- Pero esas son patrañas, es gente leal a Roma y al Emperador sin lugar a dudas. ¿De dónde sacan eso? - en el mismo tono bajo.-
"En el senado. Donde sino consigo rumores de algun senador?" pregunto aunque en verdad de los senadores siempre habian rumores en bares y casas de placer.
"De cualquier forma si usted no los considera culpables de traicion entonces nos preocuparemos menos de los rumores. Aunque nos gustaria estar seguros y usted con tu cercania podria garantizarnoslo." dijo el hombre pareciendo a punto de pedirte algo que quedaba mas claro.
- Claro, Decius, sin embargo seguiré investigando, ya que, Roma, el Emperador y el Imperio son lo más importante. Como quien dice, nunca está de más despejar completamente la duda y más en temas de tanta trascendencia. ¿Algún otro rumor interesante, por más inverosímil que sea? - con ganas de chismosear, relamiéndose.-
"Totalmente de acuerdo y por eso espero que cumpla con este favor que le pido. Los dioses quieran que haya una paz duradera con este emperador." comento el hombre pareciendo mas tranquilo.
El hombre se quedo pensando luego de la pregunta y asintio. "Si, escuche que el emperador tiene un anuncio muy importante para los proximos juegos del coliseo. Segun lo que se ve se lo vio muy contento y emocionado con este anuncio." respondio sin tener problema en chismosear un poco. "Hay quienes dicen que presentara una esposa mientras otros dicen que habra una nueva posible conquista en el oriente o en norte."
- ¡Que los Dioses le den larga vida y gloria! ¡Salud por el Emperador! - visiblemente emocionado.-
Se lo podía observar genuinamente feliz, gozando el momento como un niño.
Decius brindo junto a su compañero y Cassia. "Larga vida al emperador." brindaron.
Decime si seguimos, si vas a comentar algo de lo de cassia que te dijieron antes. Sino terminamos.
- ¡Larga vida al Emperador y a Roma!
En privado más tarde hablo con ella expresándole mi descontento con ambos hombres y que no he dicho nada porque quizás sean espías de alguien más.
Tras despedirte de ellos, quedaste con cassia y ella suspiro mientras afirmaba.
"Tal vez lo sean y eso me preocupa. Pero por otro lado crees que los demas romanos tengan una opinion distinta de tu propuesta?" pregunto centrandose en un principio en lo suyo pero parecio pensarlo mejor.
"Que haremos con esos hombres? Sean espias o no." pregunto ya en un tema mas de la casa.
Cuando quedan solos le sonríe muy triste, como mostrando su desilusión. Luego se acerca para susurrarle al oído.
- Cassia, mi madrina, nodriza, todo - abrazándole con cariño y dándole un beso en la frente.- Vivimos atrapados entre dos mundos, ninguno mejor que el otro aunque diferentes. En tu mundo tristemente yo sería el enemigo y en mi mundo tristemente tú la mía si no fueses una romana más, solo por ser diferente. ¿Es racional eso? ¿Piel, cabellos e idioma definen la valía de alguien? ¿Por qué no podemos vivir todos en paz, juntos y felices sin importar el origen, tal como vivimos en nuestra casa? Mi deseo es ese, que reine la paz y que las mujeres no sean muebles ni los hijos posesión de sus padres. ¿Estoy loco, acaso, Cassia? ¿Me comprendes? ¿Qué piensas al respecto? - hundiendo su frente en el hombro derecho de la mujer.-
Cassia le devuelve el abrazo y lo acepta cuando se hunden en el hombro de ella, acariciando su espalda y cuello con cariño.
"No se si es racional, pero es lo que mucha gente piensa. Yo he tenido una suerte enorme de estar contigo hijo. En otra casa como dices habrias sido mi enemigo o un romano maltratador mas. Por suerte siempre fuiste bueno conmigo." dice con una dulce vos.
"Claro que te comprendo. La verdad que lo que dices es muy bonito, no sabes lo que me gustaria hacer realidad ese sueño tuyo. Volver este mundo menos cruel en especial para las mujeres." comento ella. "Pero los demas romanos no lo dejaran..."
Unas lágrimas de amargura rodaron a través del rostro de Mario, tristemente sabía que poco o nada podría hacer para cambiar la mentalidad de sus compatriotas. Era algo que requeriría de demasiado tiempo y de un proceso de concienciación social que atentaba contra las bases del Imperio, aunque no así de los que habían soñado con la República y la hicieron realidad. Julio César destruyó todo lo sagrado para Roma.
Con ese triste pensamiento te quedaste abrazado a la mujer que fue practicamente tu madre. Tranquilizandote de a poco mientras empezaba a tareadar una de las canciones quede chico siempre te gusto y te ayudaba a dormir. Con eso la noche paso con calma.
Escena terminada.