La fosa de Mällstrom
Se fue la luz. Apenas fue un momento, pero bastó para que mi corazón se acelerase con fuerza. A siete mil metros de profundidad cualquier imprevisto puede ser fatal.
Las hélices del batiscafo se detuvieron con un chasquido suave. Los servomotores pararon y por un momento el silencio fue absoluto. Sepulcral. Ante mí se abría el contorno agudo e inequívoco de una grieta en el lecho marino, abierta como la herida de un leviatán muerto siglos atrás. Delante del submarino apenas se intuía la oscuridad latente de la sima.
—Kurosawa uno, estoy en posición.
—Recibido, tienes luz verde. —La estática crepitó por un momento. Las comunicaciones dependían de un cable que unía la nave con el barco nodriza.
Las manos me sudaban, pero estaba helado de frío. La calefacción y el sistema de deshumidificación funcionaban perfectamente, pero era difícil no ponerse nervioso en aquel lugar. Bajo la implacable presión de una columna de agua de siete kilómetros de altura. Había dejado la región batial para adentrarme en la hadal. Y bien podría estar a las puertas del mismísimo infierno porque hasta el momento nadie se había aventurado a comprobar si estaba en aquel abismo.
Continué el descenso con suavidad, tal como había hecho muchas veces. Pero aquello estaba muy bien pagado. Y en mi oficio eso estaba directamente relacionado con el peligro. Se trataba de explorar la fosa de Mallström, una extraña formación geológica de profundidad insondable y poblada de perturbaciones electromagnéticas que impedían cualquier exploración remota. Era algo así como un agujero de bala en la corteza terrestre. O como una puerta al centro de la Tierra. Según me dijeron, el batiscafo lo resistiría todo.
La nave descendió suavemente por las paredes de la grieta. Los potentes haces iluminaban unas paredes prácticamente verticales y desprovistas de toda vida. Me esperaba media hora de descenso.
El zumbido de las hélices era monótono y relajante. Solo cerré los párpados un momento. No se estaba nada mal allá abajo...
—¿Verdad que no, hijo? —Mi padre fumaba una pipa justo a mi lado. Estaba sentado con las piernas cruzadas y la vista fija en el horizonte. Como cuando se sentaba en el porche los domingos por la tarde. Tenía muchas cosas que decirle, pero le pregunté lo que no me había dejado de rondar la cabeza en ningún momento.
—¿Por qué te fuiste?
Se giró y me miró con tristeza. Pude ver en su frente el orificio de la bala que había acabado con su vida, en la habitación donde sus hijos habían nacido. No me contestó.
Estaba dormido, de eso no cabía duda. Pero tenía que despertar para coger los mandos del batiscafo, y cuanto antes mejor. Intenté abrir los ojos con fuerza, pero mi padre se estaba acercando.
Me miraba con la cabeza ladeada y una gota oscura brotaba del agujero de su frente. —No pueden descubrirnos. ¿Nos guardarás el secreto, verdad?
Abrí los ojos. Tenía la cabeza entumecida y por un momento no supe donde estaba. Me giré hacia el lateral donde había visto a mi padre. No había nadie, tan solo la suave curvatura de la burbuja transparente. Más allá de mi propio reflejo los haces iluminaban el final de la pared vertical.
Me froté la cara con fuerza y me acabé el termo de café. —Kurosawa uno, estoy en el blanco. —El comunicador solo me devolvió el sonido de la estática. Las agujas del batímetro oscilaban frenéticamente y los marcadores digitales se movían arriba y abajo sin ningún sentido. —Kurosawa uno para Escitia, ¿me reciben?
Nada.
No me sorprendió que las interferencias dificultasen las comunicaciones. Ya contaba con ello. Accioné los mandos de los servomotores para girar el batiscafo y echar un vistazo.
Nada.
Quizás estaban bloqueados. Aceleré las hélices para maniobrar con ellas.
Nada.
Mi estómago subió a mi garganta. —Ya está. — Pensé. Estaba aislado en medio de aquella enorme fosa. Muy lejos del cielo azul y del aire fresco. Inmerso en un silencio eterno de agua espesa y gélida. Y no podía maniobrar el submarino. Solo me quedaba una opción. Con manos temblorosas presioné el botón de emergencia. Pero los tanques de lastre no se vaciaron.
Dejé caer la cabeza contra el tablero de mandos. El submarino entero estaba frito.
Eso quería decir que estaba muerto, simple y llanamente. Sin comunicaciones y sin capacidad de maniobra, solo era cuestión de tiempo que las baterías se agotasen y muriese allí abajo. De frío. O por asfixia.
Muerto. Apagué las luces para ahorrar energía. Las tinieblas se abalanzaron sobre el submarino en cuanto los proyectores se enfriaron. Parecían cimbrear y contraerse a medida que recorría las paredes de la fosa y envolvían al submarino bajo su manto.
