Partida Rol por web

Sil Auressë

[18.2.2] El ejército de Echorion

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15/02/2018, 22:31
Ayla

Sin dudarlo a Ayla le gustaba la idea de un Cardolan sin orcos después de tanto tiempo, pero no podía dejar de pensar en los habitantes de Sil Aüresse.

- No os voy a mentir si os digo que de verdad me gustaria expulsar de esta tierra por siempre a tales viles criaturas, pero no puedo dejar de pensar en mi gente. Necesitan ayuda y pronto. ¿Cómo les vamos a auxiliar?

Ayla esperaba una respuesta.

Notas de juego

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19/02/2018, 22:46
[Gi] Barahir

-Debes confiar en el ejército de Lord Echorion. Contamos con más de dos centenares de caballeros bien equipados. Primero cargamos en el sur para destrozar aquella división y evitar que se una a la otra hueste. Sil Auressë resistirá mientras, y ya ha recibido algo de ayuda de nuestra avanzadilla también. Eso será en cuestión de un día, como mucho dos. Después avanzamos hasta la aldea y el castillo, y rompemos el cerco.

El plan era sencillo, y Barahir tampoco tenía intención de contar en mayor detalle la estrategia que iban a seguir. Necesitaba que Ayla confiara en él y en lo que estaban haciendo.

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27/02/2018, 22:52
Ayla

Ayla se llevó la mano a la frente, y se apartó el pelo de la cara. Tal vez había pasado demasiado tiempo lejos de estas tierras. Muchas cosas pasaban en su ausencia, y ahora no sabía con certeza como estaba aguantando su gente. Ciertamente el plan de que planteaba Barahir era un plan bastante bueno en principio, pero no sabía cuanto podía aguantar Sil Aüresse. Bajó su mano, y preguntó a Barahir.

- ¿Qué sabes de la situación de Sil Aüresse para afirmar con seguridad que podrán aguantar? ¿Y este contingente del que formo parte a donde se dirigirá? 

 

 

 

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04/03/2018, 22:11
[Gi] Barahir

Lord Barahir sopesó sus palabras. Las dudas que albergaba Ayla eran sensatas, y vio en ella una preocupación sincera por su pueblo. -En tu ausencia, la aldea se ha preparado bien. El ejército se amplió, y recibieron algunos refuerzos de Metraith antes de todo esto. También la unidad que envió Lord Echorion, de la que formó parte Aelloth.

Barahir no conocía aún todos los detalles, y por eso prefería esperar. -Vamos a ganar esta guerra. No tengo ninguna duda. Pero quiero también ganar las guerras por venir contra los orcos de Minhiriath. Si simplemente los hacemos huir, volverán a sus madrigueras y nos atacarán de nuevo en la primavera. No. Esta vez no. Ahora tenemos la ocasión de arrasar con su hueste en el sur y cortarles la única ruta de escape.

Sobre la pregunta acerca de los dos contingentes, añadió: -Los hombres que llegan de Metraith con el capitán Erig se unirán al otro contingente. Una parte pequeña hostigará en la zona de Sil Auressë, mientras el resto hace la maniobra por el sur. Yo quiero que te quedes aquí conmigo y con el capitán Erig. Quiero que cuando liberemos Sil Auressë, la primera en entrar en la aldea o en el castillo sea la Dama de la Luz a la cabeza de las unidades de caballería de Lord Echorion.

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13/03/2018, 17:41
Ayla

Ayla escuchaba las palabras de Barahir, su ambicioso plan de expulsar definitivamente a los orcos de esta Tierra. Ayla compartía su deseo, pero el Mordo había impregnado Arda Inmaculada, y la oscuridad formaría parte de estas Tierras más allá de esta batalla, aunque ahora tenían la oportunidad de evitar que nunca más volviera con tanto poder.

Escuchaba el plan que le proponía Barahir, sin que en su rostro se dibujara ninguna emoción. Sin duda sentía con fuerza la llamada de la sangre desde que le ofrecieran partir junto con los grandes señores de Amon Lind, y dejar esta Tierra, pero aún estaba vinculada a esta tierra, a sus gentes, y no podía dejarlos en momentos de necesidad.

Ayla esperó a que terminara Barahir para entonces hablar ella.

-         Yo no soy más que ninguno de ellos Barahir. No quiero quedarme aquí mientras mi gente sangra para entrar triunfante en mi castillo. Quiero ayudarles en el momento de necesidad. Sil Aüresse me ha mostrado su dolor, allí donde no puedes llegar. Por un breve tiempo, he podido estar con ellos en el edificio de la Academia convertido en hospital de campaña, he escuchado sus gritos de dolor y olido la sangre. He visto… Ayla guardó un breve silencio.

-         Haremos como decís, aniquilaremos a las huestes oscuras. Pero si cuando lleguemos a Sil Aüresse aún sigue bajo asedio, difícilmente podréis retenerme tras un ejército mientras veo a mi gente sangrar. Marchemos cuanto antes entonces. De momento el destino de mi gente está en vuestras manos.

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19/03/2018, 12:48
[Gi] Barahir

-Qué así sea, confirmó Barahir y le ofreció su mano. De igual a igual, de guerrero a guerrero. Aunque por circunstancias, ninguno de los dos era un luchador típico, ambos se habían visto en la necesidad de liderar a los suyos.

-Atacamos primero en el sur, y luego nos iremos al norte a liberar Sil Auressë. No dudo de que hallaremos guerra también allí, pero esta contienda se gana mejor si evitamos que el enemigo se reagrupe. Y también evitamos que huya.

