Una semana que se había ido volando entre unas cosas y otras. Entrenamientos que rozaban el sadismo, una rapida investigación filológica y el ir realizando un pequeño trabajo de talla de piedra eran las tareas a las que el hijo de Balder había dedicado esos días.
El regreso de Pan, los gestos cansados unidos a sus palabras y un nuevo regalo en forma de otras frutas, hicieron que Sven se alegrara de haberse tomado un tiempo para elaborar una pequeña ofrenda que correspondiese la hospitalidad y la gran cantidad de ayudas que los habitantes de Mythos les habían otorgado. Por lo menos, a pesar de lo pobre de su presente, podía mostrar la gratitud que sentía.
El noruego sonrió a Kled a modo de respuesta cuando ella sugirió el plan de actuación, uno basado en dividir a los nórdicos para tener presencia en vanguardia y retaguardia, y se negó a aceptar el liderazgo de Nero.
Tomó el fruto cuando le correspondió hacerlo y, a su vez, le dio a Pan una pequeña piedra con la runa de Ansuz tallada en ella de la mejor forma que había podido. Luego, le entregó el otro canto, este con Thurisaz en él. Dado el discurso del rey de Mythos era el momento que había esperado para obsequiar al principal responsable del trato afable recibido y a aquel que le había instruido con un trabajo artesanal que distaba mucho de estar rematado del todo. No eran artefactos de poder, no eran elementos que les fuesen a ser de gran ayuda. Solo eran un detalle.
—Del amigo hay que ser amigo, dar regalo por regalo —le dijo con una sonrisa en los labios —. ¿Puedes hacerme un ultimo favor? Entrega este recuerdo a Marsias —dijo señalando la talla de Thurisaz —. Yo lo escogería como uno de nuestros guías y se la daría personalmente, pero no depende de mi su elección.
Tocaba escoger si delante o detrás, y al no tener moneda para decidir a cara o cruz o ganas de jugarselo a "piedra, papel, tijera" con Harald, se dejó llevar por las opiniones que algunos habían sugerido.
—¡Por supuesto que voy delante, Kled! Hay que correr e ir en la avanzadilla para encontrar a la muerte antes de que otro me quite el sitio — mencionó con diversión en la voz.
Miró a los que habían determinado ir al frente.
—Y ya sabéis que propongo a Marsias para que sea el guía del grupo de delante.
- Gracias - No se sentía muy locuaz, aunque no le pasaba desapercibido el esfuerzo que habían y seguían haciendo sus anfitriones.
Era una pista mucho más clara que aquello de "metamorfosis, fuego, acero y vida". Ir de un punto A a un punto B. Eso sí lo podía hacer.
Cogió entonces una de aquellas frutas, preguntándose por los dones que conocía de los allí presentes. ¿Qué sería de más utilidad? Pero aquello podía esperar. Mira a Nero y se encoge de hombros.
- Yo no tengo problema. Hay quien sirve para unas cosas y quien sirve para otras.
Si dices que eres más útil dirigiendo el equipo de banguardia, te creo. - Masud pasa la mirada brevemente entre los que ya se habían pronunciado. - Yo puedo ayudar a cualquiera de las posiciones. Díganme dónde quieren que vaya, y allí estaré. Si no, respaldaré al equipo con menos miembros.
Sentencia llevándose el pequeño fruto a la boca de un tirón.
Móvil
Bien, parece que el tiempo de andar por éstos bosques se ha acabado, no sin antes recibir un último regalo del anciano. Es bien sabido que no guardo ningún tipo de devoción a falsos dioses, pero sí sé ser agradecido cuando lo merece. Y además, parece que la ocasión requiere de cierto respeto.
Me agacho y cojo uno de los frutos. Lo levanto en dirección a Pan- Gracias, Pan señor de éstas tierras. Por su tiempo y el de su gente hacia nosotros, así como de un lugar seguro. Dígale de mi parte a Marsias que le devolveré el favor algún día... encerrándole en una cesta de pinchos si tanto le gustan-pensé.
