Al llegar a la habitación, captas parte de las conversaciones que se están dando lugar en ella.
¿qué dices chalado? - le espeta Nero a Cedric en un tono molesto - yo no pedí nada en ese sentido, solamente me esta entrenando el Dios de los mares vikingo - su mandíbula se tensó - he estado en la mar varios días, se habrá realizado otro torneo, porque yo, repito, no pedí nada en ese sentido.
Pero un momento después, su expresión cambia. Como si acabase de recordar algo.
yo... - empezó mientras ordenaba su mente - alguien pidió información, si, algo que pudiera ayudar a ser capaces de enfrentarnos a las sombras - hizo una breve pausa, frunciendo la boca siguiendo en su titánico esfuerzo de recordar - Idris y Heske fueron los que pidieron hacernos más fuertes, pero... - no se atrevió a acusar a Odin - el padredetodos debió tomar su iniciativa propia, para... traer aquí a tu tía, quien es muy fuerte de mente, y... eso... realmente, era un deseo de todos, querer combatirlos, y nuestros padres parecen estar ajenos y ausentes a todo - alzó una ceja en señal de sorpresa por su propia argumentación- Odin ya debe saber todo esto, pero enfrentarnos a él no es ninguna opción - sentenció.
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—Me parece que han interpretado justo lo mencionado. Al decir que queríamos entrenarnos, que queríamos derrotar a las sombras que jugaron con nuestras mentes, han tomado por lógico que debían traer a quien puede ayudarnos con ello al no tener la capacidad de hacerlo los mismos nórdicos. Lamentablemente, Eufrósine ha sido atrapada y traída a Asgard para cumplir con ese deseo de poder mejorar nuestras defensas contra los trucos de las sombras. Como dice Nero, es culpa de todos los que estuvimos allí, comiendo con el Padre de Todos y hablamos sobre nuestros planes de mejorar para luchar contra lo que nos caza. No vale de nada, pero te pido perdón por ello. Lamento que hayan atrapado a Eufrósine por nuestras palabras.
El noruego apretó los labios y observó a Héfiro.
—De todas formas, amigo, tu tía será libre. No importa lo que haya que hacer para liberarla. Siento mucho que la hayan atrapado por los comentarios que dijimos, y voy a dar todo lo necesario para que vuelva a su hogar. Hablaré con el mismo Odín para solucionar este malentendido.
Parece avergonzado.
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Vamos digo resumiendo, que si no tengo la información que me pides secuestro a alguien que la tenga. Ese es el resumen.
Me vuelvo hacia Héfiro y apoyo suavemente mi mano en su hombro. Como verás se trata simplemente de una cadena de errores combinados con el carácter de los dioses nórdicos. Y estamos en su casa, así que deberíamos acatar sus normas.
Así pues existen dos opciones, si descartamos un ataque frontal que solo llevaría a tu expulsión o muerte. Las opciones son enfrentarte al "dueño" de tu tía, aquel que reclama su posesión; o enfrentarte a la arena. Te cuidas una cosa o la otra, puedes contar conmigo.
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- Vaaaya. Pues menudo lío.
Especialmente sin armas lo bastante poderosas como para hacer frente a un duelo así.
¿Habrá algún modo de mejorarlas? - Mira a Héfiro
- Aaahhh... - Intenta decir algo, pero la impresión de escuchar ¡Y hasta entender! tantas voces al mismo tiempo hablando en griego lo estaba empezando a poner nervioso - Yo no... ellos siempre... siempre lo han hecho así.
La... - Le cuesta encontrar una palabra adecuada - gloria de la conquista. Los trofeos los alimentan. Eso es ellos. La violencia. La victoria es honorable. Si ganas en batalla, eres honorable. Y ellos ganan mucho. Así se llaman honorables. Porque ganan bien. Según sus reglas.
Yo también quiero... regresar a mi tierra. - Se lleva una mano a los ojos, ocultándolos por un momento, y gira la cabeza hacia la dirección por la que ha llegado Brynja - Está cerca. La chica de ojo blanco.
Pero tengo miedo. ¿Y si no quiere hablar conmigo? - Mira a Cedric. Su respiración es ligera, tomando superficialmente aire desde las costillas mientras mantiene el estómago contraído de la tensión.
¿Es qué nunca escuchan?
