Las llamas comenzaban a hacer una mancha negra en el techo de la cueva, mientras alumbraba las imágenes de dioses y de caza en las paredes. El viejo seguía en la misma posición cuando el niño regresó de la noche con ramas secas bajo el brazo. Estaba con los ojos cerrados, en la pose de respiración que siempre le enseñaba, sentado con las piernas cruzadas “como durmiendo, pero sin dormirse”. El chico se limitó a avivar el fuego y romper el resto de las ramas, y cuando las llamas crecieron un poco, el anciano de piel cuarteada comenzó a hablar. Y el niño escuchó con toda la devoción que pudo, porque el chamán hablaba con sabiduría y él era su aprendiz.
- Cuando estamos despiertos caminando por la selva, somos ciegos a los sueños, que están llenos de sabiduría. Pero cuando soñamos, dejamos de ver la selva. Por eso son peligrosos si soñamos demasiado. Un conejo que vive entre las raíces de un árbol puede ver esas raíces, pero no puede ver la luz del sol. Un lobo no habla, no puede ver lo que le cuentan sus hermanos de tierras lejanas, pero nosotros no podemos ver las huellas invisibles que ellos ven. Así como no podemos ver el fondo del lago que mira el yacaré, que no puede ver la selva. - Entonces el viejo quedó en silencio, mirándolo con sus ojos oscuros. Era el momento de la pregunta, cuando “tenía que mostrar su sabiduría mostrando cuanto no sabía”.
- Sería muy feliz si pudiera ver la selva, los sueños, las raíces de los árboles - se detuvo para pensar como seguir - el fondo del lago y las huellas invisibles de los lobos, todo a la vez. ¿Podré hacerlo algún día sabio anciano? -
Y el chamán habló de nuevo - Las cosas que te dije con como las carpas de nuestras aldeas, como las cuevas de las montañas. Puedes estar en una y después en otra, pero nunca en dos a la vez. Cuando estás dentro de una puedes ver todo lo que hay dentro, pero nunca lo que hay en otra. Así son las visiones del chamán, joven aprendiz. No puedes verlas todas a la vez. Puedes mirar solamente una, mientras eres ciego a todo lo demás. Por eso todos somos ciegos, por más que podamos ver muchas cosas. -
- ¿Cuándo podré ver esas visiones que siempre me cuentas? Siempre miré las cosas que miran los de la tribu que no son chamanes, pero nunca vi las cosas que usted puede ver en las otras cuevas de sus visiones. -
- Porque no ves este mundo, la carpa donde estás ahora. Miras la fogata y solo ves llamas, donde yo veo al árbol y a la sabia que fluye por dentro de él. Donde yo veo los anillos de la madera, las ramas, las sombras, las hojas y las frutas. Donde yo veo los inviernos y los veranos, las noches y los días que vivió durante muchos años. Hay una semilla creciendo entre las raíces de sus padres, donde yo veo las cenizas que mañana volarán con el viento. Donde tú ves llamas, joven aprendiz, yo puedo ver muchas cosas sin dejar de ver las llamas. Para salir de tu carpa, de la carpa donde están todos los de la tribu que no son chamanes, primero tienes que abrir los ojos y ver lo que hay dentro, y después lo invisible, que es lo que compone la mayoría de la carpa. -
- Entonces estamos ciegos aunque podamos ver. - contestó el chico y el anciano sonrió en silencio.
Comentario al texto anterior (Relato D3J6):
Forma (3): En términos generales está correctamente escrito pero encuentro construcciones forzadas, alguna coma ausente y repetición de palabras. Hallar esto después de leer el fabuloso inicio del relato desestima un poco su lectura. A saber:
"¿Cuándo podré ver esas visiones que siempre me cuentas? Siempre miré las cosas que miran los de la tribu que no son chamanes, pero nunca vi las cosas que usted puede ver en las otras cuevas de sus visiones. -"
En negrita pongo las palabras que, en algún momento de estos renglones, se podrían sustituir por sinónimos. Quizás así se relaje un poco esta laboriosa construcción. ¿O ha sido una intención concienzuda del autor escribir esto así?