Girándome al grupo. Yo iré en vanguardia. No dejaré en manos de otros ni la dirección, ni la velocidad, ni la exploración del grupo. No le temo a la muerte, y no dejaré que otros peleen por mí. Además, necesito ir sabiendo cómo andan las capacidades de mi gente para la batalla, lástima que no haya tenido mas tiempo antes para averiguarlo con mas tiempo.-Mirando a Nero- Si tantas ganas tienes de liderar el grupo, hazlo. Pero quiero que tengas algo muy claro: estás a prueba. Un lider no se escoge, se merece. Y desde ahora en adelante hasta que lleguemos al destino, deberás demostrar tus capacidades de liderazgo si esperas la lealtad de los que te siguen.
Me guardo la fruta en la mochila mirando a Kled. Deja al griego a ver de qué está hecho. Si falla, no tardaremos en elegir a otro. Además, juntos somos mas fuertes. Y lo mas importante, la retaguardia no es para un nórdico.
Al echar un vistazo a la retaguardia, me doy cuenta que estaré mas cómodo en la vanguardia. Veo que el herrero griego parece fuerte y el japonés podría servir como apoyo, pero el resto no me generan confianza. Masud, creo que serás mas útil en la retarguardia, delante ya vamos fuertes. Supongo que así les tendrá que bastar.
Me aseguro rápidamente de todo mi equipo- Yo estoy listo.
Jezabel se acercó a Pan y le dio un beso en la mejilla como el que da una nieta a su abuelo. Por algún motivo, nadie se atrevía demasiado a establecer contacto físico, pero Jezabel no sentía ese miedo respetuoso, más bien todo lo contrario. No había temor de dios en ella ante la presencia de Pan.
Gracias. Hay algunos que no son buenos agradeciendo o directamente no saben hacerlo, también te doy las gracias en su nombre.
Recogió el regalo que el dios le tendía.
Y no solo por tus regalos, al menos no por los físicos. También por tu esperanza y la de tu gente, que habéis depositado en los refugiados de una masacre como si fueran aptos y merecedores. Ese si es un buen motivo para dar las gracias.
Hoy se había despertado de buen humor. Ya estaba totalmente descansada y apenas le dolían los pies. Empezaba a creer que había creado callo de tanto entrenar por los bosques. Caminar por el desierto es muy diferente a caminar por los bosques, y aún más distinto de caminar por los árboles.
Después se giró al grupo.
Una vanguardia numerosa es la peor de las decisiones. Me he cansado de contar cuántos de vosotros os habéis decantado por abrir camino, en lugar de dejárselo a quienes más dotes de exploración tienen. Como bueyes avanzando a un abrevadero. Los bueyes pueden ser fuertes, pueden ser resistentes, pueden ser tenaces, pero nunca serán ágiles. ¡Que viva nuestra vanguardia de bueyes! Yo por mi parte estaré en la retaguardia, con el resto de quienes deberían ir delante, esperando que no necesitéis nuestra ayuda.
¿Aquello era Jezabel de buen humor? Bueno... a juzgar por su sonrisa sí, aunque sus palabras eran bastante duras. Desde luego, desde el ataque Jezabel estaba de un humor extraño. Casi no parecía la misma.
Examinó el regalo de Pan, que aún tenía en la mano, y se lo metió en la boca.
Avisadme cuando decidáis quiénes queréis que nos acompañen. Desde luego, si nadie opina los elegiré yo, pero no vamos a dejar escapar este otro regalo.
Pero no hay nadie que hable nuestra lengua -explico al guerrero- así que yo me quedaré en la retaguardia.
No había mucho que discutir del tema. Una mirada rápida hacia el griego que pretendía ser líder de la vanguardia y río entre dientes para señalarle con la cabeza, sin dejar de hablar tanto con Seven como con Heraldo.
