Los años no pasan igual para todo el mundo, ahora se daba cuenta. El más chiquito de sus nietos se había echado a llorar cuando se acercó a la cuna, llamándola bruja. Su hijo se había disculpado, diciendo que hoy en la guardería la maestra se había puesto una careta para contar historias de terror, y el benjamín se había asustado.
La anciana sonríe y suspira “no importa”. Pero sí importaba. Hace mucho tiempo alguien le dijo que para ser una buena persona lo que debería hacer es comportarse siempre como una persona sacrificada. Dejar el mejor bocado para otros, seguir con una actividad aún cuando el cuerpo le duela…
Y lo peor es que ella lo había creído.
Sus nietos se habían ido ya, y mientras limpiaba el pequeño destrozo que siempre hacían en su casa, no podía evitar recordar aquel cuento que las monjas le contaron cuando era niña. Ya no se acordaba de los nombres, pero la historia permanecía inalterable en su memoria.
Esa historia hablaba de una monjita que lo único que hacía en el convento en el que vivía era limpiar el suelo. Trabajaba de rodillas y despacito, pasando el trapo, y aunque el resultado no era malo había otra monja que siempre la llamaba vaga.
“No trabajas nada”, “eres una vaga”, “Aparta del paso, siempre parece que estés tumbada”
A todo esto la monjita sólo sonreía sin decir nada y seguía con su tarea, silenciosa, despacito.
Años después la montita enfermó y tuvo que dejar de trabajar. Con gran disgusto la contraria fue quien la acercó al médico, y allí le dijeron que su enfermedad llevaba muchos años presente. El doctor no se explicaba cómo había tenido la fuerza de voluntad de no quejarse y seguir trabajando limpiando el piso día tras día. Las rodillas, las caderas… todo su cuerpo sufría por aquella actividad. Cuando la monja que había criticado todo aquel tiempo lo escuchó rompió en llanto, pidiendo disculpas por su comportamiento. No se había dado cuenta del terrible dolor que sentía a cada paso.
La monjita la perdonó, porque era buena y sacrificada, y no le guardaba rencor. En realidad no le dolía tanto, decía.
Al poco tiempo la monjita murió, y fue la contraria quien tomó el relevo para encargarse de la penosa tarea de arreglar el piso de rodillas día tras día, sin quejarse, sin pedir nada, sin molestar y sin sentirse ofendida. Solo daba, daba, daba…
Extraño cuento que habla del sacrificio.
Los años habían ido pasando y ahora ya no podía creer lo que veía en el espejo. Sacrificio. El dolor y el sufrimiento habían quedado grabados una tras otra en ese rostro que ahora le devolvía la mirada. No se parecía en nada a las fabulosas imágenes que le mostraban en su juventud sus maestras, de hombres y mujeres relucientes y perfectos. Sacrificados y benditos.
Siempre por los demás, siempre para los demás ¿y ahora qué? ¿Quién podía consolar su corazón sacrificado? Nadie, sin duda, nadie… nadie le había enseñado a pedir y nadie supo de sus carencias. Sacrificio, sacrificio. Para entrar en el cielo hay que sufrir y sacrificarse por los demás ¿pero esos otros realmente necesitaban que los tratasen así?
El rostro en el espejo le decía que ya era tarde, demasiado tarde como para reempezar, demasiado tarde para pedir. Tarde, tarde… demasiado tarde.
El resultado había sido una vida en soledad, en la que ni un solo ser humano pudo saber nunca qué era lo que realmente necesitaba, porque todo lo hacía por los demás.
No pidas, se humilde. Confórmate, tienes que ser buena cristiana. Sufre y no te quejes. Mientras más se peleaba contra ese concepto más hirientes le llegaban aquellas voces de su pasado.
Solo quedaba seguir callando y sacrificarse por el propio sacrificio, porque es lo que le habían enseñado y ese era el modo en que ella entendía el mundo. Sacrificio.
Y cuando llegó la muerte se preguntó una vez, una única vez antes de que su mente se apagase, para qué había servido traer a su tierra semejante infierno.
Recordad que si queréis que vuestros comentarios sean anónmos debéis indicarlo en las notas del post
Este relato debe ser comentado por: lobosol, MarioSZamora y milady
Antes de comenzar diré que me pongo en modo, hiper-exigente y me explico, este relato me parece muy bueno y por no decir un simple "es genial" me emplearé a fondo.
Forma (5)
Me gusta mucho, el lenguaje es fácil, directo, bien empleadas las palabras, ayudan a sumergirse en la historia en nada.
Quizás, y por comentar algo, hay algunas frases que... quizás por mi torpeza no se entienden a la primera "...la montita enfermó y tuvo que dejar de trabajar. Con gran disgusto la contraria..." Ahí a parte del pequeño desliz ortográfico, en un primer momento no sabía que monja era la que enfermó, pero vamos, es una chorradita, seguro que soy yo, simplemente quizás ver si de algún modo en todo el relato se puede diferenciar un poco mejor una monjita de la otra.
Contenido (4)
La idea de un relato dentro de otro me parece sublime, me cautivó... la idea es genial, y la historia también, pero hay un aspecto que "dejó de cautivarme", una vez terminada la historia de la monjita, a mi gusto, se le dan demasiadas vueltas a lo mismo, y el relato pierde su frescura, el concepto "hay que sacrificarse" "tanto sacrificio para qué" y conceptos similares se repiten demasiado, resumiendo, que a mi gusto acortaría el relato por el final, simplemente eso, o quizás explotando un poco más el tema familiar que sale al principio (hijos-nietos) pero no se, ya es divagar demasiado.
