Se despidieron de los arquitectos en la obra del castillo y volvieron hacia la aldea, pero ligeramente hacia la derecha para acercarse un poco más al río, hacia la forja de los enanos.
-También tengo ganas de hablar de nuevo con nuestros amigos enanos, contestó Curudae. -Te acompañaré. De momento parecen contentos con poner en marcha su forja y que se les deje trabajar sin molestarles, pero son sin duda una de las bazas que tiene Sil Auressë. ¡Unos armeros enanos!
Dirigieron sus caballos hacia la forja y al llegar, les esperaba el enano que decía llamarse Kranz. Esperaba pacientemente hasta que los dos habían bajado del caballo. Tenía la cara negra de carbón, y la ropa también manchada de largas jornadas de trabajo. -Saludos Senescal Kurruthage, dijo Kranz y a continuación le saludó a Ayla. -¿Nos traéis alguna noticia de nuestra forja?
-Señores enanos, si bien la forja está de camino, y viene escoltada por dos grandes guerreros, no es ese el asunto que me ha traído aquí. Mi visita se debe a mi deseo de saber que vuestra llegada no ha sufrido ningún incidente, que en las posadas hay cerveza suficiente, y que os habeís instalado lo mejor posible. Mi Senescal Curudae, recibió mi carta y ha llevado diligentemente cada asunto especificado. Como habéis visto, este es un lugar lleno de vida y vuestra llegada ha tenido mayor repercusión de la que podeis imaginar. Aquí se intentará que vuestra exquisita arte, pueda ser desarrollada sin sobresalto y hasta los límites que vosotros mismos querais poner. Yo misma puede que solicite vuestros servicios dentro de un tiempo.
-Como veis además esta tierra ofrece grandes posibilidades de negocio, y además se están diseñando nuevas rutas que en un tiempo podrán ser utilizadas. En Sil Auressë, seréis un miembro más como cualquier otro. Si bien aquí soy la Dama Aylarien, me gusta la cercanía entre todos los habitantes por eso será frecuente el verme a mí o al Senescal o a mi Lugarteniente. Por ello, si en alguna ocasión tuvierais alguna inquietud, u os faltara algo, como amiga de los enanos que soy no dudeis en comunicárnoslo y haremos lo que sea posible para ayudaros. Esa es la razón de Sil Auressë, es el bastón en el que cada uno nos apoyamos y cada ser vivo que habita aquí es la empuñadura del mismo.
-Me alegro mucho de que estéis aquí. Si algún día tenéis tiempo, podré contaros historias de hermanos y primos vuestros que fueron amigos míos. De hecho, si poneis oido aún se oirán historias de un gran enano y amigo que anduvo por estas tierras, y que luchó con fiereza y honor...
-Está casi todo listo para ponernos a fabricar herramientas y armas en cuanto llegue la forja, comentó Kranz. -Agradecemos el recibimiento y la invitación a visitar las tabernas. Hablaré con ellos para encargar algunas cosas. Mis compañeros no son los más hospitalarios, porque están inmersos en los preparativos del taller. Pero en cuanto esté todo listo, o incluso antes, debemos tratar temas de negocios.
-No hemos tenido ocasión de oír las historias de por aquí, contestó cuando Ayla comentó algo de un enano de leyenda.
-También hay un asunto más … delicado con el que quizá nos podrías ayudar. Tengo pendiente hacer llegar dos cartas. Una sería a nuestro hogar en Azan, en Rhovanion. Entendemos que es un camino muy largo, pero si conocéis alguna ruta de caravana que pueda llegar hasta esas tierras, decírnoslo. La otra carta es para entregarla para una familia de Hombres Altos, cuyo nombre es Enach. Por si te podéis ayudarme a encontrarlos.
-En cuanto a la familia Enach de los dúnedain, si bien no los conozco personalmente tal vez tengamos suerte con nuestro amigo Palomire cuando venga a visitarnos. Lo tendremos presente y si los localizamos os lo haremos saber. En cuanto a la segunda de las cuestiones, si mi Senescal me corrige si me equivoco, pero hasta Rovanhion, la carta puede ser complicado enviarlo en una caravana. Desde este lugar podría haber tres rutas, la primera pasaría por Tharbad, lo que no deseamos dado que ya conocéis la ambición de los gremios y pueden ocasionarnos problemas, es mejor no llamar su atención de momento. La segunda posible ruta, comenzaría similar, pero en vez ir hacia Tharbad, habría que ir hacia el Norte, hacia Bree y a partir de ahí avanzar por el camino que va al Este, el problema es el paso de las montañas. Cerca está la Puerta de los Trasgos como sabréis y puede haber problemas. La tercera vía, podría ser via Suduri, es una ruta interesante, pero el camino desde aquí hasta Suduri pasa por las antiguas tierras del Señor de la Guerra y aún tenemos algún que otro problema con los restos de su ejército. Claro que siempre está la posibilidad de enviar a alguien expresamente a vuestra casa de Azan...
-Esperaremos a tu amigo Palomirë para averiguar más sobre los Enach, dijo Kranz.
Curudae confirmó que para llegar hasta Rhovanion, si se descartaTharbad, la mejor opción era llevar la carta hasta Bree y entregarla a alguna de las caravanas que en ocasiones partían hacia el este, sobre todo en esta época que el Paso Alto estaba transitable. A través de Sudúri se podía llegar hasta el Paso de Calenardhon, y de allí hasta el Anduin y subir hacia el norte. Pero era una ruta mucho más larga para llegar al norte de Rhovanion.
-No nos urge demasiado la carta a Azan, de hecho es posible que yo mismo regrese tras unos meses aquí y la podré llevar en persona.
-La semana que viene cuando esté la forja la celebraremos, y claro estáis bienvenidos Aylarien y Kurruthage ambos, y también Korrazur. Si acudís temprano podremos decidir los detalles del primer pedido y las formas de pago, para estrenar la forja cuanto antes. Hemos estado haciendo pruebas de distintas armas y opciones, para poder ver de primera mano lo que podemos fabricar.
Se despidieron de los enanos hasta su próximo encuentro, y regresaron hasta la aldea. -Tengo que comenzar los preparativos para la fiesta de inauguración de la Academia en tres semanas, dijo Curudae. -Sería el día 19 de Lothron.