Enterré mi corazón
No me atreví a abrir esa puerta. Su madre me dijo que estaría en el baño, y sabía que a Alba le gustaba tomar largos baños en la bañera antigua, cubierta por la espuma de sus sales de baño favoritas de lavanda… Jugueteé con la idea de verla desnuda, pero la deseché pronto. No habíamos llegado aún tan lejos. Sé que es algo raro, yo con 17 y ella con 19 años y aún “nada”. Pero tampoco éramos muy normales los dos ¿no? Las chicas suelen buscar a chicos mayores que ellas. Y a los chicos a los que les gusta escribir poesía ya sabemos cómo les llaman. A mí me lo llamaban a diario. Ni porque conocieran a Alba dejaban de hacerlo. Si escribías poesía, eras marica y punto. En fin.
La verdad es que la poesía era mi vida. Mi segunda vida. Mi vida era Alba, mi Musa. Desde que la conocí los versos prácticamente venían a mi mente por sí mismos. Ya escribía antes, claro, pero ni la cantidad ni la calidad eran ni remotamente comparables. Hasta aquel día en el taller literario del instituto. Yo iba a segundo y ella a COU, por lo que no teníamos modo de habernos conocido antes. Dos años de diferencia son un mundo en secundaria: diferentes clases, diferentes círculos de amistades… Ambos adorábamos la poesía, así que en cuanto don Federico (“el Lorquita”, un profe nuevo) montó el taller ni nos lo pensamos.
Toc, toc, toc, llamé a la puerta del baño para que Alba saliera antes.
Alba tenía muchísimo talento. El Lorquita estaba como loco con ella y yo tengo que reconocer que, en comparación, lo mío no eran mas que garabatos incongruentes. Pero ella vio algo en mí. Talento latente, decía. Un diamante en bruto, decía. Y se propuso hacerlo aflorar en mí a como diera lugar. Y cuando Alba se ponía con algo, no había dios que la parase. Poca broma con ella.
Pasamos mucho tiempo fuera de clases y del taller, todo con tal de convertirme en un auténtico escritor de poemas. Para cuando el curso acabó ya estábamos juntos.
Alba entró en Matemáticas convencida por su padre. Ella habría preferido una carrera de letras, de literatura o de historia, pero su padre la convenció de lo contrario. Aceptó a regañadientes y lo lamentó. Ella lo llamaba la “senda en la que las letras no forman palabras”. Algunos días lo llevaba peor que otros, me recordaba a una planta que se va quedando seca. Me preocupaba. Yo le daba todo aquello que lograba escribir, todos los versos que invadían mi cabeza amenazando con hacérmela estallar como una olla a presión. Era como si toda la inspiración que Alba desaprovechaba me tocara a mí en reparto.
Toc, toc, toc. Alba no respondía. Que raro.
Esta misma mañana me salté la clase de literatura para ir a ver a Alba a su facultad. Había escrito un nuevo poema y, para mi gusto, era lo mejorcito que había hecho hasta el momento. Ella tenía que leerlo. Quería picarla para que volviera a escribir. Desde que entró en la facultad ya apenas lo hacía, y cuando lo hacía no parecía ella misma. Ella podía hacerlo mucho mejor.
Me dijo que lo leería a la vuelta a casa y que allí me contaría. Me pareció ausente, pero estando como estaba hasta las cejas con cosas de la facultad pensé que sería cansancio. Le di un rápido beso y volví al instituto, que no todos los profes eran tan comprensivos como el Lorquita. Después de clase iría a casa de Alba. Sus padres ya me trataban como a un hijo.
Me encontré a su madre en el portal del edificio y subimos juntos en el ascensor. Ya en la cocina, al ver que Alba no había tocado la comida que le dejó su madre en el túper, me dijo que estaría tomándose un baño. Últimamente llegaba demasiado cansada para comer y se daba un baño relajante para abrirse el apetito.
Toc, toc, toc.
