-La construyeron cerca de dónde ahora es Sudúri, interrumpió Ionell.
-Así es, continuó Cerveth, -y también construyeron Tharbad, y los más audaces se establecieron allí permanentemente, pero la mayoría de los Fieles pasaron a través de estas tierras de camino hacia lo que sería Arthedain. Lond Daer fue azotado por grandes tormentas, y así fue como Tharbad se convirtió en la ciudad más importante de la región.
Cerveth se tomó un descanso y consulta los numerosos cuadernos de notas que estaba recopilando para su futura encuadernación.
-Creo que fue el Rey Ar-Sakalthor quien concedió alrededor del año 3034 de la Segunda Edada (aunque poco delimitados) territorios a sus líderes, así como poderes todavía menos definidos. Aquel fue el origen de los príncipes de Cardolan, las familias dúnedain nobles e independientes que formarían la clase gobernante de Cardolan.
-Por lo tanto, los príncipes de Cardolan ya existían en tiempos de Númenor, puntualizó Ionell, y continuó: -siempre se ha considerado que los primeros años de la Tercera Edad, tras el Hundimiento, fueron tiempos felices y tranquilos para Arnor. Los dúnedain de Cardolan guardaban rencor a sus príncipes por su falta de influencia en la corte, que estaba dominada por las grandes familias de los Exiliados, lo que por tanto suponía un perjuicio para sus intereses.
-Con la separación de Arnor por una disputa familiar, Thorondur, quien era el más enérgico de los tres hijos del rey Eärendur, se quedó a cargo de un reino que se iba apagando bajo la influencia de sobrios y conservadores reyes filósofos criados dentro de la más estricta tradición de los Fieles, le contó Ionell a Ayla, -y Thorondur ganó rápidamente popularidad en Cardolan. Pero no tardaron en aparecer los conflictos entre los treinos Rhudaur, Arthedain y Cardolan, principalmente por la posesión de Amon Sûl como es sabido.
-Eso sucedió hacia el siglo IX de la Tercera Edad, retomó Cerveth. -Unos siglos más tarde, el cuarto rey de Cardolan, Terennil, hizo grandes cambios, y reorganizó el reino llevándolo hasta su punto más álgido. Redujo la fuerza política de los príncipes (ernilath) y los convirtió en hirath (“señores” o “barones”) y estableció la idea de un ejército pagado con territorios.
-Fue en aquel entonces cuando se llevaron a cabo otros cambios muy importantes, intervino Ionell. -Aquel rey creo que fue el que también repartió las tradicionales comunas de plebeyos para promover la ganadería de ovejas a gran escala. Sus planes fueron mucho más exitosos de lo que incluso él había previsto.
-Fue un gran rey sin duda, asintió Cerveth, -por desgracia, Celervellon el hijo de Terennil, fue un rey mucho menos competente, y declaró una guerra contra Rhudaur en el siglo XIV que a pesar de éxitos iniciales, se convirtió en un desastre y dejó a Cardolan sin rey y comenzó una guerra civil que duró quince años, hasta que se llegó a una paz con la ayuda de los enanos de Moria. El Cetro de Cardolan lo entregaron a un tal Tarchil del linaje de Isildur que ayudó a restablecer la paz. Su hijo Tarasdor resultó ser un líder militar inepto y entregó su reino en regencia a su hermano bastardo Minaglar, quien apoyó a Arthedain en su lucha contra un nuevo enemigo: el Rey Brujo de Angmar.
-En los primeros años del siglo XVI se desvaneció el fantasma de la autoridad central que todavía existía entre los principados de Cardolan. El proceso comenzó con Gordaigh de Saralainn quien expulsó a los dúnedain y se autoproclamó rey de Saralainn.
-Gordaigh era el abuelo de Lanaigh, el Rey de Saralainn, comentó Ionell. -El territorio de los Faerdor en el norte había establecido los llamados cantones, que gobernaban el principado sin la ayuda o el consejo de los señores. Los señores de Caladir y Tinereb reclamaron sus antiguos títulos de ernilath, mientras que los de Tyrn Hódhath y Girithlin declararon su lealtad a Araphor de Arthedain.
-Así que quedaron sólo cuatro de las antiguas siete Casas, concluyó Cerveth. -Como sabéis, recientemente tanto la de Tyrn Hódhath como la de Tinereb que es donde nos encontramos han sido abandonadas. Las Casas de Girithlin y la recién desaparecida Casa de Tinereb conservan la tradición de que el título sólo puede pasar a un heredero varón, mientras que los demás principados han tenido gobernadores femeninos.
-No es inusual que las mujeres o los magos gobiernen los principados de Cardolan, pero Finduilas era la primera que combinaba ambos atributos. El Principado de Dol Caladir siempre ha sido el reino agrícola más rico de Cardolan, ya que dentro de sus tierras se encuentra la mayor parte de la cuenca del Gwathló en Minhiriath. El príncipe siempre ha gobernado sus tierras desde la magnífica Argond, una torre situada treinta kilómetros al sudoeste de Tharbad. Se conoce a los gobernantes de Caladir por su arrogancia, más propia de los antiguos imperialistas númenóreanos. Este hecho puede deberse a que su posición depende, en mayor medida que la de sus vecinos, de la productividad de sus sirvientes. Las tierras resultaron muy castigadas en las revueltas campesinas de 1414 Tercera Edad, pero ha habido muchas más.
-Esperamos haberte ayudado, Dama Ayla, concluyó Cerveth.
Una vez finalizado, Ayla fue a hablar con el resto de Maestros en sus huecos libres, sobre las clases que estaban dando, sus perspectivas y peticiones que podían tener. Alguna incidencia que querían omentar, y cosas así.
Al ver a los alumnos de la Academia se le vino a la mente una cosa, que iba a meditar más tranquilamente. Necesitaba buscar a Denelloth...
Cuando salió de la Academia, ya era de noche en Sil Auressë. Había estado meditando en algo, y necesitaba hablar con el dúnadan Denelloth. Preguntó por él, y le informaron que estaba de patrulla con algunos cazadores desde hacía dos noches. Se le esperaba de vuelta para la mañana siguiente, seguramente iba a llegar de madgurada.
Sale de la escena: Ayla
Sigue en: 9.5. Encuentro con Denelloth