Iba a contestar al hijo de los mares griegos, cuando parece que al fin se da cuenta de que realmente sí que era cosa suya. La explicación por parte del nórdico suena a triste defensa y definitivamente todo se resume a lo dicho por la chica del azor.
- Básicamente lo que dice ella. En cuanto una forma de derrotar a un dios... quizás se podría hacer algo pero primero harían falta muchos preparativos.- añado a lo dicho por la otra nórdica notando el peso que llevaba a mi espalda y sin embargo cuando Afragu habla y hace un gesto al lugar por el que habían venido el chico cocodrilo y la peliazul.- Esa no era la cervatilla que se clavo una flecha para encantarse a sí misma. ¿Como se llamaba?- pregunto al resto de semidioses antes de intentar animar al africano.- Y si quiere hablar y por no ir no lo sabes. Hay que intentarlo y si no sale bien tocará ser pesados, puede que cuando acaben sus problemas alguno de ellos pueda ayudarte. Pero vamos es tu primera pista en décadas sobre tus orígenes, ¿y vas a dejar que un poco de timidez lo tire por tierra?
Entro con un plato de comida, pero según me dijo, llevo poca de ella. Lastima. Espero que me lo compense con algo rico, grande y exótico. ¡Un hipopótamo! Aunque me extrañaría.
-¿Daniya?- digo cuando Cedric se refiere a alguien cuando señala la habitación.- ¿Por qué? ¿Que pasa con ella?- Dejo la bandeja en algún sitio estable y me acerco extrañada, poniendo las manos en las caderas.- ¿Alguien me puede explicar lo que pasa? No, en serio. No tengo ni idea y se me da fatal jugar al Pictionary, pero me da que es algo que interesa.
Así me meto en el ajo con este mini post XD
—Nunca es tarde para cambiar las cosas, gente —respondió a la conversación —. Primero hay que comprobar todas las opciones y no pensar en que solo hay la de pelear contra un dios, o pelear en la arena, o pelear contra nosotros o pelear contra el mundo. Que una pelea es cojonuda, pero no es la solución a todo. Si no queda otra, en caso de no funcionar las demás cosas, vale, pues se pelea.
El nombre de Daniya en la boca de Brynja, junto a las dudas que la de pelo turquesa preguntaba, merecían ser contestadas. Era horrible llegar en medio de una charla y conocer la mitad o nada de lo que iba dicha charla.
—El colega de ahí —dirigió la vista a Afragu —quiere hablar con Daniya, aunque no sabe si ella querrá hacerlo con él. Mi recomendación, amigo, es que lo hagas sin miedo. La única forma de saber algo es lo que acabo de decir, comprobándolo, y no de ninguna otra forma. Dani es muy maja y no te negará la palabra, colega. El otro tema del que hablamos, Bryn, es que los de Asgard han secuestrado a Eufrósine para entrenar nuestras mentes contra los poderes de las sombras que nos atacan porque creían que nos hacían un favor con ello, por lo que hay que hacer que recupere su libertad.
Sven volvió a mirar al tímido hombre con el que compartía el comedor.
—Y también habrá que hacer lo posible para que tú recuperes la tuya si quieres regresar a la tierra de la que has venido. Lo de no tener libertad, igual que diría William Wallace, es una soberana putada.
Escuché las palabras de Nero con atención. No podía creerme que él fuera el culpable del secuestro de mi tía, pero a cada palabra que decía, ese pensamiento se iba viendo ensombrecido. Confiaba en lo que había dicho Nero, no tenía razones para mentirme y menos cuando parecía sentirse realmente mal con la situación. Lo único de lo que él era culpable era de confiar en los dioses nórdicos, un error que no debíamos volver a cometer ninguno.
Noté la mano de Alisha sobre mi hombro y empecé a pensar un poco en la situación. Debía volver en mí, recomponerme y mirarlo todo con un poco más de perspectiva. La ira seguía quemándome por dentro pero ese no era el camino. Por ahí solo conseguiría empeorar la situación de Eufrosine.
- De momento no haré nada. La han traído para que nos entrene y eso hará. - miré a Sven después de hacer una breve pausa. - Dices que puedes ayudar. Habla con tus dioses y libera a mi tía. - sabía que no sería tan sencillo hacerlo como decirlo, pero era la única manera de hacerlo sin que yo tomara parte. Aunque algo me decía que finalmente habría un combate. Viendo como actuaban estos dioses, con serrín en el cerebro y solo deseando combatir y matarse. Estaría dispuesto a luchar llegado el momento, pero debía tener presente otras vías.
