Violeta, la republicana, sabe que una de las hermanas Amapola va a morir. Violeta se halla sumida en su rutina, en el trasiego de su casa azul y púrpura, riega las violas odoratas de la repisa, pule los cubiertos, repasa las copas. Los habitantes del pueblo llegan a la plaza principal con música y panderetas. Los viejos se acomodan a la lumbre de los soportales. Violeta, la republicana, observa el festejo con la discreción de un espectro electromagnético. Atiende a los comensales del convite, transporta bandejas cargadas de berenjenas horneadas en harina, despeja las mesas. La orquesta redobla los tambores. Se extiende una alfombra cuando una de las hermanas Amapola hace aparición por la calle Mayor.
Violeta contempla todo tras el sutil escondite que conforma su propio ser, su aura hecha de la séptima franja del arcoiris. Violeta es la última en aparecer, la primera en dejar de ser vista y la más difícil de apreciar.
La hermana de las Amapola cae exactamente en el momento en que se acomoda en su trono, se desvanece por la alfombra con su vestido vaporoso. Muere para siempre. Algunas mujeres gritan, empiezan los llantos. Violeta, la republicana, camina hacia el trono con visión borrosa, con ojos sobre ojeras azuladas de esperar despierta. Los guardias se abalanzan para detener el paso de la republicana pero un fogonazo de potasio llena la atmósfera de llamas violáceas haciendo a todos retroceder. Violeta esgrime su mano izquierda, portadora de un anillo de amatista, fulmina el trono sin violencia y se sitúa en su lugar con los pies desnudos amoratados por el frío. La hermana de las Amapola que ha fallecido se desintegra entre el aire y el suelo atildado de moqueta y presunción. Sin nubes en el cielo, el sol se pone a llover.
La otra hermana de las Amapola, aquella que aún vive, se acerca a Violeta, la republicana. Ambas mujeres fogosas estrechan sus manos terrosas, se besan por el aire y dejan que entre ellas se iluminen de amarillo todas las aguas del pueblo libre.
FORMA: 3
Está bien escrito. Las descripciones son buenas y en general, suena bien.
ARGUMENTO:1
El texto se centra en la descripción de una metáfora en la que se habla del resurgimiento de la República, con lo cual el argumento es bastante secundario.
COMENTARIO: 2
El propósito de la metáfora principal parece ser puramente estético, y a mí al menos no me ha conmovido. Me ha resultado demasiado abstracto y en algunas partes confuso, pues no sabía muy bien qué estaba ocurriendo (me refiero al tercer párrafo). Y ya en la parte más subjetiva de mi comentario, he de decir que no me gusta el tono patriótico o propagandístico que se le puede intuir, si bien es cierto que quizás esa no sea la intención del autor. Y esto es porque, no me parece buena idea dedicarle un relato a una bandera.
FORMA: 5
Sencillamente espectacular. El primer párrafo me recuerda al mejor realismo mágico, con un personaje definido en sus rasgos mínimos: un nombre propio y un epíteto que esconde algo mucho más profundo que el estereotipo de su simple profesión. El primer par de nombres: Violeta-Amapola es suficiente para sugerirle al lector varias asociaciones e interpretaciones: ¿Violeta será violeta por tercera franja de la bandera republicana? ¿Amapola será amapola por adormecer al pueblo? La primera impresión es, pues, la de un relato simbolista que el lector no va a ser capaz de entender en toda su profundidad.
Las comparaciones con el espectro electromagnético y con la séptima franja del arco iris son literariamente brillantes y muy originales. Las violas, panderetas y berenjenas del primer párrafo nos introducen en un ambiente muy sugerente de sabor popular, y los matices cromáticos del segundo: las ojeras azuladas, las llamas violáceas y los pies amoratados dan al relato un toque de preciosismo muy logrado.
Mención aparte merece una imagen sublime: "el suelo atildado de moqueta y presunción". No sé que tendrán estas estructuras que coordinan un elemento concreto y otro abstracto que cada vez que las leo me dejan fascinado. ¡Y mira que son viejas! Creo recordar que Tácito decía algo así como que los galos estaban separados de los romanos por los Alpes y por el miedo, pero si tienen un nombre en retórica no lo recuerdo.
"El sol se pone a llover". Como no. Una vez que hemos aceptado que Amapola se desvanece, qué más trágico que el llanto del Sol. Me encanta. Casi tanto como lo de las mujeres fogosas de manos terrosas. Me imagino que por ser trabajadoras e idealistas. Precioso.
CONTENIDO 3:
Acepto que defraudes las expectativas del lector transformando un relato aparentemente costumbrista en otra cosa en el segundo párrafo. Acepto que Amapola simplemente se desvanezca, pues una muerte cruenta enturbiaría la belleza del relato. ¿Pero qué es eso del anillo de amatista que fulmina el trono? Un guiño a una mala película de acción o a una peor historia de magia y brujería? Aceptaría que le susurrara unas palabras de odio, que le echara un mal de ojo, hasta que sacara un mosquetón de la gabardina, pero lo del anillo desintegrador no me lo trago por muy generosa que sea mi imaginación.
