Partida Rol por web

Con permiso -digo con educación separándome de Ingrid- o sin él.

Bromeo con media sonrisa. No me preocupo si me sigue o no, pero me encamino hacia mis compañeras de panteón que hablan entre ellas y miro alternativamente a la una y a la otra.

Vuestro líder -señalo con la cabeza a Nao- está esforzándose por integrarse con los demás. No es que me importen vuestros secretos vitales que no pueden esperar, pero si no vais a ser parte de la manada ¿qué diablos hacéis aquí?

No hay demasiada intención en mi tono pese a mis palabras aunque sí hay severidad en mi mirada, incluso cierto asco.

A pesar de que estaba algo apagada por la conversación que mantenía con Brynja, al final cuando me abrazó mostré una sonrisa respirando profundamente - Sí... Tienes razón. Aunque será dificil - Bien sabía ella a lo que me refería pero antes de que pudiera seguir hablandole de más, llegó Ichini a aguarnos la conversación. Le miré de mala manera haciendo un mohin con los labios - Es de mala educación interrumpir en conversaciones privadas. - pero suspiré destensando el rostro... El día había sido tan efusivo a nivel interno propio, que ahora me daba igual que sensación sintiera. Y la verdad no me  había dado cuenta del olor tan agradable de alrededor hasta entonces... Sabía que era a causa de ese Don, pero mi mente me nublaba el juicio también.

-En fin... También es cierto que deberiamos de hablar con el resto. Si necesitas que te traten esos moratones, ya sabes - señalé a Tau guiñandole un ojo a Bryn - Y muchas gracias... Aunque sigo intranquila al menos ahora estoy más calmada - y mostré una sonrisa de oreja a oreja señal de que iba a tratar de no darle vueltas al asunto.

Al mirar a los demás pude ver como Daniya parecía estar un tanto recuperada, cosa que me alegró, y también vi al resto, a cada cual peor posiblemente por los entrenamientos. Me dirigí hacia Tau no sin antes mostrarle una sonrisa a Daniya - Parece un milagro. - había visto de reojo lo que había hecho con el agua, pero por dentro pensaba que ojalá hubiera sido participe el deseo que le pedí a mi madre aquella noche. No sabía que pensar acerca de ello. Lo que sí tenía en mente, es que daba igual con parche, con el ojo como lo tenía ahora, o antes del ataque que recibió. Su esencia, su imagen, me embriagaba - Voy a hablar con Tau. - Me acerqué entonces definitivamente hacia el y con un poco de cabeza gacha pregunté - Aún... me puedes seguir enseñando cosas de medicina... ¿No? - No habiamos tenido tiempo alguno desde el ataque, y lo sabía, pero ahora que estabamos entrenando, igual aunque no pudiera estar del todo concentrada por ese don, podría aprender un poco con la tormenta en calma. - P-por cierto... - me acerqué y le susurré algo al oido.

Tenía ganas de saber su respuesta. Sabia que no era lo mismo que como nos conocimos al principio, pero... Tenía dicha curiosidad.

- P-por cierto... - me acerqué y le susurré algo al oido. - ¿Cómo ves el efecto del agua? No es como mi poder pero, ni se parece a la regeneración de Masud... ¿Crees que puede ser como "la panacea" o "la piedra filosofal"? - mitos del mundo humano que sin duda muchos querrían - Sinceramente... a mi me alegra mucho que Daniya esté feliz si recupera su visión completa - Y mostré una sonrisa tonta mientras que los orificios de mi nariz se ensanchaban captando el olor del lugar. Sin duda alguna, estaba loquita por Daniya, y ahora era dificil ocultarlo para nadie... Si ya antes había gente que lo denotaba... Ahora tenía un cartel encima de la cabeza

Daniya terminó de hablar con Sven, y con un gesto le indicó que le siguiera. Ambos volvieron hacia el centro del claro, con Daniya aguantándose las ganas de correr para no dejar atrás a Sven. Devolvió la sonrisa brevemente a Shiro, y en su ojo bueno se veía alegría e ilusión por primera vez en mucho tiempo. 

Sven y ella buscaron entonces a Alisha, pero encontraron que se había ido a dormir*. Daniya pareció dudar. 

-¿Esperamos a que se despierte?-preguntó a Sven en un susurro.

Me quedé mirandola durante unos segundos sin decir nada.

