Masud escucha, y aunque frunce un poco el ceño desengranando aquella negación de la distancia tan rebuscada, no interrumpe. Cuando acabas trata de bromear.
- Eso de no contar las cosas primero porque te duelen y segundo porque las sientes muy distantes es bastante cuestionable ¿sabes, señora de los secretos? - Sonríe algo contrariado, pero no tarda en cambiar la expresión por otra de resignación - Como quieras. Yo tampoco te contaré más, si lo prefieres así. Pero... da igual lo que digas. Una parte de ti nunca dejará de ser Jezabel - Pronuncia ese nombre con afecto. Desvía la mirada hacia la orilla, observando la espuma romper contra la costa no muy lejos. - Al menos para mi. - Guarda un segundo de silencio.
- En fin, pues ahora... - Intenta retomar el hilo de pensamiento de ella - No lo sé.
Medita un segundo buscando qué responder - Yo quiero ayudar. Pero tampoco puedo olvidarme de lo que he hecho. - Parece indeciso - Le conté a Daniya hace tiempo lo que significaba para mi, pero no estoy seguro de si no me creyó o... no lo sé.
Levanta los ojos de nuevo. - Tal vez podríamos... - Pero se interrumpe con un respingo, girándose sorprendido hacia su compañera.
Ríes. A mitad de lo que quiera que estaba a punto de decir Masud has estallado en una carcajada estridente de esas que nacen desde estómago que muy pocas chicas se permitirían, dejando al cocodrilo bastante desconcertado. Aunque por supuesto, no eres tú quien lo hace.
- Ilusa - Dicen tus labios al aire - ¡Te liberaste de esa marca al renacer! - Sigues riendo, incontrolable.
- Oh... así que esa marca - La historia ha despertado su curiosidad. EL tipo de curiosidad insaciable que desteje tus recuerdos con manos de seda, siguiendo el hilo con facilidad hasta dar con esa historia de la misma manera que tu puedes acceder a muchas de las que él atesora.
- Conozco este lenguaje. Pero es viejo. Muy viejo. Uno de los secretos que se dejaron atrás los primeros locos que salieron de las tierras del viejo para encontrar fortuna más allá.
¿Qué han hecho para despertar algo tan antiguo?
- Pero ahora me parece una tontería - Murmura tras cerciorarse de que la contraria no tenía especial prisa en explicar qué le hacía tanta gracia.
Aparta la mirada y sigue hablando como si lo hiciera consigo mismo - Tengo la sensación de que no estamos aprovechando como deberíamos el regalo de Pan.
¿Estás entrenando algo especial con alguien?
Como quieras. Yo tampoco te contaré más, si lo prefieres así. Pero... da igual lo que digas. Una parte de ti nunca dejará de ser Jezabel
Ojalá tuvieses razón... - No fue más que un murmullo, probablemente inaudible para Masud.
Le conté a Daniya hace tiempo lo que significaba para mi, pero no estoy seguro de si no me creyó o... no lo sé.
Resulta difícil saberlo... - Khamsa había permanecido callada desde el leve murmullo anterior, así que la conversación sobre Daniel fue para ella como una puerta que se abría para desviar el tema de Jezza. - Afragu cuidará de ella hasta que nos los volvamos a encontrar y entonces podrás preguntárselo.
Entonces Anansi estalla en carcajadas con su boca cortando la conversación.
Tan pronto como estalló en carcajadas, Khamsa las corta y en su rostro muestra confusión. Vuelve a hablar pero parece que más consigo misma que con Masud.
¿Cómo que me he liberado? ¿Las sombras ya no...?
Su desconcierto era patente y su reacción similar a la de una descarga eléctrica. Estaba confundida y aturdida, pero Anansi siguió hablando de aquella marca.
¿Un lenguaje muy antiguo? ¿Cuál? ¿Enoch?
No sabía ni por qué le había venido aquel nombre a la cabeza. Quizás era lo más antiguo que conocía.
Poco a poco, fue recuperando la consciencia de su entorno. Vio de nuevo a Masud y supo que había seguido hablando. Que le había preguntado algo, pero no sabía qué. Y le daba igual. Aquello era más importante.
Masud... creo que... tal vez haya una forma de averiguar más sobre las sombras. - Y luego añadió - ¿Nos ayudarás? ¿Qué sabes de esto? - Aunque ya no hablaba con Masud, sino con Anansi. Lo que hacía difícil seguir la conversación con ella.
¿Afragu por qué? - Pregunta sin entender del todo a lo que se refería, pero las siguientes cosas que Khamsa dijo lo dejaron más que desconcertado - Eh... ¿A qué te refieres? Si, claro que voy a ayudar. Pero... ¿Lo que sé de las sombras? - Malinterpretando sus palabras con una leve inquietud. - Sólo sé que en algún momento Ego... O lo que él había invocado me habló - el sentimiento de culpabilidad salta a la vista - En mitad de la huida de Asgard, me dijo que regresara con ellos. Como si... Fuésemos lo mismo. Tau lo vio - no parece nada cómodo - y sé lo que Cora me dijo cuando llegamos a Mythos. Dijo que me había visto matar a... - Calla con su ojo sano puesto en unas manos que apretaban una cuerda con tanta fuerza que parecían capaces de partirla. Asqueado. - Anthea
¿Satisfecha?
