Partida Rol por web

Ahora sí que parecía que no hubiese mucho más de lo que hablar en ese momento.

-Cuando tengamos esa maldita pizarra anotaremos salidas. Días y horas, quién y a dónde. Mejor vamos a montarla ya. Unos la pizarra y otros la cena. Me anoto a lo primero.

Se mostró de acuerdo con la resolución de Cass, con una salvedad. – Cass y yo tenemos que conocer todas las ubicaciones. –No era una pregunta ni una propuesta. Lo dijo de tal manera que daba por hecho que debería ser así. Se apartó un mechón de la cara.-Mierda –masculló. Estaba segura que tenía un poco de fiebre. No gran cosa pero necesitaba estar en plena forma mañana.

-Vamos. A moverse, gente

Parecía que la reunión iba llegando —esa vez sí— a su fin. Al menos, Trish no tenía mucho más que añadir en esa ocasión. Sin embargo la pregunta de Daniel hizo que la muchacha frunciera el ceño, y más aún tras la respuesta de Cassandra.

—A ver, a ver, a ver —enunció tras la respuesta de Morgana—. Vamos paso a paso. No sabemos ni dónde guardar de manera segura lo que tenemos, menos aún hacerlo de forma separada.

Trish se quedó un instante pensativa.

—Y sí creo que todos tendríamos que saber dónde está. —Le costó no desviar los ojos hacia Skyler en ese momento—. Al menos, la gente del mural. No sabemos para qué es, pero estamos juntos en esto. Y entiendo que queréis estar seguros de que las Tres Cruces, o quien sea, no se entera... Pero como lo sepan dos personas y les pase algo, estamos jodidos. Y aquí puede pasar algo cualquier día.

Cambió el peso de pierna, inquieta, buscando una solución a ese problema que se planteaba.

—A lo mejor podemos buscar otra manera. Que nadie sepa dónde está, pero todos sepamos una clave con la que averiguarlo, y la información esté en el ordenador de Cass, por ejemplo. O... No sé, alguna otra cosa. Pero aunque entiendo la precaución, creo que es más importante asegurarnos de que lo tendremos nosotros, que asegurarnos de que no lo consigue nadie más.

En el último momento sus ojos se iluminaron.

—¿Y si lo enterramos con el cofre en el huerto, y le replantamos cosas encima? Al estar en el Morris, siempre habrá alguien presente.

Robin tenía los ojos clavados en las puntas de sus zapatos y aún así supo que detrás del nombre de su padre estaba la mirada de su prima vendando la herida que ella misma había hecho sangrar.

Él creía que su padre se había equivocado al ocultar esacruz sin decirle nada, de hecho creía que se había equivocado al involucrarse como se estaban equivocando ellos y temía que llegara el día en el que tuviera que arrepentirse de haber hecho aquella reunión.

Quiso devolver la mirada a su hermana, decirle que todo estaba bien, pero no logró moverse de su desidia.

La idea de enterar las cosas en el huerto le gustó e incluso eligió qué parte sería más adecuada para replantar. Deseando de nuevo, no ver el día en que descubrieran que toda decisión era un error.

- No, no voy a destruir nada.-dijo, enarcando ligeramente una ceja, antes de escuchar primero a Skyler, luego de nuevo a Morgana, y por últmo a Trish- No creo que lo debamos dejar en el ordenador de Cass. Alguien podría quitárselo y... No sé. -expuso, pensativa- Quizá enterrarlo no sea mala idea. Pero tendríamos que hacer ver que hemos revuelto todo el huerto, o al menos una sección amplia. Porque la tierra removida llamaría la atención.-indicó, suspirando- Ya iremos viendo. -puntualizó, antes de volver a depositar el objeto en su cofre- Lo que sí creo es que no deberíamos decírselo a María. -propuso- No debemos meterla en esto. Sería peligroso para ella. -concluyó, sacudiéndose las manos, con un escalofrío en el cuerpo.

- Me apunto a la cocina. La carpintería no es lo mio.

Axel escuchó tranquilamente a todos los que hablaron, sopesando las posibilidades mencionadas. Algunas le gustaban más que otras, por razones que ya explicaría, pero tampoco se dedicaría a negar ninguna de ellas. 