A mí me da igual cómo se quieran organizar, sólo hablo por mí. El liderazgo se gana, no se pide.
Por eso yo nunca seré líder. Pienso y río abiertamente, aquello debería ser más que suficiente para cerrar la breve discusión. Una mirada hacia la otra pelirroja.
En realidad el resto de decisiones no me importan demasiado. Con nuestro entrenamiento podríamos estar donde quisiéramos ¿no te parece?
A los de la vanguardia, pasadlo bien.
¿Alguien ha hecho un recuento de quién va dónde?
Nero optó por lo prudente, el silencio. Sencillamente miró a los hijos de Dioses del panteón nórdico y torció el gesto. Decidió que ninguno de ellos eran dignos de estar ahí al ver su actitud, pero dificilmente se vio capaz ni con ánimo de iniciar una disputa o una pelea, ya fuera verbal o física. No sacaría nada más que problemas.
Respiró con tranquilidad ignorando las miradas de Kled y su actitud ciertamente desdeñosa y sobre todo la de Jezabel ante su bilis. Suspiró amargado y esperó a que todos terminaran de decidirse para partir de una vez. Solamente buscó la mirada de Alisha y Héfiro, como buscando cierto apoyo, pero tampoco les recriminaría nada, únicamente les sonrió a ambos con gesto cansado.
Las palabras de unos y de otros volaban sin control, hasta el punto de notar cierta hostilidad en alguno de ellos. Pero había algo que me hacía sonreir, algo que ni las palabras más groseras podrían ensombrecer. Me quedé mirando a Nero tras sus palabras. Aunque nadie había tomado en serio al hijo de Poseidón, acababa de dar el paso que tanto tiempo estaba esperando, al fin veía en él a un guerrero decidido, que valoraba sus opciones y cualidades, y no a un muchacho temeroso. - Yo apoyo la propuesta de Nero. - dije en tono serio, sin perder contacto visual con él. Ignorando por completo las conversaciones que se sucedían a mi alrededor. No por rencor hacia ellos, sino por orgullo hacia mi hermano. - Un líder no se impone, se gana a los que le siguen. Si consideráis que él no es digno para ser vuestro líder, estáis en vuestro derecho, pero sí será el mío. Y dado que aquí y ahora solo somos nosotros dos de nuestro panteón, por mayoría, a partir de este momento eres el líder del Panteón Griego.
- Fui el primero en hablar, y el primero en ir al grupo de retaguardia porque creo que seré más útil. Pero si crees que puedo ayudarte más yendo contigo en vanguardia, iré. - Dediqué un gesto con la cabeza a Nero para a continuación dirigirme al resto del grupo, - Habéis propuesto ya a alguno de los maestros para la vanguardia, y estoy de acuerdo con los nombres que han salido. Pero en retaguardia, creo que la mejor opción con diferencia es Eufrosine. Nos podría ayudar en gran medida... sus habilidades, pueden ser más determinantes para la misión que hemos iniciado, que todos los demás maestros juntos. Por supuesto, sin menospreciar a ninguno de ellos, que voluntariamente se ofrecieron a ayudarnos.
Tras terminar de hablar, avancé hasta quedar al lado de Nero, esperando tanto su respuesta, como la del resto del grupo.
Personalmente, creo que deberíamos optar por Leneo, si él quiere, claro.
Aquella parte de la conversación sí era importante.
Observé en silencio como la gente iba debatiendo, aunque más bien era discutur de manera algo tonta, se estaban repartiendo el liderazgo antes siquiera de formar un buen grupo, encima habian algunos que se dedicaban a meter cicaña, como sí el hecho de verse discutiendo entre ellos les divirtiese, al parecer lo único que podia unirnos como el grupo era la desesperación y el miedo.
