-Y después de esto, ¿qué?-preguntó Castus, mientras iba ayudando con aquellas primeras labores-algo deberemos hacer, ¿no? Podemos esperar y guardar la posición, o cargar gloriosamente por el resto de trincheras para que vean lo que valemos, o enviar un mensajero, o... No sé. Pero algo deberemos hacer...
Adelante.
Vuelvo tras hacer una pasada por el cercano campo de batalla, ensangrentando la punta de mi lanza en los cuerpos de varios siervos del Archienemigo.
Al regresar escucho a Castus y respondo.
- "Diría que nuestras órdenes no han cambiado: debemos mantener esta posición y evitar a cualquier coste que el Enemigo la rebase." -
A falta de enemigos ahora llegaban los problemas logísticos, repartir curas y alivios finales por todos lados, recoger armas y alimentar monturas, volver a levantar parapetos......un infierno para un oficial que no teníamos. Pero lo peor de todo eran las interminables preguntas.
- Bueno Bocazas te tocó, busca a un enlace y que se comunique con el mando. Me encojo de hombros. - Sobre lo que tiene que decir; Hemos rechazado el ataque y se solicita el envío de refuerzos y material, por lo que parece no tenemos ningún oficial así que agradeceríamos que nos enviaran alguno. Como dice Schroeberg por ahora tenemos nuestras ordenes previas.
Doblo mi dolorido espinazo para recoger la lanza de uno de mis compañeros caídos y cargarla en el ave de presa, nuestros caídos tenían que ser recogidos de una manera mas ceremoniosa que llevarlos sin ton ni son sobre nuestras monturas como simples fardos.
- Y llamad a los auxiliares, hay que retirar los cadáveres de nuestros compañeros.
Supongo que siendo "caballeros" tendremos auxiliares/pajes aunque no luchen ni nada.
Al final, le tocaba pringar. Probablemente por bocazas, pero era parte de su naturaleza.
-¡Eh, tú!-dijo, señalando a otro de los soldados, de aquellos que no se encontraban heridos-monta y corre a informar al mando de todo esto, y solicita instrucciones.
El soldado asintió levemente, montando rápidamente para alejarse al galope por las trincheras y cumplir su labor de mensajero con la mayor rapidez posible.
Adelante.
Tras terminar de rematar a los heridos enemigos, llevo a mi Ave de monta a los corrales, donde procuro que los cuidadores atiendan sus heridas. Blanca se ha portado bien y debe ser recompensada, por lo que le traigo un poco de pienso del que le gusta, aunque las provisiones existentes han menguado mucho en los últimos tiempos.
Le digo a Bujold que se encargue de nuestro equipo y de que esté en perfecto estado para la siguiente batalla. Yo procuro que su montura, Rojita, esté también bien atendida.
Las cosas se iban haciendo, por ahora no podíamos pedir más. Con los mandos muertos o desaparecidos era lo que tenía pensado, cuando la comandancia nos enviaran a otros...sería problema suyo. Recorro con un vistazo el campo de batalla, cuerpos por doquier y un cráter aun humeante, bonita estampa sino fuera por los que habíamos perdido para ganarla.
Tirando ligeramente de los arreos de mi ave me voy internando en nuestras lineas, los trabajos en la trinchera tendrían que empezar una vez terminásemos de recoger a nuestros caídos, quizás pudiésemos solicitar unos de esos tractores que habían traído de fuera del planeta para ayudarnos. Mas dolores de cabeza asegurados. Sonrío y saludo a los soldados que voy encontrando en mi camino.
- Buen trabajo (a unos) , brillante carga (a otros), no dejéis de visitar la enfermería aunque sea un arañazo (a los heridos).
Una vez entro en los corrales Caiden ya se está haciendo cargo de su ave, era parte de nuestro trabajo como caballería cuidar de nuestros animales.
- Esa artillería nos dió duro. Espero que el mando tenga alguna idea de como paliar eso.
- "Sí, la pobre Blanca recibió cortes y heridas de la metralla del tanque cuando caso me estalló en las narices. Yo he tenido más suerte y mis heridas son leves. Supongo que esto es lo que nos convierte en veteranos." - Sonrío levemente.
