Partida Rol por web

Paul no llegó a abrir fuego, pues los disparos del bolter pesado acabaron con aquella perversión de medicae -¡qué asco!- musitó al ver cómo las sabandijas se escabullían procedentes de los orificios causados por el arma de fuego.

Al ver al enemigo caer, y sabiéndose cubierto por varios de los componentes del improvisado grupo, Van Horst avanzó con decisión pero manteniéndose entre las sombras del macabro sanatorio.

- ¿Ya está?- preguntó Arthur, desde la esquina. Pipeboy observaba la escena desde la boca del túnel

- Sí, ha explotado- confirmó este. Arthur respiró aliviado. Una cosa era luchar contra las fuerzas del mal, la putrefacción y la magia negra. Y otra muy diferente era ir al dentista. Por ahí si que no pasaba.

Volvió sobre sus pasos hasta la parte trasera del grupo. Como si nada hubiera pasado.

Recuperada una pizca de la calma tras aquel ataque de horror atávico, consigo caminar hacia delante un par de metros con pasos temblorosos, contemplando los instrumentos de esa especie de laboratorio con ojos todavía desencajados. Aún cuesta creer que se haya deshecho delante nuestra.

-¿Qué era eso? -pregunto al sargento y al resto, mirando a unos y otros, pues me da la impresión de que algunos lo reconocían. -¿¡Qué es lo que era eso, bordel?!

La criatura es despedazada antes de que consiga apretar el disparador de mi bólter pesado. La asquerosidad de ese ser, de sus acciones y de todo cuanto nos rodea, sería suficiente para revolver el estómago de cualquier seguidor del Dios-Emperador. Por suerte, esta compañía está formada por soldados curtidos y no fueron tantos los que titubearon al momento de darle muerte.

Bajo mi arma, evaluando si hubiese algún otro peligro cercano cuando escucho que la voz vuelve a sonar, aunque esta vez parece proceder de lejos. Eso es señal inequívoca que alguna clase de hechicería herética está involucrada y eso torna este intento de salir a la superficie en algo mucho más serio.

"Quisiera seguir vivo para continuar sirviéndole al Dios-Emperador por años pero, después de todo lo que he visto en este mundo, aconsejaría un Exterminatus sin dudarlo, incluso con nosotros dentro."

Me mantengo atento y a la espera de órdenes por parte de nuestro sargento, para continuar nuestro camino de una forma en la que podamos enfrentarnos a esta amenaza sin perder cohesión ni eficiencia.

La caída de aquella cosa fue un alivio para todos, que sintieron como aquella sensación opresiva se despegaba de ellos. Ahora que se fijaban, los susurros apagados suplicando piedad o quejándose de toda clase de dolores también habían desaparecido tan pronto el demonio fue volatilizado, quedando solo aquel extraño laboratorio y los sonidos propios del mismo: zumbido de máquinas variadas, borboteo de algunos contenedores y de los cilindros que contenían aquellos seres contrahechos, algún goteo de algo mal sellado...

Más allá, el pasillo continuaba. Sin duda aquella cosa no estaría sola, pero que estuviera tan aparentemente aislada era extraño. Aunque claro, ¿quién podía ser consciente de los razonamientos del Enemigo?

Ahora que te fijas bien, estás seguro de que todos los cuerpos son de la misma persona... O imitaciones de la misma persona. En aquellos que tienen rasgos discernibles, los mismos o parte de ellos se repiten, una y otra vez. Sin embargo, no hace falta ser medicae para darse cuenta de que hay algo mal en todas ellas. Algunas dudas que llegaran a estar vivas en algún momento, otras están claramente mutadas, deformadas o contrahechas...

Kolya se quedó un rato más de lo necesario paralizado, pero no por que quisiera o por placer, sino porque su cuerpo no respondía. Se había enfrentado a toda clase de mutantes y xenos en túneles en una gran cantidad de escenarios de batalla, pero lo que le estaba haciendo ese planeta era algo que le hacía sentirse como el peor soldado de la galaxia. Había vuelto a fallar, a quedarse paralizado por el horror y a revivir ese momento en el que fue casi destripado por uno de esos seres. ¿Por qué había sobrevivido?. Era un ser roto y que no podía hacer a duras penas nada de lo que se necesitaba que hiciera.

-¿Por qué? -murmuró antes de volver en sí.

Inspiró profundamente y soltó el aire de golpe.

-Muy buen trabajo chicos, como os dije, no aguantan una descarga de fuego pesado. Continuaremos con la misma formación para poder reaccionar a lo que venga de forma rápida -intentaba sonar convincente, pero no se convencía ni a sí mismo- Fiks, ¿podrías echar un vistazo rápido?. Sin tocar nada, solo para saber qué estaba haciendo ese ser. Es una versión corrupta de un medicae, por lo que tal vez un medicae sepa qué era lo que estaba haciendo.

- ¿Que cojones iba a estar haciendo?- regoznó Arthur, por lo bajo.- Mierdas siniestras de dentista, seguro. Deberíamos quemar todo el puto lugar- se quejaba. Entró en la habitación de mala gana y echó un vistazo alrededor. ¿Dónde estaba la salida? La puerta al fondo indicaba que el pasillo seguía, ¿pero que habría más allá? ¿Más dentistas? Reprimió un escalofrío y agarró la espada con fuerza. Tenía que esperar que no le tocara avanzar primero, al menos.

Malek se internó en la sala después de comprobar que no hubiera ningún peligro inmediato. El tirador se quedó en medio de la sala, lo más apartado posible de todo lo que hubiera en aquella estancia, no querían tocar nada en absoluto mientras musitaba rezos a cada poco, tratando de espantar todo el mal que allí se aglutinaba. La sensación de enfermedad o malestar que lo embargaba no había cesado en ningún momento, por lo que entre rezo y rezo, le venía una arcada, cosa que le hacía pedir perdón de manera refleja a todos y en especial al Dios Emperador.

Estaba bastante de acuerdo con la apreciación del penal de que había que quemar todo aquello, pero por desgracia, no había nadie que contara con un lanzallamas. Recorrió la sala en línea recta, sin acercarse más de la cuenta a nada de lo que en ella había expuesto, apostándose en una de las esquinas que daban al pasillo contrario a aquél por el que habían venido. Claramente era la ruta que debían seguir, no existiendo mucha más opción, pero esperaba que no fueran a dar con más laboratorios como ese... y con sus moradores.

Viendo que el resto avanzaban y tomaban posiciones en la salida de aquél lugar, Albius asintió y siguió vigilando unos segundos más, en cuanto vio que un par de compañeros se colocaban a ambos lados del pasillo de enfrente, siguió adelante, manteniendo la formación conforme el Sargento, de una forma poco imperiosa, había dicho.

En un raro momento de introspección, Van Horst, que hasta ese momento iba en vanguardia, bajó el rifle de fusión mientras el resto de sus compañeros avanzaban.

-Unas palabras, medicae Fiks- le dijo al lantanita al pasar, de modo que también Kolya y cualquiera cercano pudiese oírlo -¿se ha percatado que todos esos cuerpos son muy similares entre sí, salvo diferencias producto de mutaciones o algún tipo de inestabilidad genética? Es casi como si alguien estuviese intentando recrear a un individuo específico. Lo que fuera que fuese esa cosa, estaba examinando, intentando determinar qué había salido mal en estos intentos fallidos. ¿Le suena a alguien este individuo?- lanzó al aire, señalando uno de los híbridos con rasgos faciales menos deformados...

Albius contempló los cuerpos deformados y las probetas y tubos de ensayo, intentando dilucidar si conocía o le sonaba de algo eso que estaba allí.