Lord Barahir era un hombre que miraba al futuro. A medida de sus posibilidades, quería asegurar un nuevo comienzo para Cardolan. Sil Auressë formaba parte de ese plan. Y también necesitaba despejar las madrigueras de orcos de Minhiriath durante un tiempo al menos. Ahora era el momento, pues el Astquelion había sacado a prácticamente todas las tribus de los orcos de sus cuevas.

-Gracias por confiar el destino de tus gentes en nosotros, dijo. Y añadió: -Del mismo modo, puede que el destino de todo un reino esté ahora en las vuestras.

Notas de juego

(dejo la escena abierta un tiempo más por si hay que añadir alguna cosa, pero pronto la cerraré y pasaremos a otra nueva).

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19/03/2018, 14:15
Ayla

Ayla abandonó la tienda de la mano de Barahir. Miró a los ojos a Aelloth, y sonrió. Detrás de Aelloth, estaba la guardia que aún portada las humeantes antorchas. Ayla miró el fuego cautivada, veía el baile de las llamas, sentía al mismo fuego, sintió a Morannar. Entonces su mente voló a otro lugar, como si de una llamada se tratara, voló a través de las esferas de Arda y volvió a un lugar conocido, pero en él no estaba Morannar…

 

Había viajado a la Cámara de los Elementos de Amon Lind. A un tiempo pasado. Podía ver a Elenril, y a unos pasos se encontraba ella misma. Elenril le estaba hablando…

 

-Por eso se dejó de enseñar la teoría de los elementos a los jóvenes magos, porque a pesar de los peligros, los discípulos corrían hacia un conocimiento muy poderoso, y sin estar preparados. Porque en los Círculos de Arda existen seres muy poderosos directamente vinculados a los elementos. Los planos de origen de esos seres y esta realidad en la que vivimos se entrelazan o se pueden comunicar. Los dragones, los maiar, los temidos balrogs, otros demonios… Seres elementales de gran poder. Y los que usan el poder del Vacío. Contra ellos luchó Zelene.

-La diferencia entre alguien como tú, Ayla, y la mayoría de los que quieren aprender magia reside en que tú no eliges el elemento, sino que el elemento te elige a ti. Y sin embargo tú realmente amas el elemento, y por ello parece que lo puedes comprender mejor. De otro modo, sólo serías un mago.

¿Cómo es que el Hielo puede alimentar el Fuego? ¿Has podido pensar en alguna teoría con lo que has aprendido de los elementos?

Ayla escuchó con una sonrisa su respuesta. Recordaba la sonrisa de Elenril mientras ella respondía.

-Bien respondido Ayla. Como puedes ver, una pregunta tan sencilla y obvia nos ha llevado hacia un hermoso misterio. Tu respuesta es muy ambiciosa, como también lo eres tú. Realmente no te preguntaba el porqué, tan solamente el cómo, sonrió.

-Como bien dices, sería imposible que el hielo alimentara fuego, pero estamos hablando de elementos más puros. La pregunta de ¿cómo es posible? surge cuando se está pensando en el Hielo incorrecto. Los elementos que vemos aquí, en el plano material, no son los verdaderos elementos. Son una mera sombra del material elemental que se usó para crear el mundo. No puedes utilizar el mundo material como base para entender el universo. En nuestro mundo, vemos pequeñas sombras de elementos mutilados. Se destruyen unos a otros. Se contaminan entre sí con sus propias impurezas. El hielo que alimenta el fuego se convierte en agua, que ahoga el fuego. Esto sucede porque no es puro y verdadero Hielo. Si lo fuera, no se fundiría. Se convertiría en algo más.

 

De pronto todos se esfumaron y se encontraba ella sola en la Cámara de los Elementos, frente al pebetero. Observaba concentrada las distintas fuerzas mágicas, cómo se alimentaban y destruían los elementos entre sí, y entonces lo entendió.

El fuego alimenta al agua, el agua al hielo y el hielo al fuego… Ella sabía invocar hielo mundano, pero tendría que conseguir crear hielo mágico, y con él poder alimentar el fuego mágico y así crear fuego más poderoso. Ayla se había dado cuenta de que acaba de encontrar el camino para superar sus propios límites. Pero a su vez se sintió débil. La luz su elemento primario, la había elegido a ella, y aún no dominaba el aire, necesario para alimentar la luz, ni tampoco la tierra.

Aún tenía mucho por aprender…

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25/03/2018, 13:09
Director

Fuera de la tienda Ayla respiró el fresco aire nocturno, y comenzó a andar hacia su montura. La decisión estaba tomada, y el ejército de Echorion estaba en marcha. Para salvar a Sil Auressë... y para otros propósitos que Lord Barahir sin duda conocía. El destino de Cardolan se había comenzado a fraguar precisamente en la aldea fundada por ella, en la hora más oscura del Astquelion.

La luz del amanecer... Sil Auressë...

La luz que brillaba con más fuerza que nunca. La luz que simbolizaba una nueva esperanza para aquella tierra devastada. Para las gentes. Era mucha responsabilidad para aquellos a los que les había tocado vivir esos tiempos. Ayla era consciente de que las elecciones de esos días tenían una trascendencia en los tiempos venideros, pero estaba acostumbrada a que sus obras tuvieran su eco en la eternidad. En ese sentido, su espíritu era el de una elfa inmortal.

Notas de juego

cerramos esta escena y dejamos en standby a Ayla de momento.

Seguimos con Benaldamat aquí
 

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09/07/2018, 21:38
Director

Notas de juego

Sale de la escena: Ayla
Sigue en: 19. Un nuevo día (escena final)

Siguiente escena en lectura cronológica: 18.3.2. La niña de las visiones (Anael, Ragi)