---Claro...siempre y cuando sepas asumir tú deber....- digo simplemente y luego inclino la cabeza para escucharla mejor.- No, no creo que sea una panacea ni nada por el estilo, más bien parece una ambrosía líquida, acelera la curación hasta límites insospechados y potencia el poder divino del usuario cuando se sumerge en sus aguas...- digo reflexivo y asiento con la cabeza coincidiendo con ella- yo tambien me alegro por ella...solo espero que aprenda la lección de ir sola por estos lugares pese a sus manias...

El hijo de Balder había acompañado a Daniya para encontrarse conque Alisha se había ido a dormir. Tocaba aparcar momentáneamente el plan.

Al pensar en reposo, atendiendo a la propuesta de la del panteón egipcio sobre esperar a que la chica se despertase, Sven estaba dispuesto a aguardar lo necesario. La pobre debía estar fatigada por el entrenamiento, por lo que el descanso le vendría bien a ella y, con toda certeza, también al propio noruego, quien notaba el regreso de la extenuación y el dolor cebándose incluso en lo profundo de sus huesos. 

—No merece la pena molestarla. Total, mañana volveremos a estar todos juntos antes o después. Entonces probaremos tu idea, Daniya. Ahora, si me perdonas, creo que voy a copiar a Ali e irme a dormir también.

Dispuesto a retirarse, Sven comenzó a andar hacía la cabaña para detenerse al lado de la que le recordaba a Ingrid y mirarla de arriba a abajo. Una sonrisa, producto de volver a ver la ilusión como ella misma se definía, le surcó el rostro de oreja a oreja antes de seguir rumbo a la cama.

—¡A pasarlo bien, gente! —se despidió del resto en general. 

Nero era escueto - estará cansado -  sentenció para sí mismo, sin darle más importancia de la que merecía. Todos aquellos que se hubiesen tomado sus entrenamientos medianamente en serio estarían reventados. Solo esperaba que el desánimo que veía en algunos rostros fuese pasajero. 

Y entonces, algo que lo hizo sonreír de pudo alivio. Daniya se sentía mejor, y la esperanza y agradecimiento de su amiga lo llenó, reflejándose en una inmensa sonrisa... que instantes más tarde se apagó como si no hubiese sido más que la ilusión de una vela en mitad de una noche sin luna en el desierto. 

El cocodrilo deja escapar el aire, regresando al presente, y se permite la confianza de dar una palmada en el hombro a aquel al que llamaba "primo".

- Mañana se nos dará mejor.

Nuestro maestro es un hueso duro, pero está haciendo lo que nos prometió, así que lo demás es cuestión de tiempo.

Se lleva una mano al cesto que aún carga, dándole una sacudida mientras intenta aflojarlo, pero los restos de sangre seca servían de pegamento, y no terminaba de encontrar la forma de soltar la pesada cesta sin partir las cintas... cosa que en pocos segundos acabará haciendo por pura impaciencia. ¿Cuanto habrá estado cargando? ¿cien? ¿doscientos kilos? 

- Este sitio me intriga. Me gustaría averiguar si existe algo parecido para el resto de panteones.

Ante la primera respuesta de Tau simplemente mantuve la cabeza gacha. No estaba orgullosa de como actué, y tampoco sé como me podía haber dejado gobernar tanto por varios sentimientos... Ahora era más conciente y aunque ese sentimiento trataba de tomar control, se exactamente lo que me pasa y sé como debería actuar... Es por ello que mi respuesta fue directa - No tengo excusa. Sé... que debería de olvidarlo pero... No tengo excusa. Y sí, claro que sabré asumir mi deber pero... Ahora mismo solo soy una novata. Y ahora me he dado cuenta de cuan grave ha sido mi error. Por ello, te pido perdón. - dije inclinandome asumiendo al fin que mi error por muchas razones que pudiera tener, era inexcusable.

-O-oh y... también siento lo del espectaculo de ayer... B-bueno si es que alguien se dió cuenta de cuando me transformé... Y siento haber rechazado que me cogieras... La bendición del Satiro me hizo bajar mucho la guardia y no quería hacer nada de lo que tuviera que arrepentirme luego... - Aunque luego ocurriera. - Le miré a los ojos esperando cualquier tipo de reacción, positiva o negativa de Tau.

Pues no estaba del todo segura de si Tau me iba a curar los moratones o me iba a sedar " para siempre".

Lo mismo era un novio celoso. En esta situación, con el don este que nos habían dado, si yo fuera celosa habría matado a casi todos. Esperaba que Maron me ayudara a controlarlo...

