Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 1.8] Guardia en la azotea

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15/12/2017, 02:40
Narradora

Nueva York, 13 de noviembre de 2037, 03.10 am.

Tras una puerta metálica se encontraba la escalera estrecha que llevaba desde la primera planta hasta la azotea del Major Morris, el lugar más alto del edificio. Desde la explanada de unos cincuenta metros cuadrados, bordeada por una barandilla de cemento, podía verse todo el perímetro que bordeaba la empalizada, aunque no era posible abarcarla entera con la mirada sin moverse de un lado a otro. 

Había un par de mantas allí arriba, que alguno de los habitantes del lugar había dejado para las guardias en las épocas más frías. El suelo era de terrazo, dañado en algunos puntos, y en las esquinas se arremolinaba algo de polvo. Dos sillas y una mesa baja completaban el resto del mobiliario de esa terraza que resultaba poco apetecible en invierno. 

Habían pasado diez minutos desde que la guardia de Trish había comenzado cuando la puerta de la azotea se abrió para dar paso a Nick. El escritor estaba teniendo dificultades para conciliar el sueño aquel día, tal vez por tener demasiadas cosas en la cabeza, o quizá porque había noches en que los recuerdos parecían empeñados en pegarse a sus párpados, insidiosos, con un sabor salado y ácido que ahuyentaba cualquier dulzura en sus sueños. 

La noche era especialmente fría y sin duda no sería una guardia sencilla pues la luz de la luna era escasa y la niebla se arremolinaba en las calles, rodeando el antiguo centro de salud en un abrazo blanco y espeso, como si aquel edificio fuese una suerte de barco perdido en un océano de bruma. 

Notas de juego

Escena secundaria.

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22/12/2017, 00:21
Trish

Subir a la azotea siempre era algo para lo que Trish debía prepararse durante algunos minutos. Ese era el principal motivo por el que odiaba las guardias. Era frecuente que dedicase el mayor tiempo posible a caminar por la parte interior de la empalizada, por ejemplo. Sin embargo también era consciente de que otear desde lo alto era importante... Ese era el problema. Que era desde lo alto. Y es que aunque no todos lo sabían la muchacha no se llevaba muy bien con las alturas. Y la bruma, desde luego, no ayudaba. Le había llevado tiempo acostumbrarse a aquella azotea, pero aún así le imponía cierto respeto.

Quizá por eso estaba sentada en una de las sillas más pendiente del cielo que del suelo. Con una de las mentas sobre las rodillas y un porro en los dedos, Trish esperaba que los minutos pasasen rápido. Tenía unas cuantas cosas en las que pensar, desde luego.

Al ver aparecer a Nick los ojos azules de la muchacha se detuvieron sólo un momento en el escritor antes de volver al cielo. No iba a disimular con él como si estuviera totalmente pendiente de lo que pasaba. ¿Era irresponsable por no estar al cien por cien? Quizá. Pero a diferencia de otros Trish siempre había vivido en aquel mundo, y crecer con el aliento frío del peligro soplándote en la nuca puede hacer que las noches tranquilas te inviten a calmarte, al menos, un poco.

—Buenas noches, Casanova —saludó con una sonrisa pícara después de lo sucedido en la cena. Y es que tras unas horas quedaba más presente en la memoria el recuerdo de lo de Morgana que el asunto de la discusión—. Deberías descansar. Después de la guardia de ayer seguro que estás reventado.

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11/01/2018, 09:15
Nick Bennett

Nick se encogió de hombros.

Y a ti te pesan los párpados —sonrió, ignorando el apodo burlón—. ¿Qué tal va la guardia?

El escritor empezó a pasearse por la azotea. Había decidido subir de una vez después de dar infinidad de vueltas en la cama pensando cómo diablos lo había hecho para no ver a una mujer con un bebé acercándose. Caminó por el borde, en busca de ángulos muertos. No sabía cómo era posible... si una madre y un lactante habían conseguido darle esquinazo seguro que amenazas más serias también podrían.

 

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14/01/2018, 04:04
Trish

Con aquella respuesta de su amigo Trish sonrió. Se encogió de hombros antes de ponerse en pie, y aplazó lo de contestar a su pregunta.

