Partida Rol por web

No se tardó mucho en explicar las órdenes: las fuerzas imperiales se volcarían en tomar una sección concreta de trinchera, la zona central, si es que conseguían llegar. Se rumoreaba que los escaneos orbitales habían tenido problemas últimamente para distinguir lo que había al otro lado de la tierra de nadie, aunque nada de eso estaba confirmado, y había toda clase de teorías al respecto.

De todos modos, eso poco importaba ahora. Era el momento de avanzar, y empezaron a hacerlo, caminando a buen paso a través del barro y los restos. 

Los milicianos siguieron avanzando, no muy lejos del resto de fuerzas imperiales, a las que se podía ver asomar de vez en cuando tras elevaciones fangosas, o cúmulos de niebla o humo aquí y allá. 

Sin embargo, eso era lo más agradable que había para ver. Aquí y allá, en los cráteres, se podían encontrar cadáveres de soldados, y no pocos. En distintos estados de descomposición, y que parecían haber sufrido distintas muertes, algunos por disparos, otros por golpes... Y seguramente, alguno de ellos víctima del hambre o la sed, aislado en tierra de nadie. 

Por si eso fuera poco, algo no estaba del todo bien más adelante, en la zona hacia la que avanzaban. No era fácil de describir, pero de algún modo, había "saltos" o "errores" en la realidad, además de una serie de ominosas luces de un verde pálido, que surgían tan rápido como volvían a desaparecer, a veces moviéndose, otras quietas.

Seguís avanzando por tierra de nadie, y cambiando ligeramente el rumbo. El plan era formar un frente coordinado, con apoyo de varios regimientos complementándose entre sí, así que pronto la distancia entre las distintas unidades imperiales se acortó. Los penales marcharían al frente, distribuidos usando su gran número para ejercer de pantalla frente a posibles ataques. El resto detrás, especialmente los acechadunas.

Aquí y allá, algún blindado avanzaba junto a las formaciones, principalmente Leman Russ y Hellhounds. No es que estuvieran jugándose todo a una carta, pero desde luego aquel asalto no iba mal provisto… Incluso tenía posibilidades.

Sin embargo, las luces verdes que algunos vieron pronto fueron visibles para todos, como siniestros fuegos fatuos que parecían asomar brevemente aquí y allá. El terreno era más fangoso, el hedor era casi asfixiante y cierta neblina fétida parecía emerger del suelo, casi como el aliento pútrido de un cadáver. En esas condiciones avanzaban cuando escucharon algo. Lejana, como si procediera de un punto imposiblemente distante… Era una voz, una voz gargajeante y húmeda.

-Ilusos… Necios e ignorantes… Seguís a un cadáver muerto y marchito… No puede salvaros, este planeta ya ha sido salvado… Ya se ha decretado un nuevo maestro para los Selicanos. ¡Él nos salvará! ¡En la muerte y el renacimiento viviremos para siempre! Así que venid… Venid y moriréis. Y en la muerte viviréis para siempre… Pues su amabilidad no conoce límites, y a todos concede sus regalos… Bendito sea Nurgh-leth… Bendito sea…

Seguisteis avanzando, con el eco de las últimas palabras de aquella voz, obligados a juntaros más por las condiciones del terreno. Sin embargo, apenas un par de minutos después, los ecos malignos dieron paso de nuevo a la voz.

-Eso es… ¡Eso es! ¡Habéis venido!-dijo con auténtica alegría-me alegro de que os unáis a nosotros. Me alegro de que elijáis ser partícipes de sus grandes bendiciones… En la muerte encontraréis vida… Y en la vida, encontraréis muerte. ¡Bienvenidos al ciclo del renacimiento!-exclamó finalmente. Y con aquellas últimas palabras, la luz verde se intensificó, para luego desaparecer.

Durante unos largos segundos no ocurrió nada, y buena parte de los guardias presentes esperaban que siguiera así. Sin embargo, los Poderes Ruinosos parecían haber tomado tierra en aquel planeta, y pronto el suelo se estremeció. Al principio levemente, aumentando después, con burbujas y chorros de neblina saliendo del suelo pantanoso. Y, por desgracia para las fuerzas imperiales, no fue lo único que surgió.

Desde dentro de los cráteres, de entre el barro, del agua lodosa, de los restos de anteriores trincheras… De todos lados, se alzaron al cielo unas manos cadavéricas, manoteando para salir y dejar paso al resto de sus cuerpos. Los muertos se alzaron, por todas partes, a miles… Con una conciencia maligna brillando verdosamente en sus ojos muertos, descompuestos, pero animados con un siniestro propósito y aún más siniestro poder. Por los gritos que llegaban de detrás, parece que la retaguardia también se había visto sorprendida por aquel alzamiento masivo y repentino.

