- ¡OTRA RONDA DE USQUEBAIGH!, se escuchó desde la otra punta de la sala de la Oveja Cebada. La posada de Metraith estaba repleta de gente esta noche. Todas las mesas redondas estaban ocupadas con grupos de hombres de diverso origen, y en los bancos de la gran mesa alargada, junto a Earnil, había una docena de personas. Las conversaciones sucedían a su alrededor, pero esta noche Earnil estaba más pendiente de su cerveza. Necesitaba pensar…
Llevaba ya demasiado tiempo en Metraith. Había entrado por la Puerta Meridional desde el Viejo Camino del Norte hace ya casi una semana. El Dique de Metraith estaba algo dañado por el ataque del año pasado. La Batalla de Metraith dejó secuelas en muchos de los lugareños. No obstante, esta aldea situada en un cruce de caminos era el lugar donde se reunían los mercenarios y caravaneros de toda la región en busca de oportunidades. Por unas monedas, se podía comprar mercancía de todo tipo, incluso la espada, la vida y la muerte de alguien. La Plaza del Comerciante se había convertido en la guarida de los mercenarios en busca de patrón. Earnil aún no había dado el paso. Algo en su interior le hacía dudar.
- ¿Habéis oído? Dicen que Echorion paga siete de plata al mes para todo aquél que acuda con su propio caballo, dijo uno a su derecha a sus compañeros cuando le sirvieron los vasos de usquebaigh. La fuerte bebida le hizo torcer el gesto al hombre mientras seguía hablando de nuevos horizontes si tuviera un caballo. - ¿Te crees un Jinete de Acero?, le replicaba uno entre risas de todos.
Earnil tenía un caballo, pero lo que el príncipe destronado Echorion buscaba no eran caballos… Sino caballería. Jinetes capaces de vencer a las tropas entrenadas y numerosas de Girithlin en un campo de batalla. Una batalla de verdad, no las refriegas sin sentido y saqueos de aldeas que se veían ahora…
No respondí a la chanza del parroquiano, tenia otras cosas más importantes en las que gastar saliva. La verdad es que estaba aburrido, y ocioso, lo cual era sin duda peor pues mi bolsa se vaciaba sin que ninguna moneda la rellenara. Echorión, otro jefecillo peleandose por las migajas de un reino moribundo, mi reino. Ese pensamiento me llena de amargura, pequeñas guerras civiles, debilitando Cardolan mientras el verdadero enemigo, Angmar, acumula fuerza para borrarnos de la faz de la tierra.
Me levanto de la mesa con desgana y un cierto aire sombrio asoma en mi faz. ¡Eh tú!, ¿Donde esta el tal Echorion?. En fin, tal vez necesitara a un hombre de mis talentos entre sus filas, en todo caso, no tenía nada mejor que hacer y pagaba bien.
- Ese "tal Echorion", te contesta uno, viene de vez en cuando a Metraith, aunque suele tener algunos hombres de confianza por aquí. Se nota que llevas tiempo fuera, amigo... Echorion el Desterrado ha regresado de su exilio, y quiere vengarse de su tío quien usurpó el trono de Girithlin en el sur e intentó matarlo.
A continuación bebe un trago de usquebaigh con una mueca en su rostro.
- Debería haber actuado el año pasado, después de la Batalla de Metraith, comenta una voz de otra mesa, sin duda ansioso por hablar del tema. Yo estuve aquí, defendiendo el dique oriental muy cerca de la Dama hasta lograr la victoria. Luego llegó Echorion con la caballería. Iba en busca de Finduilas, quien se había aliado con los invasores y así podía haber atacado Girithlin desde una base segura. Pero en el Consejo le hicieron cambiar de idea. Los Señores Aliados, y también estuvo el umbareano sentado entre ellos. Yo los vi salir del Palacio el segundo día. Ahora ya es tarde para Echorion, creo. Finduilas ha huido, y los clanes controlan un territorio cada vez mayor.
- Sabéis que el umbareano ha regresado, ¿verdad?, dice un amigo del que se había apoderado del tema. El temido corsario que conquistó nuestro Palacio de Thalion en la Batalla... Dicen que entró con un incursor de Umbar en el mismo puerto de Tharbad. Y luego se presentó aquí, en Metraith. En la Plaza de los Comerciantes. También está buscando hombres, pero no para la guerra sino para lo que están construyendo. Dicen que está entrenando milicianos en el suroeste.
- Yo andaría con ojo con ese hombre... Nada bueno dicen de los de Umbar, interviene otro en el tema que ya acapara toda la atención en la taberna. No sabemos cuál es su propósito ahora. Pero si las historias son ciertas, será una fuerza a tener en cuenta. Dicen que fue uno de los capitanes que lideraron el Saqueo de Pelargir...
Más personas se unen, y el griterío va en aumento hasta el punto de que cuesta seguir todo lo que se está diciendo en distintas conversaciones.
Escucho con atención las distintas informaciones a la vez que asiento a las afirmaciones de los parroquianos. Tal vez haya que visitar a esos umbareanos también, tal vez ofrezcan llenarme la bolsa más que Echorion. Me deslizo fuera de la taberna y me dirijo a visitar a los hombres de Echorión,y más tarde a la plaza del mercado a ver al de Umbar.
Sales de la Oveja Cebada al bulevar Rath Arnor. Ya se ha hecho de noche, pero aún se ve gente por la calle principal. La Plaza del Comerciante está en la parte meridional de la ciudad, pero preguntas por los hombres de Echorion y te indican que es mejor que hables con Belegund o con alguno de sus hombres. - Tienen su base en los antiguos cuarteles del Príncipe Hallas, junto a la entrada Noroeste, te dicen.
