Partida Rol por web

Al escuchar las maderas de la pasarela a su espalda, deja de lado lo que estaba haciendo para girarse. Sus ojos se dirigen inmediatamente a Daniya, o más concretamente, a sus piernas. Como si valorase qué tanto habían mejorado sus heridas. A juzgar por el mohín en sus labios, no tanto como esperaba.

- Está bien. No nos moveremos demasiado. - Señalando tan solo unos metros más allá, aprovechando un fragmento de suelo en el que la vegetación clareaba.

- Siéntese - Invita con su tono brusco habitual, hasta el punto que casi parecía una orden.

- ¿Qué creen que vamos a hacer hoy?

Me quedé sorprendida al ver que solo me estrechó la mano... Mi idea era ir con ella de la mano, pero imaginé que no lo entendría. Aún así solo que me la hubiera estrechado ya me había dado un vuelco al corazón y hacerme sonreir tontamente del gusto.

Ya una vez con el centauro, este nos indicó algunas de las cosas a tener presentes hoy. Lo primero que no ibamos a ir muy lejos. Era extraño ver como se fijaba más en Daniya que en ambas al mismo tiempo, pero era normal. Las heridas aún no habían sanado del todo. Lo segundo, que sea lo que sea que nos iba a enseñar, lo ibamos a hacer allí. ¿Arco? ¿Exploración? No lo sabía. Lo tercero, que parecía que fueramos a dar clase teorica y nada practico.

Me senté junto a Daniya al estilo tradicional, sobre las rodillas - N-no estoy segura... - miré alrededor - Con el espacio actual... ¿Algo relacionado con la Flora? Sea lo que sea, puliremos nuestras habilidades, lo cual es algo bueno - Miré a Daniya ya que también quería saber su opinión acerca de lo que pudiera pensar sobre aquella pregunta.

Shiro parecía... ¿extrañada? con lo de haberse dado la mano. A Daniya también le había parecido raro, pero si no, ¿por qué le había tendido la mano? Pensó que a lo mejor era para que le diese algo y por eso se había quedado sorprendida. Pero Daniya no sabía qué podría haberle dado, si no tenía nada más que las armas. Sacudió la cabeza y dejó de pensar en ello, si iban a entrenar, necesitaría la cabeza despejada. En realidad su mente estaba lejos de estar despejada, más bien todo lo contrario, pero habría que intentarlo de todas formas.

Nesso la miró haciendo una evidente pausa en sus heridas, lo que hizo que Daniya tuviera que contener el impulso de taparlas con las manos. Aún no estaba ni de lejos recuperada de su encuentro con las cocatrices, y sabía que no estaba en condiciones de entrenar. El centauro dijo que no se moverían mucho, lo cual era de agradecer. Daniya se sentó con las piernas cruzadas sobre la hierba cuando lo ordenó, viendo cómo Shiro se sentaba como solía hacerlo, sobre las rodillas. Aún no entendía cómo podía sentarse de forma tan incómoda. 

- ¿Qué creen que vamos a hacer hoy?

 Y yo qué sé, pensó Daniya. Se suponía que eso tenía que saberlo él, que era el maestro. Shiro dijo que algo relacionado con la flora... lo cual era tan posible o no posible como cualquier otra cosa. 

-No lo sé-susurró.

- No. No con las plantas. - Niega el centauro. - Algo así es más probable que pueda enseñártelo antes una ninfa que yo. Pero al menos no era una idea del todo estúpida.

No.

Lo que les ofrezcamos tiene que ver con nosotros. Con nuestra... - Intenta buscar las palabras, pero desiste con un resoplido.

- No vamos a perder el tiempo para que mejoren en algo que podrían aprender por sí solas o estudiando con cualquier otro. Voy a mostrarles el camino para desarrollar un nuevo tipo de empatía hacia los animales. - Sentencia finalmente - De lo que podría ofrecer, creo que es lo que ambas podrían llegar a aprovechar más.

Las mira alternativamente tratando de captar cómo de bien o mal se tomaban la noticia.

- Pero antes - Se cruza de brazos - Me gustaría saber de qué son capaces ambas. ¿Serían capaces de educar a un perro?¿Lo intentarían con una cría de león?¿Sabrían moverse de tal forma que una gacela no se asuste con vuestra presencia?¿Saben montar?

Habladme de vosotras y de vuestra relación con las bestias. Y si, ya sé que tú, Deyaniya, sabes montar, y que tú, Shiro, puedes adoptar forma de Zorro. Abreviad y decidme algo que no sepa.

