Nueva York, 13 de noviembre de 2037, 21.30.
El cuarto en el que se había instalado Clem había sido en sus tiempos una consulta del centro de salud. Estaba en la primera planta, entre el de Kane y la capilla que la predicadora había habilitado y en realidad consistía en dos consultas unidas por una puerta.
No había mucho mobiliario, la mayoría del que había pertenecido al lugar tiempo atrás había sido saqueado hacía mucho, o se había estropeado en la inundación que había dejado el sótano anegado, pero en los años pasados allí, habían conseguido algunos colchones y mantas, e incluso Clem tenía en su habitación un armario de metal algo estrecho, que había sobrevivido al agua y los saqueos, además de una mesa con un par de cajones y la guitarra, que descansaba con cuidado en el rincón más protegido del cuarto.
Escena secundaria.
Cassandra encendió la vela y salió de la habitación, no había ido a la misa pues no estaba preparada para compartir esos momentos con todos, ella se despediría a su manera. Sus pasos la llevaron hasta la estancia donde Clementine dormía, tenía que hablar con ella y, en vista del revuelo que se armaba cada vez que estaban todos, prefería hacerlo a solas.
Al llegar llamó con los nudillos y cuando obtuvo permiso entró.
-Hola Clem yo... -aprovechando que ya había iluminación*, se mojó los dedos índice y pulgar con la lengua y apagó la llama de su vela entre ellos -quería preguntarte por lo que has visto y sentido, los detalles. Parece como si cada una tuviésemos una parte del rompecabezas y creo que deberíamos ponerla en común.
Llevaba la capucha echada sobre la cabeza, como casi siempre, pero su rostro estaba elevado mirando la cara de la rubia. En él se podía apreciar la sinceridad con la que hablaba.
*Si no es así lo modifico ;)
La joven predicadora se encontraba tumbada, pero no dormida, y amparada por la titilante luz de su propia vela cuando la buscadora llamó a su puerta. Clementine la escuchó, no exenta de sorpresa, mientras procedía a erguirse, sentándose sobre la cama, extendiendo la mano hacia su lado, sobre el colchón, para ofrecerle a Cass que entrase y pudiera tomar asiento.
- La verdad es que fui completamente honesta y detallista cuando lo conté durante la cena, Cass. Al menos en lo que respecta a... Esta vez.-dijo, haciendo mención a su anterior y extensa confesión abierta- Siempre ha empezado igual. Siempre... Pierdo la noción del tiempo. De la realidad. Divago o hago... Cosas de las que no soy consciente. Pero... Nunca había tenido un episodio tan... Intenso. -añadió, posando la mirada sobre las mantas que cubrían su cama- Sólo puedo añadir que veía todo aquello como un ahora. Casi como una certeza. Como algo que era, y no como algo que podría ser. Y que tan sólo mi fe hizo que el miedo no me paralizase, al contemplar todo aquello...
La buscadora estuvo a punto de declinar la oferta de sentarse, no por no querer hacerlo si no porque la tensión que sentía en su cuerpo la instaba a moverse, pero la suave voz y las maneras cálidas de la otra mujer la llevaron hasta el colchón donde tomó asiento. Miró a Clementine fijamente, sus oscuros ojos taladrando a su interlocutora, buscando la verdad no sólo en sus palabras si no también en sus gestos.
Asintió pensativa cuando la rubia acabó de hablar, Clem no la miraba y parecía inmersa en sus propios recuerdos, por lo que su vista se acabó posando en el crucifijo que cerraba el cuello de su atuendo. Las cejas de Cass se fruncieron y abrió los labios, luego se mordió el inferior mientras sus ojos parecían buscar algo y de nuevo abrió los labios.
-¿Qué crees que debemos hacer ahora? -directa y asertiva, sin nada de edulcorante -Seguir las "instrucciones" de las visiones, u olvidarlas.
No tardarían mucho en tener que decidir y Cassandra creía que era mejor limar asperezas y posiciones por adelantado, ya llevaban dos cenas con discusiones y enfrentamientos verbales, esperaba que no hubiese una tercera o la convivencia se podía resentir. Y ese no era el legado que a Nick le hubiese gustado dejar.
