Nueva York, sábado 14 de noviembre de 2037, 23.00.
Tras una puerta metálica se encontraba la escalera estrecha que llevaba desde la primera planta hasta la azotea del Major Morris, el lugar más alto del edificio. Desde la explanada de unos cincuenta metros cuadrados, bordeada por una barandilla de cemento, podía verse todo el perímetro que bordeaba la empalizada, aunque no era posible abarcarla entera con la mirada sin moverse de un lado a otro.
Había un par de mantas allí arriba, que alguno de los habitantes del lugar había dejado para las guardias en las épocas más frías. El suelo era de terrazo, dañado en algunos puntos, y en las esquinas se arremolinaba algo de polvo. Dos sillas y una mesa baja completaban el resto del mobiliario de esa terraza que resultaba poco apetecible en invierno.
El cielo estaba encapotado, lleno de nubes que impedían ver las estrellas y opacaban los rayos de la luna. La calle estaba oscura más allá. Hacía mucho tiempo que la noche de Nueva York no estaba salpicada de las pequeñas lucecitas de las ventanas que la habían poblado años atrás. Aún podían vislumbrarse los perfiles de los edificios y las copas de los árboles del Jackie Robinson, pero la niebla estaba comenzando a extender sus zarcillos de algodón por la ciudad, rodeándola, deslizándose por las calles con sus tentáculos incorpóreos.
Todo vuestro ;).
A Morgana no le apetecía una guardia con Cass. Ni con nadie, en realidad. Quería estar sola. Abandonarse a sus pensamientos, sumergirse en la noche y ser parte de ella, de su corazón, de su oscuridad. Una gata silenciosa paseándose por las cornisas y las terrazas de los edificios en ruinas parcialmente abandonados. Apretó los dientes. El deber estaba allí, sobre la azotea del Morris, durante dos horas la responsabilidad del sueño de sus camaradas correspondía a ella y a la Buscadora.
Cogió los prismáticos, y en ese momento escuchó el sonido de la vieja puerta. Alzó la mirada cuando su compañera de guardia apareció. Morga reprimió una sonrisa sarcástica. “La sustituta de Nick en el puto Morris”. Sonaba a chiste. La verdad es que para la ex militar Nick no había liderado como tal. Se mantenía en la sombra y dejaba que todo fluyese. Podría parecer que su mera presencia resultaba suficiente, la importancia de ser la supuesta líder o representante del Centro era relativa con el sistema democrático vigente. Sin embargo, para Morga precisamente ese pensamiento significaba un error grave. Con la pandilla que se congregaba en esas cuatro paredes, se necesitaba una mano enérgica si no querían darle vueltas y vueltas a las cosas y que cada uno hiciese lo que le daba la real gana.
Si querían llegar a algún lugar, a buen puerto, no podían permitirse esa forma de actuar. Aquella misma mañana le daba la razón a la mujer embutida en su gorrito y su chaqueta de piel. O al menos así lo veía ella.
Saludó con un gesto de cabeza. Se llevó los prismáticos a los ojos y se centró en escudriñar el mundo nocturno que las rodeaba como si un guante gigantesco quisiera tragárselas. Al menos mientras la cansina y persistente niebla se lo permitiera.
Cassandra apareció en la azotea envuelta en capas de ropa, como siempre que le tocaba guardia de noche y no era verano, su mirada se paseó por la basta superficie hasta que se topó con una silueta familiar y la mirada que sintió, más que vio, hizo que "un algo" subiese por su espalda.
El posterior saludo de la ex militar no hizo que la joven se relajase, pero nada en su avanzar lo demostró, se acercó silenciosa y con pasos seguros hasta la figura que se recortaba contra la niebla circundante.
-Me parece que tenemos una charla pendiente. -empezó a hablar en voz baja pero firme, no era una petición, era un hecho que no pensaba esquivar -Ya que me ha tocado la lotería tengo que saber cómo funcionabais tú y Nick, o si quieres hacer cambios, o que te desahogues ahora y digas lo que te carcome por dentro.
Su mirada estaba dirigida hacia el exterior, vigilante, pero sus otros sentidos se centraban en la mujer impredecible que tenía al lado.
