En la oscuridad
Se fue la luz. Me quedé en completa oscuridad y silencio. Solo. Respiré hondo, podía salir de aquellos túneles, sólo tenía que mantener el contacto con la pared y no malgastar el gas del mechero.
Los muros de ladrillo estaban húmedos y desgastados. Mantenía el contacto con la mano derecha mientras andaba despacio, procurando no tropezar en el suelo irregular del túnel. Una ligera corriente de aire frío hacía que temblase ligeramente, pero me animaba a seguir hacia delante.
No sé cuánto llevaba caminando cuando noté un desagradable olor dulzón, podrido. Seguí tanteando el camino hasta que mis pies tomaron con un bulto grande y blando, la fuente del olor.
Me detuve dudando si usar el mechero o continuar andando sin separarme de la pared. Finalmente, saqué el mechero del bolsillo de mi cazadora y lo encendí con la izquierda.
La frágil luz del mechero iluminó un cadáver de un niño, medio podrido y con ratas mordisqueándolo. Su pantalón tenía la pernera izquierda desgarrada y rota, incluso me pareció ver un trozo de hueso. Contuve una nausea y dejé que el mechero se apagase.
Con el mechero aún en la mano, me pregunté si debería revisar el cuerpo. Podría tener algo útil, tal vez incluso una linterna. Pero la verdad era que no tenía estómago para rebuscar las ropas de aquel cadáver en descomposición.
Volví a guardarme el mechero en el bolsillo, asegurándome de cerrar la cremallera. Después, con cuidado de no perder el contacto con la pared ni tropezar, pasé por encima.
Seguí andando, algo más rápido. Quería dejar atrás el cadáver, sobretodo su olor. Me dije que, si tenía una linterna, seguro que hacía tiempo que las pilas se habían consumido.
Pero aquel olor a putrefacción seguía invadiéndolo todo. La tenue corriente de aire frío no conseguía eliminar el olor, incluso parecía más intenso.
Llegué hasta el extremo de la pared, el olor allí era insoportable. Podía escuchar el sonido de una corriente de agua cerca, un poco más adelante. La corriente de aire era algo más fuerte y el suelo bajo mis pies se había vuelto algo resbaladizo.
Me detuve. A tientas, abrí la cremallera de la chaqueta y saqué el mechero. La frágil luz de la llama, puesta al mínimo para ahorrar gas, me permitió intuir un cruce de túneles no demasiado grande, con un sumidero en el centro. Justo arriba, fuera de mi alcance, había una rejilla de ventilación.
Pero lo que captó mi atención fue el cadáver, cubierto de ratas grandes como gatos. Verlo me impresionó tanto que estuve a punto de dejar caer el mechero. Este cadáver era más grande, un adulto, y pese a las ratas pude distinguir el brillo metálico de un cepo. ¡Un cepo! ¿Quién ponía cepos en los túneles?
Tenía que salir de allí. Así que cogí el primer túnel a mi derecha, siempre con mi mano en contacto con la pared, intentando no pensar en lo que podía tocar o lo que podía haber en la oscuridad.
Resbalé. Recuperé el equilibrio en el último segundo agarrándome a la pared. Maldije el momento en que había bajado, todo por demostrar que no tenía miedo. Pero eso era antes de que cerrasen la puerta, antes de que se fuese la luz de la linterna y, desde luego, mucho antes de que viese los cadáveres.
Me apoyé en la pared y paré a descansar. Todas esas historias de fantasmas y de gente que desaparecía en los túneles, ahora sabía el motivo. Respiré hondo. No podía seguir dando vueltas a ciegas, tenía suerte de no haber resbalado más veces o pisado un cepo.
Apoyé la espalda y la cabeza contra el muro, con los ojos cerrados. Aún podía escuchar el agua que caía por el sumidero. Si quería salir de ahí, necesitaba algo con lo que tantear el terreno, lo que fuera.
Entonces lo vi, una luz oscilante, como la de una linterna. Habría querido levantarme e ir hacia ella, pero alguien había cerrado la puerta y alguien había puesto un cepo. Me quedé en silencio, conteniendo la respiración.
La luz de la linterna iluminó el cadáver del cruce. La silueta de un hombre se agachó para soltar el cepo, nada de fantasmas, sólo un hombre. De no haber estado encerrado en aquellos túneles llenos de trampas me habría reído.
Durante un buen rato vigilé cómo colocaba otra vez el cepo. Después recogió su linterna y empezó a caminar hacia mí. Tragué saliva intentando reunir el valor y la energía para atacarle.