- No podemos olvidarnos.-dijo, negando con el rostro- ¿Cómo se puede olvidar algo así? Antes o después... Volveremos a ellas. -añadió, con un suspiro, estremecida- Tenemos... La responsabilidad de darle significado a eso que vemos. De aplicar aquello que sabemos por obra y gracia de... -se interrumpió a si misma, durante un instante, apretando ligeramente los labios, antes de añadir- Lo que cada una considere que nos ha otorgado estas certezas. Estas visiones.
- Cass... Hemos perdido a Nick, es cierto. Pero, ¿no habríamos perdido también a Robin y a esa chica, de no haberse producido esa visión? Todo tiene un motivo... -concluyó, habiendo devuelto ya su mirada al rostro de la joven buscadora- No digo que nos precipitemos en busca de respuestas. Pero ciertamente, no podemos ignorarlas.-dijo, determinada, antes de quedar pensativa, durante un instante- En cualquier caso, ¿qué fue concretamente lo que tú viste? ¿Qué sentiste? ¿Qué escuchaste?
Cassandra escuchó en silencio a Clementine, sus palabras, sus suspiros, sus silencios, cuando la otra mujer la volvió a mirar pudo ver comprensión y... un brillo en el fondo de sus oscuras pupilas.
-Totalmente de acuerdo Clem, sólo añadiría una cosa a tus apreciaciones.
Cogio aire lentamente, como buscando la forma de decir lo que quería y que se la entendiese, ella no era una buena comunicadora y solía ser demasiado brusca, pero desde que habían formado aquella comunidad intentaba mejorar y ser un poco más abierta, como su hermana.
-Me temo que habríamos perdido a Robin y a... su cuñada -recordar los nombres no era su fuerte, cualquier otro dato sí pero nombres y caras necesitaba varios intentos para lograrlo -si no fuese por Trish, son como poco seis horas de camino. Habríamos llegado muy tarde y... -se quedó con el aire en los pulmones sin decir nada por unos momentos, al final lo soltó negando con la cabeza -los hubiesen encontrado otros, están buscando supervivientes. Quién sabe con qué intenciones. -su voz reflejaba una certeza y un miedo -Yo he podido avisarla a ella, para traer a Robin y su información, y tú has llevado a otra pista. Lo primero debería ser averiguar lo que dice la inscripción de la cripta, con eso ya se verá.
En ese punto los ojos de la buscadora vagaron por el rostro de su interlocutora, consciente de que le faltaba una parte por responder pero dejando tiempo por si quería añadir algo. Pensó que era muy fácil hablar con ella, todo lo contrario que con Morgana, quizás Skyler tuviera razón y sería un buen contrapunto a la ex militar, el "pero" estaba en cómo se llevaban las dos mujeres. A ojos de Cassandra más parecían dos lomos plateados golpeándose el pecho para ver quién tenía... más razón que dos líderes consensuando la opción a seguir.
Por no soltar gran parrafada si quieres decir algo ^^
- Claro. Ha sido... Una concatenación de eventos, que ha evitado que las pérdidas de hoy pudieran haber sido mayores.-puntualizó- Trish también ha tenido que ver, por supuesto.-dijo, con un asentimiento, tragando saliva momentáneamente- No quiero decir que lo que ha pasado es algo... Positivo. Ni mucho menos. -aclaró, suspirando, apretando momentáneamente los labios en una fina línea- Sólo... Se ha podido evitar que fuera peor. -concluyó, posando la mano sobre el crucifijo que descansaba sobre su pecho, esbozando un gesto momentáneao, mudo y agradecido.
- Lo de la inscripción depende de Morgana. Supongo que ya... Se le pasará. Espero que no quiera resolverlo todo ella sola.-expresó, con preocupación, antes de volver a mirar a Cassandra, con expectativa, esperando que respondiese a la pregunta que había formulado antes.
Cassandra asintió despacio, conforme la otra mujer hablaba ella daba una leve inclinación de cabeza, sus oscuros ojos vieron la mano que ella llevaba al crucifijo y se quedaron allí prendidos. Buscando en sus formas una respuesta que no le daría. Con la mención de la ex militar, la buscadora desprendió la mirada del objeto y volvió a mirar los claros ojos de Clem, tan diferentes y tan parecidos en su expectación. Parpadeó y se decidió a contestar a la pregunta que le había hecho con anterioridad, no quería enfrentarse a esas imágenes de nuevo, pero al mismo tiempo sabía que tenía que hacerlo para darles paz en su mente.
