Partida Rol por web

-Señor Khôradur, intervino el Jefe de Guardia Walec quien había estado en un segundo plano, observando en silencio. -Creo que podré ayudar con las defensas de la aldea, por ejemplo para preparar un plan de evacuación o acción en caso de ataque. Pero tengo una duda. ¿Vamos a seguir con las caravanas semanales a Metraith? Junto a esas caravanas, acuden muchas personas al mercado. Es difícil controlar a todos. Por otro lado, entiendo que para las arcas de Sil Auressë, el comercio es fundamental.

Miró de reojo a Curudae. Se conocían de los tiempos de Tharbad, cuando Walec era un joven guardia de la ciudad. Entonces lo había contratado como su guardia personal, y Walec había aprendido el difícil oficio de proteger a un Maestro de Gremios en la ciudad conocida por sus intrigas y traiciones. Al escuchar la posibilidad de no seguir enviando caravanas, el Senescal se había quedado pálido, agotado y hundido en la silla, con la mirada algo perdida.

En cuanto el Lugarteniente levantó la sesión, Denelloth se precipitó hacia el pasillo y se apresuró a seguir a Leaniach a paso rápido con una palmada amistosa en el hombro. Le caía bien el robusto sargento, uno de esos hombres con las ideas claras y que no se andaba con florituras.

-Te agradezco la ayuda, Leaniach. Querría salir de inmediato, si es posible; el tiempo justo para recoger unas cuantas cosas.

El Senescal se incorporó en su silla. -Debemos mantener la ruta de la caravana a Metraith abierta. Además, se esperan grupos numerosos que acudirán por la Convocatoria. Walec, tendrás que estar pendiente de los que entran. Khôradur, estoy de acuerdo con lo que dices sobre Aelloth. Te propongo que Walec le dé la ropa limpia y otra cama, y mañana cuando se despierte hablas con Aelloth primero, y después nos reunimos Aelloth, Arkyn, Agnor, tú y yo para definir esa misión.

-Suerte con tu misión Denelloth, que los Valar guíen tus pasos y los de los hombres a tu cargo. Regresar todos sanos y salvos e informarnos cuanto antes.

Las palabras de Khôradur mostraban cierta preocupación y a la vez esperanza, esperanza de que todo saliese bien y de que Denelloth fuese portador de buenas noticias.

Escuchó atentamente las palabras de Walec y Curudae

-Estoy con Curudae, las caravanas son necesarias para Sil Auressë y de momento no hay motivos para que se suspendan. Reforzaremos su vigilancia con algunos reclutas. Y será necesario que los guardianes de las puertas controlen quien entra o sale, o al menos esté pendiente de si hay gente sospechosa...o no...-se queda pensativo- un espía intentará llamar poco la atención. Necesitaremos mil ojos y oídos y seguro que aún serán pocos. Por lo demás, me parecen estupendas tus ideas, necesitaremos planes de evacuación, acción. Necesitamos almacenar víveres y agua suficiente por si sufrimos asedio.

-Bien amigos, por hoy se levanta la sesión. Mañana nos volveremos a reunir para ultimar los puntos que quedan pendientes. Sabéis a que nos enfrentamos y creo que hemos sentado las bases de una defensa ante el peligro que se nos cierne. Si las negociaciones con Erchorion prosperan, dispondremos de un aliado con cierta capacidad militar, pero espero que sea la primera de muchas alianzas. Mañana hablaremos si fuese necesario o quedase algún asunto general pendiente, si no fuese así, Pinto y Walec reuniros mañana para coordinaros en la defensa de la aldea, sus alrededores y las caravanas. Gaerel, Parthil, como nos ocuparemos de las defensas del castillo y del ejército, mañana nos reuniremos tras la reunión que tendré con Curudae, Arkyn, Agnor y Aelloth. Curudae, aunque tocaremos aspectos militares, si quieres estar presente no habrá problema tu consejo puede ser propicio, así como tu aportación en la cuestión económica del ejército.

-Señores....que los Valar nos protejan y guíen nuestros pasos, y que si alguna oscuridad tiene que cernirse sobre alguien, que sea sobre nuestros enemigos. Partid y descansar.