Me levanté pegándome a la pared, sólo tendría una oportunidad y aquel hombre no solo era mucho más grande que yo, además tenía un hacha.
Justo cuando la luz de la linterna estaba a punto de descubrirme, sentí que alguien cogía mi mano derecha y tiraba de ella. Era una mano pequeña, suave y fría, tirando insistentemente para separarme de la pared.
No sé por qué motivo dejé que me arrastrase por el túnel, corriendo a ciegas y sin saber dónde pisaba. El hombre de la linterna nos seguía, también corriendo por los túneles. Entonces escuché el chasquido metálico del cepo y un grito.
La mano que me había guiando se soltó. Me quedé inmóvil frente al foco de la linterna. Pude ver su miedo justo antes de que la dejase caer y se rompiese. Aún escucho sus gritos cuando me quedo a oscuras.
En la oscuridad
Comentario Personal de Gavilan1973
Es la primera vez que realizo un comentario del relato de alguien. En primer lugar me hace sentir fuera de lugar porque no sé si soy apropiado para hacerlo. ¿Cómo voy a sacar defectos al relato de nadie? Dicho lo dicho espero no equivocarme demasiado. Comenzaré siguiendo la guía que se ha puesto en la web para realizar los comentarios.
La forma me parece correcta. En general me gusta la elección de palabras y la construcción de las frases. Hay una frase en la que los tiempos verbales no son correctos: "Me dije que, si tenía una linterna, seguro que hacía tiempo que las pilas se habían consumido" sic. Creo que es más correcta su redacción sustituyendo "tenía" por "hubiese tenido" y "habían" por "habrían" puesto que es una oración condicional, pero la frase habría quedado bastante larga. "Me dije que con una linterna seguro que hacía tiempo que las pilas se habrían consumido" es la redacción más correcta que puedo imaginar de esa frase. Pero en general la redacción cumple su función de modo apropiado: transmitir sin entorpecer.
Nota Forma: 3
El contenido me gusta y hace al lector descubrir poco a poco aspectos, partes de algo que evidentemente es mayor. Hay muchas preguntas sin respuesta o que se responden parcialmente: ¿Dónde está? ¿Porqué ha bajado? ¿Quién pone trampas? ¿Quién le ha ayudado? ¿Habría podido salvar a esa persona? ¿Porqué les cazaban? Pero lejos de frustrar, todos estos interrogantes hacen pensar en algo más, algo mayor, a la mente acuden escenarios extraños donde el relato pudiese ser cierto y entretiene por ello. Un franco positivo en esta parte del comentario.
Nota Contenido: 4
Mi Comentario Personal no puede ser más positivo. Creo que el autor tiene una gran imaginación que debe templar escribiendo más y más. A veces llevar las ideas al papel es bastante complicado. Me es muy difícil aconsejar nada a nadie pues no me considero persona de autoridad suficiente pero si en algo puedo ayudar me gustaría recomendar que se escriba mucho y más, que se repase la sintaxis, creo que es lo único que puede hacer que aquellos a quienes nos gusta escribir tengamos poco a poco una redacción de mayor calidad. No recuerdo quién lo decía, pero tenía mucha razón: "Que las musas me encuentren trabajando".
Nota Comentario 3,5
FORMA: 4
Está bien escrito. Sabes jugar con el ritmo y eres capaz de poner el foco en el protagonista. Además sabes hacerlo de forma creíble. Pero creo que hay un par de cosas que se pueden mejorar. Hay dos partes que quedan un poco confusas, en las que uno no sabe qué está pasando. Esto me ha pasado cuando el prota se encuentra con el tipo que pone los cepos y al final, cuando este mismo sujeto se queda pillado en uno de ellos.
CONTENIDO: 3
El punto fuerte del relato es la atmósfera y la batería de detalles, sencillos pero efectivos, que le trasladan al lector a los túneles malolientes. En este texto cobra más importancia lo que no se dice que lo que se dice, pero creo que se podría haber trabajado más. Me ha gustado el detalle de la mano salvadora, pero me sabe a poco. ¡Quería más información!
COMENTARIO: 4
Este relato me ha gustado mucho. Has conseguido que me evada de la realidad durante el tiempo que he estado leyendo. Que sienta simpatía por el protagonista y que me preocupe lo que le va a ocurrir. Y eso es al final lo más importante.