- Conozco muchas cosas y compartir lo que sé es parte del trato que firmaste sin saber cuando aceptaste llevar mi carga - sigue hablando, indiferente al cocodrilo y sus diatribas - No recuerdo haber conocido a tus sombras. Esas que devoraron dos partes de ti. Debieron suponer que dejaban despojos... Pero tienes fuerza. La fuerza bruta heredada del que dos veces es tu padre, quien se erigió como villano cuando los hombres trataron de borrarlo de la memoria.
El jamás olvidado. El incontrolable.
Deberías visitar las ruinas del bajo Egipto que una vez gobernó tu padre antes de que sus hombres perdiesen una guerra contra los seguidores de Osiris.
Pero esa no era tu pregunta ¿Verdad?
Conocí a muchos hombres que usaban esta escritura, y ví lo que hicieron con ellos y con su legado. Ellos no tenían tu fuerza. Ellos sí fueron borrados. Pero unos pocos recuerdan, como yo.
A ver, a ver, por favor, hablad por turnos que si no no me entero.
Dice Khamsa al aire para probable sorpresa y confusión de Masud. Ella estaba visiblemente excitada. Hablaba rápido y mezclaba las ideas unas con otras.
Masud, creo que te has perdido algunas cosas que no te han contado. Afragu se llevó a Daniya con la promesa de reencontrarnos cuando volvamos a Egipto, porque parece que allí nos llevará nuestra búsqueda en algún futuro, o algo así. Para más detalles, igual deberías preguntarle a Tau. En cualquier caso, él cuidará de ella hasta que nos reencontremos. También nos dio algunos regalos antes de irse y, a mi concretamente, me cedió la custodia de alguien, por así decirlo...
Seguramente hayas oído hablar de Anansi. Bueno, pues ahora está con nosotros. Conmigo. En mi, más concretamente. Y ahora mismo ambos dos estáis hablando al tiempo.
Dicho esto... todo lo que me has contado de Ego y Anthea es muy importante para mi, no creas que no te hago caso con eso. Todo lo contrario. Me encantará hablar contigo de ello en profundidad y ayudarte a entender como nos afecta eso, sobre todo a ti, pero también a nosotros. - En ese nosotros cabían ellos dos o toda la tripulación. No estaba claro a qué se refería Khamsa, pero las prisas por ordenar las conversaciones y sacar a la luz lo siguiente que iba a decir le hicieron pasar sobre ello sin aclararlo. - Pero justo en este momento Anansi está compartiendo cierta información que creo que es muy importante que escuches.
Anansi ha reconocido el lenguaje con el que las sombras me marcaron, aunque al parecer ya no estoy marcada... Es un lenguaje antiguo. Muy antiguo. Muy mucho. Cito textualmente (bueno, no, porque hablo de memoria) "Uno de los secretos que dejaron atrás los primeros locos que se fueron de la tierra del padre... o del viejo...". Al parecer quienes usaron ese lenguaje fueron... borrados. Anansi cree que no tenían la fuerza necesaria.
El caso es que al revivir en esta última ocasión como Khamsa me he liberado de la marca que sentenciaba mi alma. Parece que las sombras devoraron una parte de Jezza y otra de Fathia, pero que sigo viva por la suma de las partes y por algo relacionado con mi padre. Con su fuerza a través de mi. Básicamente, debo ser algo así como un torrente de la fuerza de mi padre. Como si su fuerza y testarudez me mantuviesen aquí de un modo u otro.
Y ahí puede estar la clave... ¿lo entiendes? Las personas que dominaban el lenguaje fueron borrados porque no tenían fuerza, pero yo sigo aquí sólo por esa fuerza que ellos no tenían. A mi también me intentaron borrar después de todo, pero lo que acabó borrándose fue la marca...
¡Tenemos que ir a las tierras de mi padre! ¡Allí tendremos respuestas!
Nada más escuchar que se habían llevado a Daniya se giró de golpe algo tenso y hasta preocupado. La costumbre de años no podía desaparecer solo de un día para otro, pero mientras Khamsa seguía hablando su expresión iba oscilando entre diferentes facetas de estupefacción.
- Anansi... - Repitió en un momento dado sin dar crédito a lo que escuchaba pero sin dudar ni un solo momento en lo que la contraria le decía.
Lo demás lo siguió en silencio, con los ojos muy abiertos hasta la ultima explosión.
El cocodrilo asiente, contagiado de esa energía - ¡Claro, iremos! pero que tú eres fuerte. Eso lo se yo desde siempre - Sonríe ampliamente con el buen humor recuperado.
Repentinamente se sentía mucho más optimista.
- Me alegro de comprobar que sabes escuchar - Bromea al escuchar el resumen que has hecho mientras él parecía entretenido rebuscando en tus recuerdos algo que parece haber llamado su atención.
- En tu memoria veo al menos a una persona más que andaba a pesar de estar marcado como sus despojos. Pero no encuentro lo que busco...
¿Qué fue de esta tal Siriana?