----Yo llevo el recuento....- digo mirando a Jeza- en vanguardia estamos Nero,Nao,Sven,Harald y yo; en retaguardia estais Daniya, Hikari,Jeza,Kled,Shiro y Hefirosí no he contado mal....
---Despues Masud ha dicho que no le importa ir en un grupo u otro y falta por pronunciarse Alisha, Brynja- digo mirando a los que faltan- Personlamente pienso que mínimo debe de haber un grupo con un médico en cada lado y la verdad es que coincido con Jezabel, Leneo o Lerene serian ideales para la avanzadilla por sus aptitudes a la hora de moverse por la zona...
- No tenía conocimiento de que tuviésemos ningún otro médico entre nosotros como para que haya uno en cada grupo. Pero si se refiere a labores de primeros auxilios, puede quedarse tranquilo. Estoy segura de que más de la mitad de los presentes sabrían vendar una herida o cortar un sangrado - Comenta la japonesa hacia Tau, para después añadir - Es interesante escuchar la confianza con la que pronuncia mi nombre. Esperaba algo más de educación por su parte. Mi nombre para usted es Hikari no mimi.
Y a pesar de lo antipático de sus últimas palabras, su tono había sido tan dulce como el aleteo de una mariposa.
Se gira al resto del grupo antes de proseguir, con la misma suavidad.
Un buen estratega tendrá en cuenta que un grupo avanzará siempre a la velocidad del más lento, y lo hará durante el tiempo que permita el corazón del más débil.
Escuché a todos como se iban ordenando y organizando. Al principio no estaba mal pareciamos de acuerdo en una cosa, quien debía ir delante y quien detrás, pero había desacuerdos en otras como quien debería acompañarnos. Personalmente con la opinión de Tau me quedé un poco con mal sabor de boca. Quería ir donde estuviera Daniya obviamente, no quería dejarla sola y mucho menos no quería combatir sin ella a mi lado, pero por otro lado Tau ya me había enseñado suficiente para asistirle. No quería que fuera solo.
-E-esto... Si hay que dividir a los medicos en cada grupo... ¿No sería mejor Tau que estuvieras en retaguardia con nosotros? A-al menos... así podría ayudarte sin problemas. Y-ya me he acostumbrado a tu forma de trabajar quiero decir. - sabía que no era una excusa, pero al menos era algo en que pensar. Igualmente no me opondría si decía que no.
Debiamos esperar aún más para que se decidieran a salir y al menos tardariamos unos pocos minutos. Tiempo más que suficiente me acercara a Daniya con mi curiosidad - Compañeras de batalla de nuevo... A-aunque espero que no nos encontremos ninguna amenaza. - reí por lo bajo - O-oye D-Daniya... T-tengo una pregunta - decir su nombre hacía que sonrienra tontamente como una adolescente enamorada, aunque mi pregunta no tenía nada que ver con ello - ¿P-Por qué querías que te hablaramos Sven, Alisha y yo en nuestros idiomas maternos? - Si bien quería saber la respuesta a otra pregunta, decidí darle tiempo aunque cada vez estuviera más cariñosa con ella... al menos satisfacer mi curiosidad sobre otro detalle sería suficiente por ahora.
Asiente quedamente a las palabras y gestos de cada uno, aceptando los regalos de Sven para varios maestros y quedando gratamente sorprendido por el gesto cariñoso de Jezabel hacia él, lo cual demuestra con una sonrisa más sincera.
Sin embargo, algo le llama la atención.
- Vaya. Con todo el tiempo que han pasado juntos, esperaba que se conocieran mejor los unos a los otros - Mira los escasos frutos aún en sus manos - Si no se conocen, no podrán encontrar puntos de unión. Y mi esfuerzo no habrá servido para gran cosa.
Parece pensar unos segundos antes de tomar una decisión.
- Está bien. Les propongo algo. Un último juego antes de partir que no les retrasará. Tranquilos. No pretendo hacerles cambiar de opinión, sino aportarles más claridad.
