El joven siguio con rostro serio, aunque seguias notando unas miradas distraidas mientras hablabas. Pero finalmente se fijo completamente en ti.
"Lo recuerdo, Recuerdo que prometiste protegerme y lo compliste. A pesar de lo que paso en el ludus me encuentro bien y es gracias a ti." dijo rapidamente con un rostro mas alegre. "Yo aceptare tu juramento de nuevo y si quieres ser mi escolta te acepto tambien. Aunque dejare la decicion final en la señorita Cordelia."
Cuando nombraste a Cordelia este sonrio de nuevo contento. "Tambien escuche que podria estar bien. Me alegro mucho y cuando finalmente vuelva sere el primero en ir a encontrarse con ella." comento ansioso de que eso pasara pero dando una mirada a Marcia que le sonrio tranquila.
Livia asiente despacio, se va relajando, parece que el chico sólo está distraído por el riesgo de casi haber sido pillado con la sirvienta. Se le escapa una sonrisa sesgada, divertida, propia de una madre que ha pescado a su hijo haciendo una travesura pero prefiere no decir nada para no avergonzarle. Suspira y, de nuevo, hinca la rodilla en tierra frente a Manius.
-Ante los dioses y los hombres, yo, Livia Octavia Prima, os juro a vos, Manius Atius Donicus, lealtad absoluta, os protegeré con mi vida y derramaré la sangre de aquellos que pretendan causaros mal.- asegura en tono solemne y serio, tranquilo pero decidido. - Y si falto a este juramento, que los dioses me castiguen.
Manius se acomoda, sin dejar de estar sentado pero dandote el frente cuando te aganchas frente a él. Parecio respirar o preparar su voz antes de hablar.
"Yo, Manius Atius Donicus, acepto tu juramente y deseo que los adultos tambien lo hagan. Confio que cumpliras el juramento y que los dioses te premiaran por ello." dice con una voz mas seria, menos infantil tal vez una que practicaba para oirse mayor. Seguro tendria que utilizarla mas ahora que no tenia a su madre.
"Puedes levantarte. Deseas algo mas?" pregunto el joven mirando hacia Marcia y te parecio ver que la mujer le asintio como que habia hecho bien.
Livia se levanta, realmente complacida por sus palabras y la actitud del chico, su gesto es plácido pero sereno, sin atisbo de felicidad, eso estaría fuera de lugar en este momento.
-Si, una cosa más, si se me permite domitor.- dice pidiendo permiso para hablar y preguntando algo a lo que llevaba tiempo dando vueltas- Cuando hace unas noches os acompañé...dijisteis que queríais preguntarme algo. Algo relacionado con vuestra madre o algo que Camilia os había dicho...¿Qué era? Si se me permite saberlo.
"Dilo." dijo rapido dandote el permiso.
Pero cuando le dijiste que era parecio sentirse algo dudoso. "Si. Bueno. Pero necesito que sea en privado." dijo mirando a Marcia. "Podrias esperar a fuera. Solo un momento." le pidio y notaste que ni estaba cerca de sonar como una orden. Lo que iba lejos de lo que se esperaba de la posicion de ambos.
Marcia se retiro sin decir nada. Una vez la puerta se volviera a cerrar y solo quedaras con Manius este te miro con cuidado por un rato. "Yo necesito que me respondas esto con toda la verdad." exigio mirandola serio. "Eras amante de mi madre?" pregunto simplemente.
Livia se queda un poco sorprendida por la pregunta pero su expresión vuelve rápido a la neutralidad serena y tarda unos segundos en empezar a responder, aunque, cuando lo hace, tiene la barbilla alzada y mira a Manius a los ojos.
-La palabra amante implica sentimientos de amor, domitor Manius. -comienza reflexiva y sincera.- Yo no he podido amar a nadie desde la muerte de mi hijo Carlo. Si me preguntáis si amé a vuestra madre, os diré que no. No la amaba, la respetaba, la obedecía. Es tarea del esclavo servir a sus amos en todo cuanto se les exija. ¿Tuve relaciones sexuales con Camilia? Si, las tuve. Hice lo que me pidió, lo que necesitaba hacer para sobrevivir.- su sinceridad y determinación son arrolladoras, está dispuesta a decir la verdad hasta sus últimas consecuencias- Los esclavos cumplimos órdenes y caprichos, tal es nuestra posición y aunque unas tareas son más agradables que otras, no hay lugar a negarnos a nada que se nos encomiende. ¿He respondido a tu pregunta?
Ya las primeras palabras de Livia parecieron no agradarles. "Entonces vos solo cumpliste la orden de mi madre cuando lo hicieron. No fue mas que eso?" pregunto insistiendo en ese punto.