La puerta se entreabrió con el último golpe, se ve que Alba no había echado el cierre. El aroma a sándalo y el vapor perfumado por las sales me envolvió de inmediato, empañando mis gafas. Sentí el rubor acudiendo a mis mejillas y extendiéndose hasta mis orejas mientras metía un poco la cabeza esperando escuchar algún improperio por parte de Alba por intentar espiarla en el baño. Extrañado por el silencio me limpié los cristales en la camiseta y me volví a colocar las gafas. Ojalá no lo hubiera hecho. Sólo me dio tiempo de ver el suelo antes de que éste se precipitara hacia mí.
Desperté no sé cuánto tiempo después, aún en el suelo, mi cabeza sobre el regazo de la desconsolada madre de Alba. No había sido un sueño. Maldita sea, no había sido un sueño.
¿Qué vi?
Vi una orquídea de marfil vestida de rubíes envuelta en una bruma de incienso y esencia de zafiro.
¿Qué vi?
Vi una perla envuelta en sedas carmesíes sobre una concha nacarada de aliento salobre.
¿Qué vi?
Vi el tema del que sería mi mejor poema. Vi el final de mi vida.
Mi último poema perdurará, letras doradas sobre mármol negro. Enterré mis versos junto con mi corazón.
Bueno, empiezo diciendo que hace más de tres años que no hago critica de otros relatos y que en el taller al que iba tenía fama de dura. No me lo tengáis muy en cuenta si mi critica es algo "desastrosa". XDD
FORMA
Creo que la elección de un narrador en primera persona es una buena opción para un relato de terror, puesto que acerca el punto de vista y al identificarnos con el narrador permite dirigir la atención del lector a donde queramos. Este tipo de narrador es difícil de trabajar y que resulte natural. No obstante, cambia el tono de narración, de un lenguaje coloquial que intenta sonar natural pero luego cambia al lenguaje poético, lo que no termina de ser efectivo.
En general la forma es correcta, pero incluye cosas que sobran para el desarrollo de la historia. Ejemplo:
"Las chicas suelen buscar a chicos mayores que ellas. Y a los chicos a los que les gusta escribir poesía ya sabemos cómo les llaman. A mí me lo llamaban a diario. Ni porque conocieran a Alba dejaban de hacerlo. Si escribías poesía, eras marica y punto. En fin."
Esta información realmente no nos dice nada sobre los personajes de la historia y probablemente el lector ya la sepa. Tampoco es relevante a porqué Alba se suicida al final. Simplemente desvía la atención de lo que te están contando. Con solo 900 palabras, sería mejor centrarse en trabajar la ambientación y, en este caso, las metáforas finales y el tono.
PUNTUACIÓN 3
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CONTENIDO
Las metáforas finales son bonitas y trágicas, lo que es un acierto en este relato. También me ha gustado la escena en la que ve la bañera:
El aroma a sándalo y el vapor perfumado por las sales me envolvió de inmediato, empañando mis gafas. Sentí el rubor acudiendo a mis mejillas y extendiéndose hasta mis orejas mientras metía un poco la cabeza esperando escuchar algún improperio por parte de Alba por intentar espiarla en el baño. Extrañado por el silencio me limpié los cristales en la camiseta y me volví a colocar las gafas.
Creo que este es el momento en el que hace un uso más efectivo del narrador en primera persona para crear una atmósfera apropiada. El problema es que la mayor parte del relato tiene muchas explicaciones que desvían la atención de lo importante, en este caso de la tragedia y de las emociones que hay.
Creo que habría sido necesario trabajar más esos aspectos. En mi taller decían que era mejor "mostrar" que explicar. Creo que en parte pasa eso. En el párrafo que he citado, nos muestran lo que está pasando, podemos "ver" al protagonista entrando, cómo se le empañan las gafas y cómo se va sintiendo incómodo por no tener una respuesta de su novia. Es efectivo.
