Partida Rol por web

Antes de que baje la euforia de la gente, Curudae dijo de subir por Rath Arnor. Con la multitud detrás, subieron por la gran avenida, Khôradur portando el estandarte. -Me han informado que Echorion no se encuentra en Metraith en este día, comentó Curudae.

-Mejor así, sentenció Khôradur, -tiempo habrá de hablar con él.

La Plaza del Pueblo (8) era una plaza circular más grande que la del Comercio, y en medio tenía un antiguo estanque sagrado. Aquí se celebraban los festivales y era el centro del comercio local. Había visto mejores días, pero todavía era la más animada de las plazas de Metraith y aquí estaban la mayoría de las tiendas. Se colocaron junto al estanque, y Curudae atiende a diversos comerciantes que querían saber más sobre los proyectos. También los arquitectos que les habían seguido encontraban mucha gente con conocimientos o interés de trabajar en la construcción.

Un capitán de los mercenarios local, visiblemente borracho tras varios días de fiesta, quiso hablar con Khôradur, pero era rechazado de forma rotunda. Enfadado, dijo ser representante de Echorion y conocer a Khôradur. La multitud le silenció.

Entre los que se les acercaban estaba Belegund el Gris, también mercenario pero de otra casta. Había luchado con valor junto a ella en la defensa de Metraith, y había mostrado su valía. También estuvo presente en el Consejo posterior. -Saludos, señores de Sil Auresse, dijo. -Quizá os haga una visita algún día,  añadió mientras les dio la mano a todos.

En general, todo indicaba que Metraith había sido un éxito. No había muchos dispuestos a irse sin más a la aventura y a conquistar tierras, pero la semilla de la curiosidad estaba plantada [20]. Eso sí, gente interesada en trabajar en la construcción había más de sesenta personas y sus familias, y otros sesenta quisieron trabajar en los molinos o en la guardia o de lo que sea. Curudae confirmó algunos artesanos que iban a trabajar con ellos, y otros que querían empezar por su cuenta porque las últimas guerras les habían dejado sin negocio. Dos taberneros también, ambos camareros en las tabernas locales. A uno de ellos le recordaba de la Oveja Cebada, y sabía destilar el usquebaigh, la bebida fuerte de Saralainn.

Cuando tuvo la oportunidad, Ayla le comentó a Curudae y a Khoradur que parecía que no había ido mal, aunque ahora era decisión de esta gente venir a Sil Auresse. -Espero que con las próximas caravanas venga más gente.

Como no iban a continuar inmediatamente hasta Sil Auresse, Ayla quiso ir a la tienda que vendía artículos mágicos que tenía la alfombra que era inteligente y en la que había visto el símbolo de la logia de Damroth y que entonces no pudo identificar...

-Ha ido bastante bien, estoy de acuerdo,  contestó Curudae. A continuación comentó que hablará con algunos comerciantes más, aunque no les iban a acompañar, quería invitarlos a visitar Sil Auresse en un plazo de un mes o así para empezar a forjar alianzas. También tenía pendiente confirmar la compra de ganado, que se encontraba una parte aquí en Metraith.

Esto le daba un tiempo a Ayla para hacerle una visita a la Tienda de Kuball el Comerciante, que se encontraba en la misma plaza. -No tardes demasiado, Ayla. Quiero partir pronto esta tarde, aún nos queda camino hasta Sil Auresse.

En la tienda le recibió Kuball, un hombre cardolaniano que parecía algo intimidado por la presencia de la elfa. En su tienda vendóa sobre todo hierbas y alfombras, aunque de vez en cuando conseguía otros artículos exóticos o mágicos. En una visita, en el suelo de su salón privado, Ayla había visto una alfombra con un símbolo que se le quedó grabado y lo escribió en un pergamino después. Le llamó la atención, y ante sus ojos el símbolo había desvanecido. Las formas geométricas de la alfombra parecían bailar ante los ojos de ella durante un instante, como jugando contigo. Y le mostraron ese símbolo de gran poder. Ese mismo símbolo, o parte de ese símbolo, lo vio después en la tienda de Andalyn.

La tienda parecía estar algo más dejada que la última vez, o quizá los ojos de Ayla se habían hecho más observadores y más críticos. Había algunos libros generales, algún tótem y objetos sagrados de tierras lejanas, pero escasa magia. No notó un gran poder en Kuball, pero sí parecía estar ansioso por complacerle.