Finalmente no eran las plantas, pero tampoco era lo que Daniya esperaba, el khopesh. Parecía que aquello iba a tratar sobre los animales. No sabía muy bien a qué se refería con lo del nuevo tipo de empatía, pero tampoco sonaba mal. 

Daniya había esperado algo más centrado en el combate, pero no iba a quejarse. Le encantaban los animales y de todas formas podía ser útil. 

- Pero antes me gustaría saber de qué son capaces ambas. ¿Serían capaces de educar a un perro?¿Lo intentarían con una cría de león?¿Sabrían moverse de tal forma que una gacela no se asuste con vuestra presencia?¿Saben montar?

Daniya no había intentado nunca ninguna de aquellas cosas, excepto lo de montar, así que mal podía saber si podría hacerlo. Aquel centauro insistía en llamarla Deyaniya y no se sentía con fuerzas para corregirle. Miró al suelo tras la pregunta y luego susurró:

-Yo... sé...-le había dicho que no dijera lo de montar, así que se quedaba sin cosas que decir. Tampoco es que fuera una experta en animales, solo se llevaba bien con ellos-Nunca he... intentado nada de eso. Solo... hablo con ellos y... son mis amigos. Me gusta estar con ellos. 

Miró indecisa al centauro. No sabía qué más decir. 

A pesar de saber que había animales por allí alrededor, sobre todo en los bosques, no podía esperarme que Nesso nos fuera a enseñar a tratar con ellos. Me mostré sorprendida pues en un principio pensé - Soy medio animal - Pero ese pensamiento se fue raudo cuando volvió otro a mi mente - Pero apenas he usado esa forma de manera util... llevaré menos de 48 horas de experiencia en esa transformación... Aunque no sea lo mismo... Igual me ayuda a tener más confianza con esa forma. De algún modo, se siente bien cuando soy un zorro. - Desde luego, si intentaba mirar atrás mi experiencia con animales no iban más allá de los domesticos, y verlos de lejos o en alguna tienda en la ciudad.

La pregunta de Nesso tuvo un peso bastante gordo y relativo, no solo empecé a pensar que sabía hacer con animales, sino que no sabía hacer por mi misma... Eran cientos de cosas las que no sabía hacer, y algunas de ellas las había realizado el día anterior y no por voluntad propia... O más bien si, pero con un potenciador que me bloqueaba esa vergüenza y miedo. ¿Y para qué? Al menos no habiamos acabado tan mal en la noche anterior... aunque yo quería y quiero acabar mejor.

Negué con la cabeza y miré a Daniya cuando habló, extrañandome por ese raro nombre tan similar que le había dicho el centauro. No era tan dispar como lo era Daniya en cuanto a experiencia, lo cual no sabía si era malo o no... Entonces cuando acabó ella, se enfocó en mi y di un pequeño sobresalto. - Bueno... yo... - No valen los creo o imagino que... ¿Qué hago? - Me gustaría arraigar más mi espiritu animal... N-nunca he hecho esas cosas, pero... Si puedo transformarme en un zorro... - Quiero acostumbrarme cada vez más a serlo y a su vez - Quiero poder interactuar más con el mundo animal - Que también sea parte de mi. - Sabía que daba igual lo que quisiera o pudiera... Pero necesitaba expresarlo... Aunque me diera miedo que me juzgaran por ser diferente.

Tras decirlo miré a Daniya sonrojandome sin querer. Sin saber si era más bien por lo que sentía por ella o por lo que quería que ella sintiera con lo que acababa de decir.

El centauro suspira, rozando la exasperación. 

- ¿Por qué tengo la sensación de que ninguna de las dos está siendo sincera consigo misma? Saben más de lo que me cuentan. 

Está bien. 

Les haré una demostración de lo que creo que ambas podrán hacer en tan solo un día de práctica. Algo sencillo y mundano. Cuando ambas sean capaces de hacer esta parte les mostraré lo que podrían llegar a aprender de mi en una semana, si se centran en ello. 

Ahora necesitaré silencio. 

Los ojos de Neso se desvían hacia las copas de los árboles y escucha con atención, permaneciendo inmóvil durante casi medio minuto. 

Entonces se lleva los dedos a los labios, imitando a la perfección el canto de una de las aves que sonaban a cierta distancia. Unos segundos después, el canto del pajarillo se repite más cerca, y Neso corresponde a su vez. 

Daniya es capaz de reconocer que se trata de una llamada. Sencilla y sin magia, sólo eso. El animalillo, o es un poco tonto para dejarse engatusar así, o asombrosamente manso. Cuando aparece a la vista pueden distinguir que se trata de un humilde mirlo de plumaje oscuro y pico naranja.