Pero en el resto de la historia, me falta ver cómo se van enamorando, lo importante que es escribir para ellos y que llegues a sentir porqué ella se suicida (lo que se veía venir pero eso es otro asunto). Te cuenta la relación con ella, pero nada concreto, sólo es una enumeración de sucesos.
PUNTUACIÓN 2
COMENTARIO PERSONAL
La verdad es que me siento un poco ogro con las puntuaciones que he dado. Escribir es algo muy duro, difícil y personal. Dicho esto creo que lo que mas me ha gustado es el final. No porque fuese inesperado, si no porque es poético. No creo que este sea un relato de terror, motivo en parte por el que he dado una puntuación tan baja en contenido. Creo que es más bien un relato trágico y, como tal, podría funcionar muy bien.
Creo, eso si, que hay que trabajar más la parte poética y puede que la emocional. Ir viendo la transformación de Alba e ir dejando caer los elementos de la metáfora. Intento explicarme:
Vi una orquídea de marfil vestida de rubíes envuelta en una bruma de incienso y esencia de zafiro.
Si previamente has visto que él le dedica un verso en el que también usa la orquídea como forma de referirse a ella, el verso final, gana fuerza.
Vi el tema del que sería mi mejor poema. Vi el final de mi vida.
Y si vas a cerrar el relato con el poema que no llegó a leerle, entonces ese poema debería tener más peso. No sé, si hubiéramos llegado a ver a Alba deprimida y a él intentando animarla, que luego escribe ese poema, lo vuelve a reescribir y se vuelve loco haciéndolo una y otra vez porque cree que si escribe el poema perfecto ella volverá a estar contenta. Cuando llega con el poema terminado y ni siquiera puede leérselo, es mucho más trágico. Y tiene mucho más sentido que lo entierre con ella. Porque el poema era desde un principio solo para ella y aunque sea perfecto, ya no tiene valor para él.
PUNTUACIÓN 3
Como comentario al director. En configuración de partida, molaría si pones que por defecto sea un mensaje "solo para director". Casi se me olvida desmarcar al resto XDDD Si, soy un desastre.
FORMA: 3
Yo soy bastante inútil con la gramática así que me cuesta valorar un texto al no entender del tema. Me parece que esta escrito de una forma correcta aunque la parte final, con el verso de lo que vío me parece que necesitaría un apaño. Tal vez una aclaracion sobre si es el verso que escribio alba o el protagonista de la historia. E incluso podría aceptar algo de formato como negrita o haberlo puesto centrado en lugar de justificado, para destacarlo más.
CONTENIDO: 2
El principio del relato dando a conocer al protagonista y la historia que tiene con la chica esta bastante bien. No se profundiza demasiado pero el lector empatiza rápidamente con el protagonista. Eso es bueno, con unas unas pocas lineas se ha creado un nexo de unión entre el relato y el autor. Sin embargo el final es lo más flojo, nos deja caer que la chica se ha suicidado aunque las últimas lineas sorprenden y marean al lector al no comprender el cambio ni su significado. No se, tal vez habría sido mejor haber escrito una rima en verso en su lugar .
COMENTARIO PERSONAL: 3
Este es un relato muy bonito, un relato de amor, pero tiene poco de terror xD
De cualquier forma me ha gustado, es un relato bonito y triste.
Forma
El texto es pulido, con una narración fluida, limpia. El uso de la primera persona es, como en muchos casos, la apuesta segura en los relatos cortos y más si se supone que son de miedo. La puntuación, las onomatopeyas, los verbos... todo correcto desde mi conocimiento. Si hay que destacar un fallo es el uso de las metáforas al final del relato. Son demasiado figuradas y, personalmente, no he entendido lo que querían evocar.
Puntuación: 4.
