Partida Rol por web

Gods on Earth

[CAPÍTULO] 1.1 Luces en el Campamento

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06/11/2018, 11:57
-Narrador-
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Estabas indudablemente exhausta y al borde del éxtasis de una fatiga placentera que podría hundirte en un sueño cálido y profundo y hacer de tu vista una sucesión de imágenes caóticas y casi oníricas. Pero había sido la tormenta que habías desatado y que conseguiste controlar con todas tus fuerzas la que había hecho que el hollín se extendiera hacía ese cielo teñido de rojo, evitando que todos os ahogarais agonicamente en el humo inflamado; así que gritaste y mantuviste con estoicismo las últimas fuerzas que te desgarraban por dentro para aferrarte al fino hilo de la consciencia y luchar por vuestra supervivencia.

Fue la voluntad que imbuiste en el legado de tu espada guerrera con valentía lo que te hizo mantenerte en pie, estocada diestra tras golpe poco piadoso que cortaba el aire. Tu melena manchada, tu respiración jadeante al ritmo del eco de la furia que habías desatado y que amenazaba con extinguir toda posibilidad de que os segaran la vida.

Y fue el último golpe mortal que regalaste el que permitió que aquella sombra agonizante se apartara con un aullido súbito, confuso y... asustado. 
Sangraba, tragándose la negrura que fluía fuera de ella y que manchaba la hierba hecha cenizas bajo sus garras, cerca de otra de las criaturas que deseaban comeros vivos. Sus pupilas púrpura clavadas en las tuyas te helaron la sangre durante un minuto eterno  en el que sin saber cómo, cuándo o porqué, un silencio que pondría nervioso al animal más tranquilo se apoderó de ti. 

A cada brindis de tus pestañas la criatura te taladraba el alma con angustia, y a tu alrededor la noción del tiempo se perdió entre los árboles. La tormenta cesó, la piel oscura del demonio cambió, su grito agónico se apagó y en un parpadeo, te encontraste completamente sola y aislada del mundo ante un ser que ahora había adoptado una silueta humana.
 

Ya no estabas en el bosque, ya no estabas frente al monstruo asesinado e Ichini yacía frente a ti con tu espada profundamente clavada en un pecho deshecho y marchito.

           

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06/11/2018, 11:57
_ Ichini Yuki
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Y podías oír el trueno y ver el rayo golpear. Lo sentiste en tus puños, en tus pies, en los huecos de tus párpados, temblando por el cráneo, por la espina dorsal y por las costillas. El rostro de Ichini entre la mugre y la sangre allí donde había estado el cuerpo del monstruo infernal al que habías matado, con una sonrisa surcando sus labios cortados en un aliento helado. Te habló, y él no era más que un cadáver.

- Te esperaré al otro lado, Brynja-san - Pero las decisiones de la Muerte son definitivas, son los vivos los seres inconstantes. -  Lo real es lo irremplazable, así que deja ya de soñar y despierta.

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06/11/2018, 11:57
-Narrador-
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Estabas indudablemente exhausta y al borde del éxtasis de una fatiga placentera que podría hundirte en un sueño cálido y profundo y hacer del recuerdo de tu vida una sucesión de imágenes caóticas y casi oníricas. Pero había sido la tormenta que había desatado Brynja y el caos que controlabas con tu gracia lo que había ayudado a evitar que todos os ahogarais agonicamente en el humo inflamado; así que gritaste y mantuviste con estoicismo las últimas fuerzas que te desgarraban por dentro para aferrarte al fino hilo de la consciencia y luchar por vuestra supervivencia.

Fue la voluntad que imbuiste en el legado de tu espada guerrera con valentía lo que te hizo mantenerte en pie, estocada diestra tras golpe poco piadoso que cortaba el aire en una danza hipnótica. Tu melena pelirroja manchada, tu respiración jadeante al ritmo del eco de la furia que habías desatado y que amenazaba con extinguir toda posibilidad de que os segaran la vida.