—Para pesarme tendrían que estar abiertos —bromeó, aunque era evidente que no se había quedado dormida por el momento. Entonces caminó unos pasos en dirección al escritor, pero sin acercarse al borde.

—La guardia va bien, como siempre —enunció—. Ni un ruido, ni nada. Sugar Hill se porta bien hoy. Aunque nunca se sabe, a lo mejor hay tres bebés esperando en la puerta.

Miró entonces al frente un momento, hacia abajo, antes de dar un paso atrás, y por no quedarse quieta estiró un par de veces los empeines hasta ponerse de puntillas, inquieta.

—¿Estamos bien, no?

Suponía que era innecesario preguntar. Pero si había quedado algo por decir, mejor que fuese allí, en privado, a que estallase más tarde.

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20/01/2018, 12:15
Nick Bennett

Ten cuidado, en cuanto parpadeas te cuelan un maldito niño por debajo de la valla.

Nick recordaba la plaga, el cierre de fronteras, el drama de los refugiados y los migrantes de años antes del apocalipsis. Siempre había abogado a favor de abrir de par en par las puertas a todo el que quisiera entrar. Siempre se había considerado un "tipo guay". La extrema derecha le había incluido en la lista de paganos progresistas pro lobby gay peligrosos, y él lo había llevado como una medalla.

Ahora estaba pensando en cómo podía cerrar aún más su mundo.

Claro que estamos bien, Trish, ¿te crees que no aguanto un poco de prensa rosa? ¡Que he sido famoso, por dios!

Además, había ayudado a rebajar la tensión. A Nick no le importaba ejercer de payaso de la clase de vez en cuando, aunque no lo dijera. No le fueran a coger demasiado el gusto.

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21/01/2018, 04:19
Trish

Trish sonrió en cuanto escuchó el comentario del escritor. La verdad es que sí era como para tomárselo a coña, la verdad. Lo que dijo sin embargo hizo que la chica se pusiera a pensar durante algunos segundos, aunque sus ideas fueron interrumpidas por lo otro que dijo el escritor. Lo miró alzando una ceja. De la fama de Nick ella sólo había conocido lo que veía por otros, claro. Sí había visto por allí algún libro suyo, pero nunca le había visto en la televisión o los periódicos. Para ella famosos eran esa otra gente que conocía todo el mundo, como Iván Estrella o Big Dima. Gente con la que había que tener cuidado. Pero sabía de sobra que Nick no era ese tipo de famoso, desde luego.

La muchacha no se refería a lo de él con Morgana, desde luego, pero seguramente eso él ya lo supiera. Aquello no era sino una forma de quitarle importancia. Aún así ella se encogió de hombros antes de volver a hablar, dispuesta a dejar las cosas claras.

—No me gustó que me echaras la bronca delante de todos —reconoció con tranquilidad. Parecía estar pensando en voz alta más que recriminando cualquier cosa—. Y, bueno... Morgana estaba diciendo que iba a pasar de lo que el grupo decidiera y hacer las cosas por su cuenta, y no le dijiste nada, aunque lo suyo es bastante peor que no contar de dónde he sacado algo. Sé que es una putada tener que ser la cabeza de todo, pero o te pones firme con todos o con ninguno.

Hizo una breve pausa mientras miraba al escritor, e hizo un gesto amistoso para invitarle a sentarse.

—No estoy molesta ni nada, ni espero que ahora cambies nada. Pero he estado pensando sobre ello este rato, y creo que prefieres saber mis conclusiones a que me las calle.

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23/01/2018, 11:09
Nick Bennett

Morgana ladra, pero sólo muerde a los malos —respondió Nick—, ¿de verdad crees que iba a mandarnos a todos a tomar por saco y a marcarse un John wayne? No es ese tipo de persona. Si no, no dormiría bajo el mismo techo que ella. Y aunque lo fuera; este sitio es lo más parecido a un hogar para sus críos, una especie de lugar seguro. No lo pondría en riesgo.

Se encogió de hombros.

Y te he echado la bronca porque pensaba que te estabas guardando información. A mí me parece bastante grave. Ha sido un malentendido, perfecto, ya está; no debería haber desconfiado de ti, aceptado, lo siento. Viejos instintos.