Contenido
Aquí no puedo dar ningún aspecto positivo, al contrario que en la forma. Los relatos han de ser de terror. En tu caso, pecas de dos fallos. El primero es que insistes demasiado en el pasado, la acción empieza muy lentamente y es que encima, cuando ésta se desarrolla, no se sabe lo que ha pasado. Yo ni siquiera entiendo el por qué el relato es de miedo.
Puntuación: 1
Opinión Personal
El relato es interesante. Te deja con una intriga no resuelta por que al final no entiendes muy bien qué es lo que ha pasado con Alba y el tema de que últimamente estuviera rara y esas cosas... Pero a lo mejor le hacían falta varias páginas para desarrollarlo todo porque en el relato en sí te quedas a medias y ni siquiera encuentras muestras de terror. Es una pena que lo hayas enviado a una semana dedicada al mismo.
Puntuación: 2
Espero no estar infringiendo norma alguna añadiendo "respuestas" :P
Este texto aquí posteado no es sino una secuela de uno que escribí hace... más años de los que quiero admitir (joer, qué viejo me siento), que viene a relatar la misma historia desde el punto de vista de Alba. Os lo dejo por si os pica la curiosidad.
Sé que no es muy de terror. Cuando me apunté y se abrió el plazo para escribir, me dio por investigar un poco el género. El primer consejo que te dan es "relato corto nain!" cuando escribes terror. Hay que presentar muchas cosas, lograr involucrar al lector con alguno de los personajes, etc. Otra cosa que leí por ahí era sobre los tipos de terror. El sobrenatural (el monte al que tiramos las cabras roleras xD), la locura (Poe, o Lovecraft sin tentáculos, por ejemplo), la violencia... Pero también está el terror más cercano: el que, por desgracia, viven muchos ahora de no poder mantener a tu familia, el de perder a lo que más quieres - en el caso del prota, su novia y, de modo indirecto, la poesía misma... Es más que posible que entre que no es el terror "mainstream" (violencia, locura, gore, rollos sobrenaturales) y que yo tampoco estoy acostumbrado a los tiempos y las formas del género, a nivel "relato de terror" deje mucho que desear.
Pero es que, tras muchos años dándole vueltas a la otra cara de la moneda, a la visión de él, fue ponerme a darle vueltas a qué escribir para este taller que me vino rodado repentinamente. Me daba cuenta de la debilidad en la temática, pero para una vez que la musa se acuerda de uno, hay que aprovecharla :P
Respecto a las críticas: no os preocupéis por las puntuaciones, yo he sido bastante más chungo que vosotros, me temo xD
Cansinos y Eban habéis dicho justo lo contrario sobre las mismas cosas: al primero le parece que despistan las pinceladas que doy del prota y de su historia, al segundo que es una forma adecuada de meter el contexto necesario. ¡Ponersus de acuerdo! xD Admito que primero escribí "la acción" y luego lo repasé varias veces - además de controlando el tema límite de palabras - viendo dónde faltaban cosas para que fuera mínimamente comprensible y empatizable. Pensad que yo tenía en la mente el relato inicial (El Último Poema) y vosotros ni lo conocíais, así que preferí pecar por exceso que por defecto para que el lector tuviera oportunidad alguna de conectar con los personajes. A decir verdad, no sé muy bien cómo lograrlo sin despistar al lector de la trama principal :(
Lo peor de todo es que la poesía ni la practico ni me convence. Salvo casos excepcionales (como algunos versos de Lorca, en el que ni te das cuenta), la métrica me parece que constriñe más que ayuda y hace sonar todo forzado. Aún no sé ćomo me metí en el berenjenal del anterior relato ni cómo me dio por terminarlo con éste... xD
Oideun:
Cansinos y Eban habéis dicho justo lo contrario sobre las mismas cosas: al primero le parece que despistan las pinceladas que doy del prota y de su historia, al segundo que es una forma adecuada de meter el contexto necesario. ¡Ponersus de acuerdo! xD
Eso es fácil, lo que diga cansinos xD
La verdad es que le doy la razón a ella, a mi la parte del principio me ha gustado porque me identifico con ella pero esto puede ser algo más personal por mi parte. Aunque cansinos tiene razón en que hay que ir a muerte a por esos detalles y mostrar las cosas más que explicarlas... y todo lo demás.