Cruzas la Plaza del Pueblo, ahora repleta de refugiados de la Plaga y campesinos en busca de un futuro mejor. El sitio que te han indicado parece una granja abandonada cerca de un riachuelo, pero la han reforzado y fortificado recientemente. Un par de mercenarios hacen guardia pero no te cierran el paso. En el patio hay más mercenarios, muchos ataviados con una capa gris o túnica del color de la compañía.
- Saludos, soy Belegund, el líder de esta compañía, te saluda un hombre joven de elegantes modales y vestimenta. Su acento parece ser del sur, Gondor quizá. ¿Qué asuntos te traen a mis barracones?
Adopto una posición de cierto interes.-Que un tipo tan señorial haya llegado a dirigir una compañia no se se si es buena o mala señal.-Buenas noches, permitame que me presente soy Eärnil, me gutaria saber si es cierto que buscan hombres capaces para su compañia y cuanto estarian dispuestos a ofrecer por conseguirlos. Soy un explorador licenciado de los ejercitos de Arthedain curtido en la frontera y con un caballo resistente. El tipo me parece un poco extraño sus modales y su peinado...gondorianos.
Y por supuesto ¿que se espera de mí y cuales serian los objetivos de la compañia y cuanto sería el periodo de servicio?.
Belegund te mira con interés. - Los hombres capaces no abundan en estas tierras, y menos los que hayan estado en la frontera. Aquella guerra queda muy lejos de aquí…
Se queda un rato en silencio, y a continuación te invita a sentarte junto a la hoguera. Te ofrece algo de carne de un costillar que están haciendo.
Lamento decirte que no estamos buscando nuevos reclutas en este momento, no estoy interesado, te dice aunque su mirada parece indicar todo lo contrario. A pesar de su juventud, parece un hombre que reflexiona mucho las cosas. - Y de tu muerte. Servirás al mejor postor en las guerras mezquinas que nada tienen que ver con la que se está librando más al Norte. Entre las compañías de mercenarios hay de todo. Hay hombres honrados como Daeros, el líder de los Jinetes de Acero. O los alabarderos de Ragh Cran Slaegha que jamás han roto un contrato. O Khôradur de Umbar, aunque él no es precisamente un mercenario. Tampoco lo es Echorion. Pero igualmente buscan gente para sus propósitos y les pagan. La diferencia está en lo que uno entrega a cambio de esa paga, no sé si me entiendes.
Corta otro trozo de carne con un cuchillo y se lo lleva a la boca.
- Yo soy un poco el enlace con muchos de ellos. Por eso te habrán mandado aquí. Mi compañía, los Grises, somos algo más que mercenarios… El príncipe Hallas nos encomendó esta tarea de proteger el flanco de Metraith durante la ofensiva de los Señores Aliados, y tras su muerte hemos seguido aquí. Ayudamos en lo que podemos, y procuro estar informado de lo que sucede.
Agradezco el trozo de carne y mientras lo mastico, hago una pausa y miro fijamente a Belegund. He venido aquí a por algun trabajo que llene mi bolsa y a ser posible mi corazón de algun proposito con sentido lejos de mezquinas conflictos locales. ¿Que puedes decirme del Umbareano que también esta reclutando gente?¿es de fiar?¿que planes tiene para los reclutados?. Vuelvo a masticar una tira de carne esperando la respuesta del lider de la compañia.
- Ah, ¡el Umbareano!, dice riéndose, ¡el gran Khôradur! El capitán corsario. Héroe o villano del Saqueo de Pelargir, según el punto de vista. Sin duda es un elemento extraño en todo esto, igual que los otros dos fundadores de aquella aldea. Hace tan sólo un año luchó en el bando enemigo en la Batalla de Metraith. Es un corsario. Así que lo fácil sería decir que no es de fiar. Pero a pesar de mi juventud, yo he viajado. He visto la guerra, y he visto grandes generales de las divisiones meridionales de Gondor en Harondor. Ese umbareano es de esa casta de hombres capaces de cambiar el curso de la batalla. Generales a los que sus hombres les seguirían a cualquier final. Y tanto en la derrota como en la victoria, creo que es un hombre de honor. Como podrás imaginar, no encaja muy bien en lo que se ha convertido Cardolan.
Belegund suelta una sonora carcajada.
- Aquella aldea necesita una ruta segura hasta aquí para la lana. Cuando la caravana sufrió un ataque hace unas semanas, Khôradur acudió aquí en persona. Habló con varios mercenarios, y conmigo en privado. Lo que quieren hacer es enseñar un oficio a todo aquel que quiera establecerse allí. Dicen que todos son bienvenidos. También entrenan milicia. Creo que no pueden pagar a soldados profesionales, o no a muchos. O no quieren. No tienen una gran fuerza militar, y prefieren pasar desapercibidos. Pero dudo que puedan lograrlo por mucho tiempo. A veces he pensado en aceptar la invitación e ir a ver lo que están haciendo, pero de momento mi deber es estar aquí. Sé de algunos que han ido a Sil Auressë, que es como se llama la aldea. Ninguno ha vuelto.
Entonces el mercenario se queda mirando a alguien detrás de ti... Gorlin, ¿qué haces allí parado? Ayúdale con el barril y que se siente aquí con nosotros.
Abro escena nueva... 12.1. Belegund (Metraith)
No, en la nueva que acabo de crear.
Sale de la escena: Eärnil
Otros prólogos de personajes:
11.1.2. Prólogo Russef (la siguiente escena en lectura cronológica)
11.2. Prólogo Ragi
11.3. Prólogo Eben
11.4. Prólogo Denelloth
11.5.1. Prólogo Arkyn
11.5.2. Prólogo Caäniza
11.6. Prólogo Norión
La historia de Eärnil sigue en: 12.1. Belegund (Metraith)