-No fue eso lo que pasó. Yo estaba allí, ¿recuerdas? No te tocó la puta lotería. Te votó un marica de mierda y una cría que es tu hermana. Y tú misma. No me toques los huevos, Cass. Si te sientes mal, renuncia y no te hagas la mártir. No conmigo. -Su voz no sonó áspera ni intimidatoria. No había necesidad de ello con Cass. Neutra. Sin emoción alguna, describiendo los hechos desde la distancia. O eso pretendía.
Morgana siguió a lo suyo, vigilando la noche. No tenía nada pendiente, ni nada le quemaba la sangre. Dejó clara su postura durante y después de la reunión. Cass se equivocaba o quería provocarla.
-Tengo la sensación de que necesitas alterar y retorcer la puta realidad para sentirte bien contigo misma. De que manipulas a los demás desde las sombras que te proporcionan tu capucha -se mordisqueó el labio; apareció una breve sonrisa-. No me debes ni quiero una jodida explicación. Tus remordimientos de mierda me los paso por el puto coño.
Las cejas de la buscadora se elevaron con la contestación de su acompañante, sabía que estaba resentida y mejor aclararlo en aquella azotea que en el comedor, pero aquello que decía no era cierto. No en lo que respectaba a ella.
-Era una broma... -soltó un suspiro por no haber sabido ver que todavía no estaba el horno para bollos -Realmente creo que debemos hablar sobre como lo llevabais, antes no me había interesado por esos temas pero ahora debo saberlo, poner en común qué se debe priorizar y cuáles son los tabúes. -se giró mirando hacia otra zona, aquella que quedaba más allá de la ex militar -No venía para darte una explicación pero ya que lo mencionas, no me siento mal por lo que pasó Morgana, te quejas de mis votos pero los tuyos erais tú y un recién aceptado. ¿Querías que yo te apoyase? Lo siento pero no podía, no puedo, no sabiendo que en el caso de que salieses elegida el grupo se iba a fragmentar gracias a tu nula empatía. Si es casi lo que ya ha pasado...
Apretó los labios con frustración, tenía la sensación de que nada de lo que dijera sería creído, pero aun así continuó.
-¿Quieres la verdad? Estoy segura de que serías una gran líder si dejases de atacar verbalmente a la gente de forma gratuita, puede que no te des cuenta pero hieres a las personas que están cerca y las alejas, está muy bien que tú tengas tus ideas y tus valores muy claros, y que sepas defenderlos perfectamente cuando y como haga falta, pero yo no creo que la gente te deba seguir por miedo o forzados. Yo espero que les demuestres que te preocupas por ellos no sólo físicamente, para eso no hace falta que seas todo bondad y buenas palabras, basta con callarte a tiempo. Me gustaría que cuando les hablases quisieran escucharte...
Morgana se forzó en escuchar a su compañera sin interrumpirla. Apartó los prismáticos, se giró hacia ella, luego miro en otra dirección, se movió unos pasos y regresó a su tarea de escrutar el vecindario nocturno. El hecho de que tuviese que cumplir con la guardia mantenía a la asalvajada Morgana lejos de la superficie. La profesionalidad de la marine se imponía a cualquier otra consideración. Mordiéndose los labios y negando con la cabeza, incrédula ante una buena parte de la exposición de Cass. Morga ya había decidido y no echaba marcha atrás. No entraba en sus planes.
-Pregúntale a Nick.
No era una respuesta inteligente. Más bien una presentación y confirmación un tanto burda de su posición y de lo que podía esperar Cass de ella. Válida para lo que quería expresar Morgana. Pensó que aquella conversación desembocaría en una discusión dialéctica si contestaba lo que pensaba, con sus modos y vocabulario, a todo lo que la Buscadora decía. Eso daría la razón a Cass quien terminaría por mandarla a tomar viento.
-Si esas personas son tan sensibles o nenazas no es mi puto problema, para nada. Deja de intentar manipularme. No más mierdas tipo gran líder, perteneces a esta familia, te queremos, estaré contigo. Yo quiero lealtad, no putas palabras vacías –se pasó la lengua por los labios- Respeto tu decisión y tus motivos, que no comparto, por supuesto; y sí, también esperaba tu maldito apoyo. ¿No podías? ¿Qué coño estás diciendo? ¿No es democrácia si soy la elegida? Que te jodan. Di que no has querido. Confiesa que has visto la oportunidad y la has aprovechado. Enhorabuena, Cass. Pero no me pidas que te coma el coño.