Es bonito que me den la razón hahaha
A ver, la cuestión es que cuando estás limitado en la extensión, es muy complicado saber qué elegir. En general (y esto lo dice gente que sabe más que yo), "pintar" una escena en la que una chica mayor pasa del "prota" por ser más joven, es mucho más efectivo que contar "las chicas mayores pasan de mi". O a la inversa, un comentario de un colega de "¿Cómo has conseguido a una universitaria?" cuando previamente has dejado caer que el chaval está en el instituto, dan el mismo mensaje y llegan más. Y daría igual que el chico tuviera el triple de edad que ella, la historia se podría desarrollar exactamente igual, solo que sustituye saltarse la clase de literatura por escaparse del trabajo. El mismo tipo de relación, independiente de la edad, vaya.
En este caso, tampoco me dice mucho sobre cómo afecta a Alba esa relación o, siquiera, del distanciamiento (cómo la va perdiendo aunque no sepa porqué) o la depresión o la situación insostenible con la familia o lo que quiera que lleva a que se suicide.
Nota: tras leer el otro relato, en el que cuenta que es porque ella escribía y él "crea" lo que ella ya no puede, más o menos explica porqué estan juntos. Pero me surgen varias preguntas. Estudiar mates puede ser duro y tal, pero en ningún momento veo cómo eso te impide escribir. La mayoría de nosotros no hemos estudiado literatura y escribimos, como hobbie. La pregunta es, ¿exactamente qué le impide estudiar matemáticas y seguir escribiendo y ser creativa? A lo mejor incidir en esto haría la historia más empática (que no de terror, pero al menos empática).
Como ya te han comentado, en un relato tan corto es complicado. Imagino que se podría haber empezado con una cita a la que ella no llega, a pesar de que antes siempre iba puntual. Un mensaje en el móvil de que está muy agobiada con la universidad, la familia o lo que sea. Añade problemas o tensión en casa de ella (tal y como está contado parece una familia feliz...), gritos, broncas o cualquier cosa que haga la situación insostenible. No sé, pero para mi que no llega a verse el drama de cómo alguien se destruye. Casi todos los padres del mundo dan la brasa con que estudies algo de futuro y que tienes que esforzarte y blablabla, pero casi todos los adolescentes/universitarios les ignoran convenientemente cuando toca ir de fiesta o hacer algo que les guste (como ser creativa en este caso). Repito, ¿qué le impide realmente escribir? Que eso lo puedes hacer en cualquier cuaderno. Qué diablos, mis apuntes de universidad estaban llenos de dibujos, aventuras de rol o relatos escritos en el margen mientras me aburría en clase... Y dudo que sea la única persona que hacía esas cosas. Mi punto es que antes de llegar a ese extremo, tiene que pasar algo.
Respecto a la parte de terror, si bien es cierto que hay quien tiene miedo a eso, esta historia parece más de tipo drama romántico. Imagino que, tal vez, si por no perderla acaba en una situación incluso más terrible, podría funcionar como relato de miedo. Pero aquí ya hablaríamos de algo tipo "la encierra por su bien para que no se suicide/drogue/haga daño" tipo misery. Imagino que también esta la posibilidad de que si se sintiera menos creativa porque las mates la "absorben" hiciera lo que los artistas han hecho de toda la vida: drogarse. Que cada vez estuviera más ida, más yonki y en un mal chute se suicide sí que podría resultar más creíble.
