Partida Rol por web

Recuerdas, recuerdas recuerdas.

Los sueños traen augurios, susurros y profecías entremezclados en una caleidoscópica imagen que se te entrega llena de posibilidades.

Poco a poco, imágenes del pasado aclaran tu mente.

Fuiste tú quien huyó con el tesoro de la Humanidad en un primer momento, ya que sabías que el día en el que sería necesario aún no había llegado. Lo guardaste dentro de tu coraza, muy cerca de tu corazón. Sabías que deberías esperar, pero no sabías cuanto. Sin embargo, alejarte de tus responsabilidades enfadó a los dioses. Sentiste la ira de Poseidón cuando su poder cayó sobre ti, encerrándote en una cárcel de piedra que solo podría romper él mismo cuando su enfado se mitigase, en lugar de lo que había sido tu intención inicial: despertar cuando fuese el momento.

Qué irónico que tan cerca de ser demasiado tarde la misma sangre de Poseidón te haya encontrado a ti, liberándote de su maldición. 

Aún así... ¿Tanto ha pasado que te has hecho tan tan pequeña para sobrevivir?

Asiente como gesto de agradecimiento, pero no dice nada a las palabras de ánimo de Escualo. El japonés tiene bastante claro que aunque sepa moverse en el agua nunca será tan natural como para sus compañeros, así como el aire no lo será para la mayoría de ellos. Sin embargo poder ayudarles con la visión en la oscuridad o con los espíritus custodios es algo que resulta agradable.

Ha pasado mucho tiempo entrenando a solas con Tormenta, así como con el Cocodrilo que no quería aprender idiomas. Las conversaciones con Escualo han ido por otros derroteros más educativos.

Y no habla demasiado hasta la intervención del espíritu que decía ser Makoa, que consigue que parpadee bastante serio para hacer una reflexión en voz alta.

Oh, genial, ahora sé hablar glu glu. Muchas gracias.

Se inclina con el mayor de los respetos, les ha hecho un regalo y ser agradecido es el mínimo, además, es algo realmente útil en esos momentos.

Entonces, tenemos que volver ¿no? -trata de ser constructivo- ¿Qué nos vamos a llevar de aquí?

Pregunta con cierta curiosidad, perder allí el tiempo no tiene demasiado caso ahora que han aprendido tanto y parece que pueden luchar contra las mareas.

La dragoncita se había esforzado bastante en recuperarse y se le podía ver inquieta. El hecho de que ya pudiera volar un poco era fruto de eso, pero también se le había visto meditabunda. Al parecer, recordar era también importante para ella. No participó en combates, aún no podía luchar. Su frágil y pequeño cuerpo no se lo permitiría, pero al menos ya podía caminar alrededor.

El momento en que Makoa partiría, se dio cuenta que Nero parecía afectado, por lo que voló hacia su hombro y se posó sobre este - Llegará el momento de reencontrarse. Es el ciclo de la vida - y se quedó en un respetuoso silencio. Cuando Kazán intervino, lo miró confundida.

- ¿Glu glu? - no quería hacer comentarios, pero en su cara estaba escrito la palabra "extraño" hacia el hijo de Zeus. Ya lo había dicho, y ahora solo lo podía constatar. Era realmente extraño.

La partida se acercaba y la dragoncita intervino - Debo una disculpa a mi libertador. El castigo fue por tomar el tesoro de la humanidad y huir de mi deber, sin importar que fuera por una buena razón. El dios de los mares me castigó y sería liberada una vez se aplacara su furia - y dicho esto, bajó del hombro de Nero para mirar al otro griego allí presente.

- Hay algo más. He recordado cómo salir. En este lugar convergen diferentes corrientes de agua. Debemos llegar al portal que nos enlazará con el resto de los portales del mar y, para llegar allí, tendremos que remontar la caída de agua. Este portal está en la cúpula de agua. Esa es la salida más próxima de este lugar - y se sentó enroscando su cola alrededor de sus patas.

- ¿En la misma cúpula? - Repite Masud, curioso en lo que lleva la mirada a lo alto. La fuerza de la corriente tenía un algo caleidoscópico que ponía las cosas difíciles si intentaban mirarlo fijamente durante un rato, por lo que era un gesto que a menudo evitaba. 

- La corriente debe ser tremenda allá arriba. Nunca se me hubiese ocurrido mirar allí. ¿Y sabrás abrirlo cuando lleguemos a él? 

Espera un poco por la respuesta y entonces cae en algo más mundano - Tendremos que tener cuidado con los huevos. Y Kazán, tus espíritus han sido muy útiles hasta ahora. Yo puedo volver a ayudar llevando a Hallie hasta el portal, pero... - Su sonrisa se amplía a otra considerablemente más pícara, como si acabase de ocurrírsele la idea del año - ¿Qué tantos tesoros de los que hemos encontrado crees que podrías llevar? 