Y fue el último golpe mortal que regalaste el que permitió que aquella sombra agonizante se apartara de tu camino con un aullido súbito, confuso y... asustado. 
Sangraba, tragándose la negrura que fluía fuera de ella y que manchaba la hierba hecha cenizas bajo sus garras, cerca de otra de las criaturas que deseaban comeros vivos. Sus pupilas púrpura clavadas en las tuyas te helaron la sangre durante un minuto eterno  en el que sin saber cómo, cuándo o porqué, un silencio que pondría nervioso al animal más tranquilo se apoderó de ti. 

A cada brindis de tus pestañas aquella criatura te taladraba el alma con angustia, y a tu alrededor la noción del tiempo se perdió entre los árboles. La tormenta cesó, la piel oscura del demonio cambió, su grito agónico se apagó y en un parpadeo, te encontraste completamente sola y aislada del mundo ante un ser que ahora había adoptado una silueta humana.

Ya no estabas en el bosque, ya no estabas frente al monstruo al que habías asesinado y Fathia se mantenía de pie frente a ti con tu espada profundamente clavada en un pecho deshecho y marchito.

           

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06/11/2018, 11:57
Fathia
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Y podías oír el trueno y ver el rayo golpear. Lo sentiste en tus puños, en tus pies, en los huecos de tus párpados, temblando por el cráneo, por la espina dorsal y por las costillas. El embrujo que te mantenía atrapada era la capa superficial de miedo que se desliza desde tu nuca con un sudor frío que no calienta. Lo que sea que está pasando es mucho más difícil de ver.

El rostro de Fathia entre la mugre y la sangre allí donde había estado el cuerpo del monstruo infernal al que habías matado, con una sonrisa surcando sus labios cortados en un aliento helado. Te habló, y él no era más que un cadáver.

- Algún día te esperaré al otro lado, Jezza. - Pero las decisiones de la Muerte son definitivas, son los vivos los seres inconstantes. - Pero hoy no.

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06/11/2018, 11:57
-Narrador-
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Estabas exhausto y al borde del éxtasis de una fatiga placentera que podría hundirte en un sueño cálido y profundo y hacer de tu vida una única sucesión de imágenes caóticas y casi oníricas. Pero había sido la tormenta de Brynja y las órdenes que habías dado con la disposición de un auténtico lider lo que había hecho que tus compañeros lucharan en equipo bajo ese cielo teñido de rojo, evitando que os ahogarais agonicamente en el humo inflamado. Así que gritaste en silencio y mantuviste con estoicismo las últimas fuerzas que te desgarraban por dentro para aferrarte al fino hilo de la supervivencia.

Fue la voluntad que imbuiste en tu lanza con valentía lo que te hizo mantenerte en pie, estocada diestra tras golpe poco piadoso que cortaba el aire contra esas bestias. Primero el escudo, después el filo y por último una estrategia que por fin se materializaba en tus manos. Tu cabello manchado, tu respiración jadeante al ritmo del eco de la furia que se había desatado y que amenazaba con extinguir toda posibilidad de que salierais con vida. 

Y fue el último golpe mortal que regalaste el que permitió que aquella sombra agonizante se apartara de tu camino con un aullido súbito, confuso y... asustado. 
Sangraba, tragándose la negrura que fluía fuera de ella y que manchaba la hierba hecha cenizas bajo sus garras, cerca de otra de las criaturas que deseaban comeros vivos. Sus pupilas púrpura clavadas en las tuyas te helaron la sangre durante un minuto eterno  en el que sin saber cómo, cuándo o porqué, un silencio que pondría nervioso al animal más tranquilo se apoderó de ti. 

A cada brindis de tus pestañas aquella criatura te taladraba el alma con angustia, y a tu alrededor la noción del tiempo se perdió entre los árboles. La tormenta cesó, la piel oscura del demonio cambió, su grito agónico se apagó y en un parpadeo, te encontraste completamente solo y aislado del mundo ante un ser que ahora había adoptado una silueta humana.

