Partida Rol por web

Livia tensa las manos entrelazadas tras la espalda y medita un poco las palabras de Brinda y la pregunta de Cornelia. Sólo había un camino posible con aquella mujer. La verdad.

-Creo que Brinda se encontró con una situación en la que no podía elegir, señora Cornelia.- empieza explicando- Recien llegada al ludus y sin una líder en quien apoyarse y confiar, el desleal Gallio quiso obtener de ella unos ojos y unos oídos dentro de las celdas. La propia Camilia nos instaba, a mi incluida, a que fuerámos fieles y obedientes también con su prometido, no veo traición en Brinda. Creo que sólo le faltó una ayuda de verdad que le permitiera distinguir lo correcto de lo incorrecto.- le dirige una mirada a la africana y asiente con la cabeza.

-Yo estaba realmente impedida para servirle de apoyo en aquel momento, ojalá hubiera sido la líder como debía, ese fue el error que nunca dejará de atormentarme. Cuanto más se de todo lo ocurrido en semanas pasadas, más claro que tengo que no habría pasado de haber estado yo en plenas facultades. Pero mis heridas físicas y emocionales no me permitieron actuar a como se esperaba de mi. Pero creo en la virtud de Brinda y prueba de ello es que ha abrazado la fe en el panteón de Roma. Ahora mismo ella es mi mano derecha en las celdas. Creo que podríais disculparla, señora Cornelia, yo también estuve perdida hasta que os encontré.

-Bien, si Livia responde por ti, eso me basta. No hay término medio conmigo Brinda. Lealtad absoluta es lo único que acepto, por lo demás, puedo ser tolerante y generosa- Hago una señal a Livia para que me ayude a levantarme 

-Quiero conocer al personal, al resto de gladiadores y criados. ¿Quienes son los más hostiles?.. Hablad con franqueza-

Agradezco a Livia con una sonrisa y una inclinación leve antes de centrarme otra vez en la patricia.

Me quedo pensando. Los pocos que hemos quedado se podría decir que somos los más leales hacia el ludus y la familia que lo regenta. Sin embargo de gladiadoras diría que Alina es la única que da muestras de no poder controlarse, incluso parece que quisiera vengarse por los esclavos muertos. Diría que es la única hostil.

Respecto a los esclavos hombre, conozco a Zared y sé que nunca haría nada en contra de Roma, sobre todo porque quiere seguir cerca de mí. Por lo tanto diría que de los dos que quedan es del que puede estar más seguro que su lealtad, lo que no significa que el otro sea hostil. Quizá en estos momentos la única nota discordante sea la de Alina, pero estoy segura de que Livia conseguirá reconducir su actitud.

Ante el gesto de la sacerdotisa, la romana se apresura a levantarse para ofrecer su brazo a Elia y ayudarla a incorporarse y a llegar a donde quisiera.

-Respondo por ella sin dudar, señora Cornelia. Brinda tiene toda mi confianza.- asegura con calma. Luego guarda silencio mientras ambas mujeres hablan y asiente a las palabras de la africana.

-Alina entrará en razón de una manera o de otra. También está Drust, no lo olvides, Brinda. Su resentimiento también es grande, aunque lo disimula mejor o tal vez tiene mayor respeto por la casa después de verse tan cerca de la cruz. Aunque su falta de respeto hacia mi resulta molesta.

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Me incorporó del brazo de Livia. -Alina.. ¿Por qué nadie me escucha? Deberían haber limpiado este lugar.. En las minas siempre hay sitio para otro recalcitrante.. Esta bien. Alina también estaba en la Arena ese día, y supongo que dirá lo mismo. Prometi dirigir una oración a los lares, será esta noche, y quiero que todo el mundo que está bajo su protección esté presente. Te autorizo a portar armas Livia, aunque no podrás tocarme mientras dure el rito. Será una buena manera de ver la cara de todo el mundo-

Se queda un tanto sorprendida por su frase y no puede evitar preguntar.

-¿Teméis algún peligro durante la ceremonia? Trataré de estar armada y preparada, hablaré con Flavius al respecto, de todas formas si mañana os acompaño también tendré que estar preparada. No puedo ir con ropas de esclava siendo escolta de la casa, una potencial amenaza no vendrá semidesnuda como yo ahora.- razona pensativa- Haré que asistan todos los gladiadores, no creo que pongan impedimento, dudo que les queden ganas de buscarme después de lo sucedido con Alina.

Hago una reverencia hacia la patricia. Para mí será un auténtico honor poder ver ese rito en persona. Hasta ahora todas las oraciones y los conocimientos sobre la mitología y el panteón romanos han venido de lo que me ha explicado Livia, pero apenas tengo experiencia práctica. Os lo agradezco.

Una vez dicho eso sigo el intercambio entre ambas frunciendo el ceño. Si existe un peligro contra la casa deberemos estar preparadas. Porque otra como lo que pasó y terminamos todos en los reinos de Plutón.