El viaje se acerca a su fin.

Eso es lo que dijo Makoa. Su despedida dejaba un nudo en el estómago. Era uno de los pocos que tras la muerte nos había ayudado. Me dio por pensar en Ichini cuando Nero despidió, con cierto pesar.

No dije nada. Tan solo un adiós con la mano y con la otra, daba apoyo a Nero posándola en su hombro. Makoa había sido más que un amigo. Había sido su hermano en las profundidades. Su perdida, desde luego, pesaba más en él que en el resto. Pero no estaba solo.

- ¿Salir de aquí?- Estaba emocionada. Sentía cierta pena por dejar el sitio. Era como dejar un apartamento de veraneo. No te quieres ir, pero sabes que tienes que hacerlo. Miré hacia arriba. Todo ese peso del agua estaría sobre nosotros, de golpe y ahora, no habría posibilidad de error.

- Un momento- Me paré a pensar- ¿Y Hallie? No podrá nadar o  soportar las presiones marinas. ¿Y si encontramos ... no se... un cubo, un cofre de estos de jade donde pueda ir? No se si con la tengion Masud se tragaría a Hallie.- Dije en broma guiñando un ojo a Masud, al cual me acerque y le golpeé en el estómago, como siempre hacía para picarlo. - Es un tragón! ejjeje.

Los golpes cariñosos de Brynja cada vez lo cogían menos desprevenido, pero eso no significaba que fuese inmune a ellos. - ¡Uf! - suelta el aire de golpe, para acto seguido sonreír de forma voraz - ¿Quieres otra demostración de lo que puedo o no puedo morder, flacucha? - Cómo la adoro.

Pero niega un momento después, algo más serio - Ya lo miramos. Ningún cofre que no esté ya demasiado roto como para ser seguro. 

Si a Hallie no le importa, creo que sigo siendo la mejor baza. 

Vuelve a mirar a Kazán - Por mi parte, en cuanto calcules cuanto podemos llevarnos de aquí y llenemos tu bolsa, podemos irnos. 

Disculpa -comienza el oriental mirando al pequeño dragón-. Glu glu... era una onomatopeya para emular hablar bajo el agua. Es un poco infantil, no volveré a hacerlo.

Inclina la cabeza a modo de disculpa para luego fijar su mirar en Cocodrilo, apretar los labios y pronunciarse.

No hay mucho que calcular, no es ninguna bolsa. No tengo demasiado favor pendiente de cobrarme pero un buen puñado de cosas, como lo que sería un equipo básico de viaje, sería posible. Preferiblemente en no demasiadas cosas pequeñas, o si las hubiera, sería más fácil meterlas en una caja o envolverlas en una tela para entregar su custodia juntas.

Intenta explicarse, aunque no está muy seguro de si lo ha conseguido o no.

Si tenemos la salida y un nuevo compañero, por mí, vámonos ya.

Tras guardar un buen puñado de tesoros y algunas monedas que en el peor de los casos siempre podrían servir para fundirse sin más, el grupo se enfrenta finalmente al gran enemigo de aquellas corrientes, más poderosas que nada que hubiesen encontrado antes.

Están descansados, dispuestos y excitados. La tarea sería imposible para cualquier otro. Pero no para ellos. Ya no. 

Curioso capricho del destino el que había hecho que esté presente cada uno de los que harían falta finalmente para salir. 

La transformación en criaturas anfibias retuerce los rasgos de todos hasta que casi es imposible imaginar ningún signo de humanidad en ellas. Especialmente en el único cuya transformación es completa mientras la más diminuta se refugia entre unos dientes que no le producen ningún miedo.

Y saltan juntos.

El impacto del agua les recibe con una fuerza que haría temblar montañas eternas, y sin embargo... esta vez aceptan a los nadadores. Kazán parece tener más dificultades, pero al percibirlo los otros tres cambian inmediatamente de posición, colocándose de forma que el impacto de las aguas sobre el japonés se mitigase. No dejarán a los ojos del grupo solo. 

El tiempo que han pasado juntos les ha ayudado a comprenderse, aprendiendo de las fortalezas y flaquezas de los demás hasta convertirse en lo que son ahora: una fuerza arrolladora temible.

Juntos remontan la fuerza de la corriente buscando el portal del que Hallie les ha hablado. Aún con sus indicaciones tardan varios minutos en alcanzarlo

Las aguas se arremolinan a su alrededor formando filos que despedazarían casi cualquier material. Ni siguiera el poder acumulado les libra de un cierto malestar.