Aunque Morga quisiera evitarlo, su agresividad latente, verbal o física, siempre estaba presente. Su naturaleza, una fuerza invisible, la empujaba en esa dirección. Disminuyó las revoluciones de su motor- Así son las cosas, el mundo gira y no se detiene por nuestros caprichos. Si quieres algo, ve a por ello. Mi propia puta filosofía reflejada en tus actos.
De igual forma entendía que Cass se esforzaba por tender un puente entre ambas. No era tan necia para no ver esto, aunque solo fuese por interés de la Buscadora. Guardó los prismáticos, masticó su indigesta frustración y miró, desafiante como siempre, a Cass. Una sonrisa burlona y seda en la lengua conteniendo su irracional ira.
-Tú me necesitas más que yo a ti. Demuéstrame que quieres cuidarte de verdad del Morris. Aborta la puta salida a Pequeño Tokyo y empezaremos a hablar de colaboración.
El saber que no iba a servir de nada no hacía que la constatación del hecho decepcionase menos. Una clama fría inundó a la buscadora con la certeza de que había hecho lo correcto, la persona que tenía delante servía para ladrar órdenes no para hacer una familia, al menos no allí ni en ese momento.
-Te equivocas. -una afirmación escueta, respondiendo a todo el discurso de la ex militar -Has oído pero no has escuchado nada de lo que he dicho, estás tan ofuscada en tu trono que entiendes todo al revés... si no ves cuán lejos estas de mi verdad es que no me conoces nada.
Las palabras salían lentas de entre sus fríos labios, en el fondo de ellas, si estabas muy atento, se podía apreciar tristeza.
-Lo de la salida se votó y yo voté que no, ¿te acuerdas? pero sólo no opusimos tres, no puedo anularla sin motivo y menos después del "gran apoyo" que he recibido tanto de Kane como de ti. -¿en serio la ex militar no se daba cuenta que no podía menospreciar la elección de Cassandra como líder y luego pretender que la palabra de la buscadora fuera ley y todos la obedecieran sin rechistar? -Y no me intentes chantajear, que te necesitamos es verdad pero esto no funciona así, si haces las cosas es porque quieres, como todos, si tan poco te importamos... -se encogió de hombros y negó con la cabeza -Espero que no sea así, pero es tu decisión.
Se giró de nuevo, buscando una nueva porción de terreno que observar. Su mandíbula estaba fuertemente apretada, había subido esperanzada con ese rato a solas para poder hacerle entender a la otra mujer que estaba de su parte, pero le parecía que contra más hablaba más empeoraba su relación. Pues ya no más, si así lo quería así sería.
Morgana casi disfrutaba con la situación, alejaba su ira y frustración para dar alas a su cinismo más punzante.
-Tú ciega y yo sorda. A cargo del Centro de Salud Morris. Un puto chiste. -La ofuscación de Cass le parecía divertida- Dos tías desconocidas mutuamente, entonces. Tú no entiendes una puta mierda de lo que hablo. Te quedas con mis malditas formas. En la superficie.
Imitó a Cass, dio un par de pasos en la otra dirección, siguiendo el movimiento ensortijado de los zarcillos formados por la niebla.
-Votaste que no, pero irás con ellos. Tal vez te has visto en una puta visión futura vivita y coleando. Cuando te miro, veo tu cabeza clavada en una jodida estaca a la entrada de Pequeño Tokyo. No te deseo eso. Ni a Robin. Ni siquiera al cabrón de Kane. Ahí tienes tu motivo.
Se mostraba tranquila. El entrenamiento de la mañana unido al desgaste físico y psíquico durante el día, hacían de catalizador de su energía negativa, la cubrían con un revitalizante bálsamo de serenidad. No tenía idea de cómo hacerle comprender que le importaba el Morris y sus compañeros. Morga no cambiaría sus violentas maneras innatas, su lenguaje soez, su forma de expresarse adquirida durante toda su vida. Se acercó a Cass- Tanto que hablas de puta empatía, ¿puedes ponerte por un maldito instante en mi piel? ¿Puedes al menos intentarlo? -Dejó pasar el tiempo, una docena de segundos. Se comprometió a sonreír y su boca obedeció, pero quedó muda de palabras. Comprendió que la brecha entre ambas se ensanchaba sin remedio.