 

Ya no estabas en el bosque, ya no estabas frente al monstruo al que habías asesinado y Fathia se mantenía de pie frente a ti con el pecho abierto, deshecho y marchito.
 

           

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06/11/2018, 11:58
Fathia
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Y podías oír el trueno y ver el rayo golpear. Lo sentiste en tus puños, en tus pies, en los huecos de tus párpados, temblando por el cráneo, por la espina dorsal y por las costillas. El embrujo que te mantenía atrapado era la capa superficial de miedo que se desliza desde tu nuca con un sudor frío que no calienta. Lo que sea que está pasando es mucho más difícil de ver.

El rostro de Fathia, entre la mugre y la sangre, allí donde había estado el cuerpo del monstruo infernal al que habías matado, con una sonrisa surcando sus labios cortados. Te habló en un aliento helado, siendo solamente un cadáver.

Algún día te esperaré al otro lado, Rahat. - Pero las decisiones de la Muerte son definitivas,¿verdad? Son los vivos los seres inconstantes. - Pero hoy no. Lo real es lo irremplazable, así que deja ya de soñar y despierta.

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06/11/2018, 11:58
-Narrador-
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Estabas indudablemente exhausto y al borde del éxtasis de una fatiga placentera que podría hundirte en un sueño cálido y profundo y hacer de tu vista una sucesión de imágenes caóticas y casi oníricas. Pero había sido la tormenta de Brynja y las órdenes que habías desatado con la disposición de todas tus fuerzas lo que había hecho que tus compañeros lucharan en equipo bajo ese cielo teñido de rojo, evitando que os ahogarais agonicamente en el humo inflamado; así que gritaste y mantuviste con estoicismo las últimas fuerzas que te desgarraban por dentro para aferrarte al fino hilo de la supervivencia.

Fue la voluntad que imbuiste en tu legado con valentía lo que te hizo mantenerte en pie, estocada diestra tras golpe poco piadoso que cortaba el aire contra esas bestias. Primero el arco, luego el hacha y por último Ingrid en volandas a la que sentías desfallecer en tus brazos. Tu cabello manchado, tu respiración jadeante al ritmo del eco de la furia que se había desatado y que amenazaba con extinguir toda posibilidad de que salierais con vida.

Y fue la necesidad de agarrarte a la vida lo que te permitió cargar con la Hija de Loki varios metros mientras la chiquilla cantaba. Una melodía que se vio interrumpida por la tos que le produjo una arcada que sacudió y tensó todo su cuerpo. Un temblor, un espasmo, un chillido y el quejido de quien se ahoga.
Sangraba, tragándose un líquido negro que fluía fuera de ella y que manchaba la hierba hecha cenizas bajo vuestros pies, cerca de otra de las criaturas que deseaban comeros vivos. Sus pupilas ya no eran suyas, y el color púrpura de sus ojos clavados en los tuyos te helaron la sangre durante un minuto eterno en el que sin saber cómo, cuándo o porqué, un silencio que pondría nervioso incluso al animal más tranquilo se apoderó de ti. 

A cada brindis de tus pestañas el rostro descompuesto y pálido de Ingrid te taladraba el alma con angustia, y a tu alrededor la noción del tiempo se perdió entre los árboles. La tormenta cesó, el grito agónico de aquellos monstruos retumbó en tus oidos y se apagó. Y en un parpadeo te encontraste completamente solo y aislado del mundo ante un ser que era y no era la amiga que estaba enamorada de ti.
 

Ya no estabas en el bosque, ya no estabas rodeado de llamas e Ingrid yacía en tus brazos con el pecho profundamente abierto, deshecho y marchito.

           

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06/11/2018, 11:58
Ánima
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El ruido distante de los truenos se desliza hasta ti sin llegar a decirte nada. Lo sientes en tus puños, en tus pies, en los huecos de tus párpados, temblando por el cráneo, por la espina dorsal y por las costillas. Abres los ojos quizás por primera vez desde no sabes cuanto tiempo. El embrujo que te mantenía atrapado era la capa superficial de miedo que se desliza desde tu nuca con un sudor frío que no calienta. Lo que sea que está pasando es mucho más difícil de ver.

