Partida Rol por web

Ayla observa por última vez la ciudad de los Elfos antes de su ruina, tratando de atrapar la grandeza de la caída Ost-in-Edhil. Se adentra en la casa de Celebrimbor, observando todos los detalles del hogar, el lugar que espera la última batalla que se librará en esta ciudad.

Una lágrima se desliza lentamente sobre la mejilla de Ayla...

La visión desvanece. Ayla abre los ojos. Es de noche. Ella está tumbada en el suelo, agotada. Se encuentra de vuelta en el camino hacia Eregion, cerca del poste que marca el linde del territorio, rodeada de ruinas y de espectros de lo que una vez fue pero no volverá nunca. La gloria y el pecado de los noldor.

Aún mareada por la experiencia, prefiere no intentar levantarse de momento. Busca con la mirada a Ringlin, pero no lo encuentra. Tiene la extraña certeza de que no lo volverá a ver, de momento. El místico noldo ya ha cumplido su tarea. Ya le ha indicado el camino y el punto donde se decidirá todo. El camino a Eregion. El camino para completar la profecía. El camino a la redención de Hilde Sikelion.

Una lágrima baña la mejilla de Ayla, resplandeciente y brillante en la penumbra. Entonces, de forma inesperada, desde la profundidad y la tristeza de su mente confusa y agotada, le llegan recuerdos de Sil Auressë. De alguna forma, la fuerza de lo que se ha estado construyendo allí, le alcanza en Eregion. Cierra los ojos, y puede oler la carne de ninfiara asada, oír la música del laúd del bardo Arkryn en la fiesta de la Academia, sentir de nuevo la ilusión en los rostros de los jóvenes alumnos, y la emoción de los maestros Ionell, Cerveth, Edrec y Adhellin. Una bonita fiesta, que culminó en un improvisado concurso de poesía. Estos recuerdos, lejos de desviar su atención de la tarea que está a punto a emprender en Eregion, le infunden fuerza y valor. Le dan vida y esperanza. Y Luz.

Ayla se levanta del suelo lentamente, mira al horizonte donde debe encontrarse Sil Aüresse.

- No fracasaré, no os dejaré a merced de la oscuridad jamás. La luz nunca se apartará de nuestro camino. No me habéis dejado sola y ahora juntos vamos a enfrentarnos al mal.

Ayla recoge sus pertenencias del suelo, avanza lentamente y se dispone a dar caza al Cazador Oscuro...

Los pensamientos de Ayla le llevan brevemente de regreso a Sil Auressë. Unos bellos recuerdos que le dan fuerza ahora para afrontar su destino.