- Yo no haré nada que pueda poner en riesgo a mi tía, a vosotros o a mí mismo. Pero en el momento en el que Eufrosine sea liberada, me iré a Mithos con ella y con aquellos que quieran seguirme. - El tono relajado, fue desapareciendo a medida que hablaba, siendo sustituido por un tono más severo aunque controlado. Lo último que quería era que los dioses de este lugar o alguno de los suyos me escucharan. - Es más que evidente que aquí no estamos a salvo y no creo que consigamos gran cosa. Desde que salimos de Mythos, hemos ido perdiendo gente. Primero en el lago, después el sacrificio de Einar para traernos, después lo de las nieblas... Lo único que hemos conseguido de valor en Asgard fue aumentar el número de semidioses, y ya hemos perdido a uno de ellos. - era evidente que me refería a Heske, y no era ningún secreto que Alisha sentía algo por él. No deseaba hacerla más daño con mis palabras. Puse mi mano sobre su hombro como ella había hecho hace unos instantes, y la miré, tratando de darla apoyo.
- Decís que aquí podremos entrenar. - continué mirando al grupo de nuevo. - Pero muy poco nos pueden enseñar aquí. Sólo a combatir cuerpo a cuerpo. Para todo lo demás son unos negados. Prueba de ellos es que se hubieran visto en la obligación de secuestrar a mi tía para enseñarnos. Por no mencionar que lo máximo que nos pueden enseñar es el combate cuerpo a cuerpo y fue Nero, un griego, quien gano el torneo que se disputó. No fue ni un argardiano, ni un nórdico, ni tampoco uno de los esclavos de esta gente. Teniendo eso en cuenta, ¿realmente aprovechamos el tiempo estando aquí?, ¿Qué estamos aprendiendo aquí que no pudiéramos aprender en Mythos o en cualquier otro lugar? - me habían pedido que pensara fríamente y que no me dejara llevar por mis sentimientos ni impulsos, pero la realidad era que la sensación de peligro constante hacía que resultara muy complicado hacerlo, y eso añadido a lo de Eufrosine. Mi mirada iba pasando de semidiós en semidiós mientras hablaba. No eran las palabras de chico enfadado y asustado, eran las palabras medidas y calmadas de una persona que llevaba días pensando en todo aquello.
- Decís que aquí estamos a salvo. Pero nunca habíamos estado tan dispersos. Desde que llegamos a este lugar, no hemos estado todos juntos ni una sola vez. ¿Cómo vamos a trazar planes o tan solo poner en común ideas si cada uno estamos en un sitio distinto? - añadí mirando en especial a Sven, que parecía ser el que lideraba al grupo de nórdicos. - Diferenciados en dos grupos... privilegiados y mascotas. Así será imposible hacer nada, a no ser que el plan sea quedarnos aquí para siempre. De nada vale ser más fuertes si vamos perdiendo compañeros o no estamos unidos. - Miré a la mesa, pensativo, escuchando como Brynja y Mashud se acercaban. Se trataba de dos guerreros fuertes y temibles, pero totalmente descentrados por su rollo amoroso. Un rollo que ya había arrastrado consigo a Tau o a Aziza entre otros. La pregunta era clara, ¿cómo podríamos enfrentarnos a las amenazas en aquellas circunstancias? - Además, si algo ha quedado claro con lo de Eufrosine es que con vuestros dioses no hay que estar tranquilos. Vosotros, los que sois de su sangre, sí que sois bienvenidos. Los demás, somos invitados. Invitados que pueden pasar a ser mascotas o esclavos si uno de los dioses se levanta de mal humor.
Sabía que me estaba alargando, y la atención ya se iba hacia uno de los amigos de Cedric que trataba de encontrar a Daniya. - Una de las profecías de Tau dejaba entrever que acabaríamos huyendo de Asgard. Hasta ahora tenía mis dudas, pero ya no. Tengo claro que de una manera u otra, nos veremos obligados a hacerlo. - ya había terminado de hablar. Poco más que quedaba por decir. Simplemente había dejado claro mi punto de vista aunque realmente no sabía si sería compartido por el resto o no. Sven era uno de los líderes de panteón pero estaba claro que no contaría con su apoyo siendo él un nórdico. Sólo esperaba que pensaran en todo aquello.