Id ahora a las cabañas. Recoged lo que quieran de sus pertenencias. Solo aquellas cosas que vayan a poder cargar, incluídas raciones de viaje, y todos a la vez, corred cada uno de forma independiente acompañados por nuestras ninfas.
El objetivo es el lago de Cristal, que algunos ya conocen.
Allí podrán hacer noche y comunicarnos su decisión final con los guías, antes de dividirse en varios grupos y emprender el viaje. Para conocerse como grupo deben molestarse antes en conocerse como individuos.
Hace un gesto con la mano para despedirse - Partid ya, antes de que a este pobre viejo le entre nostalgia.
Me había mantenido al margen el mayor tiempo posible, ya que realmente, no sabía donde encajaría más, en retaguardia o en vanguardia. Respondí a la mirada de Nero con una sonrisa.
A partir de ese momento, todos hablaron. Lo que aquel herrero dijo no me pareció desacertado, Nero sería un gran líder, si le daban una oportunidad. - Es curioso que se despotrique de alguien cuando no se le conoce... como se puede decidir que alguien no es digno si apenas le conocéis... - dije en bajo, para a continuación añadir en un tono más alto y firme, - Yo estoy con Nero también. Aún no sé de que panteón soy... tenemos alguna idea pero nada confirmado... hasta que se aclare mi situación, me quedaré cerca de los pocos que conozco bien, y acepto a Nero como mi líder.
Sabía que mis palabras no gustarían a más de uno. Pero la mayoría de los semidioses obviarían mis palabras. Aunque no me importaba demasiado, las palabras de la joven asiática consiguieron llamar mi atención, y no pude sentir más que una mezcla entre risa y pena. - Otra opción sería que tu acompañaras a Tau en vanguardia, ¿no crees, cielo? De ese modo no tienes que obligar a nadie a cambiar de grupo.
No conocía demasiado a Shiro, pero cada vez me sentía más cercana a Daniya, y no me resultaba fácil fingir que no me importaba ese acoso que la joven asiática mantenía sobre la egipcia. Había momentos en los que de veras me sentía mal por Daniya. Una cosa es que te presten atención, otra es que se enamoren de ti, pero lo de Shiro ya era enfermizo. Prácticamente era incapaz de pensar por sí misma, lo único que la importaba era estar a menos de un centímetro de Daniya, como una lapa acosadora... Aunque cada vez que pensaba así, me daba cuenta de que la gran víctima sería la asiática, cuando Daniya no pudiera aguantarla más.
Pero por bien que me llevara con Daniya, todo lo referente a Shiro era cosa suya y nada más que suya. Por lo que sonreí y me acerqué a Kled y añadí, - Yo iré en retaguardia con mis hermanas, Daniya y Kled.
Dediqué una sonrisa a ambas, para después ver como Pan tomaba la palabra y nos hablaba del juego, al final escoger el grupo no había servido de nada visto lo visto. Me dirigí hacia las cabañas, dándome la vuelta a medio camino, mirando a Daniya y Kled, - La última de nosotras que llegue al lago ese, invita a las otras dos a una buena pinta de Guinness cuando regresemos a casa, ¿os parece? - dije entre risas mientras comprobaba cómo Nerian planeaba en el cielo, siguiendo nuestro camino.
Daniya, una vez dicha su preferencia, había permanecido en segundo plano, como era habitual, y medio escondida. Había que buscarla para verla, pero escuchó todo lo que se decía mientras se comía el fruto que Pan le había dado.
Hikari fue tan fría y desagradable como de costumbre: a Daniya cada vez le caía peor. La evitaba todo lo que podía y nunca se quedaba donde pudiera verla. Siempre que la veía pensaba en lo distinta que era a Shiro. Podían ser del mismo sitio y tener las mismas facciones asiáticas, pero eran como el agua y el aceite, tan distintas como podían serlo dos personas.
