Partida Rol por web

-El soberano de Girithlin es Earnil, o Aervallon como se hace llamar desde que lleva el cetro, confirmó Finduilas de repente. -Es el tío de Echorion, y un hombre despiadado con el que es muy difícil dialogar. No tiene legitimidad al trono ahora que Echorion ya ha cumplido la mayoría de edad, pero controla con puño de hierro su tierra, aunque desde dentro está perdiendo fuerza. Ahora bien, Echorion no descansará hasta vérselas con su tío en un campo de batalla.

Mientra hablaba, se podía ver cómo el fuego se avivaba en su interior. Con la misma pasión y entrega que demostraba cuando estudiaba la magia, se lanzó ahora a dominar la situación, a descifrar las fuerzas que determinaban las decisiones de los poderosos en el juego de la intriga.

-Allí reside nuestra oportunidad. Earnil sólo ve enemigos, pero Echorion podría estar interesado en una alianza. Sus tropas vagan sin hogar a pocos días de aquí al este. Entre él y el territorio de Girithlin se encuentra la meseta de Minhiriath (el antiguo reino del Señor de la Guerra) y las tierras de Saralainn.

-La enemistad entre el reino de Girithlin y los clanes de Saralainn viene de lejos, pero con Earnil ha ido a peor. Ahora mismo siguen en guerra, aunque bastante alejados en distancia y ninguno de los dos parece tener fuerzas para un nuevo ataque. Ahora bien, Echorion no tiene una enemistad personal con el Rey Lanaigh, aunque dudo que lleguen a entenderse. Vienen de mundos distintos. Pero les une algo muy poderoso: un enemigo común. Si Echorion entiende que su enemigo no son los clanes, y logramos que unos en el sur y otros aquí en el norte se centren en contener a las tropas de Girithlin, podríamos constuir ese camino seguro de Sil Auressë hasta Sudúri. Porque lo que Echorion y Lanaigh necesitan es un terreno neutral, un lugar de encuentro que ninguno de los dos perciba como del enemigo. Incluso podrían no encontrarse nunca en la misma sala.

-Así es el juego de la política. Ofrecer algo a unos y a otros. Un pacto de no agresión entre Echorion y Lanaigh como favor personal a Sil Auressë… Enriquece a Sudúri, por lo tanto Lanaigh sale ganando. Y Echorion querrá apoyo militar y permiso de paso para sus tropas para cuando ataque al sur.

-La influencia de Tharbad será sobre todo hacia los cantones de Faerdor en el norte (hasta Fennas Drúnin y el Ángulo), y hasta Metraith en el oeste. Hacia el sur me temo que Dol Caladir ya está bajo el control total de la familia Aludor. Pero no podrán avanzar más, ya que tendrán en frente los clanes. Tharbad no quiere conquistar Cardolan por la fuerza de sus tropas, solamente dominar todas las rutas de comercio.Girithlin se hundirá solo. Nuestra mejor baza para pararle los pies es apoyar al Rey Lanaigh. La familia Aludor seguramente ha subestimado el poder de los clanes de Saralainn, y su número. Suele pasar entre los dúnedain, no vemos más allá de nuestra propia grandeza…

-Mi propuesta sería enviar un mensaje a Echorion, que cuente con Sil Auressë como aliado, y que si nos da su protección, podría tener otro aliado poderoso para su causa. La presencia del emisario no es casualidad. Necesita aliados, y se le está acabando el tiempo y la paciencia. Echorion no querrá verse envuelto en una alianza formal con Lanaigh por ser enemigo declarado del principado de Girithlin, pero mientras no gobierne allí, y si no tiene que formalizar el acuerdo, podría estar interesado. No es un necio, y sabe que está en inferioridad contra su tío. Y si pierde hombres y tiempo en refriegas inútiles con los clanes, cuando llegue la batalla con Girithin su fuerza estará mermada.

-Pues entonces si nadie tiene algo más que objetar, podríamos hacer pasar al "emisario" de Echorion para escuchar que tiene que decirnos, y le transmitimos nuestra propuesta. Luego yo volveré a Suduri para hacerle la propuesta al Rey Lanaigh y organizar una reunión si fuera posible para tratar las condiciones. Echorion necesita apoyo militar como dice Finduilas, y al Rey Lanaigh le vendrá bien asegurar sus fronteras y el comercio que luego habría con Suduri que enriquecería la zona y beneficia al Rey Lanaigh.

-Hay que conseguir esa alianza, que hagan llamar a Aelloth

-Una última cosa, dijo Gildûr, -no deberíamos mostrar todas nuestras cartas a este Aelloth. Voto por ser precavidos y avanzar con cautela. Una alianza entre Echorion y Rey Lanaigh debe permanecer en secreto.

