Melechtor hablaba a los sobrevivientes con carisma y liderazgo, sus palabras hacían que la sangre de esos hombres hirviese, alcanzando un compromiso que iba mas allá de la obediencia e incluso de la convicción, todo el que lo escuchase quedaba comprometido con su vida para un propósito mayor. Theon permaneció en silencio detrás, junto al estandarte capturado, contemplando la escena y aprendiendo del Capitán algún día seré yo quien esté allí otros hombres, otro lugar, otro tiempo, pero el camino que el joven noble seguí lo llevaría sin duda a liderar otras batallas.
El efecto del discurso fue aún mas fuerte de lo que Theon pensaba, incluso Aaren que era un águila libre, terminó jurando lealtad al Capitán, mientras Tarbrand ratificaba su devoción a la causa. El grupo retomaba el valor tras las alentadoras palabras, transformando el dolor por los caídos en una motivación para que sus muertes no hayan sido en vano, convirtiendo la batalla contra un enemigo imposible de vencer, en una empresa heroica por la que valía la pena dar la vida.
Theon desde atrás asentía en silencio, compartiendo el entusiasmo, aunque no perdía la fría perspectiva de la desventaja en la que estaban, él no iba a dejarse llevar por la euforia del momento, sino que pensaba una manera en que el ataque fuese mas efectivo, dañar al enemigo con la menor cantidad de bajas era su prioridad, y la emoción podía nublar su pensamiento.
La Batalla de la Loma había concluido, mas la guerra de Sil Auressë seguía en otros lugares, y los hombres liderados por Melechtor ahora se dirigían allí. Eran una treintena, y venían de diversos lugares y de lealtades bien distintas, con ambiciones y sueños diferentes. Unos cuantos llevaban el brazalete de Echorion, otros eran soldados de Sil Auressë, o espadas libres o de alquiler. Pero el vínculo que ahora les unía iba más allá. En el fragor de la batalla se había forjado un sentimiento de fraternidad, y fue el propio Capitán Melechtor quien ahora le había puesto nombre a ese sentimiento. Ya no eran una unidad de Echorion apoyado por hombres libres y prisioneros liberados. Ahora, todos ellos formaban parte de algo nuevo: Garan Gwalorn.
La importancia de un nombre, de una identidad, no era un asunto menor para los propósitos de la guerra. Las grandes victorias nacían de las semillas de la voluntad y del coraje, y crecían con los símbolos que daban forma a esos sentimientos que compartían los guerreros. Sin renunciar sus lealtades anteriores, aquellos hombres habían encontrado un terreno común donde crecer juntos para escribir entre todos páginas de historia del reino perdido.
Motivo: heridos
Tirada: 2d100
Dificultad: 50+
Resultado: 91, 66 (Suma: 157)
Exitos: 2
Ambos heridos están lo suficientemente bien como para ir con el resto.
Seguimos en la escena nueva aquí
Salen de la escena: Aaren, Agnor, Eärnil, Tarbrand, Theon
Siguen en: 18.5.2. Hacia el frente (Aaren, Agnor, Eärnil, Tarbrand, Theon, Milzarak
Siguiente escena en lectura cronológica: 18.1.1. La hora más oscura (Milzarak, Anael, Ragi, Berephar)