Lo primero agradecer que os hayáis tomado la molestia de comentar el relato. Aunque sea "obligatorio" no deja de ser un curro y realmente difícil. Además creo que son unos comentarios bastante útiles.
Efectivamente, tengo que repasar mucho más lo que escribo (XD) y el relato para funcionar del todo, necesita algo más de extensión. Lo del límite de palabras me complicó un poco, porque inicialmente el recorrido a oscuras por los túneles/alcantarillas iba a ser más largo, pensaba dejar caer más información y pistas, sin contar lo de explicar algo más el final. hahaha Pero bueno, la parte de "reescribir" el relato usando lo que me aconsejan siempre me dio una pereza enorme. El día que consiga repasar algo de lo que escribo (no sé si sabría) lo mismo hasta me sorprendo con el resultado hahaha
Forma: El recurso de la primera persona y las frases cortas ayuda a crear tensión, la información es corta pero directa para que la imaginación haga el resto del trabajo, un éxito.
De vez en cuando se cuela alguna cosa rara, alguna forma verbal que no encaja bien, pero nada tan grave que quieras dejar de leer el relato.
La mano que me había ¿estado? guiando se soltó. Me quedé inmóvil frente al foco de la linterna. Pude ver su miedo justo antes de que la dejase caer y se rompiese. Aún escucho sus gritos cuando me quedo a oscuras.
Contenido: Me encanta como empiezas la lectura del relato y rápidamente ya estás dentro de él. No te cuesta mucho situarte, creerte ese lugar, así como ir viendo la evolución del relato a la espera del giró de guión que te termine de sorprender.
¿Se ha asustado el hombre del hacha y la linterna al ver quien tiraba del protagonista?
Comentario: Me ha gustado bastante aunque el final me ha dejado perplejo y he tenido que releerlo al no comprender lo que ocurría. Al principio pensé que era el protagonista quien había caído en el cepo, luego que fue el guía y al final caí en la cuenta de que había sido el perseguidor con el hacha y la linterna. Quitando esa parte me ha encantado.
Si se pueden poner notas aunque ahora no valgan para nada, habría puesto estas:
Forma: 3,5
Contenido: 4
Comenario: 4
¡Cansinos!, anímate a corregir. Si dejas lo que escribas en reposo durante unos tres días y luego lo lees, econtrarás bastantes fallos y cosas mejorables. Muchas veces también habrá cosas que puedas omitir. La diferencia es como el antes y el después de un trasto de la tienda para hacer abdominales.
Gracias por los comentarios Eban ^_^
¡Cansinos!, anímate a corregir. Si dejas lo que escribas en reposo durante unos tres días y luego lo lees, econtrarás bastantes fallos y cosas mejorables. Muchas veces también habrá cosas que puedas omitir. La diferencia es como el antes y el después de un trasto de la tienda para hacer abdominales.
Excepto la última parte que es poco alentadora (todos saben que esos trastos son inutiles, lo que funciona es hacer deporte XD) estoy de acuerdo. XD Lo que pasa que para poder escribir el relato como me gustaría, tendría que haberme saltado el límite de palabras, escribir sin prestar atención a eso y luego repasar.
De hacer una segunda parte excedería el límite de 900 palabras. Vuestros comentarios me hacen pensar que es necesario, para incidir más en la parte de ambientación y explicar un poco mejor el final. Que si bien es verdad que tendemos a meter paja, en este relato no creo que haya apenas (si es que hay) porque directamente me faltaba espacio. Ajusté al máximo. XDDD
Veré si saco tiempo para intentar una versión 2 y tal vez una 3 (que subiré por si queréis verla). Eso si, ya no cumpliré con las normas del relato. XDDD
De la propuesta de ahora no se me ocurrió nada que me parezca interesante aún, así que así al menos hago algo. XDDDD
Cuando escribí el de la fosa de Mällstrom me salió un relato de 1400 palabras. Te puedes imaginar lo que me costó reducirlo a 900, pero ahora me doy cuenta de que esas 500 de más le sobraban.
En el máster de periodismo que estoy haciendo nos dan mucho por saco con la edición de los textos. Nos dicen que los leamos en voz alta para que suenen bien. Que seamos sintéticos y que todo esté bien organizado. Por lo que he leído que dicen escritores de prestigio, del ejercicio de resumir y quitar partes innecesarias se aprende muchísimo. Así se depura el estilo.
El límite de 900 palabras facilita que la gente no se aburra de leer y que nosotros mejoremos la ténica. O eso espero.