Ahora se trataba de matar o morir… Si es que aquellas cosas podían morir.

Conocia aquel lugar de antes de la guerra, un sitio precioso dentro de las posibilidades, un sitio donde venir a pasar las epocas mas calurosas y ahora, ahora era un maldito cenagal y si eso no fuera bastante olia como un maldito cadaver podrido. La guerra civil habia sido una mierda pero esto era mucho peor, habia oido los rumores pero quien creia en cuentos de hadas. Nuestros hermanos habian llamado a demonios de otro sitio para ganar esta guerra y que ese era el unico motivo por el que el Imperio habia venido. Sinceramente me importaba una mierda por que  habian venido, mientras hubieran venido. Esos fueron mis pensamientos mientras mis botas volvian a hundirse en este cenagal lleno de cadaveres, trincheras rotas y agujeros abiertos por la artilleria. Habia dejado dos hermanos y un sinfin de amigos en este lugar...

La voz que hablo me produjo un escalofio en la espina dorsal, no parecia humana y despues de todo lo ocurrido emepzaba a pensar que incluso los cuentos y los rumores podian ser verdad. ¿Demonios? Negue con la cabeza mientras hacia el simbolo del aquila. Daba igual lo que fueran habia partido mi mundo en dos, debian pagar... si debian pagar. Mire a mi camarada, silencioso por el momento y acido cuando soltara su maldita lengua a pasear.

Esto es una mierda Galan. De eso no hay duda. Aqui no hay nada mas que putos fuegos voladores. ¿Habias visto antes esa mierda en Selica? - No, nunca antes los habia visto, como yo nunca los habia visto pero los hombres no necesitan miedo, sino ordenes que cumplir.

El terreno obligo a que los diferentes regimientos acabaramos unidos de una u otra forma, cercando nuestras posiciones y obligandolas a acercarse hasta quedar a una distancia minima. No dude en mirar a mis flancos para ver a quien tenia al lado y no me queje, al menos no eran esos altaneros lancer de mierda con sus gallos de cuatro plumas. Mierda de nobles.

Mas entonces la voz hablo de nuevo, mire a mi alrededor, los ecos de hacia un momento se habian convertido en una voz que hablaba sin tapujos. ¿Como coño harian eso? Se le erizaban a uno hasta los pelos de los cojones. Me mantuve en el sitio, firme para que nadie viera lo que me corroia por dentro. Con la luz esas putas lumbreras verdes intesificaron su luz, para luego desaparecer... algo dentro de mi me dijo que eso era malo, aunque no supiera como. Era como cuando sabia as que venia tormenta o granizo a por tus cultivos, solo un breve momento y plas, todo a la tomar por culo.

Entonces ocurrio, la tierra se rompio de nuevo, por centesima vez pero esta vez no fueron obuses, ni mucho menos. Manos, cabezas, brazos el mismo suelo escupia a sus muertos, a los que habia cumulado durante lo que habia durado esta maldita guerra. Mis manos me sudaron, note ese frio sudor recorrer la palma de la mano con la que sostenia la espada. Trague sin saber que, todo mi cuerpo me decia que corrirese pero eso no podia hacerlo... muertos o no, habia que matarlos. ¿Se podia matar a los muertos? El verde de antes ahora estaba en sus ojos, maliciosa y perversa forma de vida. Si, hay que matarlos... debemos matarlos... pero mis pies no respondian. Queria gritar, ordenar, matar pero mis ojos solo estaban fijos en como los cuerpos se levantaban lentamente de tumbas que nunca habian sido consagradas. - Por el Emperador que no entiendo lo que veo, pero que si esos hijoputas no iban a tomar mi mundo, sus cadaveres tampoco lo haran.

Al surgimiento de los zombies le siguió el caos: gritos de pánico, desvanecimientos, incluso un par de unidades, una de acechadunas y otra de lanceros, se rieron histéricamente mientras disparaban como locos, alcanzando a otra unidad de zapadores. Sin embargo, en medio de los actos de terror y locura, también hubo espacio para el heroísmo. Aunque solo fuera por aquellos primeros segundos, las fuerzas de Konig se ganaron una mención por la forma en que segaron no muertos con sus blindados, allanando en mucho el camino. 

Los krieg en general demostraron de que pasta estaban hechos, y con la plegaria del sacrificio recitada a gritos, se lanzaron a por los zombies o dispararon contra ellos desde sus posiciones. 

Mención especial merecían también el grupo del 13º, así como una de las unidades de zapadores y otra de acechadunas, que causaron auténticas carnicerías entre las hordas no muertas. 

