Partida Rol por web

El primero en presentarse fue el hombre blanco con un rostro neutro, haciendo una leve inclinacion a la Domina y al Doctore.

"Mi nombre es Horatius, vengo de Capua. Fui un soldado del ejercito Romano, luchando en muchas de sus guerras. Pero no pude adaptarme a la vida rutinaria por lo que decidi convertime en gladiador por trabajo. Ya tengo mi marca y deseo luchar para mostrar la gloria de su ludus mi domina." decia el hombre de una forma bastante correcta aunque tal vez demasiado se notaba que habia sido un soldado romano.

El siguiente fue el moreno que se inclino de forma parecida a Brinda.

"Mi nombre es Zared, Namibia. Fui un cazador y uno de los guerreros encargado de defender mi tribu de los egipcios." comento simplemente inclinandose una vez mas antes de permanecer en silencio.

Es decir, que a los romanos les ha gustado ver a mujeres semidesnudas luchando por su vida en la arena. Me pregunto por qué será comento en un tono un poco cínico, aunque pronto me doy cuenta de donde estoy y agacho la cabeza. Muchas gracias por responderme, domina.

Luego escucho las presentaciones de los dos que quedaban y niego un poco cuando habla Zared. Sé que lo que ha dicho, explicar quién era, ya es un logro para él. Pero no es que el segura de cómo se tomarán la escasez de palabras de mi amigo.

Aunque me resulta curioso lo del otro tipo. Por una parte te hace preguntarte si realmente sirve conseguir la libertad. Pero por otra parte, si la consigues puedes convertirte en una doctore y no tener que recurrir a volver a pelear. Son cosas a meditar, porque si no te consigues trabajo en un ludus... ¿cómo te ganarías la vida? Y no creo que haya trabajo para todos. O quizás sí, quizá no sea normal que un gladiador consiga tantos triunfos como para ganar su libertad.

Le daban igual los otros hombres. Se supone que si luchaba, sería contra estas chicas, y no sabía nada de ellas. Bueno, sus nombres y de donde eran. Pero eso decía poco. Todos son tribus que cazan y luchan, todos son pueblos sometidos a Roma y a sus designios.

Vamos ... a sus caprichos.

Después de haber escuchado a las dos mujeres y a los hombres que estaban allí con ella, Alina miró al hombretón llamado Druilius con gesto de confusión.

—Yo no entender bien. ¿Nosotras pelear en guerra desnudas? —señaló a los dos hombres casi desnudos junto a ella—. ¿No haber más hombres que estos para ir guerra? ¿No tener armaduras?

-Un autodidacta en el Ludus, es bueno ver el entusiasmo para la lucha, los demás me honra escuchar sus nombres, velar por su victoria en la arena será mi trabajo-

Las preguntas de Alina le descoloca un poco,pero nada más dudas en encontrar una diferencia real entre la arena y los campos de batalla reales.

No son guerras, son contiendas uno contra uno o en equipos, luchas por honor y gloria para el ludus y nuestra...

Luego sonrió a todos.

-Lo único que un guerrero necesita cómo armadura es su propia piel, en cuanto al equipo, se les será otorgado después de que ganen su marca, ¿Domina? Tiene algo qie agregar?

Pregunta cortesmente a la mujer.

La domina parecia complicidatras escuchar todo, como al Doctore le llamo la atension las palabras de la peliroja, pero tambien la educacion de quien no esperaba (brinda) y por ultimo la hispana. "No mucho. Solo que creo que la hispana ya esta marcada si no me equivoco aunque no lo haya dicho." comento ella aunque antes de que Duilius hiciera eso miro a los soldados.

"Liberenlas de las cadenas, que caminen libres." comento con cierta diversion, cosa que los guardias hicieron sin palabras. "Bienvenidas al Ludus Donicus, Me llamo Camilia Belena Donicus, aunque ustedes me llamaran Domina." se presento finalmente a todos los presentes.

"Doctore te las dejo. Cuidalas, avisa a Verina si necesitan algo como mejor ropa o un baño, luego hazles conocer a las demas. Mañana entrenaran bajo tu mando." dijo ella pareciendo concluir la reunion y mirando a todas, dando un simple saludo con la mano antes de retirarse.

