-Veré que puedo hacer Curudae para obtener oro, me gustaría ver a Kuball de Metraith o por lo menos que alguien de confianza fuera a hablar con él. Puedo tener algunos objetos que pueda interesarle. Por otro lado, creo que ha llegado el momento de determinar cuanto cuesta el hacer un libro, el libro que te comenté de demonología, para ello los maestros de la academia podrían ayudar y así ahorraríamos en costes y luego pordríamos sacar algo con su venta. En cuanto a la fiesta, dime cuanto oro necesitamos y lo obtendré.
-Khoradur, el que Sil Auresse tenga un ejército para defenderse y dar seguridad a sus habitantes es una máxima prioridad, pero tenemos un presupuesto limitado, muy limitado. Por otro lado en unos meses enviaré unos mensajes a dos amigos que podrían ayudarnos de forma considerable, la cuestión es que uno de ellos es un poco peculiar. No encaja del todo con los valores de Sil Auresse, pero no está cerrado a nada y los podría llegar a asimilar... Además tú lo conoces, ¿te acuerdas de Alam? He pensado en una unidad de élite capitaneada por él, el problema es que es muy bueno con las armas, ha dedicado su vida a entrenarse en la batalla, pero ha descuidado la mente y ahí podemos tener un problema, pero si logramos inculcarle los valores de Sil Auresse podría sernos de muy gran ayuda... En cuanto a la necesidad de personas que adiestren a la milicia, Khoradur sabes que mi punto fuerte son las artes arcanas, pero cuando era joven las armas no se me dieron nada mal. Se manejar la espada con cierta habilidad y el arco largo, aunque éste con menos soltura. Digamos que soy una maga un poco... "atípica". Si te sirvo de ayuda muy gustosa colaboraría en el adiestramiento de la milicia. Tengo la sensación de ver como Sil Auresse está naciendo, y lo que quiero es participar en ese nacimiento. No se nada de construcción, y hasta ahora mis aportaciones se han limitado a leer los muy buenos informes que el Senescal me redacta y a tomar decisiones. Si me consideras suficiente apta en las armas como para instruir podría ayudar, salvo que consideréis que puedo ser más útil en otra cosa. Pienso que sería interesante porque los lugareños nos verían como más cercanos, aumentaría su visión positiva de Sil Auresse y sus dirigentes y así tendríamos información de primera mano de como se sienten qué es lo que quieren y cuales son las necesidades, puntos fuertes y carencias de la gente de Sil Auresse. En la academia no me necesitarán de momento salvo supervisiones e informes que hagan y alguna visita cada dos o tres días porque los maestros ya traen sus alumnos antiguos y su formación se irá completando con la de los otros maestros, mi intervención completa considero que no se debe realizar hasta más adelante... ¿que pensais?
Me sigues sorprendiendo con lo de los batanes, jejeje. Mola mucho la imagen. Un abrazo
Ayla le comentó a Curudae la idea de contactar con Kuball en Metraith. -Propongo que le prepares una carta sencilla, y también otra para Danroth en Tharbad. Enviamos al embajador/mensajero de confianza, y que hable con los dos.
-En cuanto a la fiesta, si me reservas tres oros para la comida y dos para la bebida, y cinco oros opcionales para premios y algo de decoración, creo que sería suficiente. No va a ser una fiesta grandiosa, pero levantará los ánimos.