Fue entonces cuando Ivanka tomó partido en la conversación, aunque de una manera que no me esperaba. Podía esperarme que tratara de defender a sus dioses o a Asgard, pero lo que dijo me sorprendió y cabreó a partes iguales. ¿Vaaaya, pues menudo lío?, para después hablar de armas... Estaba claro que poco o nada le importaba todo el tema de mi tía y su falta de tacto bien podía confundirse con un insulto. No obstante, traté de mantener mis formas. - ¿Quieres armas, Ivanka?. Pídeselas a tus dioses o a los asgardianos. Tú aquí eres una de las privilegiadas. - dije con tono crítico, sabiendo perfectamente a qué se refería la nórdica, pero después de lo de Eufrosine, prefería liberar a los titanes del Tártaro a pedir un favor a un dios nórdico. Todo eso sin mencionar lo que podían pedir a cambio de ese favor. Tal vez acabaríamos todos como esclavos sin darnos cuenta hasta que fuera tarde.
Carraspeé mirando a Brynja y Mashud, tratando de tranquilizarme nuevamente. Su aparición había desviado la atención de una conversación a otra y era el momento de que me fuera. - En cuanto me termine lo que tengo en el plato me iré a la sala de trofeos a ver a mi tía. Sven, te pido que hagas todo lo que esté en tu mano para liberarla. - dije mirando al nórdico. Éramos dos personas muy diferentes en personalidad y en forma de ser, pero le respetaba por su sinceridad. Si decía que haría lo posible, sabía que cumpliría. Todo aquel tema del amigo de Cedric me daba igual dadas las circunstancias. Debía ir a ver a mi tía, pero antes debía terminar de tranquilizarme y debía comer algo.
Lamento el tochopost...
Héfiro se quedará en el comedor hasta el final del siguiente turno. Para responder en el caso de alguien se dirija a él.
En el caso de que nadie diga nada, se marchará a la sala de trofeos.
- Daniya... - Repite su nombre como si fuera la primera vez que lo escuchaba. Entonces niega a las palabras de Sven, pero no le contradice.
Sobre todo lo demás que se dice, parece bastante cohibido. Hasta aplastado por el volumen de información y el tono tenso en la mesa. Al final parece haber captado solo una cosa importante para él. Se gira hacia Cedric - Yo... siempre he sabido dónde soy. Lo que no sé es cómo regresar. Es ella quien no sabe dónde es. Me rechaza. Como apestado. A pesar de ser parte de mi.
Resopla largamente y levanta los ojos a la fantástica ave blanca que observaba la escena entre las vigas del techo - Si él no abrir el puente, mi sangre destinada a abrirlo. Me da esperanzas. Y la esperanza da miedo.
Mira entonces a Brynja y asiente, claramente temeroso ante la situación, y se levanta. - Es mi último intento.
Si nadie lo retiene, Afragu saldrá en dirección a las habitaciones de los indignos solo o acompañado.
No tenía casi nada que decir, las dudas de Brynja ya habían sido respondidas por Sven y lo dicho por el herrero era lo que estaba intentando que comprendieran. Sin embargo había un pequeño detalle que el optimista de siempre había decidido ignorar.
- Yo ya me marcho también, pero ten en cuenta lo que dijo antes Afragu. Los trofeos somos alimento para tu gente.-me callo las lindezas sobre parásitos que se me estaban pasando por la cabeza.- Así que ánimo convenciéndoles de que abandonen su comida, aparte que los de los demás panteones deberíais considerar cuando romperán ésta "alianza" vuestra cuando se queden sin reservas.- realmente para mí también había sido información nueva pero tampoco demasiado sorprendente, de estos dioses ninguna vileza me parecería imposible.- En fin, yo te acompaño amigo, veamos si ahora que compartís idioma consigues algo más...
Y me retiro con Afragu hacia las habitaciones.