"Pero pensandolo asi no puedo tener sinceridad de los esclavos. Incluso Marcia podria estar cumpliendo con cuidarme y en realidad solo lo hace por orden y no porque me quiere." comento yendo por otro lado en su cabeza y lo viste que se altero un poco. Incluso levantndose. "Que hay de tu juramento? sirve o el pater de esta casa puede romperlo con una orden?!" pregunto con su voz mas alta y mirandola con enojo. Algunas de las cosas que habias dicho no habian entrado bien en el joven y le habian dolido tal vez.
La romana aguanta el enfado del joven y su actitud pasa de serena a comprensiva, eran muy buenas preguntas y Livia no sabía si iba a poder contestarlas pero tenía que intentarlo.
-Joven amo...le voy a hablar con franqueza, tanto si le gusta como si no. Y para hacerlo no le voy a hablar como una esclava de su casa, sino como una madre.- no está pidiendo permiso, seguramente se estaba ganando un buen castigo pero algo tenía que hacer.
Livia se adelanta y pone sus manos en los hombros de Manius, con firmeza pero sin retenerle, tan solo para captar su atención:
-Cuando llegué a este lugar, Camilia fue la primera en tratarme como a una romana. Una romana que había de servirla, si. Pero una romana agradecida de que no la echaran al mismo saco que bárbaros y delincuentes. Tu madre entendió que mi único pecado fue no proteger la vida de mi hijo. - le explica suspirando con calma- Y por eso le estuve siempre agradecida, la humanidad y la cercanía que me mostró hizo que mi fe en ella fuera inquebrantable. Y, como te he dicho...unas tareas son más agradables que otras. -sonríe con cierta picardía para suavizar su tono- Yacer con tu madre fue una muestra de lealtad y afecto, que yo estaba obligada a realizar, pero ella sabe, allá donde su alma se halle y yo sé, que ambas gozamos de aquel momento. Y eso es algo que ni los dioses ni los hombres me pueden arrebatar. Camilia era una mujer espléndida que sacaba lo mejor de cada uno. De mi sacó la lealtad que ahora te entrego. Si, he jurado lealtad a su abuelo, era la única manera de poder llegar hasta ti. Porque los dioses me han encomendado tu protección. Y el juramento que le he hecho a ellos vale más que cualquier palabra dada a los hombres. Aunque me lleve a una cruz.
Por el momento, la romana no comenta nada sobre Marcia, ha captado perfectamente las tribulaciones tras el disgusto del chico y no es el momento quizás de ahondar en ellas.
Viste que la cara de Manius se agrieto un poco cuando dijiste madre, no estando preparado para ello y alejando sus hombros luego que le tocaras. Algo agresivo.
Pero cuando empezaste hablar mejor de su madre, de lo que habia hecho por ti y la lealtad que se habia ganado en ti lo viste mas tranquilo. Mas dispuesto a escuchar lo que decia Livia.
"Ya me parecia. Sabia que mi madre te habia tratado bien y por eso tambien confie en ti cuando me prometiste defenza antes. Mi madre te vio con mucha estima y tal vez por ello pudiste haberte convertido en su amante con el tiempo." comento el joven como si fuera un deseo que habia tenido para el futuro, uno donde su madre habria estado viva.
Con tu confesion final acerca de tu juramento te vio con mas seriedad. "Entiendo. No se lo dire a mi abuelo, no te deseo la cruz." comento ya mas tranquilo. "La verdad no deseo ver muerte por unos dias. Menos de mujeres." expreso por lo bajo. Quedandose ahi como esperando si querias decir algo mas.
-Gracias Manius.- dice sonriendo aliviada tras su última respuesta pero en general estaba feliz de haber reconducido la situación para calmar al chico y asegurar su lealtad para con él. Se aparta respetuosamente de él volviendo a "tomar" una posición humilde ante él y asiente con la cabeza.
-Ojala no tengamos que ver más muerte indigna, domitor Manius, nuestro destino es luchar en la arena, no contra los amos. No contra Roma sino para mayor gloria del imperio. Espero que pronto tengamos la oportunidad de lavar con sangre y arena el nombre de este ludus.- desea sinceramente inclinando la cabeza.
-Ahora si me lo permitís, me gustaría retirarme.
Manius simplemente asintio al sentimiento de Livia, sonriendo un poco. "Espero que puedas sobrevivir, ya que mi abuelo no tardara en encontrar eventos para que peleen. Ahi tendran la oportunidad de que lo que paso antes se olvide." comento como era de esperarse contando en decirlo.
"Puedes retirarte Livia. Suerte con el entrenamiento." dijo dandole el permiso. Tras eso cuando la mujer se retirara vio a Marcia esperando un poco antes de entrar de nuevo. Tal vez tendrian una charla ahi mismo y no volverian a lo que hacian. Pero eso livia no lo sabria, con un guardia vigilandola de cerca no pudo mas que volver a su celda. Las cuales ahora eran todas las celdas ya sea de hombres o mujeres, eso si se notaba el vacio del lugar.
Aun cuando volvio a rezar a su templo hecho por ella.
Escena terminada.