Jezabel también podía ser agresiva... pero era otro tipo de agresividad. Era una hija de la tormenta, y como tal era fuerte y salvaje... pero no mala ni cruel. A Daniya le había costado años entender eso, pero ahora Jezabel era una persona a la que le confiaría su vida... y alguien a quien le encantaba tener en la retaguardia con ella. Cuando dijo que iría con ellos, Daniya miró a su hermana con agradecimiento y alivio en su ojo.
Estaba tan centrada en lo que decían que no vio a Shiro hasta que habló, lo que le sobresaltó un poco. Shiro sonreía de forma muy rara cuando decía su nombre. No era desagradable, pero era... extraño, como si estuviera borracha o drogada. Pero sabía que no era así, así que se quedó mirando a Shiro tratando en vano de adivinar qué significaba aquella sonrisa. Tampoco entendía muy bien la mirada que Alisha les lanzaba al verlas juntas, era algo como preocupación, tal vez algo de tristeza... sacudió la cabeza y dejó de pensar en ello. Adivinar lo que sentían otras personas no era su fuerte precisamente.
Aquella semana Daniya había hecho todo lo posible por olvidarse de lo que había pasado con Shiro la primera noche, y no había vuelto a sacar el tema. Así, por lo menos, la marea confusa de sentimientos en la que parecía irse a ahogar se había detenido. Había pasado mucho tiempo con Shiro, y se sentía muy unida a ella, pero aún, después de todo lo que habían pasado, le daba vueltas la cabeza de considerarla su amiga, porque era su primera amiga en mucho, muchísimo tiempo... ¿Había tenido amigas siquiera alguna vez? En el campamento eran hermanos y hermanas, más familia que amigos, y luego, sí, en Half Blood había tenido alguna amiga, y ahora... estaban bajo tierra. Que le pasase lo mismo a Shiro le daba un miedo atroz.
Se forzó a para de pensar en eso y a escuchar lo que le decía.
-Fue porque...-respondió-Quería saber de qué panteón era. Le hablamos en los idiomas... y solo entendió el nuestro. Egipcio antiguo. -al decir eso, se le iluminó el ojo de ilusión-Es... una hermana.
Aquello había sido lo mejor que había pasado en aquel maldito lugar extraño en el que estaban. Habían perdido tanto, tanto y tantos, que recibir una nueva hermana había sido un milagro, un regalo mejor que todos los frutos mágicos del mundo entero. Daba gracias a los dioses todos los días por ello.
Como si supiera que hablaban de ella, Alisha se acercó. Le dijo a Shiro que podía ir en vanguardia, y, aunque Daniya quería ir con ella, al final tuvo que admitir que tenía razón, así que asintió. Cuando dijo que iría en retaguardia con ellas, Daniya miró a Alisha con agradecimiento, y cuando la llamó hermana, sonrió. Daniya tenía una sonrisa bonita, pero se veía poco. Sin embargo, cada vez que Alisha le llamaba hermana, sentía calor en el corazón.
-Hermana-le susurró en egipcio antiguo, disfrutando del sonido de la palabra.
Entonces Pan habló de nuevo y dijo algo de una carrera. ¿Qué era eso de una carrera? ¿Así iban a decidirlo? ¿Entonces por qué preguntaba en un principio? Daniya estaba a punto de renunciar a entender lo que pasaba allí. En todo caso, habría que hacerlo. Considerando todas las cosas que le hacían hacer, correr no era la más complicada, pero la última vez que corrió sola por el bosque perdió un ojo. Así que miró a Shiro, a Alisha y a Kled.
-Voy... iré con vosotras. Al lago.
A Daniya le traía sin cuidado ganar la carrera, y tampoco entendió muy bien lo que dijo sobre invitar a una pinta. De entrada no conocía esa marca, y además, no es como si allí hubiera dinero o bares en los que hacerlo. Decidió correr con ellas, pero no al máximo, sino sin separarse nunca de ellas tres, aunque tuviera que frenar. No pensaba volver a correr sola por aquellos bosques.
