"Sin duda no lo haras." responde con una sonrisa. "Pero tampoco puedes rechazar los regalos del Pater."
La mujer escucho y asintio quedandose con ella apoyandose cjunto a ella con cuidado de tocar tu herida. "Me quedare, te decia sobre la medicina luego." comento simplemente mientras se dejaba acariciar cerrando sus ojos.
Con los jos cerrados siguio escuchando dejando que su rostro mostrara algo de felicidad, aunque tambien tristeza por lo que contabas. "Lo comprendo, tienes que mostrarte muy fuerte ahi afuera. Yo tambien tengo que hacerlo, aunque no como vos estoy segura." dijo la mujer volviendo a abrir sus ojos verdes fijos en ella. "Trata de no ganarte enemigas o enemigos Livia. Ya se que eso es dificil en tu posicion y por ser mujer pero manten amigas. Dentro y fuera de las celdas." le aconsejo. "Conmigo no seras mi amiga, pero si una amante que te tendra tranquila siempre que pueda." proclamo con una sonrisa tranquila.
-Oh...¿no eres mi amiga? Vaya... que decepción- dice Livia con un fingido tono dramático llevándose una mano al pecho como si le acabaran de asestar una puñalada. Luego se ríe y planta un beso grande en los labios de la pelirroja, algo largo y disfrutando de su textura unos largos segundos.
-No, no rechazaré los regalos del pater...eso sería ofenderle, sé como funciona esto. Igual que lo de los enemigos...es algo que no podré evitar Verina...ya sabes que muchos me odiaron ni bien puse un pie aquí. Desde que he sido esclava he sufrido abusos por parte de esclavos extranjeros simplemente porque podian vengarse en mi por todo lo que roma les había arrebatado. Nunca he sido como ellos. Ellos lo saben. No se puede fingir, a la hora de la verdad si tienen que elegir entre alguien de los suyos y yo...verán a un hermano en aquel que es extranjero y a una romana enemiga en mi. La elección está clara.- se encoge de hombros mientras sigue recostada de lado acariciando el rostro de Verina- Tendré cuidado. Dentro y fuera de las celdas. Te lo prometo. Tu vigila mi espalda cuanto puedas, como nos prometimos cuando nos conocimos.
La mujer te mira con una falsa cara de fastidio, que se nota pero luego sonrie divertida cuando te ries. Tomano tu beso y disfrutandolo mientras te lo hace disfrutar a ti.
Suspiro mientras te escuchaba decir esas palabras que no podia negar, que sentia como que tenias razon en esa suposicion. "Ser una romana te tra desventajas y justo aqui en roma. Que mal chiste." comento solo la mujer que volvio a acariciarte con cuidado. "Aunque no eres la unica, habia un romano tambien en las celdas segun me entere. Ademas al parecer no formo parte de la rebelion." comento rapido buscando alguna clase de buena noticia en la situacion actual.
"Cuidare tu espalda. No te preocupes de eso, si averiguo algo importante te informare. Ya de por si podre verlas mas seguido." expresa dejandote claro que de apoco todo va volviendo a cierta normalidad. Aunque como estuviste inconciente no sufriste esos dias de soledad.
Vamos cerrando me parece. Ultimo post el tuyo.
-Confío en ti...venga, quédate...durmamos un poco, seguro que me despierto dentro de un rato y volveremos a nuestros lugares...pero hace...demasiado tiempo que no duermo acompañada. Tal vez puedas mantener lejos mis pesadillas.- le pide abrazándola con una mano y abriendo la cama con la otra, suavemente para intentar acabar ambas metidas bajo las sábanas- Sólo un par de horas...-susurra besándola en los labios, en las mejillas, en el cuello. No estaba buscando hacerla arder de nuevo, los dioses sabían que Livia tenía un dolor lacerante en el vientre que la impedía continuar, pero eran muestras de afecto y también un poco de manipulación para convencerla.