- Esto, en solo un día. - Escuchar la voz humana parece preocuparlo, por lo que se apresura a aletear hacia una rama más alta - Y esto otro... cuando empiecen a aprender de verdad - Neso alarga una mano en dirección al pájaro y se concentra. Algo sucede en esa fracción de tiempo, y los ojos del centauro comienzan a apagarse. 

El mirlo sufre un pequeño temblor, pero al momento se recompone. Da un saltito abriendo las alas y las agita con torpeza, hasta que llega al suelo de una forma más bien poco elegante, a unos metros frente a las semidiosas que observan.

El animalillo las observa directamente a los ojos, abre el pico... - Y esto es lo que podrán hacer - Dice el mirlo en perfecto griego. Aguarda unos segundos para que puedan reponerse de la sorpresa antes de seguir hablando - Probablemente al principio sólo podrán tomar los ojos de las bestias más diminutas y sin voluntad, pero sin comunicación ni órdenes. Ellas decidirán dónde mirar, pero ustedes lo verán.

Si son lo bastante buenas, aprenderán a controlar animales cada vez más grandes cada vez a distancias más largas, e incluso a dirigir  una parte de sus movimientos, dentro de lo que cada animal considere... natural. 

Con aún más tiempo, o si demuestran ser realmente virtuosas, podrán aprender a trasladar su voz como estoy haciendo yo ahora. Pero esto último no estoy seguro que puedan llegar a dominarlo.

La cosa no empezaba bien. En primer lugar, Daniya tenía la sensación de que todo lo que hacía y decían estaba mal, y de que estaban constantemente decepcionando al centauro. Suspiraba, con aspecto de estar harto de algo, pero Daniya no tenía ni idea de qué. 

- ¿Por qué tengo la sensación de que ninguna de las dos está siendo sincera consigo misma? Saben más de lo que me cuentan. 

Está bien. 

 Daniya no tenía ni idea de qué hablaba. Miró brevemente a Shiro, buscando comprensión y apoyo. Ella, desde luego, no tenía más capacidades, pero a lo mejor Shiro sí. Después, el centauro habló y les pidió silencio, cosa un poco extraña porque ninguna de las dos estaba haciendo ruido. Nesso les enseñó cómo llamaba a un pájaro y luego... esos ojos vacíos... era como si... ¿se hubiera metido en la mente del pájaro? Daniya se estremeció. Ese poder parecía siniestro y aterrador. ¿Podría hacerlo con... personas? No quería ni pensar en eso. 

Cuando Nesso habló a través del pájaro, Daniya estuvo a punto de salir corriendo. Se sobresaltó y necesitó de toda su fuerza de voluntad para mantenerse sentada y en silencio. Miraba al pájaro con genuino terror en los ojos. Comunicarse con los animales era una cosa, pero aquello... aquello no estaba bien. Dudaba que fuese una experiencia agradable para el pájaro. Cada ser vivo tenía su Ba, su espíritu, y meter el tuyo a la fuerza en otro cuerpo era algo que solo hacían los nigromantes y los brujos. Estaba segura de que a su padre no le haría gracia ver con qué fuerzas estaba jugando, y, de todas formas, no era algo que quisiera hacer. Los animales eran sus amigos, y hacerles eso... Se alegró de que no fuera a ser capaz de hacerlo, según Nesso. 

Miró al pájaro y después al inactivo Nesso, insegura de a quién dirigirse. Al final, optó por el pájaro. 

-Yo... yo no... -tragó saliva-Eso no es bueno... para el animal. ¿No les hace daño? 

Al oir la respuesta del centauro me sentí un tanto afectada. - Y-yo... trato de ser sincera conmigo misma, pero no se hasta donde llegan mis capacidades - Entre la bendición dada el día anterior y ahora esto... Estaba frustrada y harta de que me dijeran lo mismo, ya no solo estos seres, también Brynja, Jeza e Ichini... - Si no se quien soy, o no soy sincera conmigo misma... ¿Como puedo seguir viviendo? Es imposible de forma cuerda si eso es real. Yo solo sé lo que quiero, lo que siente mi corazón. Pero parece que eso no es suficiente para los demás. - Sin embargo no dije nada, tan solo apreté los puños y miré al suelo.

Entonces el centauro pidió silencio para mostrar su habilidad con el mundo animal. Al principio parecía un poder noble, hipnotizante y hasta deseable de aprender. Incluso yo deseaba poder hacerlo tanto en forma humana como en forma zorro. Mimetizarme con la fauna sería genial, más comprenderla y aún más deseable, interactuar con ella como si de las personas humanas se tratase, casi como Daniya sabía hacer.

