El tiempo transcurre tan solo medido por el incesante goteo de pasos que como las agujas caprichosas de un reloj estropeado marcan mi constante búsqueda de la salida del infierno en el que me hallo.
Ya no recuerdo en qué momento decidí adentrarme entre este infinito de piedra que alcanza hasta un cielo inalcanzable. Un mar azul y negro, mi idealizada conexión con la realidad, pero…
¿Acaso ese falso techo, que no me enseña nubes, estrellas ni sol, es más real que las paredes contra las que apoyo mi cuerpo mientras exhausto, continúo mi avance eterno a través de esta cárcel de granito?
¡No! Tan solo es burla, mentira, espejismo que me invita a fingir que existe un lugar al que llegar. Me resulta indiferente. Ya no busco la salida pues he aceptado que no ha de existir aunque de hacerlo, jamás me atrevería a cruzarla.
Este nivel de martirio me basta, llega incluso a agradarme cuando agarrotados mis músculos por el dolor desfallezco en el duro suelo y reclino mi ser al refugio del que es mi hogar y prisión a un mismo tiempo.
Pese a ello recupero el aliento, alzo el que en vida fue mi cuerpo y prosigo. Continúo en la búsqueda nihilista de mi propia destrucción. Avanzo con pasos pavorosos no buscando más que huir de mi mismo. De esas ideas de abandono que brotan en lo más profundo de mi mente encerrándose en ella. Oprimiendo mi cerebro hasta hacerlo resonar como eco de mis pisadas vacías.
Pero no consigo dejarlas atrás, me persiguen desde lo más hondo de mi alma, y ante cada nueva esquina, cuando se alza ante mí un nuevo pilar que bloquea mi paso, o un pasillo que llega hasta donde ven mis ojos, vuelven con fuerza, toman forma, danzan etéreas ante mí pidiéndome que me entregue.
Entonces caigo de nuevo, lloro, gimo y me arrastro, clamando a Dios porque ponga fin a mi castigo. Que fulmine ya mi triste vida.
La oscuridad cae ahora, mis ojos dejan de ver pero aun me arrastro penitente.
No puedo, por más que lo deseo, entregarme al sueño. No logro rendir mi cuerpo inconsciente qué, incapaz de aceptar mi muerte, prosigue a tientas suspirando por la libertad.
Mis manos ensangrentadas recorren las paredes, pero aún disponiendo de mil nuevos atormentados no bastaría para marcarme un camino.
Mi cabeza cae desplomada sobre la fría losa, algo se escapa de mí ser y mientras oigo mi respiración fatigada y entrecortada comprendo que ya no habrá más pasos.
La libertad es una quimera, mi vida una sátira. Duermo.
El día se alza y aún sigo vivo, pretendo alzarme cuando soy golpeado por algo hacía tiempo olvidado. La luz. Claridad daña mis ojos que nunca han presenciado espectáculo similar . Rayos de los dioses cruzan mis ojos castigándome por ser testigo de semejante belleza.
Algo se alza ante mí, algo que no es un piedra ni pared e intercede entre el purificador elixir del sol y mi maltrecho yo.
Habla. Escucho.
-Tu castigo ha sido a mi pecado. Descansa ahora.
No comprendo pero me es igual. Me debato con todas mis fuerzas por seguir mirando. Por ver. Pero mis ojos se cierran cada vez mas como negativa a mí pretensión, intento pronunciar palabra pero de mi voz sale un sonido gutural, animal, me asusto de ello y cayo. Ya da igual.
FORMA
La forma de este texto es mas que correcta, y por eso se va a llevar un 5 :)
CONTENIDO
El contenido no es tan bueno como la forma, pero igualmente me ha gustado, aunque ne ciertos momentos me hizo perder un poco el interés.
Le doy un 4 igualmente
COMENTARIO PERSONAL
Pongámosle un 4, ya que aunque no es largo del todo, a veces se me hizo un poquito pesado. Igualmente, me ha gustado :)
FORMA (3)
La elección de la primera persona es acertada y le da al relato un tono confesional más patético.
La estructura es eficaz: el sufrimiento del convicto va determinándose poco a poco, desde su incertidumbre sobre las referencias temporales hasta el desfallecimiento por la extenuación física. El cambio de día parece abrir un rayo de esperanza que pronto de ve frustada por la injusticia de un castigo de dimensiones bíblicas que no hay forma de purgar.
Las oraciones breves: "duermo", "habla", "escucho" reflejan muy bien el estado de desesperación del protagonista incapaz de articular reflexiones más complejas.
Como puntos negativos diré que me parece que el relato tiene demasiados párrafos. Yo uniría, por ejemplo, los que refieren al cuerpo, manos y cabeza del protagonista en uno solo.