Aún con todo, más que los zombies, el miedo era su mayor enemigo. El frente de batalla corría el riesgo de romperse, y de hecho algunos soldados intentaron desertar. Por suerte para todos, el Emperador había velado por ellos, en forma del sagrado comisariado, y pronto estos rectos hombres y mujeres actuaron. Varias ejecuciones sumarias, así como amenazas retransmitidas por todos los canales respecto a lo que ocurriría si veían a alguien flaquear, consiguieron que las fuerzas imperiales que no estaban incapacitadas en aquel momento recobraran algo parecido a un aire marcial y profesional. 

El mundo se fue a la mierda, los que no gritaban de miedo y terror intentaban huir para salvar sus vidas. El frente estuvo a nada de colpasarse y solo la increible actuacion de algunas unidades, junto con el siempre vigilante Comisariado evitaron lo peor. Poer joder... ¿quien nos lo iba a decir?¿Quien iba a decir que tocaria matar muertos?Era como una de esas horribles peliculas de antes de que todo se fura a la mierda. Habia oido hablar a algunos de los veteranos de guerra... pero esto ya era demasiado. Mi cordura se habia tambaleado pero habia sobrevivido y por eso pude ver como mi primera rafaga abatia a varios de esos cabrones "comecerebros".

Galan, ¿Donde estas maldito? Empieza a hacer algo o esos cabrones van a lanzarse sobre nosotros. - Cogi mi arma y apuntando de nuevo a mis enemigos no dude en repartir un poco del amor del Emperador-Dios, mientras una breve letania propia de Selica salida de mis labios, aumentando de volumen con cada estrofa mientras no dejaba de disparar. Este era mi mundo, ellos lo habian reducido a cenizas pero lo recuperariamos, nuestra fe y nuestro sacrificio era lo unico que pedia el Emperador... aunque a veces parecia incluso demasiado con la lista de bajas que teniamos cada maldita semana.

Aunque pareciera mentira, aquellas cosas podían caer. Aquí y allá se iban abriendo huecos donde las apelotonadas multitudes de cadáveres semidescompuestos caían, destrozadas por disparos y explosivos. No todo estaba perdido, y los ánimos aumentaban algo conforme se incrementaban las muertes de enemigos. Por supuesto, no se iban sin cobrarse ningún coste en vidas en muchas ocasiones, y el fuego amigo, esta vez involuntario, también se cobró algunas vidas imperiales. El incidente más grave en ese sentido tuvo que ver con la profusión de disparos láser por parte de los krieg en la zona central de las líneas imperiales, que le costó al "¡Arde, zorra, arde!" recibir un duro castigo en su retaguardia, empezando a soltar humo. Algunos se temieron lo peor, pero a juzgar por como la tripulación siguió disparando, no parecía que fuera a estallar en breve... O eso, o sus tripulantes estaban totalmente desquiciados, cosa que no sería extraña con tal nombre. 

¡¡¡Gaaallaaaaannnn!!! - M igrito debio oirse a un centenar de metros sino fuera por todo lo que ocurria en ese momento. La batalla se estaba yendo por donde no debia y el fuego amigo empezo a asomar por todos lados. Maldita sea es que no sabian quien era amigo y quien enemigo... gruñi por lo bajo mientras mi mirada seguia fija en los enemigos de siempre. - Mueve tu maldito culo y vamos a seguir dandoles a esos hijoputas. Nadie tomara este planeta en nombre de ningun malnacido Dios. Aqui solo esta Él.

Mierda y mas mierda. Cogi mi arma y apunte de nuevo. Mas le valia a ese apestoso de Galan ponerse las pilas, porque yo no pensaba dejar que esos podridos cabrones llegasen hasta mi.

El combate se sucede, con las fuerzas imperiales imponiéndose de manera cada vez más clara, pues toda la retaguardia inmediata había quedado limpia, así como buena parte del frente más inmediato. En determinado momento se pudo escuchar como tres voces coreaban a voz en grito, a través de los emisores vox del Hellhound, un:

-¡¡ARDE, ZORRA, ARDE!!-seguido de un auténtico imaremagnum de llamas expulsado por el cañón Inferno, con tanta furia como se adivinaba en las voces de la tripulación. Sin embargo, el verdadero "grito" fue el del Demolisher al "hablar" de nuevo. Cientos de cuerpos putrefactos así como tierra, agua y restos de trincheras y vehículos volaron por los aires al recibir el impacto del proyectil, cuya onda expansiva pudo notarse incluso a la altura de los zapadores y el enviudador. En cierto modo, levantaba a uno el ánimo ver al enemigo despedazado cayendo por centenares de ese modo.