- "Vamos a tener que reorganizarnos y defender la trinchera. Esta vez hemos salido a la carga, pero creo que eso será justamente lo que el Enemigo espere de nosotros en su próxima oleada, por lo que tal vez fuera mejor que la siguiente vez luchemos en la trinchera." -
Pasa bastante tiempo, que es aprovechado en terminar de rematar a los caídos y empezar a acomodar a los heridos y rescatar a los muertos del regimiento, cuando vuelve cabalgando el correo que se envió.
-Se nos ordena mantener la posición hasta recibir un relevo. Parece ser que la milicia ha necesitado el apoyo de un "blindado" de esos para acabar con el enemigo-informó, con evidente desprecio al referirse a los tanques aliados.
Retorno a mi tramo de trinchera asignado y me ocupo de limpiar mi lanza y mi equipo de restos de sangre. Ante todo un Lancero Noble Selicano debe de estar siempre presentable, ya sea en un baile o en el campo de batalla.
Caiden había dado su opinión sobre lo que deberíamos hacer la próxima vez que el enemigo sacara sus feas caras al campo de batalla, esperar en vez de cargar...para mi era un anatema pero quizás tuviese razón. Nunca se lo esperarían.
Cuando llegan las ordenes, bueno se sabía que no podíamos movernos pero podían haber mandado un mando para que coordinase nuestro tramo de trinchera. Mando a los pajes a que repartan la comida por la trinchera, que nos tocara estar metidos en el barro no significaba que no pudiésemos alimentarnos como se merecía.
- Nos ha tocado la china, aguantaremos hasta que nos releven.
Los lanceros seguían cumpliendo con su deber, vigilando un campo de batalla que ya estaba en su mayoría en silencio. Solo las posiciones ocupadas por esa escoria penal parecían seguir en combate, aunque ya no parecían tener tampoco demasiados enemigos. Probablemente todo aquel asalto terminaría pronto, y llegarían nuevas órdenes.
- "Los penales siguen luchando... O son muy torpes, o se han enfrentado a una amenaza mayor que nosotros." -
Observo en la distancia, viendo que todavía hay signos de combate en esa dirección.
En toda la línea de ataque los combates habían terminado, exceptuando a la parte protegida por el regimiento penal. Aunque Caiden les daba algo de crédito, yo tenía mi propia opinión al respecto.
- No podíamos esperar nada bueno por esa parte, la escoria solo ha demostrado ser buena para llenar zanjas....ya sea con sus cuerpos o con los de nuestros enemigos. Escupo a un lado de la zanja. - Sino estuviésemos tan apurados, recomendaría una ejecución sumaria.
Los lanceros charlaban entre ellos mientras seguían guardando la trinchera, lo cierto es que muchos compartían la opinión de Mallear sobre el asunto de los penales, y algunos de ellos probablemente lo harían extensivo a todas las fuerzas extraplanetarias en un mal día. Sin embargo, se supone que debían colaborar, ya que habían venido a ayudarles... Pero la guerra iba perfectamente, así que muchos no entendían por qué era necesaria esa ayuda.
Tras asegurarme de que las Aves Selicanas están bien atendidas, ocupo mi lugar y me ocupo de limpiar mi equipo y en especial la gran lanza, embadurnada de sangre por la batalla, mientras monto guardia en la trinchera.
- "Tal vez deberíamos de informar al Alto Mando del fallecimiento de nuestro Sargento y solicitar órdenes. ¿Tenemos una radio en algún lugar de esta trinchera?" - Pregunto a mis compañeros.
Mientras el resto de la linea de batalla terminaba de repeler el ataque, me puse a ayudar a los trabajos de reforzar las trincheras. No estaba para nada en mi nivel pero aun así nos faltaban demasiadas manos como para no ayudar en ello. Ante la pregunta de Caiden doy el mismo mensaje que nos pasaron la última vez.
- Ya mandamos un enlace con esas noticias, que aguantásemos. Con suerte nos mandaran un sargento, refuerzos y comida....sin suerte, un comisario. Me encojo de hombros. - Puedes intentar mandar otro, pero no se el resultado que dará.
Siento el retraso en postear.
El tiempo pasó sin mayores novedades, más que la llegada de refuerzos y un correo tras un rato de espera. Parecía que aquel primer ataque había acabado, y que las órdenes no incluían una persecución, si no valorar los daños y rearmarse. Aquel día se había saldado con muchas bajas, pero también con lo que parecía una victoria. O, al menos, lo más similar que podía obtenerse en aquel agujero cenagoso.
Cierre de escena, reparto de px a lo largo de la semana.