Finalmente unos y otros acaban llegando al concenso de que la expedición se ha acabado.
Aún sin decirlo claramente, por sus expresiones es fácil leer que los oráculos no han obtenido una respuesta clara. Avgi ha descubierto algo sobre los objetos, pero está demasiado nerviosa por la desaparición y el reencuentro con el pequeño dragón como para centrar su mente y poder explicarlo, y todos los demás saben de sobra que les espera una caminata larga y complicada para regresar.
A instancia de Tau, recogen también el cuerno envuelto de Masud. Sea cual sea su destino no les parece apropiado dejarlo aquí a merced de las ratas. el peso dela carne procuran distribuirlo entre todos, pero para la carga del cuerpo se van turnando entre los más fuertes para que nadie se canse en exceso.
Regresar a la falda de la cañada se hace más largo que la llegada, especialmente porque las botas de muchos ya estaban rotas por el sobreesfuerzo en la llegada. Afortunadamente, con prudencia son capaces de sortear los parches de roca viva que con facilidad les hubiesen vuelto a hacer cortes en las plantas de los pies.
Escalar es otro cantar.
Sin ayuda, los menos atléticos y los más cansados puede que jamás hubiesen sigo capaces de remontar esa complicada escalada, pero el grupo les hace fuertes y entre todos superan ese obstáculo.
Desde lo alto es posible distinguir una columna de humo que asciende hacia el cielo desde la zona en las que debía estar el puerto al que fueron a visitar los otros. Demasiado humo como para tratarse de una chimenea.
También es posible ver la mancha sobre el mar del barco de uñas aproximándose a la playa en la que han quedado y plegando sus velas para aminorar.
Por raro que parezca, la idea de dormir en una de sus hamacas ya no suena tan desagradable. Aquel siniestro barco se había convertido en lo más parecido que la mayoría tenía a un hogar.
Tal como hablamos con Telegram, agilizamos para el retorno. El que quiera aún puede postear aquí para narrar su despedida de la isla. Nos trasladamos en breves a la Cubierta