La idea de ocultarlo y que sepan pocas personas está bien, aunque es un poco peligrosa en caso de ataque. Así podríamos perder el objeto. - lo que ciertamente no era ideal - Y lo de apuntar las pistas en el ordenador de Cass está bien, pero si alguien muere, y el ordenador se jode... estamos jodidos también - y en realidad, prefería no depender de tecnología a la que él no tuviera acceso directo - Lo del huerto me parece mejor - sonrió con la comisura de los labios a Trish - Nadie se espera que entierres tus objetos valiosos bajo una lechuga, así que podría ser un buen escondite a plena vista - asintió, conforme con esa solución más que con ninguna. 

Dicho eso, y a riesgo de que suene pésimo, si en algún momento necesitamos moverlo... a mi se me da bastante bien el desaparecer objetos. - se encogió de hombros - Puedo mantener oculto lo que sea por un buen tiempo, y soy lo suficientemente escurridizo para escaparme sin mucho problema si me llegan a atrapar. - su mirada fue al violín un momento, pero luego fue al resto de los chicos - No digo que me pasen nada a mi ahora, pero en caso de emergencia, de tener que huir con algo, o esconderlo un tiempo... Yo soy la persona indicada. 

Cass escuchó a Morgana como sólo la contradijo en una de las cosas que había dicho —Dos de tres a favor, vamos mejorando— pensó mientras veía a la mujer algo rara, pero eso era lo normal, para ella la ex militar tenía unos cambios de humor demasiado bruscos y no siempre la comprendía. Entonces oyó como ese punto que no había sido compartido levantaba más disconformidades.

Después de oír a unos y a otros la buscadora negó con la cabeza y se encogió de hombros.

—En el portátil nada, que cualquier día acaba petando la poca tecnología que queda y se acabó. —...O nos hacen desaparecer—

El recuerdo de lo que sabía que estaba pasando con los buscadores acudió a su mente y ésta por unos instantes se sumió en un caos de preguntas sin respuestas. Por suerte su voluntad era mayor que sus miedos y aquel era un mal momento para la autocompasión, por lo que parpadeó tres veces alejando esos nubarrones y añadió otra propuesta.

—El sótano sería otro buen lugar para esconderlo, pero si dentro de esa calavera hay piezas de metal como parece, tendría que estar en un recipiente en el que no pueda entrar agua. Cavar no es muy molesto, incluso si fuese todo el huerto, pero meterse ahí dentro con lo grande que es... todos sabemos dónde está, pero sólo dos o tres saben el lugar exacto.

Por el resto de cosas tan sólo guardó silencio.

Kane no intervino más, se limitó a escuchar mientras la conversación se sucedía frente a él. La posibilidad de enterrar la cabeza en el huerto no le pareció mala, aunque la preocupación iba más en la línea que si alguien la buscase acabara relacionándolos con ella.

A Skyler la idea de enterrar el objeto no le hizo mucha gracia, a juzgar por cómo frunció la nariz y miró a Trish con disgusto. 

—Esa idea es terrible. Estamos hablando de un objeto que podría estar maldito o corromper a alguien sólo por llevarlo encima —recordó las posibilidades que habían estado valorando—. ¿Y lo vamos a enterrar debajo del huerto del que comemos cada día? Vaya puta mierda de idea. Para eso mejor lo enterramos en el patio. El chucho lo tiene hecho un asco de tanto escarbar así que ni se notaría.

Miró a Bentley con el mismo disgusto con que había mirado a la muchacha y luego se puso en pie. 

—Pues ya está. Yo prefiero saber dónde lo metéis, para no acercarme mucho. Me subo a la azotea a vigilar un rato. —Miró a Robin y se acercó a él para poner una mano en su hombro—. Pásate luego. —Su voz sonó a orden, pero sus ojos le decían al pelirrojo que era una petición—. Y alguien debería limpiar la mierda de la vaca, que tiene el pasillo hecho un asco y apesta toda la planta baja. Todavía estamos a tiempo de hacerle filetes. 

Dejó aquellas tareas pendientes en el aire para que las cogiese quien quisiera y enfiló la puerta.