Calma Héfiro - le dijo tratando de apaciguar los ánimos del nominado. Realmente no sabía muy bien que decir, sobre todo por no sentirse culpable, no podía imaginarse porque iba a ser culpa suya que Odín fuera como es, le resultó absurdo por lo que se quedó mirando a los presentes con una mueca un tanto cómica, como sin ser consciente de lo que su decisión podría haber costado - joder... solo decidí ser mejor marino - dijo en un susurro, en un claro caso de pensamiento en voz alta.
Aquello provocó que Nero alzara las cejas como pidiendo disculpas - yo me gané un puesto arriba, tú también puedes... nuestros anfitriones serán como serán, pero si demuestras ser digno, te recompensan. Yo también puedo intentar mediar - entonces miró a Sven - ¿vamos juntos? es evidente que tú tienes mucho más peso, pero no dejas de ser de aquí
-Bufff!- Suspiré
Y es que era todo un jaleo y empezaba a dolerme la cabeza con tanto jaleo complot y todo eso. Ahora resulta que han secuestrado/retenido a la tía de ese y se formaba un revuelo alrededor de los dioses nórdicos en lo que incluía la prepotencia de los mismos.
-Bueno, los dioses nórdicos nos han ayudado al venir aquí. Recordad que venimos huyendo. No tenemos casa. Pero esto no es un hotel. Quizá debamos ganarnos nuestro sitio aquí.- Dije intentando relajar un poco el ambiente. - A lo mejor retener a Eufrosine es una prueba- No tenía ni idea.
Y yo que creía que mi vida, con mi padre e Hikari no se podía complicar más...
-De todas formas no podemos regresar a Mythos.- Finalmente recogí la bandeja.- No es nuestra casa. La nuestra está allí abajo. - dije de forma determinante. Quizá no para todos. Yo era ahora una Diosa. ¿Debería a vivir al Kojiki? ¡Viendo a Hikari esperaba que no, allí no tendrían ni una triste GameBoy!
- Yo en unos días, como mucho, me iré de aquí- Estaba decidida.- Quiero que dejen de perseguirme y poder vivir en paz. Mi memoria es muy mala, pero creo recordar algo de un oráculo y que debíamos ir a no sé que reinos.- Hice un gesto como que no recordaba los detalles, pero si la idea principal.- Posiblemente tengamos que ir al ¿Duat? como sea el reino del panteón egipcio. Y después, ir al Japonés. Kojiki, creo. Es el más lejano y por eso necesitaremos ayuda. Si alguien tiene una idea mejor que lo diga, por que a mí se me acaban las opciones y seguir huyendo no entra dentro de mis planes.
Me di la vuelta e hice un gesto al chico que quería ver a Daniya para que me siguiera.
- Paso de discutir con nadie. - Joder, parecía una líder, como Einar. Ojala estuviera aquí para saber por donde ir.- Solo se luchar y yo no me voy a esconder eternamente.
Salí en dirección a los dormitorios, donde estaba Daniya.
Brynja, Cedric y Afragu salen en dirección a los dormitorios de los indignos
Sven reflexionó unos instantes y, tras el intercambio de palabras de sus otros compañeros, acabó decidiendo el curso de acción que iba a llevar a cabo a continuación. Entre todo lo dicho, destacó para él el discurso de Héfiro, siendo este el que tenía mayor peso en el asunto a resolver, y el deseo de acompañarlo de Nero, comentada por el propio hijo de Poseidón, con el objetivo de parlamentar para la consecución de solventar la disputa por la gracia sin tener que recurrir al combate fue bien recibida por parte del nórdico, quien afirmó positivamente dicho ofrecimiento con la cabeza.
—Bien —insistió el noruego —, haremos todo lo que podamos para liberar a Eufrósine, Héfiro. No tengas duda de ello, amigo.
Se tomó un momento para recoger a Nilsine. Sujetando la lanza, miró una última vez al griego que tenía a su familiar cautivo antes de encaminarse a la sala de trofeos.
—Cuando quieras, colega —le anunció Sven al campeón del torneo en clara referencia para partir ambos juntos.
Héfiro, Ivanka, Alisha y Yago salen también hacia la sala de trofeos
Al llegar al comedor ves el movimiento de costumbre, pero la mesa celta vacía y no reconoces ningún rostro más allá de la familiaridad de haberte batido con más de uno de esos hombres y mujeres con los que no compartes ningún idioma.
Siguiendo tu curso marcado, sigues tu camino hacia los dormitorios.