No sé, tal y cómo está contado, me resulta muy difícil entender la posición de Alba que, básicamente se resume en "mi padre quiere que estudie matemáticas cuando yo lo que quiero es hacer cosas creativas como dibujar y escribir, así que, lógicamente, decido que la única salida es suicidarme, porque ya no puedo hacer nada creativo". Ummm, y digo yo, ¿no te has planteado, no sé, fugarte de casa (muy dramático, pero menos extremo), cambiar de carrera, independizarte, escribir en tu tiempo libre... ? Las opciones son tantas que "Sí, es necesario. Nunca recuperará lo que tanto añora." me resulta poco creíble. ¿Por qué el personaje es tan derrotista desde el principio?
Al chico se le entiende mejor, esta enamorado de su novia y ella esta cada vez más deprimida sin que él entienda realmente el porqué. De hecho la tiene tan idealizada que no consigue ver lo mal que realmente esta ella, lo que también da que pensar. Pero igualmente me falta algo. en fin, no hagas mucho caso de mis desvarios XDDD
El anterior relato es... muy antiguo :p Más de 10 años (y no digo más! xD)
En él me dio por escribir un suicidio con un leve toque de los finales de los cuentos japoneses1 en los que la pena del final de esos cuentos queda mitigada por la belleza estética (visual) con la que se presenta dicho final. Conste que eso lo puedo decir ahora, en aquél entonces yo sabía que quería escribir X, no "X con giros y reminiscencias de la literatura popular clásica japonesa", xD). No me preocupé tanto de exponer con detalle la personalidad entera de la chica, sino centrarme en los aspectos que me interesaban: una niña que hace lo que dicen sus padres; una artista cuyo pozo de inspiración se seca...
Como "buena chica que hace lo que sus padres le dicen", yo siempre visualicé a Alba no tanto como una "empollona" en el sentido "nerdy" de la palabra, sino como una chica responsable que está a lo que tiene que estar: en clase a la clase, no a por uvas. A eso súmale las obligaciones diarias (avanzar estudios, hacer ejercicios, los créditos libres, etc) que lleva una vida universitaria responsable. O, al menos, tan responsable como hubieran querido nuestros padres que hubiéramos sido.
Para el padre de Alba, la poesía (y la literatura en general, pobrecito él) son pasatiempos, entretenimientos permisibles durante el periodo del instituto, pero que de nada le servirán para su futuro. Pragmático ad nauseam como es, logra que Alba se meta en una carrera que para él es adecuada (puede enchufarla y darle un trabajo seguro y bien remunerado), pero que para alguien más centrado en "artes liberales" implica un cambio radical a nivel mental. Yo lo veo como informático ahora (en aquel entonces ni estaba estudiando eso) y me sale con mucha más facilidad pensar en lógica abstracta que describirte una escena de rol (no veas lo que sudo a veces en la partida que dirijo), no sólo por cómo hay que usar el cerebro (áreas diferentes del órgano, incluso) para estas tareas sino también porque me he pasado mucho tiempo sin intentar crear algo, ya sea un relatillo o una partida. Es curioso, cuando escribí el relato tenía una vida creativa (aunque sea como rolero) mucho mas activa y rica y aún así me pareció lo más normal que alguien pudiera "secarse" por una mezcla de falta de tiempo para practicar y cambio de "ejercicios mentales". Y ahora, años después, tengo la experiencia que apoya la tesis :P
Hay que tener en cuenta que hablamos de dos adolescentes. Sí, que ella tiene 18. Sí, que las chicas maduran antes. Pero aún así, con 18 muchas cosas se siguen haciendo un mundo. En el caso de Alba, lo que se le hace un mundo es descubrir no sólo lo que ha perdido - algo de lo que más o menos es consciente, sabe que hay que practicar para ser bueno en cualquier cosa y no ha tenido tiempo que dedicarle a la escritura - sino también la incapacidad de volver a tenerlo (o eso cree la pobre, claro). Esa idea es la que la obsesiona durante el paseo de vuelta a casa a pie y la que la lleva a tomar la decisión final.
