Partida Rol por web

El último viaje de Roberto.

Me subo al primer transporte de la mañana. Es cálido y me protege de lo más crudo del invierno, pero apesta. Miro a mi alrededor, el resto de pasajeros van agarrados tan fuerte como sus extremidades se lo permiten, y yo me desplazo hasta que encuentro un hueco que me gusta, allí me acurruco y decido que es buena hora para empezar con el desayuno.
De pronto, el movimiento cesa por un instante y todos los pasajeros nos ponemos tensos cuando el transporte se estremece y nuestros sitios empiezan a dar sacudidas. Muchos salen volando de sus posiciones, quizá jamás sepan qué ha pasado, ni por qué han muerto. Por suerte para mí, el lugar que he escogido me protege de las sacudidas más fuertes y logro mantenerme en él agarrándome con todo lo que tengo.
Y de nuevo reanudamos la marcha, parece que la crisis ha pasado y podemos seguir. Tras un par de horas de viaje, he hecho un transbordo en el parque del oeste. En esta ocasión el olor es mucho más agradable y aquí, incluso la comida sabe mejor. Es extraño, pero no veo a ningún otro pasajero, salvo los dos que han hecho el transbordo conmigo. Nos dispersamos por el espacio que tenemos, como si no quisiéramos estar demasiado juntos. Y a pesar de que el hueco es mucho menor, al no haber más pasajeros, tenemos mucho más sitio que en el anterior, además, este no da las terribles sacudidas que daba el otro, así que nos ponemos cómodos.
Pero algo extraño me pasa, no me encuentro bien, mis extremidades sufren espasmos. Algo no está bien en esta comida. Veo que mis compañeros están en la misma situación y eso no es lo peor, de pronto vemos como unas rejas bajan y empiezan a acercarse, no puedo moverme, estoy completamente paralizado. Las rejas me empujan y termino por salir despedido del transporte, caigo al suelo, oigo un grito de asco y lo último que veo antes de morir es un pie que baja para aplastarme.
Y estas, señores, fueron mis últimas horas de vida. Dejadme al menos que me presente, mi nombre era Roberto, Roberto la pulga...

Forma:3

Hay expresiones como: "Acurruco" que hacen perder un poco el hilo.

Se repite la expresión trasbordo en el interludio, omitible.

Da la sensación de necesitar mayor cantidad de parrafos, aunque no se aumente la cantidad de material. 

Contenido. 3

No es muy destacable, aunque si sorprende. Eso es innegable.

Debido a su brevedad la historia no llega a cansar, lo que si habría podido ocurrir con una idea semejante ocupando mayor extensión.

Extraña un poco que el protagonista sea consciente del lugar del transbordo.

Comentario personal:4

Para ser lo que es, la brevedad y la rapidez del texto hacen una historia divertida y agradable.

Sin grandes pretensiones, tan solo una anécdota.

FORMA 3

CONTENIDO 3

VALORACIÓN PERSONAL 3

FORMA: 2

Por un lado, la escritura es correcta, no hay faltas de ortografía ni errores de otro tipo. Por otro lado, se echa en falta un contenido más descriptivo, una escritura más especiada que permita que la lectura no sea tan anodina y abstracta. Entiendo que las descripciones se han sacrificado para alcanzar la sorpresa, pero quizás se podrían haber conciliado con un poco de trabajo e ingenio.

CONTENIDO: 3

El relato busca la sorpresa por medio de una narración economizadora. No se dan detalles, no se cuenta apenas nada, más allá del cambio de "transporte". Es cierto que el relato es original dentro del contexto del taller, pero se debería haber aprovechado mucho más esta idea.

COMENTARIO: 2

La idea de partida era buena, pero el relato me ha sabido a poco. Es breve, prácticamente no hay descripciones, lo que ocurre no tiene mucha importancia. Se sacrifica todo el relato a la carta de la sorpresa. Y con tanta ambigüedad, ésta pierde la capacidad de impactar en el lector. Recomendaría profundizar más en los aspectos que se han descuidado aquí para los próximos relatos.

¡Un saludo!

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Me confundió bastante y realmente me ha gustado ese detalle. Igualmente estaría bien poner los puntos y aparte separando mejor las zonas. A ver si me hago entender.

[...]y logro mantenerme en él agarrándome con todo lo que tengo.

Y de nuevo reanudamos la marcha, parece que la crisis ha pasado y podemos seguir. Tras un par de horas de viaje, he hecho [...]

Yo personalmente en ese caso veo mejor poner la frase que marco en negrita en el párrafo anterior, a menos claro está, que pertenezca a la línea de cuando se monta en el segundo 'transporte'. Igualmente si es así, (quizás sea una interpretación mía) pero hubiera cambiado el orden de decir las cosas, primeramente que se hizo el transbordo y luego que reanuda la marcha.