Entonces quedaron ahi todas con los solados y algunos sirvientes, entre ellos Verina aunque solo el Doctore sabia quien era ella.

- Ikateria tiene nombre. Y tambièn tiene marca porque como guardia se la ganó al demostrar lealtad. Acercó las manos para que se las pudieran "airear" de este abrigo que era de metal y poder moverse de verdad. - He guardado hijos de Domina, he protegido Dómina y he sangrado por ... Dejó de hablar como si le hubieran dado un pisotón. Ella misma cortó su orgullo. Inspiró profundo por la nariz, mientras miraba al Doctore y esperaba poder tener el placer de escuchar un hombre. Había que ver que era capaz de enseñarles.

- Seguro que ahora nos hará medirnos en el foso, a ver como "araña" cada "serpiente". Pues esta gata no quiere rugir, sino morder. 

Gracias por su recibimiento y sus palabras, Domina digo antes de que se aleje mientras termino de quitarme las cadenas que han abierto los guardias.

Luego miro al doctore y a mis compañeras y compañeros en este inicio de una nueva vida. Creo que para todos el viaje ha sido duro. Quizá una ducha estaría bien, si ello es posible.

Inclinó la cabeza ante la domina de forma respetuosa, ccontemplaba a las mujeres con cierta cautela, escuchando lo que salia de sus bocas, ya habría tiempo de indagar con las experiencias.

Siganme por aquí, determinaré vuestras habilidades y asignaré lo que corresponda a cada una-

Se adelantó para guiar a los cinco, estaba deceoso de estudiar a los nuevos y ver de que son capaces, o si son pura habladuria.

No había razón para estar más tiempo allí, así que siguiendo al doctore, al pasarle por el lado, se presentó ante ella mostrando las cadenas. - Se un hombre y ten el valor de que mis manos no estén presas por este frio metal. Pero no confiaba en que lo hiciera. Dependiendo de la autoridad, se habría ganado el respeto de la hispana, según hiciera o no.

- ¿Eres una marioneta con músculo, o un hombre con cerebro?.

Dicho eso el Doctore las llevo a todas hacia las celdas para que no solo conocieran a quienes estaban sino que se prepararan para lo que seria su nueva vida. Pronto las reclamarian para otras cosas mientras el Doctore planeaba que harian ese primer dia.

Cuando la domina se marcha, me froto un poco las muñecas. No es fácil llevar cadenas.

Miro directamente a Zared e intento caminar a su lado, a menos que el doctore no nos deje. Pues aquí empieza nuestra andadura para retomar nuestra libertad le digo con una leve sonrisa, mirando adelante con curiosidad.

Una muestra de la indomable actitud de la hispana fue mostrada cuándo el pasó a su lado, de verdad mostraba tener fiereza a la hora de enfrentar a la autoridad, admiraba ese coraje.

Pero parecia ser bastante tonta, pues ya había sido liberada de las cadenas por orden de la domina, lo que lo deja con la segunda pregunta.

-Mantente cerca para decubrirlo -

Respondió de forma automática a la mujer, ya acostumbrado a esa clase de descalificación.

Le espetó, cuando el Doctore la ignoró:

- Si no tienes ojos en la cara me creería que no has visto que tienes algo que hacer.

Sacudió sus manos otra vez y tintinearon los eslabones de sus muñecas.

El tomó sus muñecas, viendo que los guardias se tardaban en abrir las cadenas de las otras mujeres, con las llaves en la mano.

Comportad Hispana-

Y habilmente le sacó las cadenas de la mano, para que finalmente dejara de molestarle.

Con un gesto amable de la cabeza, le agradeció la liveración.

Se sorprendió a si misma, con el gesto amable hacia un hombre. No tardó en reñirse a si misma, y por eso, recobrar su ceño brusco de siempre. - Que mierda haces loca, agradeciéndole a un hombre.

Pero ese hombre había dado un paso para ganarse su confianza ... aunque fuera, tal vez, porque ella misma, había bajado la guardoa.

Finalmente con todo hecho, los esclavos y el Doctore se retiraron del lugar. Dejando que el salon para dirigirse a las celdas, las cuales serian su hogar de ahora en mas.