El rostro de Ingrid entre la mugre y la sangre allí donde había estado viva una vez te mira con una mueca que casi podría haber parecido una sonrisa en sus labios cortados. Su aliento es helado y te habla no siendo más que un cadaver.

- ¿Por qué no te diste cuenta antes?  - Pero las decisiones de la Muerte son definitivas, son los vivos los seres inconstantes. -  Lo real es o irremplazable, Einar. Deja ya de soñar, despierta.

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06/11/2018, 11:58
-Narrador-
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Estabas indudablemente exhausto y al borde del éxtasis de una fatiga placentera que podría hundirte en un sueño cálido y profundo y hacer de tu vista una sucesión de imágenes caóticas y casi oníricas. Pero había sido la tormenta que Brynja había desatado y tu fortaleza en combate lo que había evitado que os ahogarais agonicamente en el humo inflamado; así que gritaste y mantuviste con estoicismo las últimas fuerzas que te desgarraban por dentro para aferrarte al fino hilo de vuestra supervivencia.

Fue la voluntad que imbuiste en tu legado guerrero con valentía lo que te hizo mantenerte en pie, estocada diestra tras golpe poco piadoso que cortaba el aire contra esas bestias traidas del mismísimo infierno. Tu melena rubia manchada, tu respiración jadeante al ritmo del eco de la furia que habías desatado y que amenazaba con extinguir toda posibilidad de que os segaran la vida.

Y fue el último golpe mortal que regalaste el que permitió que aquella sombra agonizante se apartara de tu camino con un aullido súbito, confuso y... asustado. 
Sangraba, tragándose la negrura que fluía fuera de ella y que manchaba la hierba hecha cenizas bajo sus garras, cerca de otra de las criaturas que deseaban comeros vivos. Sus pupilas púrpura clavadas en las tuyas te helaron la sangre durante un minuto eterno en el que sin saber cómo, cuándo o porqué, un silencio que pondría nervioso al animal más tranquilo se apoderó de ti. 

A cada brindis de tus pestañas la criatura te taladraba el alma con angustia, y a tu alrededor la noción del tiempo se perdió entre los árboles. La tormenta cesó, la piel oscura del demonio cambió, su grito agónico se apagó con el resto y en un parpadeo te encontraste completamente solo y aislado del mundo ante un ser que ahora había adoptado una silueta humana.

Ya no estabas en el bosque, ya no estabas frente al monstruo asesinado y Ditte yacía frente a ti con tu espada profundamente clavada en un pecho abierto, desecho y marchito.

           

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06/11/2018, 11:59
Ánima
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Y podías oír el trueno y ver el rayo golpear como si fuese la misma ira de Odín lo que resquebraja el suelo bajo tus pies. Y sin embargo todo ese eco es distante. ¿Qué podría significar Odín sin el brillo de los ojos de su hija?, ¿qué podía significar cualquier Dios?

El rostro de Ditte, de la verdadera Ditte, entre la mugre y la sangre allí donde había estado el cuerpo del monstruo infernal al que habías asesinado te habló con una sonrisa surcando sus labios cortados. Su aliento helado hacía que ella no fuera más que un cadaver.

- Por encima de todo... quiero que sepas que te quiero. Más que a nada. Más que a nadie - Pero las decisiones de la Muerte son definitivas, son los vivos los seres inconstantes. - Gracias por permitirme luchar una última vez a tu lado, pero... deja ya de soñar, Duncan. Despierta.

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06/11/2018, 16:24
.Medusa
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Y al lado de tu hermana muerta, la aparición de la figura de un ser que ya conocías te hizo entender lo que estaba ocurriendo.

Lo real es lo irreemplazable, así que deja ya de soñar y despierta.

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06/11/2018, 16:29
-Directora-
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Notas de juego

FIN DEL PRÓLOGO.