Pero luego ese poder empezó a cobrar un aspecto un tanto siniestro. Sin palabras y sin que el pequeño mirlo pudiera resistirse, Neso logró apoderarse de la voluntad del pequeño pajaro, y lo demostró acercandolo a nosotras y hablando a traves de su pico. En ese momento quería ser Daniya para preguntarle al pequeño ave si estaba bien... Pero probablemente no podría responder. Miré a Daniya oyendo su respuesta y agradecía no ser la única que pensaba que usar ese poder así tenía también un lado oscuro

-Creo que es un poder útil - Me sinceré - Poder interactuar con la fauna, como lo hace Daniya, o atrayendola así, es increible y eso me gustaría hacerlo, incluso pedir o preguntar - resalté - que nos presten sus ojos, u oidos, o incluso su voz. Pero obligarlos... Si fuera un animal. - me di cuenta de mis palabras y negué - Como parte animal que soy, no querrían que me forzaran a que me controlaran... Pero no me importaría prestar mis cualidades a esa persona - al decir aquellas palabras miré a Daniya. La primera persona con la que pude hablar en mi forma animal, y gracias a la cual, supe que quería aceptarme como animal y dejar de esconderme... Aunque haya sido un fracaso.

Aún así, aunque de primeras pareciera oscuro... Si que quería aprender ese poder, si no obligaba a nadie a hacerlo sin que me prestasen sus sentidos - ¿Es posible aprender a hacerlo sin forzar al animal? E-es decir... sin hacerle daño - no podía evitar pensar en que Daniya no estuviera equivocada, a fin de cuentas, ella entendía a los animales mejor que yo, y eso que yo era uno.

El mirlo ladea la cabeza, observándolas un instante más con más inteligencia de la que le correspondería por ser un simple animalillo. Un momento después eriza las plumas, como si se desperezara, y agita las alas. No parece interesado en absoluto con el trío cuando se echa a volar, poniéndose a cierta altura antes de alejarse.

- No les hace daño mientras no quieras obligarles a hacer algo que les haga daño. Pero eso depende del uso que cada uno le quiera dar, no del don en sí. Lo mismo que podría decirse de cualquier arma - Responde Neso entre parpadeos mientras su consciencia va regresando a sí mismo, también con algo de somnoliencia. 

- Lo que he hecho para llamarlo no es ningún don especial. Sólo he imitado el sonido que hacen entre ellos para llamarse. No tiene ningún secreto, y cualquiera lo puede aprender a hacer.

Mira a ambas con cierta extrañeza.

- ¿Por qué este don supondría un problema cuando ambas comen animales?

Daniya ignoraba muchas cosas. Era una realidad de la que era dolorosamente consciente cada día de su vida: cuando no entendía lo que pasaba a su alrededor, cuando no entendía los sentimientos de los demás, cuando no entendía lo que los demás decían. Por lo general, la respuesta más sincera que podía dar a las preguntas que le hacían era "no lo sé". 

Sin embargo, sí tenía unas cuantas cosas claras, y tal vez era por ser tan pocas por lo que se aferraba con tanta fuerza a ellas. Una era que si algo no necesitaba era más dones que le dieran miedo, y aquella habilidad le daba un miedo atroz. Otra era la respuesta a aquello que Nesso les preguntaba: 

...Lo mismo que podría decirse de cualquier arma

- ¿Por qué este don supondría un problema cuando ambas comen animales?

Se lo preguntaba con extrañeza, como si no hubiera esperado su reacción, y como si su miedo fuese una tontería. Daniya estaba muy cansada de que la miraran así. Como si sus reacciones fuesen estúpidas y exageradas, como si ella fuera la única que pensara de ese modo. Como si estuviera sola, terriblemente sola. Y si hubiera estado sola frente al centauro, probablemente no había dicho nada, pero miró a Shiro, y encontró en ella el apoyo necesario para hablar. Ahora, no estaba sola. Y, por una vez, tenía muy claro lo que iba a responder, pues los tutores del campamento se lo habían enseñado muy al principio, cuando le hablaron de su padre. Era parte fundamental de las creencias en su padre, y por eso se había asegurado de prestar atención. 

Cuando habló, lo hizo susurrando, pero sin la habitual vacilación en la voz. Sonaba como si recitara algo que se había aprendido de memoria, porque así era. 

-La muerte es parte de la vida-dijo-Es algo que mis antepasados sabían bien. Es tan natural como nacer. Cuando matamos a un animal para comer, no somos crueles: igual que no lo es el azor que caza una paloma, igual que no lo es el invierno cuando mata una flor. Es parte del ciclo, del funcionamiento natural. 

