambos, Alina descubriendo mas cosas de lo que habia hecho toda su vida. En especial respecto a los hombres. Ninguno de los dos supieron cuando estuvieron pero tuvieron que pegarse un buen baño luego de ello antes de cada uno seguir con su camino.

Ya las proximas veces que se vieran se darian miradas de complicidad. Con Alina recordando ese placentero encuentro en el baño.