-Estaba allí mientras pasaba. -enunció con pesar, luego negó con la cabeza y comenzó de nuevo -Todo empezó como siempre, pero yo no lo busqué y fue mucho más intenso, como si tirasen de mí para llevarme a donde estaba pasando. Entonces lo vi. El humo, el fuego, los mugidos de la vaca... y tantos cuerpos en el suelo. -tuvo que callar un momento y volver a sujetar sus emociones, ponerlas detrás de la barricada para así poder continuar sin romperse -Todos con heridas mortales. Katia a punto de desmayarse, Nathan gastando su aliento en insultar a la mujer que ya le ha disparado y le apunta de nuevo... y Nick que sale corriendo de alguna parte para interponerse -una ligera sonrisa triste adornó su rostro, recordando que así era el escritor, siempre en medio para hablar y negociar por sus amigos -recibe el disparo mortal, pero aún le da tiempo de disparar y matar a esa... -se mordió los labios y la mirada que se le había ido vidriando regresó al rostro afable de la rubia, había lágrimas acumuladas en sus ojos pero de alguna forma el salado líquido no llegó a caer por sus mejillas, de alguna forma volvió a su interior y ella continuó -Robin llega, en sus ojos puedo ver que ha visto lo mismo que yo y entonces lo siento. No lo que mi corazón está gritando, no, siento lo que el Universo chilla a través del infinito y me atraviesa, y me posee, una energía incontenible que se retuerce sin poder seguir su curso. Podemos llamar a esa fuerza intangible como queramos pero eso no cambia el hecho de que para ella "eso" no debía pasar. Pero yo me pregunto, con la cantidad de muertes que hay y nada cambia ¿por qué la de ellos sería diferente? ¿qué hay de especial en este caso? ¿se nos ha mostrado para que hagamos algo? ¿algo que ellos empezaron y les llevó a ese final? y... y ya no sé si seguir ese "Plan" será bueno o malo.
Los ojos de Cass brillaban, se había inclinado hacia la otra mujer acercándose sin darse cuenta, como buscando en sus rasgos las respuestas a sus preguntas.
Clementine escuchó la respuesta de Cass, frunciendo el ceño, y sintiendo un profundo escalofrío a medida que avanzaba su narrativa, como si de hecho ella misma pudiera ver, oler el humo y la sangre, los cuerpos. Sólo daba gracias a Dios por no haber tenido que ver la expresión de Nick al recibir aquel disparo. Por no haberlo visto debatirse entre la vida y la muerte, sino, símplemente, tendido sobre el suelo.
Emitió un suspiro, entrecortado, sobrecogida por todo aquello, estremecida- No lo sé, Cass. Supongo, que hay gente que, con sus acciones, influye en un grado mayor que el promedio humano en el devenir de los acontecimientos. De los grandes acontecimientos que marcan el paso de cada época.-dijo, pensativa- Puede que Nathan y los suyos estuviesen implicados en esa clase de acontecimientos. -añadió, llevándose la mano a la melena dorada que le caía por los hombros, confusa, contrita- No tengo una respuesta clara. Pero algo se gesta. Estoy casi segura. Los alados... Los solares parecen cada vez más inquietos. Se les ve cada vez más, cuando amanece. -indicó, mesándose el cabello- La desaparición de los niños que ha traído a ese bebé aquí... Mi visión, la tuya... Lo que ha ocurrido hoy. Y todo ese tema de la cruz. Y de... De la treceava que no ha despertado aún. - enumeró, enlazando todas aquellas cosas que habían perturbado la paz de sus días, durante las últimas jornadas- Es como... Si estuviera a punto de ocurrir algo. Algo grande. Y no sabría decirte si las peores consecuencias nos llegarán si intervenimos, o si evadimos este claro llamamiento.
Los gestos y las palabras de la otra mujer hicieron asentir a Cassandra, nadie tenía las respuestas "correctas", sólo debías seguir y esperar haber elegido bien. El problema estaba en que formaban parte de una Comunidad en la que sus miembros se lanzaban cuchillos cada vez que había desavenencias, y en ese tema seguro las habría. Su mente volvió a la escena de la cena con Morgana y Kane a punto de llegar a las manos y suspiró.