Comentario personal (4)
Pues como dije el inicio, es un relato sensacional, escribes muy bien y tienes capacidad para cautivar con la historia, eso no es fácil de conseguir. Ha sigo un placer leerlo, eso ante todo. No soy un experto, y mi punto de vista es personal, espero que sigas escribiendo mucho.
FORMA(4) Es una historia sin faltas de ortografía, bien redactada en general, aunque, personalmente, yo habría hecho más diferenciación entre la historia en sí, y el "cuento dentro del cuento". Ambos están entremezclados hasta el punto de no saber dónde acaba uno y continúa el otro. Yo hubiera añadido alguna frase entremedias, en plan "La anciana recordó la historia, y..." no sé, algo por el estilo. CONTENIDO(3) Me parece un relato simple, con moraleja, bien narrado en general. Cuenta una historia, y es efectivo en cuanto a ello. Hay algo que no termina de encajarme. Tal vez la historia de la mojita, me parece metida con calzador ahí, enmedio. Otra disposición del relato quizás hubiese sido más correcta. COMENTARIO PERSONAL(3) Me parece un buen relato, aunque la historia me parece algo cogida por los pelos. Valoro la buena intención, y animo a su autor o autora a seguir contando y relatando cosas de un modo tan bien logrado.
Comentario del relato DIJ5
Forma: Excelente narración. Más parece el fragmento de una novela que la sola unidad de un relato independiente. Casi ninguna falta de ortografía (tal vez haya por ahí alguna tilde ausente). El cuento dentro de la historia está inmerso muy apropiadamente y resulta tan bello como la historia en sí. Usar la tercera persona para narrar este texto ha sido algo valiente y certero cuando se consigue ponerse en la piel de la señora. El narrador logra no ser indiferente a cuanto sucede.
Puntuación: 4
Contenido: ¡Al fin un contenido trascendente! Aquí hay un realismo inquietante. Alguien que se arriesga y va más allá de los jóvenes y guapos protagonistas mordidos por vampiros o envueltos en crímenes, en aventuras policiacas... Escribir sobre una anciana sola y entristecida no es en sí una idea atractiva pero este escritor/a llega a dejar latente en el relato una revelación que puede dar mucho de sí. ¿Qué aspectos se despiertan en ella cuando se mira en el espejo? ¿Qué va a cambiar? ¿Su actitud? Si cambia, ¿cómo será ese tránsito? ¿Es verdad que se muere cuando se apaga su mente? ¿Entonces, no hay más evolución que hacia la muerte? Esa señora está llena de vida. Este relato también lo está. Excelente literatura.
Puntuación: 5
Opinión personal: Me alegra leer un texto así. Es muy original encontrar en este taller a un narrador que explique el pensamiento y la acción de una anciana común. Personalmente lo he agradecido mucho y más aún cuando me ha sido fácil meterme en la piel de ella. Pronto he sabido cómo quiero reaccionar si yo me viera, de pronto, así. Y he deseado que el escritor/a siguiera escribiendo algo más sobre ella (quizás en otro relato) para darle un final feliz porque se lo merece. Me ha gustado mucho. Gracias. Tal vez el autor/a haya cumplido su objetivo si éste resultara, entre otros, alumbrar la conciencia del lector, serle la imagen que no queremos ver en el espejo. ¡Somos mortales! ¿Vamos a permitir no amarnos a nosotros mismos dándolo todo al sacrificio ajeno como aquella monja? ¿Vamos a tolerar hacer exactamente lo contrario extrayendo de nuestros seres queridos más materia que cariño como aquellos hijos y nietos presurosos? No hables tan pronto de su muerte, autor/a, danos la oportunidad de que, por ejemplo, la alineación de los planetas hagan de ella una abuela rebelde. Haz que la anciana imagine que la monja del cuento no muera enferma sino que participa, de pronto, en una huelga general por los derechos humanos. Qué sé yo.
Puntuación: 5
Mario S. Zamora.
Hola Mario, me alegro de haberte causado mejor impresión con este relato que con el libre que presenté, porque me demostraste que eres un crítico muy capaz y con buen ojo para comprender la calidad y no solo el efectismo de una narración.
Si, coincido contigo es que no es un dilema sobre el que se escriba todo lo que se debería. Aún querría haberlo trabajado más porque tenia la sensación que con esta presentación no lograría llegar a todo el mundo, y así fue.
Alguno de los aspectos que tú exaltas otras personas no lo han entendido, de manera que entiendo que se trata del momento vital de cada lector. Al fin y al cabo, mi objetivo era describir una emoción, no un movimiento. Otros están más dispuestos a emocionarse con jóvenes vampirizados y tramas policiacas, como dices. Es su momento para ello, y está bien.
Me ha gustado mucho leer tu crítica, y aunque es un cuento pensado para ser autoconclusivo, que hayas sacado el sentimiento de querer rebelarte contra ello y ver una continuidad y avance del personaje y que su vida mejore me alegra. Me preocupaba que el lector pudiese rescatar ese sentimiento de lucha por uno mismo. "Para cuidarse, el momento es ahora" Es un mensaje para el lector, no para ella, pero tomaré muy en cuenta tus palabras y para el próximo reto veré cómo lo enfoco para mostrar una historia de autosuperación en lugar de una derrota con aprendizaje.
Nuevamente, gracias.
Muy buenas Milady. Supongo que es difícil que guste todo lo que escribo, jeje.
En lo que creo que chocas es en que esta historia no está escrita para describirte un movimiento, sino para hacer una reflexión y hablar de un modo de vida.
El foco es el sentimiento, no la acción. Un modo de vida que para más irri es real y he visto en alguien cercano, y que enlaza con el dilema del "cómo elegimos vivir" y el cuento no está más diferenciado porque es algo con lo que ella se ha identificado toda la vida. Es un Introyecto que forma parte de su personalidad.
En cualquier caso, gracias por tu crítica >^_^<