Así pues, el párrafo final en el cual el anciano se expresa, resulta ligeramente enrevesado quizás por la posición de las comas o el uso incoherente de la palabra "donde". No me queda muy claro si ve los restos del árbol (y más allá) ardiendo en la fogata o si hace un recorrido circundante de su entorno mientras explica cómo aprecia, por ejemplo, los árboles alrededor de ellos.
Contenido (5): Excelente. El tema me encanta. Comprendo la gran sabiduría que se encuentra en este escenario, el contacto con la naturaleza, Gaia, la Madre Tierra, los primeros homínidos, el mensaje oral en torno a la hoguera. Arcaico, maravilloso y entrañable; como si uno tuviera lo que aquí se cuenta en su memoria, en sus experiencias vividas. Gracias por acercarme a este entorno.
Opinión personal (4): Me cuesta no ser exigente con la forma. Si fuera condescendiente pondría aquí un cinco pero creo conveniente que el autor/a sepa que si se revisaran las formas de este texto, muy puntualmente, el relato sería perfecto. Indico esto con absoluta humildad y respeto. Animo a que se haga esta revisión. Encuentro en este escrito una gran sensibilidad con la naturaleza y con el misticismo y un reconocimiento de la existencia de una sabiduría semilatente que nos enseña cuánto ignoramos, qué ciegos estamos. Adelante, compañero/a, la literatura es uno de tus caminos.
CONTENIDO 3
Le falta profundidad y desarrollo al argumento. Creo que podrías haber dicho más cosas y haber sido más directo con otras.
FORMA 4
La narración resulta agradable. Se transmite la intimidad de la escena, la belleza de un mundo entero por descubrir, desde la corteza del árbol a los ojillos huidizos de una liebre.
COMENTARIO 3,5
Se nota que has intentado mimar la narración, hacerla hermosa y agradable. Y lo has conseguido. Sin embargo, creo que has dado demasiadas vueltas para decir una misma cosa. Y, aunque ya llegas a una conclusión a mitad del relato, al final de nuevo vuelves a insistir sobre ello. Me refiero a esto:
"Puedes mirar solamente una, mientras eres ciego a todo lo demás. Por eso todos somos ciegos, por más que podamos ver muchas cosas".
"Entonces estamos ciegos aunque podamos ver. - contestó el chico y el anciano sonrió en silencio".
Al repetirlo el niño al final, parece que no se ha enterado hasta ese momento, y eso que el chamán ya se lo ha estado contando desde antes.
Forma 3
Tras una primera lectura rápida el texto me ha parecido muy bien redactado, pero tras ponerme con una hoja en blanco a evaluarlo he empezado a ver pequeños detalles que comentar. Espero no parecer desalmado por ello, pues cuanto mejor es un relato más injusta puede parecer la crítica. Hay una repetición constante de “y”s en el primer párrafo. Algunas de ellas podrían ser omitidas o cambiadas por otros elementos, pues es uso reiterado de esta conjunción agota un poco. En la expresión “Por eso son peligrosos si soñamos demasiado…-” No deja claro a que hace referencia. El que el lobo no pueda comunicarse con los demás, dado el simbolismo del animal para la mayoría de las culturas indias y el que sea un animal de manada hace que sea cuestionable, yo usaría otro animal o habilidad que no posea. Creo que es mas apropiado un “Mirandole” a un “Mirandolo” en la frase “Entonces el viejo quedó en silencio, mirándolo con sus ojos oscuros.” Dado que hace referencia a una persona. Como ya se te ha comentado, la conclusión final se repite, por lo que el joven quizá podría comentar algo diferente o al menos no usar las mismas palabras.
Contenido. 4
El texto es muy agradable de leer, no le veo nada negativo en cuanto a contenido mas allá de la repetición de la conclusión final que si que es cierto que pese a ser un pequeño error, mete un gran golpe al relato. Pese a haber demasiados ejemplos, esto no resulta antiestético y podría considerarse algo propio de la cultura o una característica del individuo, además, no aburre.
Comentario personal. 4.5
Una gran historia con un final muy mejorable. Una pena que ese sencillo detalle haga tanto daño al texto, pero pese a ello, valorando el resto, he disfrutado con su lectura. Recomiendo revises signos de puntuación, “y”es y la posible repetición de palabras, con mayor empeño (aunque suene a hipocrita pues yo acabo pecando de lo mismo).