Debo decir que me gustó el estilo de escribir sin detallar mucho la escena, dando lugar a una generación imaginativa por mi parte (en el tema que trataste se agradece considerablemente). Y por último, hay según mi parecer algunas fallas quizás menores pero la más 'grave' (que tampoco lo es tanto) se trata del final, omitiendo la segunda mención del nombre hubiera sido más conciso a mi parecer. Hubiera quedado también correcto algo tal que 'la pulga Roberto'. 

Es mi opinión personal, realmente hace años que no hago ninguna crítica, así pues, si la ves constructiva bien. Si no la ves correcta, repito, es una opinión.

Saludos

Ningún error, sólo un apregunta para Meharis. ¿Qué tiene de malo el verbo acurrucar? Quiero decir, no es un vulgarismo ni una expresión hecha, es un verbo bastante común, contemplado en el diccionario de la real academia:

(Quizá del lat. corrugāre 'arrugar').
1. prnl. Encogerse para resguardarse del frío o con otro objeto.

Es simple curiosidad, porque realmente me ha sorprendido ese comentario en concreto...

No es que la palabra este mal, solo que es una palabra que no me pega con el contexto.

No es que este mal, ni no cumpla su función, solo que no me transmite.

FORMA (3)

Me parece complicado conseguir que la voz narrativa de una pulga resulte creíble. Tú has optado por un estilo neutro, puramente informativo, lo cual no está del todo mal, pero que podría mejorarse. El juego del extrañamiento de la pulga tiene el defecto de que existen cosas que no sería capaz de haber asimilado en su pequeño mundo: las horas, los transportes, las rejas... ¿Cómo es que conoce el nombre del parque del oeste? Para una pulga todo tendría que tener otras dimensiones, por eso veo el relato engañoso. Si el lector piensa en una primera lectura que el protagonista es un hombre no es sino por el título y porque el protagonista parece tener un pensamiento humano.

El final es lo mejor, con unos puntos suspensivos que nos invitan a leerlo de nuevo con la nueva clave. Ahora bien, me parece demasiado breve. Las 900 palabras que teníamos para el relato podrían haber sido usadas para describir con mayor detalle los transportes que ha usado (me imagino que son perros, pero bien podrían ser cualquier otra cosa).

Señalaré, para acabar, algunos defectos de reacción:

Primero, la selección léxica. "Crisis" no me parece la palabra más adecuada para describir ¿la sacudida de un perro? "Terremoto" hubiera estado mejor. 

Segundo, la cohesión. Hay muchas palabras que repites innecesariamente. "Pasajero" en el tercer párrafo y "bien" en el cuarto. El pretérito perfecto "he hecho" no tiene sentido dentro de un relato en el que el tiempo de la narración es el presente.

Tercero, aclaraciones superfluas que alargan de forma poco elegante la prosodia: "Y a pesar de que el hueco es mucho menor, al no haber más pasajeros, tenemos mucho más sitio que en el anterior.

Cuarto, la puntuación. En general muchas comas deberían ser puntos y seguido. Por ejemplo, el primer párrafo pide puntos después de "alrededor", y "gusta".

CONTENIDO (3)

Has usado la consigna de forma libre y original, lo cual es meritorio. Sin embargo el relato me recuerda demasiado a otro ya publicado en este taller sobre "alguien" que se da un baño y al final resulta ser un perro. Lo malo que tienen los relatos de "efecto" como este es que una vez leído uno, el resto parecen haber sido escritos aplicando recetas.

Como mérito he de señalar que la imprecisión de muchas de las accciones narradas obliga al lector a leer al menos un par de veces más el relato para dar con la clave. Y es bueno que un relato nos haga pensar, pues  en el fondo es un desafío a la inteligencia. Sin embargo, en algunos casos las dudas no me han quedado despejadas. ¿Por qué la segunda comida estaba mal? ¿Es gratuito o estás hablando de algún antiparasitario? Si fueras más concreto y describieras el sabor de la comida, además de que el cuento ganaría en sugerencia, lo harías más claro.

COMENTARIO PERSONAL (3)

A medida que leía el relato por primera vez me iba preguntando: ¿pero cómo puede despachar un atentado con esa frialdad? Los cuerpos de las víctimas saltando del vehículo tras la sacudida me trajeron a la mente los atentados de Atocha. Luego empecé a leer cosas raras. ¿Un trasbordo? ¿Unas rejas? Este relato no tiene ni pies ni cabeza -pensé-. 

Al final, cuando Roberto se me presentó post mortem no pude evitar esbozar una sonrisa. ¡Así que era esto! Humor negro. Como divertimento está bien logrado, pero claro... en el fondo no se trata más que de minimizar la peripecia haciendo del protagonista alguien insignificante, un bicho que inspira un asco irracional. Y eso no me dice mucho.