No sabía cómo cerrarla. O mucho peor, si quería hacerlo.
Las palabras mordaces de la ex militar lograron sacar una media sonrisa en Cassandra, a lo mejor era masoquista y todavía no lo sabía, y cuando la otra acabó de hablar una corta carcajada salió de sus labios.
-Yo sé que te preocupas, posiblemente todos lo sepan o ya habrían iniciado la quema de La Bruja. -comentó recuperando su ácido humor -A ver como lo digo para que se me entienda... Esas persona no es que tengan la piel muy fina, han sobrevivido a lo que les ha pasado y han continuado con sus vidas, pero que alguien cercano hurgue en la herida, le eche sal y se mee en ella sin aparentemente otro motivo que joder, pues como que les afecta. No van a coger una depresión por tus palabras, pero acusan el golpe bajo de alguien en quien esperaban poder confiar, no por el golpe en si, si no por venir de tí. Creo que al menos podrías ahorrarte la sal y la meada.
La buscadora creyó haber encontrado unas buenas palabras para explicar su punto, así que sintiéndose inspirada continuó con el otro tema de esa especie de discusión.
-Sin la inscripción de la cripta ni ninguna otra pista, ni del grupo que atacó Unhood ni de esa supuesta cruz, no tengo nada para oponerme, dije de ir porque no veía ni a Kane ni a Robin tomando buenas decisiones y cuando Trish también se apuntó... - se quedó callada, pero de estar mirándola su rostro decía claramente que su hermana era mas importante que ella misma -Y claro que puedo intentar ponerme en tu lugar, es lo que he hecho votando "no" para intentar tener respuestas antes de decidir la acción, yo tampoco quiero perder a nadie más, pero si sé que no puedo evitar que vayan, quizás sí pueda minimizar problemas. Aunque le estoy dando vueltas a un plan B, por si no descubrimos nada, e incluso a un C...
... El entrenamiento de la mañana ...
Pues ya me dirás con quién te has cansado tanto... que conste que esta mañana te has escaqueo diciendo que tenías que ir a no se dónde y no me podías esperar XD
Se hubiese reído con ganas de no estar montando guardia. Miró, divertida y sonriente, a Cass, y durante unos instantes dejó salir una ligera y sofocada risa.
-Disfruto de tu compañía, Buscadora. A pesar de todo.
Se tomó un momento de reflexión. A Morga le iba el rollo de ataques contraataques, pero continuar así solo conduciría a una ruptura importante. Y tenía meridianamente claro que ninguna iba a dar la razón a la otra. Ella al menos no, desde luego. Cass estaba equivocada, la cosa es que pudiera hacérselo ver. Mostró los dientes en una sonrisa traviesa- Cuando apenas levantaba un metro del suelo ya me decían que era un puto coñazo. Será verdad. Pero soy una bruja buena. Con métodos y hechizos un tanto...digamos bruscos. Y con bastante mala hostia, eso también.
Se mordisqueó los labios. No sentía la necesidad de dar más explicaciones, quería dar por cerrado ese tema, y no lanzarle a Cass una ráfaga de metralla acumulada en su lengua. Se estaba hartando de las críticas de unos y otras a su carácter o forma de actuar, su escasa paciencia se agotó. Una sombra de súbito mosqueo cruzó su iris esmeralda- No me vuelvas a decir lo que tengo o no que hacer -No fue borde, sonó firme y definitivo.
Se aproximó de nuevo a su camarada de centinela y pasó al otro asunto- Así que, de pronto, eres la puta salvadora del grupo, la cabeza pensante que toma buenas decisiones. No te vale Kane, Robin...¿yo? ¿Alguién más? La flipada de Clem tampoco, imagino. ¿Pero tu amiguito Daniel sí? -Un brillo de perplejidad burlona iluminó sus ojos- Tú pierdes el culo por tu hermana. Vale. Y eso te parece actuar con sensatez y buen criterio. Acojonante, tía.