-Alam… Le recuerdo. Tenía una destreza fuera de lo común con las armas, así como un estilo de lucha poco ortodoxo. He conocido a algunos con la misma mirada, he visto esa misma mirada en otros ojos…, Khôradur se quedó pensativo, mirando el horizonte. Curudae se ausentó para hablar con el chambelán, y Ayla y Khôradur estaban solos los dos en las afueras del mercado, mirando como se levantan las vallas y paseando lentamente. -Personas como él valoran el libre albedrío por encima de todo, incluso de su propia vida, y eso les hace fuertes de moral y temibles enemigos en combate. Un gran guerrero, que vive por y para la guerra. No obstante el ejército de Sil Auresse se concibe para la paz. Una unidad liderada por alguien como él nos sería útil en tiempos de guerra de conquista hacia otro principado, o quizá para alguna incursión o misión arriesgada. En caso de guerra de conquista, me lo pensaría dos veces antes de soltarles contra una región vecina. Porque después de la guerra viene la paz, y seremos juzgados por cómo tratamos a los que vencimos. Además, entiendo que Sil Auresse no tiene intención de conquistar por la fuerza más territorios. En cualquier caso, una vez terminada la guerra, su corazón le llamaría salir de nuevo hacia otro lugar, hacia otros desafíos. Contra los orcos y otras criaturas oscuras, no dudaría en enviarle, y que los dioses oscuros se apiaden de ellos. Le vi sujetando su hacha en Metraith, herido pero con un ansia casi incontrolable por participar, por luchar. Nació para ser el feroz guerrero, aunque todavía le quedaba un largo camino para alcanzar su plenitud en su campo. Y aún así era de los mejores que había visto. Tú le conoces mejor que nadie, Ayla. En tu interior sabes que su corazón anhela el desafío de enfrentarse a la muerte cada día. Lo que para nosotros es un sueño por el que luchar, para él se convertiría en una cárcel. Su espíritu indomable no estará en paz aquí, me temo. Y al mismo tiempo nunca será representativo de los valores que queremos inculcar. La piedad, la compasión, la diplomacia… Tampoco quiere cultivar su mente. Su obsesión, su esencia, es la de convertirse en el mejor guerrero, el mejor luchador. Esa obsesión no le dará un respiro, no le soltará jamás. Su alma ansia saborear la victoria, los premios de la justa conquista, los vítores… Pero nunca será suficiente. Siempre habrá un nuevo desafío, un nuevo enemigo.
Había una profunda convicción en la voz de Khôradur. Un hombre adiestrado y acostumbrado a valorar a los soldados y guerreros, su actitud, sus gestos, su forma de comportarse ante el peligro. Su valor como general siempre había dependido de ello.
-Ayla, sé que os une una amistad. Y puede que llegue el momento que tengas que contar con alguien como él, y es bueno que le guardes en tu corazón, y tengamos esa opción abierta.
-Del segundo amigo al que enviarás un mensaje no puedo opinar de momento, salvo felicitarte por contar con tantos amigos de tan alta estima. A lo largo de tus años has cultivado esas amistades, que ahora te van a dar sus frutos o te pueden ayudar en momentos de apuro. Nosotros nos conocimos muy brevemente en Metraith, y sin embargo gracias a ese encuentro nuestros caminos volvieron a encontrarse y nos han traído hasta este punto. Dudo que hubiera aceptado esta propuesta de parte de ninguna otra persona. Debes conservar ese algo especial que tienes, Ayla.
-Me comentas que quieres instruir a los milicianos en el uso de la espada ancha. Me parece perfecto. Durante tres horas cada tarde adiestro a los soldados que luego serán los instructores. Te espero mañana por la tarde, lleva ropa cómoda, pero no hace falta que te traigas tu espada.
Volvió Curudae, y charlaron un rato los tres. A Curudae le hacía ilusión que Ayla enseñara a los milicianos. -Posiblemente vosotros dos seáis los máximos representantes de la filosofía de Sil Auresse, comentó, -Khôradur un hombre de armas, pero culto e inteligente. Y Ayla enseñando a los milicianos el uso de las armas. Para completar esta iniciativa, propongo que Khôradur imparta alguna clase o charla en la Academia. Además de lo obvio, como táctica u organización militar, creo que podrías enseñar cosas de física o mecánica aplicada a lo militar y naval. Enseñar con el ejemplo. ¿Qué opináis? La academia puede que te lleve más tiempo de lo que te imaginas, Ayla. Cuando tengas un momento, deberías reunirte con los educadores y establecer las bases. También hay que ver cómo atraer más alumnos y benefactores.
-Me encantaría que Khoradur diera alguna clase en la Academia, aportaría una sabiduria inestimable a los alumnos. Tienes razón Curudae con lo que dices, ¿a tí que te parece Khoradur? ¿Impartirías alguna clase en la Academia llegado el momento?
-Veo que conoces a Alam bastante bien, le dijo a Khôradur en privado, -pero pensé que su ambición por liderar hombres y tener tropas, ser vitoreado por las masas... Eso es lo que busca Alam, pero por otro lado está su naturaleza guerrera, y ahí es donde tienes toda la razón... No se puede para el curso de un río, se puede interrumpir momentáneamente pero pronto buscará por donde volver a fluir rompiendo toda barrera... Pero como dices, lo guardaré en mi corazón. Además, muchas gracias por aceptarme para colaborar en el adiestramiento de la población. Mañana estaré preparada.
-En cuanto a las cartas que he de preparar las haré esta noche y se las daremos al mensajero junto con otras cosas para ellos. Además mañana te daré las 10 monedas de oro para la fiesta si necesitas algo más Curudae dimelo.