No te digo que no, pero en este caso concreto, por lo que me decís, no se entiende bien. No tengo muy claro cómo puedo explicarlo mejor sin añadir cosas y tampoco tengo muy claro qué se podría quitar sin que se pierda parte de la historia. Es decir, necesita los detalles sobre lo que siente o percibe para crear la sensación de estar a oscuras, incluso más. Luego sus recuerdos de cómo llego allí estructuran la historia y lo que va encontrando es lo que hace que avance.
Ahí, si me indicas alguna parte que veas que podría suprimirse sin afectar, tal vez eso me ayudase a verlo mejor. Si no, imagino que primero añadiré cosas para explicar y luego en la versión 3 volveré a suprimir lo que sobre (que de lo nuevo seguro que habrá cosas que sí sobren).
No digo que el texto deba salir mucho más largo, pero si estimo que entre 100 y 300 palabras más.
Lo de hacerse pesado de leer te doy parcialmente la razón, pero dado que la mayoría leemos libros mucho más largos, diría que si nos cuesta leer un relato corto es porque al relato le queda trabajo.
Me leí el relato de la fosa, se seguía bien como esta. Sin embargo, la aparición del padre y "que no nos descubran" no queda del todo claro si es una alucinación de su mente falta de oxigeno o si es una criatura que adopta el aspecto de su padre muerto ¿por qué hacerlo? o si es el propio padre muerto. No es realmente importante porque el relato de terror tampoco necesita que se explique todo, pero sin haber visto el original no sabría decirlo.
En realidad me he leído todos los relatos XDDDD
En la oscuridad
Se fue la luz. Me quedé en completa oscuridad y silencio. Solo. Respiré hondo, podía salir de aquellos túneles. Sólo tenía que mantener el contacto con la pared y no malgastar el gas del mechero.
Los muros de ladrillo estaban húmedos y desgastados. Mantenía el contacto con la mano derecha mientras andaba despacio, procurando no tropezar en el suelo irregular del túnel. Una ligera corriente de aire frío hacía que temblase ligeramente, pero que me animaba a seguir hacia delante.
No sé cuánto llevaba caminando cuando noté un desagradable olor dulzón, podrido. Seguí tanteando el camino hasta que mis pies toparon con un bulto grande y blando, la fuente del olor.
Me detuve dudando si usar el mechero o continuar andando sin separarme de la pared. Finalmente, saqué el mechero del bolsillo de mi cazadora y lo encendí con la izquierda.
La frágil luz del mechero iluminó un cadáver de un niño, medio podrido y con ratas devorandolo. Su pantalón tenía la pernera izquierda desgarrada y rota, incluso me pareció ver un trozo de hueso sobresaliendo. Contuve una náusea y dejé que el mechero se apagase.
Con el mechero aún en la mano, me pregunté si debería revisar el cuerpo. Podría tener algo útil, tal vez incluso una linterna. Pero la verdad era que no tenía estómago para rebuscar las ropas de aquel cadáver en descomposición.
Volví a guardar el mechero en el bolsillo, asegurandome de cerrar la cremallera. Después, con cuidado de no perder el contacto con la pared ni tropezar, pasé por encima.
Seguí andando, algo más rápido. Quería dejar atrás el cadáver, sobretodo su olor. Me dije que, si el niño hubiese tenido una linterna, seguro que habría gastado las pilas. Nadie quiere morir solo y a oscuras.
Pero aquel olor a putrefacción seguía invadiendo todo. La tenue corriente de aire frío no conseguía eliminar el olor, incluso parecía más intenso.
Llegué hasta el extremo de la pared, el olor allí era insoportable. Podía escuchar el sonido de una corriente de agua cerca, un poco más adelante. La corriente de aire era algo más fuerte y el suelo bajo mis pies se había vuelto algo resbaladizo.
Me detuve. A tientas, abrí la cremallera de la chaqueta y saqué el mechero. La frágil luz de la llama, puesta al mínimo para ahorrar gas, me permitió intuir un cruce de túneles no demasiado grande, con un sumidero en el centro. Justo arriba, fuera de mi alcance, había una rejilla de ventilación.
Pero lo que captó mi atención fue el cadáver, cubierto de ratas grandes como gatos. Verlo me impresionó tanto que estuve a punto de dejar caer el mechero. Este cadáver era más grande, un adulto, y pese a las ratas pude distinguir el brillo metálico de un cepo. ¡Un cepo! ¿Quién ponía cepos en los túneles?