La reunión se convierte en una discusión, una vez más, demasiadas opiniones, y escasos puntos de unión. Tantas que es el mismo anfitrión quien debe intervenir concediendo más tiempo y una manera de solventarlo mediante la convivencia. Suena a fracaso. Suspira cansado y se toma unos segundos para prolongar su silencio meditando las ideas y sugerencias que le llegan al resto.
La finalidad de los equipos no es que sean equitativos, ni en número ni en poder. Ni tampoco en conocimientos médicos. El primero, es decir la vanguardia, su responsabilidad es el movimiento, ir delante, explorando el terreno y atisbar los posibles peligros que se puedan encontrar para sortearlos. – Explica su perspectiva, dando la razón a la princesa y a la pelirroja en cuestión de sigilo y movimiento.
Sin embargo, no es todo lo que tiene que decir. No le terminaba de agradar tener que estar hablando de más. Pero es el momento adecuado para ello. - Por ese motivo debe ser el menos numeroso, y de pasos más ágiles, el de ir marcando el camino, para los que se encuentran en retaguardia, cuyos puntos fuertes no destaca precisamente en velocidad ni en la exploración si no el apoyo y en conocimientos entre otras posibilidades, sea capaces de seguir.
Una pausa para tomar aire, y continuar, en el mismo tono inalterable. - No obstante, estaría bien que en ambos equipos estuviese al menos alguien capaz de estar siempre alerta, también hay que estar pendiente de los flancos, y por supuesto de lo que puede venir a nuestras espaldas. Yo soy uno de ellos. – Añade a modo de recordatorio. Prevenir, en su parecer, nunca está de más.
La siguiente pausa para tratar otro punto, el expuesto por el hijo de Anubis. - Tau-san, Si es al hijo de Morfeo quien te refieres, que es quien tengo constancia de que posea conocimientos médicos, por lo que pude hablar con él, debería estar en retaguardia. A fin de cuentas el movimiento se ajustará, como bien ha mencionado Hikari-hime. – Puede parecer una obviedad, más la remarca. - Pero por el momento está en paradero desconocido, en el grupo que explora los portales.
Adopta una vez más una pose reflexiva, facilitando así organizar sus ideas. - No obstante, tanto Masud como yo sabemos cómo hacer un torniquete, detener una hemorragia. Y si eso no es suficiente, poco más por hacer, salvo que se utilicen ciertos poderes que no todos poseemos. – Suspira levemente. Es un guerrero, un soldado, bendecido con los poderes de la guerra y protección, no de la sanación.
Por eso es preferible, que alguien se ocupe con el herido con los primeros cuidados, y uno o dos más retrocedan para avisar al doctor en cuestión si se precisa. Por este motivo una avanzadilla formada por cuatro miembros sería lo ideal. Cinco a lo sumo contando el mentor. – Sus palabras explican, desde sus conocimientos tácticos, sin embargo se han alargado demasiado a su parecer.
Sobre los mentores, podéis tener en cuenta Folo-sensei, es capaz de estar siempre alerta, y también de reconocer el terreno y de moverse por él. – Añade como sugerencia al final. Y con ello deja el tema de lado, ya que surge otro. - Podemos seguir hablando después, tenemos que recoger las cosas, especialmente con provisiones para varios días a poder ser, para evitar la caza, eso nos retrasaría, presumo que empezaríamos tras terminar la reunión. – Y ahora sí guarda silencio.
Finalmente se ponen en movimiento.
Únicamente Jezabel, Kled y Hikari toman una senda diferente al de las cabañas, poco interesadas en competir.
Los demás pasan por las cabañas para prepararse para lo que promete ser una larga caminata, antes de lanzarse a la carrera todos a la vez.
Seguimos en el Lago de cristal
Que cada uno indique en sus zonas personales qué va a llevar.