¿Sería así para siempre? ¿No vovlería a confiar del todo en nadie nunca? No era menos de lo que merecía.

 

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24/01/2018, 22:06
Trish

Cuando Nick empezó a hablar y la muchacha escuchó aquellas palabras esta alzó una ceja, escéptica. Estaba claro que o bien el escritor estaba de verdad colgado de la militar o bien no habían estado en la misma cena. Negó con la cabeza con un suspiro. Luego, cuando siguió con aquella especie de disculpa, Trish decidió que no quería insistir: había sido suficiente, y probablemente el hombre estaría más pendiente la próxima vez. Volver al tema sólo iba a servir para discutir de nuevo.

—No pasa nada —zanjó, creyendo que de verdad era así. Luego llevó la vista hacia el cielo durante unos segundos.

—Estaba pensando sobre el asunto este del crío —dijo Trish antes de corregirse—. Thiago. La verdad es que hay que ver lo que hemos construido, si alguien que no nos conoce confía en nosotros como para dejarnos a su hijo. A lo mejor somos más famosos de lo que creemos.

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29/01/2018, 17:53
Nick Bennett

Un poquito de fama es buena. Pero demasiada... todo el mundo quiere cortar el árbol más alto del bosque. O quiere serlo. Hay que estar a la altura de tu reputación o te acabará atropellando.

Pensaba en Dima al decirlo, en cómo había gente que sí estaba al nivel de su fama. Pero se dio cuenta de que también pensaba en él mismo. ¿Había estado él a la altura de su fama? ¿Las portadas le habían hecho justicia? Poca. No era el padrazo que salió en la Vogue. Ni el marido modelo que entrevistase Ellen. No habría dejado una esposa y un hijo por el camino de haber estado a a la altura.

Imagínate lo que pasará si lo hacemos bien con el crío. Igual mañana nos traen dos. Igual pasado tres. Igual nos vemos atrapados en una espiral que acabe con nosotros. O imagina que no; que la jodemos. Nos ganaríamos unos cuantos enemigos. Esta mierda es un lose/lose, Trish, o así me lo parece. ¿No estás de acuerdo? Di algo ingenioso.

Sonrió a su amiga. Le gustaba pincharle con aquello de "di algo ingenioso". Siempre cumplía, como Jimmy.

 

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05/02/2018, 02:22
Trish

Al prestar atención a lo que decía Nick, Trish no tardó en concluir que seguía en plan agorero. Ya con lo del árbol lo demostró, pero después con lo del crío lo hizo aún más. Iba a decir algo, pero cuando él mismo le pidió que dijera algo ingenioso la muchacha se limitó a enseñarle el dedo corazón.

—Mientras no nos lo comamos, creo que todo irá bien —dijo acto seguido, exagerando claramente, y no tardó en puntualizar—. Incluyo también ahí lo de venderlo, o cosas así.

—La gente nos conoce. Si la cagamos en algo no van a pensar que es por pasar del tema, sino porque este es un marrón que te cagas. Probablemente hasta les demos pena. —Trish se encogió de hombros—. Y vamos, de enemigos... ¿Quién? Los vecinos del chaval creen que está muerto. Nadie iba a enfadarse, Nick, ya te estás poniendo en plan paranoico.

—Y si lo hacemos bien con el crío... —No tardó en corregirse—. Cuando lo hagamos bien con el crío, puede que nos traigan alguno más, sí, pero eso no es tan malo. Seguro que mientras todos sean bebés da más trabajo pasar de cero críos a uno, que de uno a dos, o a tres. ¿Qué pasa, que nos costará algunas verduras mantenerlos? Nos sobra, y si no curramos un poco más. Tampoco creo que nos quedemos solos si nuestros amigos saben que no podemos asumir esos gastos.

—Y de todas formas, es un problema que ni siquiera tenemos. Si pasa ya nos ocuparemos. Los dos sabemos que no dejarías un crío pelándose de frío en la puerta. Pero bueno, si mañana pasa siempre podemos pirarnos antes de que nos dejen un tercero. ¿Te hace?