Brick "Martillo"
Sargento.
Avia Rona
Pardilla Brick, optimista.
Tirren
Médico.
Lambert
Pardillo Tirren, callado.
Sigurd Oberon
Especialista en armas.
Muna Derrida
Pardilla de Sigurd, sanguijuela.
Marcus Severus
Heavy gunner.
Titus Agnus
Pardillo de Marcus, afortunado.
Voross Blonigan
Sargento.
Katherin Mehalko
Pardilla de Voross, biliosa.
La Sagradas Puertas de Cadia guardan la entrada al Ojo del Terror, una enorme anomalía disforme en la realidad material, de la que suelen emerger las fuerzas de los Poderes Ruinosos de forma periódica para saquear y arrasar en nombre de sus horribles dioses. Sin embargo, todas y cada una de las veces que lo han hecho, se han encontrado con los bravos hijos de Cadia para plantarles cara.
Un planeta que vive en constante alerta, toda su población recibe un intenso entrenamiento militar, y produce una cantidad de regimientos para la Guardia Imperial digna de elogio. Más aún, suelen ser regimientos profesionales y bien formados, que llenan de orgullo a sus comandantes, con hombres y mujeres en sus filas amantes de las reglas, disciplinados y eficaces en combate.
Pero incluso estos palidecen ante los kasrkin. Las fuerzas de élite de Cadia, llamadas así debido al nombre que reciben las ciudades (Kasr), están compuestas de lo mejor de lo mejor que el planeta (y buena parte del Imperio) puede ofrecer. Hombres y mujeres altos como torres, fuertes como toros, de miradas moradas y aceradas, y cumplidores de la disciplina y las normativas de la Guardia Imperial. Soldados que darán la vida, de ser necesario, por el Emperador, y que no dudarán en plantar cara a los enemigos del Imperio, especialmente a las fuerzas traidoras. Unidades de que han visto muchos héroes entre sus filas, cuyas hojas de servicio están llenas de hechos gloriosos.
Uno de estos pequeños regimientos, el 38º, ha sido despachado hacia este conflicto. En esta ocasión, ha sido movilizado para atender una petición de auxilio. Sélica IV, en el Segmentum Obscurus. Por lo visto, lleva sumida en una guerra civil varias décadas, y ahora todo se ha complicado con la intrusión en el conflicto de los Poderes Ruinosos. Representando al glorioso Martillo del Emperador, vosotros, junto a otros regimientos, habéis recibido el encargo de participar en la lucha y limpiar de traidores ese planeta.
Ni que decir tiene, que la presencia de traidores supone un aliciente para los mejores de entre los vástagos de la Sagrada Cadia, siempre deseosos de acabar con los siervos de los demonios allá donde se encuentren. Y el hecho de que este planeta, ubicado también en el Segmentum Obscurus, pudiera suponer una plaza fuerte de los traidores en caso de caer, no hace si no incrementar su interés.
Sélica IV ha resultado ser un planeta de clima húmedo y templado, en cierto modo similar a la zona habitable de Cadia, pero con un clima más amable. Un mundo agrícola sumido en una amarga guerra civil, que llegó a un punto de estancamiento cuando ambas fuerzas se atrincheraron en el estrecho de Neville, la masa de tierra que une el gran continente que está habitado en este mundo, evitando que se consideren dos continentes distintos. Las trincheras, llenas de barro hasta las rodillas, así como de muertos y muestras de grandes combates, no os impresionan demasiado, pues ha habido otros tantos escenarios de combate como este o peores en la historia de la unidad. Ademas, esta primera semana ha sido tranquila. No ha habido ataques, aunque sí una tensa vigilancia. Por lo que os han contado algunos milicianos, esto es un maldito infierno, cosa que concuerda con lo que se ve más allá de la trinchera. Entonces solo queda esperar a que los enemigos del Emperador ataquen, o a que se os ordene atacar a vosotros.