Muerto. Me sentía solo y al mismo tiempo sabía que había alguien más. No podía evitar pensar en el agujero de bala en la frente de mi padre.
Noté una presencia a mi espalda. Fue como un susurro helado que cruzaba el espacio que había entre mi asiento y la compuerta de la sala de instrumental. Encendí las luces y giré la cabeza. Todo seguía igual y no se oía nada al otro lado.
Esperé. Esperé hasta que las luces languidecieron. Esperé hasta que el frío se hizo insoportable.
Cerré los ojos y me acomodé. El sueño ya venía.
Noté una mano en mi hombro. Era mi padre otra vez. Me sonreía con unos ojos inhumanos.
—No podíamos dejar que nos descubrieran.
Forma: Genial, me encanta. No solo el lenguaje y la facilidad para leer el relato. Sino además la estructura. Los momentos de intriga y la resolución final. Nota máxima: 5
Contenido: En este apartado enlazo un poco con lo que dije en el anterior. La atmósfera es buena e interesante. Aunque dada la naturaleza se prevé que algo va a ocurrir me gusta el toque final y que deje al lector pensar en “las puertas del infierno” Solo hay un “pero” El relato transmite angustia, intriga, pero no transmite terror o miedo. Al menos creo que no se potenció lo suficiente. Nota: 4
Comentario Personal: Como relato en si, es genial. Nada que objetar. Fui un poco exigente y creo que el género se podría trabajar un poco más la historia y darle más contundencia. El protagonista casi languidece más que sentir pánico. Se conforma, que no es que esté mal. Pero como historia de miedo esperaba algo más contundente. Nota: 4
La fosa de Mällstrom Comentario Personal de Gavilan1973
Es la primera vez que realizo un comentario del relato de alguien. En primer lugar me hace sentir fuera de lugar porque no sé si soy apropiado para hacerlo. ¿Cómo voy a sacar defectos al relato de nadie? Dicho lo dicho espero no equivocarme demasiado. Comenzaré siguiendo la guía que se ha puesto en la web para realizar los comentarios.
La forma me parece correcta. Sin términos rebuscados pero con las palabras técnicas apropiadas cuando es necesario, como las regiones batial y hadal. El uso de términos específicos y apropiados es uno de las señales que a mí me hacen darme cuenta de que el escritor sabe de lo que habla. No hay nada peor que encontrar un circunloquio farragoso cuando podría haberse usado una palabra más simple y clara. Me gusta especialmente la metáfora en la que se identifica la grieta con la herida de un leviatán, uno casi puede imaginar un ente asombrosamente dantesco herido. Los diálogos también se asimilan fácilmente y no entorpecen. En mi opinión la forma cumple su función: transmitir sin entorpecer. Nota Forma: 4
El contenido en términos generales gusta pero creo que le falta un buen final. No cabe duda de que se consigue crear la atmósfera apropiada. La soledad, la inmesidad del océano, la pequeñez del ser humano y la intriga de algo del pasado del protagonista que tal vez le perturbe. Desde este punto de vista el principio del relato tiene fuerza y gusta. Uno sigue leyendo una línea detrás de la anterior con bastantes ganas. A veces dejar algunas preguntas sin respuestas viene bien, pero al terminar el relato me pregunté sobre qué papel desempeñaba el fantasma del padre en el relato. Nota Contenido: 3
Mi Comentario Personal no puede ser más positivo. Creo que el autor tiene una gran imaginación templada con una buena capacidad de redacción. A veces llevar las ideas al papel es bastante complicado. Por ello me gustaría aconsejar, desde mi humilde opinión, la perseverancia. Una y otra vez el escritor que quiere tener un buen resultado debe escribir y reescribir, ver los giros argumentales posibles y planificar planteamiento, nudo y desenlace. ¿Habrían fallado los sistemas de comunicación y la electricidad si no hubiese estado el fantasma? ¿Es parte de los sueños del protagonista o no? A veces la propia intriga es interesante y el lector debe responder los enigmas según crea. Otras simplemente terminan dejándote frío. Un final en el que el padre le dice el motivo de su muerte o porqué ha aparecido en ese momento probablemente me habría gustado más. Dicho esto la idea inicial me parece bastante buena y apropiada. Probablemente con algo más de espacio para desarrollar la trama habría quedado mejor. Nota Comentario 3,5
FORMA 3
Lenguaje adecuado, no se hace dificil de leer, aunque las pausas se me hacen un poco largas...
CONTENIDO 4
Bien jugado si señor, muy bien jugado..por que no podian detectarnos ¿verdad?
COMENTARIO PERSONAL 3
Terror, terror; al menos yo no lo consideraria asi por que mas que terror es una atmosfera agobiante y opresiva, no me causa tanto el miedo como empatia por el sufrimiento que esta sufriendo constantemente.
Dicho esto si reconozco que me ha gustado y que ha sido agradable de leer.