Se hizo el silencio mientras meditaban sobre el tema. -La solución pasa por convertir una alianza de hecho entre ellos dos en dos pactos: uno entre Echorion y Sil Auressë, y otro entre Sil Auressë y los clanes de Saralainn. El resultado de esos dos pactos sería en la práctica la alianza que tanto ansiamos. Y Sil Auressë sería la bisagra entre los dos, el punto de unión imprescindible… ¡Me gusta!

-Me imagino, Curudae, dijo Finduilas, -ya que no es muy distinto a cómo te hiciste con el poder de los gremios no hace tanto... Pero Curudae tiene razón, es la única forma de conseguir que unan sus fuerzas. Y debemos ser extremadamente cuidadosos en pequeños detalles. Por ejemplo, Ayla propone visitar a Lanaigh en persona, mientras enviariáis la propuesta en firme a Echorion. Eso podría entenderse como una ofensa por parte del legítimo soberano de Girithlin. Hay que andar con cuidado.

-Deberíamos enviar un mensaje a Echorion,  opinó Khôradur, -que Aelloth le diga que Sil Auressë ofrece su amistad, y que proponga un encuentro. Yo mismo acudiré en representación de Sil Auressë. No de forma inmediata, yo diría dentro de un par de semanas, o una luna. Creo que seré capaz de hacerle ver que su ímpetu estaría mejor dirigirla contra su tío que contra los clanes, que al final es una guerra que ya la tiene perdida. Por lo que sé de Echorion, es impetuoso pero no necio. Y su ejército de caballería ambulante necesita líneas de suministros, comida y armas. Según nos informan, los campesinos de Dol Caladir les daban parte de su cosecha a cambio de protección, pero la fuerza de los Aludor ya le ha cortado esa opción. Echorion se ve rodeado de enemigos, y seguramente ha sido lo que le ha impulsado a buscar casi a la desesperada una salida enviando aquí a Aelloth.

-Entonces Khôradur tratará con Echorion, y Ayla con el Rey Lanaigh, concluyó Curudae. -Y yo trabajaré con los arquitectos y sobre todo con Palomirë y Gildûr para preparar la otra parte del plan.

Hicieron llamar a Aelloth, quien acudió acompañado por Walec. Al soldado de Echorion se le veía algo nervioso, visiblemente incómodo con su decorado sobrevesta. Khôradur le dictó con precisión marcial el mensaje escueto pero amable para Echorion. Finduilas estaba en un segundo plano, pero no se escondió. La presencia de Palomirë y Gildûr parecía también inquietarle a Aelloth. Afirmó acordarse de todo el mensaje, y pidió permiso para partir lo antes posible de Sil Auressë.

-Tienes el permiso para partir líbremente por estas tierras para llevar el mensaje a tu Señor.

El enviado de Echorion abandonó la sala de reuniones para partir aquella misma noche con el mensaje acordado.

En cuanto se había marchado, dijo: -Bueno, solo me queda hablar con el Rey Lanaigh y hacerle ver las ventajas de apoyar a Echorion y de mantener una ruta de comercio con Sil Auressë, mientras Khoradur va a hablar con Echorion...  Hay que preparar bien ambas marchas, y antes quedan cosas que terminar aquí. Pero antes de disolver la asamblea, me gustaría consultaros una cosa, ¿alguno conocéis a la familia Enach? Nuestro artesanos enanos, preguntan por esa familia y de verdad que nos interesa que la encuentren porque parece que puede contribuir en la forja de armas de gran calidad...

Palomirë aprovechó para reafirmar su compromiso con el plan, y además confirmó que quería que su hija entrara en la Academia, lo que les daría a ambos hombres de negocios una excusa para visitar Sil Auressë con cierta frecuencia sin levantar sospechas.

Ayla preguntó por la familia Enach, pero ninguno parecía conocerla de inmediato.

-No son de Arthedain, dijo Finduilas que mostró interés al oír el nombre de los Enach. -Su mansión está en la tierra de nadie entre Rhudaur y Arthedain, lejos de las tierras civilizadas [87]. No sé mucho de ellos, ni si siguen vivos. Pero en otros tiempos fueron grandes hechiceros y conocedores de las artes arcanas. Creo que podré averiguar algo más si te interesa.

-Tenemos mucho trabajo por delante, dijo Curudae y luego se dirigió a Gildûr y a Palomirë: -descansad esta noche, que mañana empezamos a convertir el plan en realidad.

Dieron el cónclave por terminado, y regresaron a sus aposentos. Los días siguientes Ayla siguió practicando con Finduilas, quien estaba más animada ahora que había comenzado un pequeño juego de intriga política. Pero lo que más le apasionaba seguía siendo la magia.

Unos días más tarde llegaron nuevas de Muryelle de su misión en Dol Caladir. Confirmaron que los mercenarios de Tharbad controlaban ese territorio, y por consiguiente la mayor parte de la producción de comida de Cardolan.