Ortográfica y gramaticalmente:
- Sobra la coma en el segundo párrafo después de techo (oración especificativa)
- Brotan de lo más profundo (ablativo)
- Vuelven con fuerza. Toman más fuerza. (Ya tenían fuerza, pero esta se intensifica)
- Para que ponga fin a mi castigo (oración final, no causal)
- Algo se escapa de mi ser (sin tilde)
- Mi cuerpo inconsciente que (sin tilde, relativo)
- Tu castigo ha sido por mi pecado (usar "a" para indicar causa es galicismo)
- La claridad daña mi ojos (con artículo)
- Callo (de callar)
CONTENIDO (4)
La progresión de la narración está bien graduada y el léxico que empleas para reflejar este estado de locura es rico y sugerente. Me ha gustado especialmente este fragmento: "oprimiendo mi cerebro hasta hacerlo resonar como eco de mis pisadas vacías.". El final, en el que protagonista acaba viéndose degradado a la condición de bestia, es climático y desesperanzador.
Hay, sin embargo, un par de ideas que me desconciertan un poco: no me acabo de creer eso de que el cielo sea su conexión con la realidad. El cielo, y sobre todo en una situación como esta a mí me sugiere precisamente todo lo contrario. Su condición tampoco me la imagino como una farsa. Algo más intenso, como una tragedia, podría estar mejor. No entiendo la siguiente oración: "aún disponiendo de mil nuevos atormentados no bastaría para marcarme un camino."
La incertidumbre en la que queda el lector ante este este castigo kafkiano es un efecto interesante, aunque quizás no estaría de más darle algunas pistas ambiguas sobre las razones que lo llevaron a acabar preso en el laberinto o sobre la condición del ser que le habla.
COMENTARIO PERSONAL (4)
Has conseguido sumergirme de lleno en situación de deseperación y locura que transmite el relato, aunque no soy capaz de imaginarme de qué clase de protagonista se trata. Aunque no sea necesario dar más detalles, pues lo importante aquí entiendo que es su dolor, sí que se podrían evitar algunas figuras literarias que confunden en este sentido la narración. Me refiero, en concreto a "alzo el que en vida fue mi cuerpo", (¿habla un cadáver, un espectro, un vivo que se tiene por muerto?) Supongo que lo último.
Salvando estos pequeños contratiempos, la idea del relato es brillante, y cuidando algo más la forma daría para una historia excelente.
Pues antes que nada este relato no contiene la frase propuesta, a menos que en mi segunda lectura también se me haya escapado, así que no se hasta que punto contaria para el reto cuatro, pero bueno paso a comentar.
Forma. 4
Contenido. 4
Se ha plasmado un ambiete viciado, cerrado y opresivo perfectamente, me ha gustado mucho la historia no es aburrida y es facil de leer. Creo que hay unas frases que se contradicen;
"Continúo en la búsqueda nihilista de mi propia destrucción"
"clamando a Dios porque ponga fin a mi castigo"
Puede que sea por el cansancio y la locura que esta generando el personaje, o porque se te ha pasado, pero entiendo con la primera frase que el que sufre no cree en nada, solo en si mismo, y varias lineas despues pide a un dios "bondadoso" que lo liquede. Creo que esto le quita un poco de chicha al asunto.
Un saludo.
Creo que falta el comentario personal de Dragut.
Comenzar diciendo que gracias por tu critica la cual me ha parecido de lo mas útil y justa.
Te quería explicar acerca de un par de cuestiones acerca de mi relato las cuales has comentado dudar y quería aclarar.
El protagonista, aunque es algo que surgió a medida que avanzaba el relato es el Toro de Minos, aunque este detalle preferí ocultarlo ligeramente.
Este ser mitológico se alimentaba de la carne de las personas que eran enviadas a su laberinto y de ahí procede la frase "...aún disponiendo de mil nuevos atormentados no bastaría para marcarme un camino" Pues mientras su sangre va dejando labrada la piedra se plantea si podría marcar una guía disponiendo de la sangre de los atormentados que le son enviados.
Sabiendo de quien se trata muchos elementos del texto toman mas coherencia, como la conversación con la presencia divina que no es otra que Pasífae, madre del minotauro y "la que brilla para todos" lo que justifica el haz de luz que provoca su presencia en la atormentada bestia fruto del crimen cometido por esta.
Según algunos autores el hecho de que se ocultara al minotauro fue para ocultar la deshonra de Pasifae, careciendo la bestia de culpa, otros dicen que la bestia devasto creta y por ello fue encerrada pero me he decantado por la primera, usando al minotauro como lo que podríamos considerar una bestia de frankenstein de la mitología griega.
Lógicamente no te digo esto descontento con la puntuación, si no como una explicación a las dudas que me has planteado y que me apetecía satisfacer.
Ah, pues entonces sí que tiene sentido. De hecho, la asociación entre el laberinto y el minotauro debería ser bastante intuitiva, pero el caso es que no se me ocurrió. Quizás con un título o con alguna referencia a unos cuernos y pezuñas hubiera estado más claro.
Gracias por la aclaración.
Dragut, te falta el comentario personal y una tercera puntuación en este relato.
No me deja editar.
La tercera puntuación es un 4 también.
Un saludo.