Ichini interrumpió tras la charla con SHiro, y aunque tenía razón en lo de socializar con el resto, no me hizo gracia.- Si, claro.- Dije levantándome del sitio mirando como Shiro se acercaba al Doctor Tau.- Por lo que veo tu ya tiene amiguita con la que socializar a fondo.- Dije algo apática refiriéndome a la gótica esa con la que iba a todos lados. ¿Lo pasaste bien esta noche durmiendo en la zona de chicas?- Pregunté algo borde y desapareciendo de su lado para ir a sentarme cerca de Daniya.

- Vaya- Dije acercándome para ver el milagro de lo de su ojo. Justo al otro lado de Kopesh que sostenía la miraba con los ojos muy abiertos.-Jo, tenías que haberme dejado ponerte un ojo de cyborg. Así, en plan Terminator.- Miré al mi alrededor- Aunque aquí no tengo material...lástima. -Bromeé.

Me senté con el resto, intentando ver de qué hablaban

Jezabel pensó sobre las palabras de Nao mientras todo a su alrededor parecía seguir avanzando.

No sé... Diría que tiene sentido, pero la verdad es que no estoy de acuerdo. ¿Cómo vas a saber lo que puedes hacer si no intentas lo que está fuera de tu alcance?

Y aquello le trajo a la memoria otra cosa. Algo que hizo que Jezabel se retrayese en sus pensamientos. Poco a poco fue mirando a unos y a otros, mirándolos sin verlos. Posando la vista en cada uno de ellos y quedándose unos segundos en los que su cabeza parecía decidir algo antes de saltar al siguiente.

Desde luego, parecía que estuviese haciendo una rifa, o una selección por descarte. Algo en el que los participantes fuesen cada uno de los presentes.

Unos se retiran a descansar, opción más que tentadora teniendo en cuenta que el entrenamiento ha causado agotamiento en el cuerpo, no meramente físico, mental también. Y ciertamente, que uno posea su propio espacio en ocasiones es una necesidad, otras una imposición. Más tampoco hay mucho que aportar, nada que discutir, nada que compartir. Los ánimos no parecen acompañar, y otros en cambio prefieren mantenerse al margen.

Un toque de atención para ellas dos proveniente del que una fue su compañero, y sin embargo, en la actualidad el mismo Yagami desconoce como tratarle sin contar el correspondiente respeto. - Te lo agradezco Ichi-san, pero no es necesario, después de todo no tengo intención de quedarme mucho más. Tengo que seguir entrenando, y seguramente realice alguna visita a los que faltan. - Le agradece el detalle de interceder por él, aunque no tiene la intención de alargar su estancia en el reencuentro.

Intentar lo que nos parece imposible.- Musita el joven repitiendo la sugerencia de la pelirroja, lo cuál hace de forma reflexiva, acariciando con suavidad su propio mentón. - Visto así...supongo que es la mejor forma de conocer cuáles son nuestros propios límites, y crecer gracias a los aciertos y especialmente errores que cometamos en el proceso. - Añade en la misma pose, en el mismo tono. Como si en su mente empezase a cavilar, hilar pensamientos, reflexiones para llegar a una conclusión. - Lo tendré en cuenta pelirroja. Gracias por tus palabras. - Los ojos del joven se desvían a los de ella por un instante.

Si me disculpáis, por mi parte me retiro. Voy primero a las cabañas a descansar. Ya sabéis donde localizarme en el caso de que me necesitéis, independientemente para hablar o entrenar. Nos veremos después. - Les dice a los presentes a modo de despedida temporal antes de partir al primero de los lugares que ha indicado para un merecido descanso que su cuerpo no tiene intención de desaprovechar.

Sin mucho más que añadir y con muchas decisiones por terminar de tomar, retrocedo a un segundo plano.

Aunque voy a alejarme unos pasos, la intervención de la japonesa de pelo curioso y la pelirroja con la que he entrenado consiguen que me quede impulsado por la curiosidad. Una ligera risilla.

¿Qué planeas, compañera?

Pregunto acercándome a Jezabel. ¿Estallaría? Esperaba que sí.

Pues estaba pensando... ¿Tú a quién elegirías para que te guardara la ropa mientras sales a nadar?

Respondió a la otra pelirroja para luego dedicarle una sonrisa amistosa.

Pues en realidad no me importa demasiado, pero supongo que dudaría entre tres de los presentes.

Mi hermano de armas, Seven.

Mi hermana de cama, Esfinge.

O mi hermana de pelo, tú.

Sonrío como si aquello fuese suficiente.

Supongo que es un sencillo juego de confianza ¿cierto?