Se apartó acompañada de una ligera risa, y regresó a la oscuridad lechosa de la noche- No estás preparada para dar putas lecciones a nadie. - Suspiró y concedió una tregua- Retrásalo.Si lo prefieres hablo yo con esos dos. Mañana miraremos la inscripción. Podemos volver a la iglesia. Y esta semana voy a ir a Queens, contactaré con las Tres Cruces.
Morgana seguía sin entender, quizás era culpa de la buscadora que daba por sabidas ciertas cosas e inconscientemente las omitía en sus palabras, sea como fuere los hombros de la joven bajaron y subieron durante la contestación que obtuvo para al final alzar la cabeza con decisión.
-Tú sí que me vales. -respondió con rapidez, luego se mojó los labios y continuó más en su tono -Pero eso sería dejar todas las decisiones a un solo criterio y... joder Morgana tú misma acabas de dar la razón a mi pensamiento: yo te he dicho algo de buen rollo, lo que yo haría, para que tengas otro punto de vista y puedas entender a quienes se cabrean contigo y porqué, y tú te lo tomas como que estoy tratando de imponerte algo. -sonrió de nuevo, aquella mujer era peor de abrir que una avellana sin herramientas -Claro que no puedo dar lecciones sobre muchos temas, pero si sé separar lo mejor para el refugio de lo mejor para mí. Ya te he dicho que espero encontrar algo para anular la salida, o retrasarla como ya propuse, porque no creo que sea bueno ir de cabeza a lo desconocido, pero si alguien va yo intentaré dar todo mi apoyo para que regrese a salvo y no tengamos problemas. Si eso incluye coger la maldita cruz y salir corriendo para esconderla bien lejos -se encogió de hombros -, pues se hace.
Ella quería saber el porqué de su visión no buscada, de la muerte de Nick y del resto, y de la jodida cruz y lo que tenía que ver con ellos, pero nunca se le ocurriría poner su curiosidad por encima de las vidas de sus amigos, de su familia.
-La maldita cruz ya está bien escondida en Pequeño Tokyo -masculló con evidente rabia contenida- Te obcecas en creer que tienes la puta razón y para ayudar a unos pocos vais a poner en peligro a todos. La cagas por completo. No solo tú, si eso te consuela. Nick también. Y el Morris. Vuestra mierda de democrácia conduce a una farsa de votaciones y decisiones estúpidas. -La amargura vibraba en sus palabras. Cass desviaba de nuevo la atención hacia ella y no reconocía sus movimientos erróneos. "¿Lo mejor para el refugio era proponer a ese chupapollas de Daniel? ¿Dejarse arrastrar por las acciones de su hermana? ¿Fallarle en la votación? ¿No confiar en ella para dirigir el Centro?"
-Debes darle un enfoque diferente -Caminó unos pasos cerca del murete. "Y yo también".- Ya dejé claro esta mañana lo que pienso del chiste de tu elección. Me lo paso por el puto coño. No tanto por ti sino por las jodidas formas. Pero esa mierda es pasado -su intensa mirada buscó los ojos de Cass. Su voz intentaba que sonase calmada; su expresión era socarrona y taimada, reflejaba determinación - Tú y yo somos dos mujeres inteligentes y fuertes que perseguimos el mismo objetivo. Debemos colaborar. Apoya mis decisiones sin cuestionarlas y yo haré otro tanto con las tuyas -en sus pupilas titiló la complicidad.
Tras unos breves segundos, giró sus talones y se sumió de nuevo en la vigilancia de la ciudad que nunca duerme, sin ocultar una sonrisa traviesa en su boca.
-Unos pocos no, te recuerdo que salió mayoría de ir, -le contestó con tranquilidad y firmeza, parecía que Morgana se olvidaba que su opinión, que era la misma que la de Cass, por muy acertada que fuese no había sido la más votada -y por muy malo que te parezca este sistema no creo que una dictadura sea mejor. No importan las buenas intenciones, al final si nada se mueve todo se corrompe.
La frase era más un galimatías que otra cosa, pero la buscadora parecía saber lo que decía, a pesar de haberlo dicho así.
-¿Y cuando nuestras opiniones difieran totalmente? Se romperá este trato y me menospreciarás... -porque eso no era algo tan impensable y lo que la ex militar proponía era muy endeble para aguantar -Yo te apoyaré en todo lo que considere que tienes razón, como siempre, y cuando no sea así lo discutiré contigo de forma privada para intentar llegar a una solución. No tiene por qué ser intermedia, pero sí razonable.