-¿En qué puedo ayudarte?, preguntó.

-Hola Kuball... No sé si te acordarás pero ya he estado aquí anteriormente y he comprado algunas cosas. Me vendiste hace algunos años unos pergaminos "mágicos". Quería preguntarte si seguías vendiendo tales pergaminos, y si estabas dispuesto a comprarlos también... , dijo y sonrió. -Sabes que voy a establecerme aquí en Cardolan y tal vez podríamos hacer negocios. Me interesaría que me informaras sobre objetos "exóticos (mágicos)" que obtuvieras para la venta, y tal vez yo podría proporcionarte otros. ¿Qué me dices?

-Kuball, la otra vez me trataste mejor y me dejaste entrar a tu salón privado a enseñarme la mercancía que tenías. Pero no pasa nada, por cierto... Ayla bajó la voz y susurró: -¿conservas la alfombra que decoraba tu salón

Y observó su reacción.
 

Kuball se le quedó mirando un rato… -Me suena tu voz, espera… Creo que sí, recuerdo habernos visto antes. Pero te veo, no sé, diferente. Cambiada. Quizá haya pasado mucho tiempo [28].

No habían pasado más de seis meses de su anterior encuentro, en el verano pasado. Sin embargo, Kuball no parecía estar perdiendo la memoria, y Ayla notó sinceridad en él cuando dijo que la veía cambiada [73].

[93] -Sé los objetos a los que te refieres… Ahora ya apenas vendo, no hay interés. Pero estaré pendiente, y si sale alguna oportunidad de volver a comerciar con objetos mágicos la verdad es que me gustaría.

-¿La alfombra? Tengo muchas alfombras. Hmm, ¿te refieres a la que tengo en mi salón? Ya, esa alfombra. La conservo, pero me temo que sigue sin estar en venta, Ayla. Me relaja contemplarla, y además es un regalo o un préstamo, según como se mire. Por lo tanto no te la puedo vender.”

-Tal vez tengas razón Kuball, puede que yo haya cambiado un poco... Una pregunta Kuball. He visto otros objetos parecido a la alfombra que tienes, por eso tengo interés en ella. No tengo interés en comprarla sino saber más de ella. Solo tengo una pregunta, si no puedes o no quieres responderla eres libre de ello. No te preguntaré más. ¿Dónde conseguiste la alfombra?

-La alfombra me la concedió un amigo mío. Amigo, a la vez que vendedor de alfombras. Siempre me dijo que aquella alfombra en particular era especial… ¿cómo decía que se llamaba el tejido? De allí el nombre de la alfombra. Es única, me dijo. Ya, se llama Ometture, eso me dijo. Ometture. Nunca he visto nada parecido en todos mis años. Casi siempre la alfombra muestra el dibujo geométrico normal, pero si lo miras fijamente durante un tiempo, las formas comienzan a bailar… ¿Tú también lo viste, no? Comienzan a bailar, se cambian de color… Y revelan el secreto que guarda dentro. Los símbolos de la Canción, las notas musicales de los noldor. Escondidos dentro del tejido de una alfombra. Vivimos rodeados de secretos ancestrales, y de … magia.

-El que me lo regaló me dijo que podría haber personas que les llame la atención la alfombra. Si quieres, cuando le vuelva a ver le digo que te había llamado la atención le diré que te interesó. Hace ya tiempo que no pasa por aquí, pero se lo diré.

-Vale, te lo agradecería. Bueno Kuball, espero verte pronto, sino es por Sil Auresse, pues aquí.

Y Ayla salió a buscar a Curudae y Khoradur.

Ayla se despidió de Kuball y regresó a la plaza en busca de Curudae y Khôradur. Ellos estaban ultimando detalles y acuerdos, y sobre todo invitando a la gente a visitar Sil Auresse en las semanas venideras. Domar había preseleccionado a varias decenas de obreros, y algunos estaban ya dispuestos a partir con vosotros, otros irán llegando en los próximos días.

Era hora de partir, y salieron por el baluarte del valle [5], por el camino conocido como Men Neven.

-Este camino nos llevará al vado del río Thinniel, y de allí es un viaje de un día y medio dirección oeste-sudoeste para llegar a Sil Auresse. Llegaremos mañana al anochecer, dijo Khôradur, aún sujetando el estandarte con la mano derecha.