En las velas era posible disfrutar de un poco de intimidad, pero ante todo Nero podría mantener las manos ocupadas por un rato.
En lo alto de las velas, el mundo era muy diferente.
Está por empezar el turno de guardia de Brynja y Kazán, pero por la actitud de Nero cualquiera podría asegurar que está dispuesto a pasar allí toda la noche.
Abajo, es posible ver cómo Hikari levanta la mirada. Ella nunca ha subido tan alto en el barco.
Y momentos más tarde es Brynja quien alcanza a su compañero en las aguas.
Mi intención era, antes de nada, hablar con Nero. No me había pasado desapercibido su rostro y los gestos que ponía. Así que levité hasta el palo mayor para ponerme a su lado.
- ¡Hola, caracola!- Dije llegando hasta su lado y agarrándome al palo para sujetarme y estar a su altura.- ¿Estás bien?
Sabía que no. Además era uno de esos tíos que decían más con la mirada que con las palabras. Vamos, un aguafiestas. Pero eso no hacía que dejara de ser un buen amigo.
- Si necesitas desahogarte...- dije dándome un golpe en el pecho con el puño - ¿O prefieres un chapuzón?- intenté bromear.
Aunque mi cara era más de... "hey, aquí estoy, ¿vale?"
Había fingido que no la veía flotar hacía él, se distrajo en hacer que hacía nudos, pero realmente, no había nada que hacer donde estaba más que otear el horizonte. Cuando le saludó, se hizo el sorprendido, nuevamente, de manera un tanto torpe. La miró durante unos instantes antes de devolver su vista hacía la nada. Cogió aire y lo contuvo unos largos segundos hasta que lo expulsó a modo de suspiro. Al final, le sonrió algo cansado, visiblemente agradecido pero sin muchas ganas de hablar - gracias Bryn, no voy a soltar el típico "estoy bien", porque resulta evidente que no es así, pero no te preocupes, no estoy tan mal, no necesito desahogarme, solo tiempo para asimilar las cosas, he perdido muchos amigos - como todos - pero todo ha sido muy seguido - hizo una mueca con la boca - el chapuzón mejor no, mira que pasó con el último que me di - se permitió esa broma, aunque la risa que salió de entre sus labios sonó más forzada que genuina - ¿qué hay de ti? - le preguntó, sabedor de su relación con Masud.
Ladeé la cabeza mientras posaba mis pies en los tablones de madera a su lado. Y sin decir nada más, le abracé con fuerza hundiendo mi rostro entre su hombro y cabeza, haciendo que sus rizos me acariciasen por un momento la frente.
- Yo estoy aquí- Susurré. No quise decir nada más. Si necesitaba una amiga ahí me tenía y cada uno debía seguir con el duelo como pudiera. O como buenamente la vida le dejase.- A mí no me perderás. Te lo prometo.
Su pequeña broma rompió el clímax de buen rollismo ahí abrazados, y reí también, separándome del rubio.
-Yo estoy... Bien. Supongo.- No lo estaba, pero no pensar en ello o hacer cosas mantenía mi dolor bajo control.
Ver el cadáver subir al barco me habían quebrado una vez más, solo necesitaba soltar mi rabia contenida un rato, como cuando pegas a un saco de boxeo. Llegaría el momento de hacerlo.
-En realidad estoy hecha una mierda- Dije bajando los hombros.- Han pasado muchas cosas y no todas buenas. Yuna me mantiene cuerda, si te digo la verdad- Dije señalando con el mentón a la dragoncita que salía y entraba de entre mis pelos como si fuera eso una diversión para ella.- Me preocupa mas Tau. No se que decirle, en realidad. Solo ...estar ahí, supongo.
No se puede hacer nada en estas situaciones - tenía el pendiente en la mano, y lo miraba con cierto fastidio - Tau lo terminará por aceptar, y sino, perecerá - había sido brutalmente directo, se dio cuenta, pero tal era el hastío de Nero que ni suavidad le quedaba - creo que me has entendido, lo superará, todos lo haremos, será difícil, pero aprenderemos a vivir con su ausencia, es lo que él querría, y eso es lo único que no me hace tirarme al mar y desaparecer otro mes - sonrió cansado, como acostumbraba ultimamente. Terminó por ponerse el pendiente, figurándose que nuevamente, era lo que Masud querría, que todos siguieran adelante.
- Te encontraría.- Dije bromeando.
Aunque en realidad si lo haría. Sería capaz, de seguro, pero esperaba que no se volviera a marchar. Y menos ahora que cada vez parecíamos que éramos menos y necesitábamos ser más.
- E Hikari te mataría después.- Asentí convencidísima de eso.
Di un ligero golpe en el hombro de Nero, para que espabilara y no se desanimara. Tampoco es que yo fuera la reina de la fiesta, pero guardaría el luto a mi manera. El resto no necesitaba pasar por lo malo si yo podía evitarlo. Miré al aire, y respiré con los ojos cerrados. Desde luego esta noche iba a haber tormenta.
- Te dejo atando nudos al aire. A ver si pesco algo para la glotona.- Dije señalando a la dragona y bajando flotando de nuevo