La buscadora volvió a moverse, cubriendo otra zona con su mirada.
Miró a la Buscadora con cierta interrogación en la cara y su conocida sonrisa torcida- Y si se mueve sin cabeza todo se va a tomar por culo. ¿Vamos a jugar a las putas frases crípticas y graciosas? -No sabía el significado que Cassandra quiso darle a su sentencia, pero antes de poder reflexionar sobre ello, llegó la contestación que no quería a su propuesta, si bien sospechaba que esa, u otra semejante, era la que podía esperar de los labios de Cass.
-Entonces supongo que no será tan malo si no regresáis. -Su cinismo acompañado de un punto de crueldad brilló en los verdes ojos enmarcados por la sonrisa de una de sus desagrables muecas. No pensaba así, por supuesto, pero su suave voz no lo reflejaba- Bromeo -aclaró, mostrando ahora una sonrisa ambigua que podía significar cualquier cosa menos una aclaración.
Imitó a su compañera de guardia, dio unos pocos pasos junto al muro controlando otra porción de la fría noche. Morga consideraba que había tendido puentes, más de lo habitual en ella, y Cass los había rechazado. No se molestaría en intentar de nuevo un acercamiento.
Se había cansado del todo.
-Suenas muy prepotente y ridícula. Escúchate. Un día de supuesta jefa de un pequeño grupo de mierda en el culo de esta puta ciudad y ya estás borracha de tu nueva posición. ¿Soluciones razonadas? Me descojono. Y luego yo soy la tía intransigente. -Se giró hacia ella- No voy a supeditar mis acciones y decisiones a tu consideración. Olvídate de eso. -Apareció su tic habitual mordiéndose el labio- Lo he intentado, y tú solo tratas de imponer tus putos razonamientos. Entonces cada una a lo suyo.
Se ajustó los guantes y cambio de tema de sopetón- Imagino que no has mirado todavía lo que te pedí? Podemos comprobarlo juntas mañana. Te voy indicando lo que busco.
Los hombros de Cassandra se hundieron, estaba claro que no era capaz de transmitir lo que quería, en ningún momento había pensado en estar en contra de las decisiones de la otra mujer, pero por las contestaciones que recibía parecía que era eso precisamente lo que ella entendía. Negó con la cabeza.
-No. Las dos por el Morris. Te apoyo, pero no sin cuestionar, quiero saber el porqué de tus decisiones, quiero que confíes en mí y me cuentes lo que piensas, que no sólo me digas la solución si no que me la expliques. Sólo así se puede aprender. -dejó salir el aire pensando que estas nuevas palabras servirían para lo mismo que las anteriores: para empeorar todo, seguro que Morgana las retorcía y se las lanzaba a la cara de nuevo. Decidió cambiar de tema como había hecho ella -Esta tarde he estado buscando lo que me pediste, pero las respuestas no son tan rápidas como nos gustaría, en ningún tema lo suelen ser. Mañana tenemos lo de la inscripción de la cripta, -le recordó esperando que no se echase atrás, necesitaban saber qué decía para tratar de impedir la salida en busca de la cruz -si acabamos pronto por supuesto que puedes ayudarme, quizás tú veas algo que a mí se me escape.
Cass se olvidaba de que hablaba con alguien que no quería ni estaba acostumbrada a dar explicaciones y que procedía de un mundo donde brillaban por su ausencia. Además oír eso del apoyo y confianza le arrancó una corta carcajada de incredulidad.
-No he visto tu apoyo ni me das motivos para esa puta confianza. Yo diría que la estás cagando conmigo -plantó sus ojos en los de Cassandra. Morgana no parecía dispuesta a darle una tregua. Ella también quería algo y cuando iba a por ello no se frenaba- Quiero, quiero...Pregúntate qué coño me importa lo que tú quieras. Pregúntate si te ha quedado claro lo que yo quiero. Porque creo que he sido directa igual que una puta bala, sin sutilezas ni ambages. Transparente, cristalina.