El portal está cerrado. ¿Cómo podrían abrirlo?

Por fin llegó el momento de volver. Fue un momento agridulce para el, pero tenía que ser. La experiencia de volver a ver su hermano de sal era algo que aprendería a madurar y valorar, y, sumado al rescate del oráculo que faltaba además de haber conseguido mejorar junto a sus camaradas, habían hecho de ese tiempo de aislamiento, algo provechoso.

Ahora parecía más un tiburón que nunca, y guiando al grupo bajo las indicaciones de Hallie y velando por la seguridad de kazan, todos llegaron al portal, el cual estaba cerrado. El instinto de Nero le bramó que sacara su tridente, el cual se materializó en su mano derecha mientras miraba a un lado y a otro hasta que algo reclamó su atención. Si Nero fue la llave para entrar, la llave para devolver a la vida a Hallie, lo sería también para salir. Sin mayor preámbulo introdujo los dientes de su legado y lo giró.

Nadaba concentrado aprovechando su envergadura para poner las cosas fáciles a los demás, aunque saltaba a la vista que cada vez lo necesitaban menos. Podría afirmarse que habían encontrado la fuerza al alejarse de la ominosa profecía de "Si estás solo, estás muerto" que alguien había pronunciado en el pasado, no estaba seguro de quien.

Ver el portal tan cerca y sin embargo encontrarlo cerrado podía haber resultado frustrante, pero afortunadamente Nero vio algo. Con precisión encajó la punta de su tridente en las ranuras de roca ¿pero cedería?

Se mantuvo cerca por si necesitaba ayuda, dispuesto a prestarle su fuerza si la roca se negaba a colaborar como el hijo del señor de los océanos exigía.

Hallie miró aún confundida a Kazán cuando este se disculpó. Solo negó con la cabeza mientras meditaba en su explicación. Asintió sin problema a las palabras del cocodrilo y cuando llegó la hora, entró en su boca otra vez. Ver cómo aquellos que antes parecían ser dispares se compenetraban era algo positivo. Sus protegidos avanzaban de manera correcta, aunque aún podría ser hasta gracioso para cualquiera que viera a la diminuta dragona el pensar que ella era su protectora.

Se sostuvo para estar segura y cuando hubieron llegado, salió de la boca de Masud para retomar su lugar junto al grupo. El portal era imponente, pero estaba segura que era el adecuado, aunque la forma de abrirlo... Eso no le era tan claro. Por suerte, su libertador parecía saber algo que los demás ignoraba, aunque Hallie parecía seguir concentrada en algo más. Tal vez intentaba recordar algún detalle que les permitiera cruzar o el rumbo... O solo estaba distraída.

Sea cual fuere la opción más adecuada, no dijo nada. Solo observó el portal con detenimiento mientras su cola se agitaba por la expectativa de lo que vendría.

La fuerza que hace Nero para encajar su tridente en la ranura no es nada despreciable, pero pronto queda patente que él solo no es capaz de hacer girar la llave que abre aquel portal. 

Sin pensarlo demasiado, Brynja se pone a su lado con una sonrisa llena de dientes afilados. Sus manos son mucho más adecuadas en aquel momento para ayudar que las garras del cocodrilo.

Un sonoro chasquido les indica finalmente que lo han conseguido.

Al lograr encajar las piezas para abrir el portal, una nueva fuerza tira de todos, atrayéndolos hacia el interior como si cayesen al vacío sin nada a lo que agarrarse ¿pero hacia dónde están cayendo?

Las posibilidades abrumarían al más cuerdo, pero afortunadamente Hallie ya ha soñado con este momento y despliega su poder para orientarles hacia donde sabe que deben ir. 

La nada colisiona con el infinito un segundo antes se sentirse propulsados a gran velocidad a unas aguas en las que por un instante sienten que las paredes les aplastan.

Pero hay algo más.

Algo extiende las manos, tratando de alcanzar el impulso del grupo.

Hallie no tiene ningún recuerdo de esta sensación 

¿Qué deberías hacer? ¿Deshacerse de esa presencia o dejar que les acompañe? Apenas hay tiempo para decidir. Sólo reaccionar dejándose llevar por el instinto.

El tiempo disponible de reacción es demasiado breve como para compartir impresiones, y lo que ocurre... es que el grupo acaba permitiendo que lo que quiera que tenía que pasar, suceda. 

Un hilo de energía se enlaza a la puerta que el portal ha abierto, añadiendo un compañero más al viaje. Uno grande, inmenso...

Entonces la mayoría es capaz de reconocerlo. 

El barco de huesos, Naglfar, les ha encontrado.