-Bien.. Los dioses Lares Brinda, son los que traen prosperidad y protegen a los miembros de una casa, sean amos o esclavos.. ¿Siges durmiendo en las celdas Livia? Me queda algo lejos, habrá que arreglarlo y quien es el nuevo Doctore ¿asumes sus funciones? En ese caso que Brinda nos acompañe mañana al Coliseo y esa tal Verina, quiero hablar con ella y con Marcia.. Quiero que alguien vaya al foro y me consiga unas copias de los discursos de Cicerón para Manius..sobre el juicio de Catilina. Ese chico tiene que empezar a leer algo util-

Apoyándome en Livia empiezo a dar instrucciones. Mi presencia en este Ludus va a ser palpable desde hoy. 

El despliegue de órdenes que Elia hacia estuvo cerca de sofocar a la romana pero logra ir desgranando todo aquello en cosas que podía y no podía hacer. 

-Si, eso no ha cambiado, sigo durmiendo allí, si por vuestra protección deseáis otra cosa lo asumiré.- dice dejando claro que no desea abandonar las celdas por su propia seguridad, pero que lo hará para cumplir sus otras funciones si es preciso.

-No no tenemos Doctore y yo sólo asumo el mando en cuánto a la disciplina de los gladiadores y como representante de ellos ante los patricios. No tengo potestad para autorizar que Brinda nos acompañe mañana, pero si es vuestro deseo, hablaré con el domitor para pedirlo. No os puedo prometer nada.- adelanta con franqueza.

-Verina y Marcia tampoco son mi potestad, Verina se encarga de las necesidades de los gladiadores, se que puede ir y venir del ludus con libertad. Veré si se lo puedo pedir.- asiente con la cabeza y prometiéndose a si misma intentar dar respuesta a todos los requerimientos de la sacerdotisa, que eran muchos y muy variados por cierto.

-Creo que en algunos de estos asuntos Flavius requerirá que, si vienen de vuestra parte, seáis vos quién se lo requiera, señora Cornelia, por ejemplo el asunto de Brinda o de que me deje portar armas. Pero haré lo que esté en mi mano para convencerle.

Miro a Livia alzando una ceja. -¿pedirás, hablaras, intentaras? Por Júpiter, llevame hasta Verina, ya hablare yo con Festus, tu solo estate preparada para cuando te avise - 

En cualquier caso, y si me permite el consejo, podría hablar con el pater o con quien corresponda para solicitarle que, si va a tardar un tiempo en conseguir un Doctore, conceda oficialmente a Livia la potestad de actuar como tal en cualquier sentido.

Pero por supuesto esto solo es una reflexión de esclava, de alguien que no termina todavía de comprender sus costumbres. Y por supuesto será un honor acompañarles dónde me indiquen. La verdad es que todavía no he visto Roma, más allá de lo poco que pude ver a través de las pequeñas rejas del carromato en el que llegué.

-Lo haré.- responde a Elia inclinando un poco la cabeza, en referencia a que estará preparada cuando la llame. Lamenta en verdad no poder hacer más- Al menos prepararé a los gladiadores para la ceremonia de esta noche, me aseguraré de que todos acudan con túnicas limpias y sin ánimos de protestar.- luego se fija en el comentario de Brinda y lo piensa un poco, no hay ambición en su expresión, si algo de preocupación.

-Asumiría esa carga si el domitor lo deseara, pero no estoy capacitada ni albergo el saber necesario para llevar un entrenamiento. Aun así, tal vez tengas razón en que eso agilizaría las cosas para poder hacer frente a estas eventualidades. En verdad ya soy responsable de vosotros, sé cual será mi destino ante una rebelión. - su gesto no llega a ensombrecerse pero si adquiere cierta gravedad. Carraspea y continua, sin desear hacer hincapié en este punto.- No veo diferencia entre mi responsabilidad y la que tuvo Duilius en su día, salvo el tema de los entrenamientos.

-Señora Cornelia ¿desea que la ayude a llegar hasta sus aposentos o a cualquier otro lugar? Digo...si no tiene nada más que decirnos.

-Es todo Livia. Asegúrate que todo queda claro para la puesta de sol- Sin más explicaciones abandono la estancia para buscar a Faustus. 

-Lo haré.- dice sin saber si la sacerdotisa ha alcanzado a oír sus palabras. Tampoco es como que se diera por hecho otra cosa.

-Bien, ya no pintamos nada aquí, Brinda, volvamos a las celdas y hablaré con todos.- dijo y le toma el brazo para apretárselo en gesto afectuoso acompañado de una sonrisa- Lo has hecho bien. Vamos.

Reconozco que por un momento me resulta extraño que la patricia no responda a Livia. Al menos hasta que recuerdo nuestra posición. Así pues simplemente me inclino en señal de respeto hacia la sacerdotisa de Mercurio antes de girarme hacia mi compañera.

No puedo evitar una sonrisa cuando reconoce la valía de mis acciones, aunque reconozco que hubo un momento en el que temí por mi cuello. Vamos. Estoy deseando que llegue el momento de esa oración de la que habláis, tengo mucha curiosidad por saber cómo son vuestros rituales.

Pero realmente lo que más ilusión me hace, más incluso que el rezo ese, es la visita al Coliseo. No puedo decir que conozco Roma, porque lo poco que vi a través del ventanuco del carruaje que nos trajo no es conocerla, así que será la primera vez que la vea y tengo muchas ganas de saber cómo es.