Respecto al relato actual. Quería cubrir aproximadamente el mismo periodo, el día de autos. Entre eso y el límite de palabras, sumado a mi intención firme de narrar desde la primera persona, tenía poco margen de maniobra. Teniendo esto en cuenta ¿tendría el mismo efecto decir " Y a los chicos a los que les gusta escribir poesía ya sabemos cómo les llaman. A mí me lo llamaban a diario. Ni porque conocieran a Alba dejaban de hacerlo. Si escribías poesía, eras marica y punto." y - por ejemplo - "Al escaparme del instituto ignoro a los tontos que, como cada día, me llaman marica por escribir poesía. Aún cuando saben que estoy con Alba."? No sé. Quizá se deba, también, a que el relato inicial es mucho más visual (o, al menos, a mí me lo parece, siempre pensé que podría salir un corto o algo de ello) y en éste quise hacerlo de un modo más voz en off.
1: Cuentos japoneses clásicos como la princesa de la luna (niña encontrada en un bambú, criada por abueletes, que regresa a su luna en una carroza preciosa dejando una estela de arcoiris; etc).
Ya, lo que pasa es que los cuentos japoneses se suelen apoyar en toda una tradición mitológica y cultural. Allí lo de suicidarse por no alcanzar la excelencia es algo más "común". Pero para hacer un paralelo aquí, necesitas más que un relato corto, porque tienes que trazar todo el recorrido y la evolución. Culturalmente, hubiera sido más comprensible que ella "estallase" y gritase o quisiera fugarse/cambiar de carrera. Por cumplidora que ella sea, es más habitual que lo que haga sea algo tipo dejar los estudios a cortarse las venas (que seguro sabe que es algo que tampoco gustará a su familia). No sé, tal vez ver un cuarto lleno de papeles arrugados con poemas a medias, verla intentarlo, frustrarse, etc.
Luego ya, con el tema de la creatividad, no sé, en el taller de relatos había gente de todo tipo. Yo curro en informática, había una juez, jubilados, estudiantes, un ingeniero... Y había un rango de edad desde los 18 a los 70 y pico. Lo que quiero decir, es que esas cosas se recuperan. A ella no se la ve ni intentarlo.
No estoy del todo segura pero creo que alguna historia japonesa lo que hacen es dar la vida para completar su obra maestra. Tal vez, si el poema lo hubiera escrito ella y el acto del suicidio estuviera de algún modo ligado a darle fuerza a "su obra", tendría más ese rollo japonés. O incluso, si quieres darle un toque sobrenatural, que el suicidio sea el pago por "recuperar el don" que le hace a un demonio o lo que sea. Muy del rollo "inmortalidad de la fama". Aquí ya me salgo un poco del tema.
Tal y como esta explicada, tiene sentido una depresión, pero no un suicidio. Ya que el padre puede ser pragmático y autoritario, pero no parece que la haya prohibido escribir, ni negado seguir saliendo con el chico, ni nada parecido. Los adolescentes son dramáticos, pero no suelen suicidarse.
Para resumir, que parece más una historia algo más larga que una de relato corto. Es normal, pasa mucho y yo creo que aquí nos ha pasado a la mayoría porque 900 palabras dan para poco. Eso si, era un buen ejercicio para practicar "precisión de lenguaje" hahahaha
Me temo que te he despistado con el rollo nipón. A lo que me refería es a que, a través del poema, se generan unas imágenes hermosas para lo que no deja de ser una tragedia. En vez de ver un cadáver exanguinado en una bañera con chorreones de sangre ve una "Nacarada Concha" que alberga una "Perla Inmaculada", una "nívea Gema en seda Carmesí envuelta". Ya te digo que es muy superficial el rollo japo, es única y exclusivamente "crear una imagen bonita en un contexto que no lo es". En aquellos tiempos creo que di alguna clase de haiku y literatura japonesa en la facu y se me pegaría de alguna manera...