Sobre lo otro tenía sus dudas si le estaba metiendo una trola pero como no era plan de comerse la cabeza, tan solo asintió- Por supuesto. -No estaba nada segura de lo que podían encontrar. Ni si la Buscadora se encontraba preparada. Ni ella misma. Solo había una forma de saberlo y su decisión firme y determinada no iba a flaquear ante nada.- De acuerdo. No tengo otros planes en la agenda. -Echó un vistazo al exterior- El mundo es viejo, jodidamente viejo. Lo que nos contó Macbeth me hizo pensar. Y encajar muchas piezas del puzzle -Daba la impresión que hablaba para sí misma. "Joder, no soy una puta loca. Al menos no por esos capullos hijos de perra".
Cassandra escuchó la réplica de la otra mujer, exteriormente su rostro se mantuvo neutro, aguantando el chaparrón casi sin pestañear, pero por dentro se entristeció. ¿De verdad la ex militar estaba comparando su petición de información con la de ella de obediencia ciega?
-Cristalina, como siempre...
Fue lo único que le contestó, no tenía sentido hablar más con quien sólo quería escuchar su propia voz seguida de sumisión. No la entendía, primero le decía que no sabía nada y cuando la buscadora le pedía iluminación, no sólo se negaba si no que le decía que no le importaba. Empezaba a pensar que Morgana tenía algún profundo problema, pero que no iba a ser ella la que pudiese ayudarla.
-Y ese encaje de piezas, ¿lo compartirás o para eso tampoco hay confianza?
Nada en su voz decía que estuviese enfadada, parecía que hubiese aceptado las palabras de la mujer y simplemente quería saber a qué atenerse, qué esperar y qué no.
El frío aumentaba conforme avanzaba la noche a lomos del ligero viento. La niebla también, igual que el día anterior, cubría, rebozaba y ocultaba edificios y callejas. El parque era apenas una silueta desdibujada allá a lo lejos, un borrón y poco más.
Al escuchar la pregunta de Cass, fue más consciente de que había pensado en voz alta. Su compañera insistía sobre la confianza; exasperó a Morga. ¿Todavía no se había enterado de que ya no confíaba en ella ni como amiga ni como jefa?
"Anoche querías arreglarlo, y esta mañana me sueltas una puta hostia en la cara. ¿De qué coño vas?"
-Dependerá de si encuentro lo que busco. De si tengo la puta regla. O de si habéis quemado a la bruja o no -hizo una corta pausa- O de si tus mierdas de acciones me convencen.
Su sonrisa no era agradable- Eres tú la que ha jodido nuestra puta relación. No voy a aplaudirte -Morgana entró en modo destroyer. Ignoró a propósito los supuestos esfuerzos de la Buscadora para encontrar un punto en común, a estas altura le sonaban a cantos de sirena, a rollo descarado- Hemos aclarado la posición de cada una y lo que pensamos de la otra. Así que no me vaciles ni una puta vez más. Estoy hasta el puto coño. Vamos a ser asépticas, ¿te parece? Nada de buen rollito ni gilipolleces. Funcionaremos mejor.
Apretó los dientes. Sí, sería lo mejor.
Cassandra escuchó la respuesta que había pedido y mantuvo su fachada imperturbable, pero su mandíbula se encajó, que supiese que esa contestación era muy probable no significaba que le agradase ratificarlo. Sacó las manos de los bolsillos y se ajustó el cuello de la chaqueta, una voluta de aliento salió del interior de la oscura capucha justo antes de que se oyese su voz.
-Como desees. -contestó sin insistir volviendo a meter las manos enguantadas en los bolsillos.
La ex militar había tomado una decisión y parecía que nada la haría cambiar de opinión, estaba claro que la buscadora seguro que no lo lograría.
-No se puede convencer a quien "tiene la Verdad".
-Vamos, Cass -la burla brilló en sus pupilas- Te puede joder que posea la verdad y la razón, pero deberías alegrarte la hostia de que esté aquí en el Morris para sacaros de vuestros putos errores y oscuridad. Adáptate, la mayoría de gente lo hace -se colocó mejor el gorrito, inclinó ligeramente la cabeza a un lado- Aunque yo prefiero primero que las malditas circunstancias se adapten a mí. Moldear el jodido mundo que me rodea a mi puta manera.-La arrogancia dibujó su sonrisa- Eso conduce al conflicto, y a estas alturas sabes de largo que a mí el conflicto me da vida. Y no cedo un puto palmo cuando estoy convencida de mi posición.