Tenía que salir de allí. Así que cogí el primer túnel a mi derecha, siempre con mi mano en contacto con la pared, intentando no pensar en lo que podía tocar o lo que podía haber en la oscuridad.
Resbalé. Recuperé el equilibrio en el último segundo agarrándome a la pared. Maldije el momento en que había bajado, todo por demostrar que no tenía miedo. Pero eso era antes de que cerrasen la puerta por la que había entrado, antes de que se fuese la luz de la linterna y, desde luego, mucho antes de que viese los cadáveres. Estúpida apuesta.
Me apoyé en la pared y paré a descansar. Todas esas historias de fantasmas y de gente que desaparecía en los viejos túneles del metro, ahora sabía el motivo. Respiré hondo. No podía seguir dando vueltas a ciegas, tenía suerte de no haber resbalado más veces o pisado un cepo.
Apoyé la espalda y la cabeza contra el muro, con los ojos cerrados. Aún podía escuchar el agua que caía por el sumidero. Si quería salir de ahí, necesitaba algo con lo que tantear el terreno, lo que fuera.
Entonces vi una luz oscilante, como la de una linterna. Habría querido levantarme e ir hacia ella, pero alguien había cerrado la puerta y alguien había puesto un cepo. Me quedé en silencio, conteniendo la respiración.
La luz de la linterna iluminó el cadáver del cruce. La silueta de un hombre grande se agachó para soltar el cepo, nada de fantasmas, sólo un hombre. De no haber estado encerrado en aquellos túneles llenos de trampas me habría reído.
Durante un buen rato vigilé cómo colocaba otra vez el cepo. Después recogió su linterna y empezó a caminar hacia mí. Tragué saliva intentando reunir el valor y la energía para atacarle.
Me levanté pegándome a la pared. Sólo tendría una oportunidad y aquel hombre, no solo era mucho más grande que yo, además tenía un hacha.
Justo cuando la luz de la linterna estaba a punto de descubrirme, sentí que alguien cogía mi mano derecha y tiraba de ella. Era una mano pequeña, de niño, suave y fría, tirando insistentemente para separarme de la pared.
No sé por qué motivo dejé que me arrastrara por el túnel, corriendo a ciegas y sin saber dónde pisaba. El hombre de la linterna nos seguía, también corriendo por los túneles. Entonces escuché el chasquido metálico del cepo y un grito de hombre.
Me quedé inmóvil frente al foco de la linterna. Pude ver el terror en los ojos del hombre, justo antes de que la dejase caer y se rompiese. La mano de mi guía se soltó. Escuché los gritos del hombre, desgarradores, agónicos. Y después silencio.
El hombre del hacha tenía las llaves de la puerta. Años después, aún escucho sus gritos cuando me quedo a oscuras. La policía no encontró nadie más en los viejos túneles del metro, sólo cadáveres.
Bueno, un intento de que se entienda mejor el final y solucionar alguno de los problemas. Salen 956 palabras, no mucho más, pero sí fuera del límite. XD
Imagino que podría haber ido dejando caer la información de forma más sutil alargando lo que encuentra el tipo, pero tampoco creo que importe demasiado.
PD: Del nuevo desafío veremos que sale, creo que intentaré un experimento con el narrador a ver qué me sale. XDD
Con los cambios ahora el final es más claro. Si, se entiende mucho mejor lo que ha ocurrido pero también pierde la fuerza que tenía anteriormente con ese final abierto más dado a la imaginación del lector.
Final 1:
La mano que me había guiando se soltó. Me quedé inmóvil frente al foco de la linterna. Pude ver su miedo justo antes de que la dejase caer y se rompiese. Aún escucho sus gritos cuando me quedo a oscuras.
Final 2:
Me quedé inmóvil frente al foco de la linterna. Pude ver el terror en los ojos del hombre, justo antes de que la dejase caer y se rompiese. La mano de mi guía se soltó. Escuché los gritos del hombre, desgarradores, agónicos. Y después silencio.El hombre del hacha tenía las llaves de la puerta. Años después, aún escucho sus gritos cuando me quedo a oscuras. La policía no encontró nadie más en los viejos túneles del metro, sólo cadáveres.
No se si me explico pero el primer final tenía más fuerza al no dejar claro que se había salvado y que nos contaba la historia sentado a la chimenea mientras guarda un revolver en el batín (así me lo imagino yo). Al afirmar que le había cogido las llaves, en mi opinión, el final de la historia pierde intensidad.
De todas formas el primer final necesitaba aportar algo más de información ya que te había quedado algo confuso.