Además hay un problema de coherencia: si la hermana de las Amapola realmente se desvanece, ¿a cuento de qué se vuelve a desintegrar después? Y si tan solo se desvanece en el sentido de que se desmaya, ¿a qué la crueldad de rematarla?
Salvando este importante escollo, el final vuelve a convencerme con ese beso espiritual que irradia luz al pueblo. Un magnífico ejemplo de cómo escribir en ¿200? palabras un relato más que convincente.
COMENTARIO PERSONAL 4:
Un relato que he degustado en cada una de sus bellas imágenes y que creo que recordaré durante mucho tiempo, aunque con permiso del autor o autora acabaré por sustituir en mi memoria el anillo de poder por otra arma menos fantástica. ¿Sera que peco de academicista? Seguramente. La brillantez de tu prosa me impide darte ningún consejo técnico, pero a modo de simple impresión de un lector devoto he de decir que esa mezcla de exquisitez narrativa propia de la mejor Isabel Allende con una vulgar escena de acción de película de serie B desvirtúa la enorme altura poética del relato.
FORMA Este texto me gusta mucho, parece y digo parece porque no creo que lo sea, un poema en prosa escrito para pùblico infantil. Sencillo y fàcil de leer, como si uno fuera de la mano del escritor viendo en Violeta a un verdugo implacable pero justo. Tiene la puntuaciòn exacta y lo que no estoy muy segura es de si tenga la extensiòn pero vamos, eso es tema aparte. Los detalles son concretos y directos. (3) CONTENIDO Me gustò el tema del protagonismo de Violeta, quizàs a las hermanas pudo habèrseles dado un poco màs y sin embargo no me parece que le reste a tu texto, sin embargo es el ùnico detalle que resta puntos en este tema. Aunque no fue previsible un poco de sorpresa hubiera estado bien pero eso ya es a gusto del escritor y sabemos que no a todos los lectores les encantarà el asunto. Definitivamente no aburre, me ha gustado y deja un buen sabor de boca. (3) COMENTARIO PERSONAL Como ya he dicho antes -y este punto quizàs se vuelva redundante-, me parece que en general el texto està muy bien escrito. Deja con un buen sabor de boca y uno lo leer y relee. Puede que tenga dos o tres detallitos pero nada que no se pula con la escritura, es asì. (4)
Forma: Es imposible no darse cuenta que dominas la pista de baile. Que te mueves con la soltura de un bailarín profesional. Es difícil pasar por alto que tienes estilo. Un estilo propio en el que te sientes seguro y cómodo. Y aunque me encanta leer los pasos de ese baile tan tuyo, me gustaría comentar contigo algún movimiento.
Me ha gustado mucho esa "aliteración" que convierte al color en omnipresente: republicana, berenjenas, arcoiris, llamas violáceas, amatista... Algún adjetivo señala de forma demasiado evidente a esta figura. Dicen que señalar está feo. Aunque no hay que verlo necesariamente así, es cierto que quizás hubiera sobrado algún dedo señalando. Por ejemplo cuando dices "ojeras azuladas". Es posible que azuladas pudiera haberse obviado. Sobre todo al ver lo bien que te quedó en la frase "Se extiende una alfombra (ROJA) cuando una de las hermanas Amapola hace aparición por la calle Mayor." [Nota: No cabo de entender el uso del reflexivo en esta frase.]
En tu estilo destaca de forma sobresaliente y sorprendente el tirabuzón de lo surreal. A mi es algo que me gusta muchísimo. Has sabido integrarlo de forma muy correcta: "Violeta, la republicana, observa el festejo con la discreción de un espectro electromagnético"
Muy bien esa especie de hipérbaton: "Sin nubes en el cielo, el sol se pone a llover"
Esta frase me parece demasiado larga: "Los guardias se abalanzan para detener el paso de la republicana pero un fogonazo de potasio llena la atmósfera de llamas violáceas haciendo a todos retroceder. Violeta esgrime su mano izquierda, portadora de un anillo de amatista, fulmina el trono sin violencia y se sitúa en su lugar con los pies desnudos amoratados por el frío" [Nota: esgrimir es forzosamente sujetar algo. Puede que sea el anillo pero no deja de resultar algo extraño]
Puntuación 4
Contenido: Ha llegado a confundirme. No acabo de entender lo que quieres decir exactamente incluso después de leerlo un par de veces. Me parece ver ciertas referencias a la bandera republicana. Si no recuerdo mal, el color morado en la bandera era por Castilla y las berenjenas en harina es un plato típico de allí. No estoy seguro. Quizás esa ambigüedad sea algo buscado o simplemente fruto de ese estilo tuyo. Y es que a veces te dejas llevar por el estribillo de la canción del lirismo llegando a perder el paso y también el sentido: "La hermana de las Amapola cae exactamente en el momento en que se acomoda en su trono, se desvanece por la alfombra con su vestido vaporoso."
Puntuación: 4
Opinión personal: Me gusta tu forma de bailar. Me gusta mucho. Personalmente me cansan las fórmulas vacías de un baile sin emoción. Y aquí, en tus pasos, veo mucha emoción. Mucho trasfondo. Y el resultado es formidable. Enhorabuena.
Puntuación: 5
Anonimo.