-Yo... no quisiera meternos y llamar la atención sobre lo que tanto nos ha costado construir, pero siento que ya estamos "dentro" y sólo podemos elegir de qué forma enfrentarlo, si de frente o esquivandolo ¿Qué es eso de la treceava que no ha despertado? -preguntó alejando de su cabeza los rifirrafes internos -lo nombraste antes.
- Yo... Tampoco creo que podamos evitarlo del todo.-confesó, suspirando, de igual manera, apretando momentáneamente los labios en una fina línea- No sé lo que es. Me lo dijo esa mujer... Marjolein, cuando tuve esa... Visión. Pero debe significar algo. Algo importante. Y no sé a quién se podría preguntar al respecto.-dijo, entrecerrando ligeramente los párpados, pensativa.
- ¿Tú no podrías buscar información sobre eso?-preguntó- Quizá alguien... En alguna parte... Sepa algo. No lo sé. Y el número trece... Es un número relevante. Mala, buena suerte. Presagios. Significa muchas cosas, o eso creo. Aunque hay un matiz que no sé si será una simple equivocación o algo intencionado. -indicó- Si hubiese querido decirme un orden relacionado con el trece, ya sabes... Primero, segundo... ¿No debería haberme dicho decimo tercera? Yo lo he leído así en la Sagrada Palabra.
Cassandra se quedó un momento pensativa, sus ojos normalmente curiosos se quedaron fijos en el rostro de su interlocutora mientras sus pupilas se contraían.
-Sí, claro. -contestó a la pregunta volviendo a parpadear -También le preguntaré a Robin, al fin y al cabo ha dicho que era su madre... -eso la incomodaba, ella consideraba que tenía una mente abierta pero las implicaciones de un "algo" consciente después de la muerte la mareaban un poco -y ya sabía sobre esa cruz. Respecto a la palabra utilizada, treceava no implica el orden si no una fracción: la treceava parte de un todo. -sus ojos se achicaron levemente -La treceava aún no ha despertado -murmuró repitiendo las palabras pronunciadas por la otra mujer y siguió expresando sus pensamientos, como hacía a menudo cuando estaba sola -, no es un orden, es una parte de un todo. Cuando el todo esté completo se avanzará, pero es pronto y debemos esperar a que despierte la última ¿la última qué? y ¿para hacer qué? Algo con esa cruz seguro.
La buscadora se quedó callada, parecía que su cabeza seguía rumiando mientras su cuerpo permanecía allí, hasta que al cabo de pocos segundos por fin se movió y sacó las manos de los bolsillos despacio, casi con cuidado. Estaban extendidas, con las palmas hacia arriba y los dedos separados, sus oscuros ojos escanearon toda su superficie como si buscasen algo, o como si lo acabasen de descubrir.
-¿Y si la treceava es una persona con... habilidades? como nosotras, y por eso hemos recibido el mensaje...
Los ojos de Cass por fin se separaron de sus extremidades y buscaron los claros de la bardo, había un cúmulo de emociones imposible de descifrar en las profundidades de los negros mientras esperaba una respuesta a su loca idea.
- ¿Una fracción?- preguntó, arrugando levemente el ceño, mientras trataba de seguir aquel hilo de pensamiento por el que Cass discurría. Un hilo que resultaba un poco difícil de comprender para ella, en primera instancia, pues no estaba familiarizada con muchos elementos educacionales que antaño se habrían considerado fundamentales. Pero había tenido que congraciarse con ellos alguna vez, para poder entender aquello que leía en cada Eucaristía.
- Una parte de un todo... Entiendo.-dijo, finalmente, con un leve asentimiento, pensativa- Es... Es posible Cass. No creo que todo esto sea... Casualidad. -añadió, recordando las palabras de un tuerto sabio- Alguien, una vez, me dijo que un día el mundo me haría daño, y me obligaría a volar lejos. Que conocería a gente diferente a mí, y que junto a ellos, crecería.-confesó, con un suspiro, y la mirada momentáneamente perdida en el pasado- Mi gente, mi Iglesia, hoy no es sino la alegre nostalgia de un recuerdo. Y me encuentro con personas... Absolutamente diferentes a mí. Incluso Kane, cuando lo conocí, sobre todo... Era diametralmente opuesto a mí.-indicó- ¿Es todo esto una absurda casualidad? ¿Lo es después de que tú... Y yo... Hayamos visto lo que hemos visto? Es bastante probable que no. Y que esa... Treceava... Tenga que ver con nosotras más de lo que podríamos imaginar.