Y sí, podéis hacer un último post de reacción a todo esto antes de que cambiemos de escena (si queréis).

Puede ser un post para todos (en reacción al primer post de narrador), puede ser solo al director (en reacción a los últimos posts de narrador) o ambos.

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06/11/2018, 23:58
_ Rahat Medhat
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El dolor era lacerante, rabioso, pero Rahat se negaba a caer ante él. Si debía hacerlo, que fuera después de escapar de aquel infierno desplegado sobre lo que debía ser un lugar seguro. Aliviado al ver que todos los mestizos formaban piña tomando la ruta que había aconsejado tomar, el hijo de Osiris redobló esfuerzos en no perder la concentración ni la convicción necesarias.

¡Juntos! ¡No os separéis! —bramaba apretando los dientes por el dolor —. Cerrad el bloque, vigilad retaguardia. ¡Adelante! ¡Adelante, por nosotros! ¡Por nuestros amigos!

Entonces aquel coro de diablos sombríos actuó con un comportamiento inusual, inesperado, que reforzaba su inquietud al no saber nada de esas criaturas. Pero entonces el rugido de la bestia que los cercaba irrumpió, Rahat sintió una impresión absoluta y tembló de congoja. Un temor anidó en el alma de Rahat, una sospecha, hilando el comportamiento de las criaturas, la impresión que daba el aullido, ilusiones terribles.. pero en aquella travesía mortal, no dio pié a desfallecer. Debían salir de ahí, salir.. salir..

Notas de juego

Público.

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07/11/2018, 00:08
_ Rahat Medhat
Sólo para el director

Salir. Rahat golpeó una nueva estocada con la resolución del que quiere sobrevivir, y entonces una negrura incluso más profunda que la de las propias sombras arremetió contra el hijo de Osiris de la forma más despiadada que dios o mortal pudo haber concebido.

¡NO! —gritó roto al revelarse la ¿identidad? del monstruo que había abatido. Los ojos de Rahat se abrieron de par en par, y un hilo de voz débil en contraposición al que acababa de soltar cerró el círculo mientras caía de rodillas junto a Fathia —. No..

El cuerpo le temblaba embadurnado de sangre, mugre y desesperación, con los ojos acechados por lágrimas que se negaban a derramarse. Trató de recoger a su amiga balbuceando una cacofonía ininteligible de desesperación. Las armas cayeron a sus lados, tomó a su amiga entre sus brazos y la abrazó sin reservas gritando al cielo de pura impotencia.

¡AAAAAAAAAAH! —llegó a ese punto de quedarse sin voz o, simplemente no escucharse, adentrándose en una suerte de silencio onírico en el que solo era capaz de escuchar su respiración. No comprendía porque aquello, una pesadilla, otra pesadilla acechando en los rincones oscuros de su mente. La culpa, la vergüenza, escupiendo su veneno en la psique de Rahat. Separó su cuerpo para contemplar a Fathia, y escuchó lo que decía sintiéndose desamparado.

La muerte no es el final.. la muerte no es el final.. no.. ¿qué..? —una chispa de claridad brilló en su mente atrapada en su propio laberinto de confusión y engaños, miró a Fathia arrugando la frente. Dijo algo que ni siquiera él escuchó, un secreto mudo en el que solo los muertos guardan y una palabra final —. Despier.. ta..

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07/11/2018, 15:54
_ Masud Sarif
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- No lo haces nada mal

El cocodrilo sonríe con un gesto enigmático.

Si. Se sentía bien poder luchar codo con codo con alguien en quien sabía a ciencia cierta que podía confiar. Puede que no hubiesen empezado con muy bien pie, pero el tiempo lo soluciona todo y se alegraba que aquella fuese una de las victorias que le habían traído los últimos días, y no era el único encuentro del que se alegraba.

- Podría decir lo mismo, pero sé que puedes hacerlo mejor ¡Vamos!

Salta hacia delante junto al hijo de Hades, sin dar margen a sus enemigos hasta que las cosas comenzaron a ponerse realmente raras...