Daniya miraba al suelo, rogando que el centauro no se enfadara. Pero ya que había empezado, tenía que seguir. Casi podía oír las palabras de uno de sus tutores, el que le había instruido sobre su padre, como si su presencia se le apareciera allí y le susurrara lo que debía decir. Daniya se limitó a repetir sus palabras, las palabras que aquel hombre, alto y negro como una columna de ónice, le había dicho entre el olor del incienso y los líquidos de embalsamar:

-Pero esto... esto no es natural. Cada persona tiene un Ba. Un Ba, una persona. No más. No se puede jugar con él, porque es la energía sagrada de la vida. La muerte es natural. Si se hace sin crueldad, ni siquiera duele mucho. La posesión no es natural. Es artificial y obscena, y es terrorífica para quien la sufre. 

Daniya calló, y fue como despertar de un trance. La seguridad con la que había hablado se evaporó como humo llevado por el viento, y, cuando habló de nuevo, era su voz de nuevo, vacilante e insegura. 

-Yo... no quiero hacer... eso. Es decir-tragó saliva-Quiero aprender... a llamar a los animales. Y... a ver por sus ojos. Pero... eso es todo. No más.

Neso mira a Daniya algo extrañado con su respuesta, pero tampoco especialmente inclinado a discutir.

- Como desees. El camino es el mismo. Está en tu mano detenerte en el punto que creas conveniente.

Hace un gesto con la mano hacia los árboles - Pueden empezar por tratar de imitar el sonido de este o de cualquier otro pájaro. 

Si ambas logran atraer a alguno con sus propios medios y sin el uso de ningún don especial, hoy acabaremos antes.

Según Nesso comenzó a hablar, empecé a pensar mirnado al suelo que había delante de mis rodillas. Había algo en sus palabras que no me encajaba, si bien podían ser ciertas y no lo negaba, algo dentro de mi me hacía seguir diciendo que lo que hacía con ese pequeño ave estaba mal. Algo me decía que era forzado a pesar de que Nesso mencionara que no le hacía daño. Solo pude mirar a mi alrededor buscando una pequeña rama, pero cuando lo encontré Daniya comenzó a hablar.

Era sorprendente como ahora Daniya hablaba con fluidez, pero más aún eran como sus palabras acerca de la situación relacionadas con su cultura, eran tan claras para mi. Sabía que la cultura egipcia y la japonesa no eran similares, los dioses varian entre unos y otros, al igual que su origen y su representación... Pero sus enseñanzas parecían tan similes a las mias. Puede que fuera efecto de la bendición, pero cada vez estaba más encandilada de ella, sus palabras y su cultura, incluso tenía ganas por saber más cuando se quedó en silencio, ante lo cual traté de calmarme y volver a mi hilo mirando a Nesso.

Con la rama que cogí dibujé un simple circulo en el suelo - Yin, - dibujé un trazo en S separando el circulo en dos formas curvas. Señale una de ellas haciendo un circulo en la parte más gruesa - Yang - dije señalando y haciendo el mismo circulo en la parte correspondiendo del otro lado del circulo. - O en otras palabras, ciclo karmico. En mi cultura, o en mi tierra, puedes encontrar vendedores de pollos que hasta que no compras uno, no matan al pollo y lo hacen delante tuya. Toma lo que necesites, ni más ni menos. Si, es verdad que matamos para alimentarnos - recorrí uno de los medios circulos - pero de igual manera y aunque sea en un tiempo muy extenso, nosotros le devolvemos eso a la naturaleza con la muerte y degradación del cuerpo bajo la tierra. - recorrí la otra mitad del circulo - Si tomas más de lo que necesitas, - de nuevo recorrí la primera mitad del circulo - no solo haces daño a aquello que tomas, en este caso los animales - hice diversos cortes con la rama en el camino del medio circulo - aunque sean muchos y pocos daños, sino que en un futuro, ese daño vuelve a ti. - hice los mismos trazos en el otro medio circulo mientras lo recorría

-En occidente se dice "recoges lo que siembras". Con esto no quiero decir que tenga miedo al dolor o a verme dañada, se que es algo por lo que tendremos que pasar todos antes - miré a Daniya un poco triste - o después. Quiero decir que no quiero romper el circulo arriesgandome a poner en peligro ese equilibrio que nos sustenta a todos. Si, quiero aprender ese poder, quiero aprender a ver por los ojos de la naturaleza y oir a través de sus orejas, pero antes que obligar a un animal a que haga lo que necesito y esperar que me obliguen a mi a hacer lo que otro necesita, prefiero pedir que me presten su ayuda y yo prestar la mia. Imagino que se puede hacer igual en ambas direcciones.