La Guardiana de la Luz escucha las palabras de Khathog como si fueran lejanas y vacías, mientras lo observa con detenimiento… Lo ve cansado, consumido, recuerda que en el Templo de la Justicia había algo que consumía la esencia de alrededor, el orbe, y con la caída del Templo al no tener siervos que sacrificar, la gema maldita comenzó a consumir a su portador.
Mientras el Siervo Oscuro habla, Ayla observa a su alrededor, ve formas algunas familiares y otras no, pero sobre todo siente que el Cazador Oscuro e Hilde Sikelion no están solos.
Como en un extraño trance siente a Morannar a su lado guiándola en el camino, a Finduilas advirtiéndola sobre su enemigo, a Kaldor conteniendo el aliento, a Zelene luchando junto a ella, pero también siente al panadero de Sil Aüresse, al posadero, a la viuda del primer guardia que pereció defendiendo Sil Aüresse, incluso al propio guardia.
Las imprecaciones de Khathog suenan cada vez mas lejanas, pronto todo a su alrededor empieza a cambiar, y la Guardiana de la Luz vuelve a ser la niña mirando atenta el lucero del alba, fascinada por las historias de su hermano:
“Vingilot se llama pequeña Lis, y su capitán es el mismísimo Eärendil. En él junto a su amada cruzó los Mares de Sombras para adentrarse en las Tierras de Aman y solicitar ayuda a los Valar para que defendieran aquello que más amaba, los Edain y los Elfos. Portador de la luz de uno de los Silmarils Él es como tú, un peredhil, mitad hombre y mitad elfo. Tal vez tú algún día seas portadora de una gran luz, y tengas que atravesar mares de sombras para defender aquello que amas…”
Poco a poco la visión se desvanece, y una lágrima llena de luz blanca brota de su ojo derecho para deslizarse por su blanca mejilla, el recuerdo emociona a la Guardiana. Las palabras de Khathog vuelven a sonar cada vez más cerca –bastarda-, el tiempo se ralentiza, la lágrima se desliza lentamente por su mejilla hasta su alcanzar su barbilla - Hasta la última lágrima vertida por tu culpa -. En el rostro de Ayla se ve una línea de pura luz que deja la lágrima tras de sí haya por donde va cayendo - Tu pequeña aldea caerá- y la lágrima empezó a caer, como una pluma con un descenso lento. La Dama comienza a sentir una fuerza extraña que la invade, un torrente de energía de vida, que comienza allí donde se haya el anillo forjado por el amor entre Zelene y Kaldor, un calor invade su cuerpo, un brillo contenido emana de él, se percibe un gran poder en la Dama, un poder hasta ahora escondido, latente, pero real. Cuando la lágrima impacta contra el suelo, una explosión de la luz más pura Sikil, se libera con la furia de una tormenta, envolviendo a la Guardiana, alzándola sobre la oscuridad, llevándola más allá del mar de sombras que tiene que surcar para derrotar a Khathog - y nada habrá allí para hacerles frente-.
Con una voz antinatural, dotada de la fuerza de la luz, con su cabello bailando a la merced del torrente de Sikil la Guardiana advierte:
- Allí estaré yo para destruirte a ti y a tu maligna obra, para luchar por ellos, y hoy te extinguirás como ahora se extingue la oscuridad que te rodea Khathog. Tu tiempo se ha terminado.
A partir de ahora, tú desarrollas el combate. Me narras el resultado y si quieres puedes cortar en algún punto y posteo, pero no quiero ver tiradas, que ya estoy bastante nervioso...
Sale de la escena: Ayla
La historia de Ayla pasa por la escena de lectura 16.7.0.Astquelion y luego sigue en la escena 17.2.1. El Desenlace (Ayla)
Siguiente escena en lectura cronológica: 15.3.1. El Vado de Sarn (Theon y Aaren)