Partida Rol por web

Ayla llegó a la tienda, y encontró a Danroth ocupado hablando con un enano acerca del precio de algunos metales preciosos. Estaban casi terminando, y parecía que no había habido entendimiento.

Cuando el enano se había ido refunfuñando, Danroth se le quedó mirando a ella, sonriente. -Saludos, Ayla. ¿En qué puedo ayudarte?

-Hola Danroth. Cuando llegué me invitaste a desayunar en un lugar "tranquilo", déjame que te invite ahora a ti...

Cuando llegaron a la posada de Tagli, ella pidió un lugar en el que se podía conversar, vino y algo de comer.

-Danroth, me voy de Tharbad, ya he terminado aquí lo que venía  a hacer, ahora he de estar en otro lugar, pero volveré en unos días. Entre Curude y yo hemos arreglado parte de la defensa de El Ángulo, pero no avisaré de todo al Consejo de allí. Como bien sabes tienen un espia en el Consejo y no sería conveniente que supieran toda la información, ya que podría haber "filtraciones indeseables", por ello te voy a hacer entrega de los documentos de pago de los nobles hombres que han decidido jugarse la vida en la defensa de El Ángulo. Deberás hacer que lleguen allí una vez terminada la guerra. Constan todas las firmas necesarias y está todo bien convenido. Espero que entiendas por qué hay cosas que es mejor no informar al Consejo de El Ángulo. Cuídate Lord Damroth, y espero verte cuando vuelva.

-Vale, te acompaño. De todos modos es casi hora de cerrar la tienda, le dijo. La verdad la tarde estaba ya avanzada, y se dirigieron a la taberna.

Ayla le contó por encima lo sucedido, y Danroth le confesoó que no estaba al tanto de la presencia de un espía en Fennas Drúnin, pero que era algo que sucede con demasiada frecuencia. Decidió enviar un mensaje en clave y seguro hasta Andalyn para que se pusiera en contacto con Aldurin sobre Daeros, ya que era Aldurin el que debía decidir cómo usar a los Jinetes de Acero.

En cuanto a lo que podía conseguir Curudae en cuanto a mercenarios, iban a partir directamente a Fennas Drúnin.

Ayla volvió a la casa de Curudae, pero antes de coger el caballo, se acercó a la casa para despedirse de él y darle sus bendiciones y depués se iba a Amond Lind.

Siguieron hablando un rato, y terminaron de comer la cena temprana. Ella volvió a la casa de Curudae, donde le informaronde que él aún no había vuelto de su reunión.

A Ayla le decepcionó un poco no ver a su amigo antes de partir, pero prefirió no esperar más, así que subió a su cuarto a recoger las cosas para salir antes de que cerrasen las puertas a medianoche. Encima del escritorio de su cuarto había una carta sellada y una nota. En la nota ponía:

Día 29 de Hithui de 1643 t.a.

Dama Ayla,

Quiero desearte una vez más un buen viaje. Toma esta escarapela dorada del Gremio de los Comerciantes, Posiblemente me haya excedido con lo siguiente, pero debo proteger mis inversiones. En el patio te esperan cuatro de mis guardias de más confianza. Te acompañarán hasta los establos para que cojas prestado el caballo para el viaje. En las alforjas hay comida para varias semanas. Los guardias también te seguirán hasta dónde tú consideres oportuno, y te esperarán el tiempo que haga falta. Son de confianza, y quiero asegurarme de que tengas un viaje sin sobresaltos.

La carta que hay adjunta quiero que la abras una vez de camino, mañana por la tarde.

Siempre a tu servicio,

C

Ella le escribió.

-Jamás podré agradecerte todo lo que has hecho por mi Curudae. Mis pensamientos estarán contigo estos días. Cuídate y que los Valar te den la fuerza que necesites. Nos veremos pronto...

Con las mismas se fue con los guardias. Le acompañaron hasta el pueblo en el que encontró a Struntor y de ahí iba a ir sola a Amond Lind.