Luego ya, con el tema de la creatividad, no sé, en el taller de relatos había gente de todo tipo. Yo curro en informática, había una juez, jubilados, estudiantes, un ingeniero... Y había un rango de edad desde los 18 a los 70 y pico. Lo que quiero decir, es que esas cosas se recuperan. A ella no se la ve ni intentarlo.
Yo no digo que sea irrecuperable (si no, a ver qué diablos hago aquí o dirigiendo :P) pero sí que ella lo cree. Alba tiene la mezcla de chica "madura y responsable" a la vez que no deja de ser algo inocente e infantil. Leches, ahora veo a mi hermana menor y veo esa misma mezcla, ese tener inteligencia para sacar adelante los estudios sin problemas (aunque metiéndole horas de estudio) y luego ahogarse con cosas que a nosotros no nos parecen sino "tonterías" pero que cuando recordamos haber pasado por ahí caemos en que entonces nos parecían problemas insalvables.
Los adolescentes son dramáticos, pero no suelen suicidarse.
En Arte9 Sevilla, la tienda en la que solíamos reunirnos muchos colegas, había un par de frikis de starwars (habría más, pero con los que yo había tratado y cuyas caras recuerdo aún eran esos dos) que iban a echarse sus partidas de ese juego de cartas. Ya andaríamos rondando los 20pocos, más o menos. Con el tiempo me enteré que uno de los dos había saltado de un puente por una chica que no le hacía caso. No todos suelen suicidarse, pero algunos (y no tan adolescentes) sí. Y Alba, sencillamente, es una de ellos.
Ese relato se ve desde fuera. La decisión de la chica tiene que ser un golpe tan inesperado para el lector como para la familia. Al fin y al cabo, la toma en el camino a casa, así, de repente. Piensa que si el de Enterré mi corazón no pegaba para terror y eso que lo intenté meter un poco por esa vereda, el caso de El último poema ni siquiera tiene género concreto (en el sentido de "voy a escribir un relato de género X", como se hace en este taller). Digo esto por si pudiera ser que aún lleves puestas las "gafas de comentar relatos de terror", con las que sí es mas lógico que busques unos recursos y unas secuencias que, ciertamente, el relato viejo no tiene.
PD: como en ocasiones no me cosco y me expreso de un modo más vehemente del que me convendría, aviso que no me estoy tomando ningún comentario o crítica a malas ni estoy intentando atacar a nadie ni nada parecido. Más allá de intentar explicar las historias - o, al menos, la intención que puse en ellas - no hay nada aquí y lo hago encantado :)
Disclaimer: No intento parecer más sesudo ni dármelas de nada al mencionar géneros y épocas como influencias de los relatos, pero creo que sí están ahí. No que yo buscase conscientemente para decir "voy a hacer una obra con reminiscencias Románticas y pinceladas de la literatura popular clásica de Japón", pero que al estar esas cosas por ahí en los rincones de este cuarto de trastos que llamo cerebro, fui metiendo esas cosas sin darme cuenta. Haber pasado por filología y haber tenido que leer de todo (incluyendo haikus para una de LC) tiene estas cosas :P
Tranquilo, si yo también discuto de estas cosas de buen rollo. Se aprende también de esto y aunque aquí no tenemos cerveza para acompañar la discusión, tampoco está mal hahaha
Efectivamente las sugerencias que he dado son en su mayoría para hacerlo un relato de terror. De lo del suicidio, aún cuando la gente proxima suele sorprenderse, en general suele haber "pistas" o indicativos. Pero eso ya es salirnos de tema. En algún momento alguien me dijo que la realidad no siempre funcionaba bien en un relato y a la inversa, que un relato podía funcionar muy bien sin ser nada creíble.
Imagino que con ganas se podría intentar una segunda versión de los relatos que hemos escrito revisando lo que nos han indicado los compañeros y, si, dándoles la extensión que realmente necesitan. Pero dado que eso da trabajo, me espero a ver el desafío nuevo hahaha