Cassandra vio el brillo de los ojos verdes y contuvo el aliento en espera de lo que fuese a pasar, pero enseguida parecieron volver a la normalidad con lo que la joven soltó el poco aire que había retenido.
Una media sonrisa y un encogimiento de hombros precedieron a la respuesta verbal de la ex militar y la contestación, a pesar de ser lo que Cass quería oír, hizo que algo dentro de su pecho se encogiese y se quedase así, compacto y duro. Luego volvería a repasar el momento y se preguntaría qué le había pasado, por qué se había sentido así, si había sido el tono, o si en realidad había deseado otras palabras, pero en ese instante no podía enfrentarse a eso.
Al escuchar a Morgana mencionar la guardia, de nuevo, abrió la boca para protestar pero entonces la mujer añadió un argumento irrefutable. La buscadora cerró los labios mientras su mente buscaba alguna fisura. No encontró nada que poder decir.
-Vale. -dijo al fin bajando los hombros en clara rendición.
Si aceptaba la sustitución o la compañía era algo que no quedaba claro, parecía que esa era la respuesta comodín de la noche.
-Pues... voy a descansar. Hasta... luego.
Si Morga no le decía nada más, se subiría de nuevo la capucha y saldría de la sala de entrenamiento andando despacio, con las manos en los bolsillos y la cabeza ligeramente inclinada hacia el suelo. El peso que se había instalado en su interior no le permitía moverse de otra forma.
Cass se levantará para su guardia ^^
Morgana constató que el día había sido, y estaba terminando, como una de aquellas jornadas en las que combatías casa por casa de un pueblo que debías tomar y afianzar la posición. Discutió, o atacó de forma verbal, con casi todos los componentes del Centro desde la mañana temprano. No le dio importancia hasta ahora, cuando volvía a admirar la miel oscura en los ojos de Cass. Con ella fue todo lo contrario, para acabar siendo, aparentemente, un poco desastre. Morga no se arrepentía, como no se arrepentía de nada.
La sala de entrenamiento pasó a estar helada de pronto. Un lugar frío, vacío, carente de color. Era su cerebro, no la realidad. "¿Por qué tienen que se tan complicadas estas cosas?", se preguntó una vez más. Miraba a Cass queriendo introducirse en su cabeza, conocer lo que de verdad pensaba. Nadar en su confusión. No dejarla sola. Pero estaba claro que Cass no quería en este momento la compañía de Morgana. O eso creyó.
-Hasta luego, de acuerdo.
Eso quería decir que Cass estaba dispuesta a mantener su guardia. "Cabezota". No quiso insistir, a pesar de que podía ponerse en plan muy borde para obligarla a que le hiciera caso. Por una vez, a Morga no le apetecía bronca.
- Ha sido...interesante. Sí -añadió, extendiendo en su cara una sonrisa franca. Morga intentaba siempre quedarse con lo mejor. Y lo mejor de ese día, de largo, fue el beso.