Cassandra asintió cuando vio que la otra mujer había entendido lo que le había dicho, luego una expresión pensativa se adueñó de su cara. Un nombre, un rostro, unas palabras rondaban su mente.
-No es casualidad -afirmó con convencimiento -. ¿Quien fue ese alguien que te habló sobre un futuro que parece se está cumpliendo?
Había muchas más cosas que quería decir o preguntar, la buscadora podía ver ante ella una infinidad de caminos que se abrían a un mundo de posibilidades, pero esa en cuestión fue la que se le antojó más importante en ese momento. De su respuesta dependía el curso de las demás.
- Jeff, el tuerto.-dijo, recordando con claridad aquel momento, y el rostro de ese hombre- Su cara, sus palabras... Era como hablar con un antiguo sabio. Y también se encuentra en la historia de Robin, y en la de Kane...-añadió, con un suspiro- Tampoco creo que eso sea una simple casualidad, Cass.
Cassandra asintió inclinándose un poco más hacia adelante, como un confidente cuando va a confesar un secreto.
-No es casualidad. -volvió a afirmar -En mi pasado también está, puede que en el de todos, y quizás sea el responsable de esto -dijo mirando a su alrededor, como si se refiriera a lo que los rodeaba -. Quizás...
Sonrió, su mirada prendida del broche de la otra mujer y una expresión triste en su rostro.
-Sea mucho más que un viejo tuerto, -la joven se había perdido en su interior y la Cass paranoica salía a la superficie, los alados estuvieron muchos siglos ocultos entre los humanos, para ella todo podía ser -quizás nos haya guiado para juntarnos, quizás quiera que hagamos algo en concreto, o quizás sólo nos utilice para su beneficio...
O quizás todo fuese una ida de olla suya, pero a pesar de saber que existía esa posibilidad no lo diría en voz alta, con cada nueva "casualidad" eso se le antojaba cada vez menos probable.
- O puede que algo más lo guíe a él. -indicó, con un suspiro- Dudo que nos utilice para su beneficio. ¿Qué gana él con eso? Ese hombre no posee nada más que lo que lleva encima.-apuntó, encogiéndose levemente de hombros, pensativa- Quizá... No sé, Cass, ¿y si pudiéramos preguntarle sobre todas estas cosas? A lo mejor tiene algo que decirnos... - sugirió, guardando silencio unos instantes, en los que observó fijamente a la buscadora para añadir- A lo mejor deberíamos buscarlo, en algún momento.
La buscadora elevó la mirada y la fijó en los ojos verdes de la bardo cuando ésta continuó donde ella lo había dejado. Sí, eso también era posible. Que alguien o algo lo guiase a él, como a ellas con sus visiones, era quizás la opción que tenía mayor probabilidad de ser, pero eso daba a entender que... ¿existía ese ser supremo del que hablaban tantas religiones? ¿había algún otro "bando" aparte de "ángeles y demonios"? ¿el universo tenía consciencia? Cassandra no decía "no" a nada, aunque a ella le parecía que la última respuesta era la mejor para los humanos, por lo que asintió a las palabras de la otra mujer.
-Quizás deberíamos. -verbalizó su acuerdo, se pasó la lengua por los labios en un gesto inconsciente y volvió a hablar -Respecto a la treceava y a la cruz, creo que una lectura de las Escrituras sabiendo lo que hay que buscar podría darnos alguna pista, pero no sólo las escrituras cristianas, si no todos los libros que hablen sobre la Antigüedad, sus dioses, mitos y leyendas. La cruz podría ser parte de una reliquia, la reliquia en sí sería demasiado obvio aunque no imposible, y la treceava... ¿algo que se rompió en trece partes? ¿La reliquia!
Como le pasaba cuando hablaba mucho, sus pensamientos sobre posibilidades iban tan rápido que tal y como le venían los decía. Con la última conjetura quedó realmente sorprendida de que pudiese ser cierta y calló para meditar un momento en silencio sobre ella.