Partida Rol por web

Mi señor había llegado a poseer un extraño artefacto, traído directamente del Reino de la Muerte. No sé cual es su función, ni su nombre. Solo que lo guardaba con celo en algún lugar que incluso a mí no me confió. El semblante del hombre mira al suelo, perdido en sus recuerdos. Era mi amigo, ¿Sabéis? muchos creen que los Elfos Oscuros son monstruos sin alma, y que no se puede confiar en ellos. Que carecen de conciencia. Pero él era mi amigo. Aun con todas nuestras diferencias.

Después retomó su relato. Algunos viandantes pararon a socorrerle...o simplemente a mirar. Los jueces escucharon nuestro relato, pero los norteños también tienen hechiceros entre sus filas, si es que este lo era. Estamos condenados.

Tras esperar unos instantes que se le hicieron eternos Ricardo se dio cuenta que el Ejecutor no se movería de ahí.

Mierda. ¿Y ahora qué hago?. No puedo quedarme aquí, Anat debe estar en problemas, y si no los tendrá en cuanto suba. Mmmmm. Esto es una casa de un noble. Talvez tenga alguna forma de bajar desde alguna de las habitaciones. Total si esto estaba oculto en una quizás haya pasadizos secretos en otras.

Con muchisimo cuidado de no hacer ruido el norteño entró en otra de las habitaciones, la que menos angulo de visión de ella tenía el ejecutor.

Ricardo se deslizó con suavidad hasta la primer habitación del ala derecha, a lo que parecía un pequeño salón, para entretener visitas más privadas. Varios sofás, con cómodos cojines, formaban un círculo para unas 15 personas, mientras las paredes contenían varios cuadros de edificios y puertos de todos los Reinos, incluídas las pobres construcciones Orcas. Al fondo de la estancia, una chimenea tenía un cordón plateado colgado, que llegaba hasta internarse en el techo.

Vaya con la majestuosidad elfa, demasiado opulente para mi gusto.

Mientras evaluaba la habitación Ricardo se fijó en la chimenea.

Mmmm, si fuese lo suficientemente grande quizas tenga tiro hacia abajo. Mejor le echo un vistazo.

Con cuidado a pesar de estar en una sala amplia, y siempre haciendo el menor ruido posible, el norteño se acercó a la chimenea con intención de examinarla.

La chimenea subía hacia el cielo abovedado de la ciudad. no era una de las que llegaban hasta el domo, sino que parecía desviarse hacia el norte, posiblemente para unirse a un canal de humos mayor.

Mierda, mi gozo en un pozo. Habrá que seguir buscando.

Con una mueco de fastidio Ricardo sale de la habitación y, siempre con mucho cuidado, examina la siguiente a ver si tiene más suerte.

Ricardo se movió a la siguiente habitación, la segunda del ala Derecha. En ella, un cómodo aseo disponía de todo lo necesario. Un lavabo para lavarse las manos con agua traída por los sirvientes, una enorme bañera de cobre para lavarse y un practico asiento con un agujero hasta las letrinas. Toallas colgadas de hierros para secarse, jabones y perfumes decoraban las paredes.

Extrañado, Ricardo cierra la puerta y se dirije a la siguiente habitación.

Desde luego, lo que a estos elfos oscuros no se les ocurra.

La leve sonrisa se me dibujó en el rostro... Sí.. yo sabía que no todos los elfos eran iguales.. yo veía la esperanza en aquel pueblo... yo era hermana de una elfa oscura... Oscura de piel quizá.. pero ya no de corazón...

Te creo... y se muy bien que dices verdad... asentía suave con la cabeza, con el recuerdo de mi hermana en el pecho y las pupilas... incluso en esta tierra de mal hay almas y corazones que brillan... y es una gran pérdida que la de tu amo se haya extinguido...

Con dos dedos extraje la pequeña nota que hacía tan solo un momento había guardado... Decidme... os suenan de algo estos símbolos?... El dorado de la mirada recorrió también interesado aquellas figuras... Alguien de mi raza me dijo que algo había de ocurrir aquí esta noche... no sabía más.. y solo fue enviado para recordar y narrar lo que aquí aconteciera...
Así qué... por qué están aquí los ejecutores?... Que han de vigilar en la casa de un alto elfo ya muerto?.. No comprendo su presencia aquí... ni su amenaza... a no ser... que supieran de ese artefacto... y lo busquen...

La última habitación del ala derecha es una gran biblioteca, con un cómodo sofá de tono azul oscuro situado en medio con un reposa pies. La biblioteca tiene dos plantas, la segunda cubriendo solo la mitad que la inferior. Una escalera, retorcida sobre sí misma como en una torre, saba acceso a los tomos del piso superior. Los libros llegaban hasta el techo, y las paredes que no tenían estanterías estaban cubiertas de lienzos de grandiosos edificios.

Junto al sofá, otro cordón de terciopelo subía hasta el techo.

Mi señor... era muy aficionado a los acertijos y las construcciones. Para él, el ayor placer era crear, edificar, gestionar. Hacer de su Reino algo mejor. Parece una de sus claves o sus contraseñas. Pero no sé de que mecanismo, o su significado.

Mierda, tampoco hay nada que me sirva. Al final voy a tener que bajar por delante del Ejecutor, ya verás.

Ricardo estaba cada vez más impaciente, y eso no era bueno. Necesitava conservar la calma o no podría ayudar a Anat. Con cuidado volvió a salir al pasillo y se dirigió al ala izquierda.

Vamos sólo necesito algo que me ayude a bajar a la primera planta. Venga

Y entonces, el sonido de cristales rotos y madera destrozada resonó por toda la mansión.

Desde su escondrijo en el piso superior, Ricardo pudo ver como el devastador que se encontraba custodiando el balcón levantaba la cabeza, como si oliese algo... solo para darse la vuelta y ver como otro Devastador atravesaba el portón de entrada, directamente hacia él.

Aquello era una pesadilla.

Desde el portón, un hombre encapuchado entraba en la sala, con un báculo que emitía enormes chispazos de pura energía. Miraba hacia los lados. Los Devastadores se reagruparían pronto, y se le veía con prisa. Se encaminó hacia las escaleras que le llevaban al primer piso.

Debéis iros de prisa. El hombre garabatea unas letras. Esta es la dirección en la que será la próxima reunión de los Constructores. Tal vez ellos sepan cual es el sentido del orbe. Iros, ¡ahora!. Nuestra ausencia sería notada. ¡Corred! Si algo está enfrentandose a los Devastadores, su poder debe ser inconcebible.

Joooder. Eramos poco y parió la abuela. ¿Quien demonios es ese?

Ricardo observó nervioso el pasillo, buscando alguna posible salida. No veía ninguna.

Entonces Ricardo se queda en el pasillo sin entrar en ninguna habitación...
Ten en cuenta que las barancillas tienen huecos entre ellas (pequeñas columnas de madera, que sistienen la baranda), no son completamente macizas.

Necesito saber donde te posicionas exactamente, por aquello de la dificultad de ocultarse.

Cuando Deseo y Parnassus llegaron a la Residencia del antiguo administrador de la ciudad, quedaron sorprendidos. La residencia, austera para los estándares elfos Oscuros, o al menos sin resultar tan estridente, tenía la puerta destrozada, como si hubiesen lanzado algo muy pesado contra ella. Dentro, antinaturales luces se despedían opr las ventanas.

Deseo nota que, oculto desde en un cercano callejón, un joven, Hakhim por sus rasgos, observa fascinado la escena. Desde su posición puede ver el interior de la mansión... desde una seguridad relativa.