Partida Rol por web

El consejero de Lord Echorion para Metraith entró en la tienda. Asintió a Aelloth, quien había identificado a la mujer como la Dama de Sil Auressë. –Entiendo que ha estado ausente de estas tierras. Ahora Aelloth contará lo que sabe, ya que ha cabalgado con las tropas que envió el Príncipe Desterrado.

Luego sacó de su bolsillo la carta lacrada con leyenda en adunaico. –La carta de Theon Vilarion iba dirigida a Lord Echorion, pero como su consejero tengo el derecho y el deber de leerla. Y creo que debéis conocer también su contenido...

Gorlim le entregó la carta de Theon:

Lord Echorion,

Me alegra saludarte y haber dado con hombres fieles a tu causa bajo el mando del Capitán Melechtor. Aunque las circunstancias no han sido las mejores, nos encontramos en pleno combate con vestigios del ejército del señor de la guerra. Hir Rochon, la situación es grave, hemos desubierto un ataque a gran escala que ha de suceder en cualquier momento por parte de tropas organizadas del enemigo, sobre una aldea llamada Sil Auresse. Temo que si no hacemos algo, las fuerzas de orcos, uruks, trolls y huargos se afianzarán, y en un par de días podrían estar sobre Metraith, Tharbad e incluso Iach Sarn.

Estoy seguro que te llegarán informes en breve detallando lo que hemos descubierto. Por lo pronto me he unido a tu leal Capitán para tomar el paso del sur, pero las fuerzas del este y del oeste no son rival para nosotros. Te adjunto un bosquejo del mapa que encontramos.

Quiero que estés al tanto que pedí ayuda a Olanwen, para que contacte a Lord Barahir y organice las defensas de Metraith ante un posible ataque, a su padre Lord Faradon para que advierta a Tharbad, y a Hir Pelentur, para que asista con sus tropas desde Metraith. Por otro lado di aviso al Comandante Minastir de Arthedain para que envíe refuerzos a trevés del río y organice sus defensas. No se cuando envíaran sus tropas, pero confío en que será a un mes de esta fecha.

Desde el sur, si ganamos la posición en el paso, podemos organizar un puesto de defensa, pero difícilmente una ofensiva como para asistir al castillo que estimo en breve estará bajo asedio. Pero un apoyo organizado y simultáneo entre las fuerzas de quienes te mencioné y los refuerzos que puedas enviarnos, pueden detener al enemigo antes de que afiance su posición.

Te pido tengas en cuenta estas palabras, Dol Tinare está en peligro y con él la visión que tenemos del Cardolan por venir. No puedo pediros que el grueso de tus tropas se desvíe, pero sí que consideres fortalecer las que tiene Melechtor a cargo, me temo que tendrémos un gran número de bajas en el combate que se avecina.

Quiero además hacerte saber que el Príncipe Minastir os envía un mensaje

(ESTA PARTE DE LA CARTA ESTÁ COMPLETAMENTE TACHADA, NO SE LEE)

Siempre a tu servicio, te saluda tu fiel amigo.

Theon Vilarion

Cuando Ayla terminó de leer la misiva, Aelloth le contó por encima lo que sabía. –Al parecer, hubo indicios de movimientos de los orcos ya hace unas semanas. Lord Khoradur decidió enviarme acompañado de dos hombres para hablar con Lord Echorion y solicitar refuerzos. Los hombres elegidos fueron el bardo Arkyn, y el sargento Agnor del ejército de Sil Auressë. Cuando llegamos al campamento, ellos se reunieron con Lord Barahir y con el Príncipe Desterrado, quien decidió enviar un contingente de treinta caballeros comandados por el capitán Melechtor. Yo iba en ese grupo, igual que Agnor. Por el camino nos enfrentamos a cada vez más orcos. Destruimos sus máquinas de asedio, y conquistamos un puesto de mando en una granja abandonada. Allí es donde nuestros caminos se cruzaron con un puñado de hombres dirigidos por Theon, quien se unió a nuestro contingente. Para entonces, habíamos sufrido bajas. Luego se unieron algunos más. Con ellos, llegamos al paso estratégico de la Loma, donde una hueste formada por centenares y centenares de orcos se preparaba para asaltar Sil Auressë desde el sur. En aquel instante, el cielo se oscureció… Bueno, ya sabéis lo que pasó en aquel día.

Respiró hondo, recordando la terrible batalla vivida. –Pero lo logramos. Nos superaban diez a uno. Pero logramos cruzar el Paso, y encima matamos el grupo de mando y capturamos el estandarte del enano desmembrado, y el Yelmo del Enano. El principal objetivo de romper aquel cerco era poder enviar un mensaje de auxilio, ya que el ataque que sufre Sil Auressë es mucho más grande de lo que parecía en un principio. Y con ese mensaje he llegado hasta Metraith, y ahora ansio regresar con mi unidad, acompañado de suficientes hombres como para terminar lo que empezamos.

-          El estandarte del enano desmembrado y su yelmo… Ayla recordaba tiempos pasados, al enano Tagli, Danroth, Garrano…

Solo quedaba Danroth vivo de aquel grupo. ¿Dónde estará ahora?

La voz de Ayla sonaba tenue, como un lamento. Tagli era el nombre del enano cuyos restos forman parte del oscuro estandarte. Él fue el azote del Señor de la Guerra, y por ello sus restos han sido profanados de tal manera…

Ayla miró a Aelloth a los ojos.

-          Noble Aelloth, aún os recuerdo como llegasteis a la fiesta de la Academia, recuerdo vuestros versos sobre el príncipe desterrado. Demasiado tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos… Desafortunadamente desconozco que transcurrió en Sil Aüresse durante el oscurecimiento, pues yo estaba en otro lugar librando la misma batalla. Pero ahora he regresado, y aquí nos hayamos todos. Y el protector Lord Echorion acude con sus valientes hombres en auxilio, en este oscuro momento. Escuchadme todos, no podemos devolver la vida a los caídos, y sus nombres serán recordados. Ese ha sido su legado, y nosotros debemos protegerlo. Hagamos de su sacrificio un triunfo, defendamos lo que queremos como ellos lo defendieron, hagamos de sus vidas historia.

Consejero Gorlim, os agradezco la decisión de compartir la misiva con nosotros puesto que arroja nueva luz en este momento oscuro. Se sabe algo de ¿Hir Pelendur? ¿De qué fecha es ésta misiva? Solo así podremos saber si los refuerzos de Arthedain podrían estar cerca.

Otra cuestión, tal vez si lograra hacer llegar una misiva al Rey Lanaigh en el Sur podría aceptar asistirnos. Pese a su apariencia, es una persona sabia y entenderá que si Dol Tiana cayera no tardaría la oscuridad en extenderse hasta su reino…

¿Qué os parece Consejero Gorlim?

Acto seguido Ayla volvió a mirar al Capitán Erig.

¿Capitan Erig, cuando pueden partir sus tropas?

-La carta es de hace pocos días, la traje yo en persona. Sospecho que Theon envió alguna carta similar hacia el Vado de Sarn después del combate en la Granja de los Huargos…, comentó Aelloth. Luego aclaró que la Granja de los Huargos era el nombre que habían dado al puesto de mando que conquistaron un día antes del Oscurecimiento y de la Batalla de la Loma. –En cualquier caso, ni el comandante Minastir ni Pelendur ni nadie ha recibido esta carta aún…

-En efecto, estamos solos ante esta amenaza. Ni siquiera he podido hablar con Lord Echorion aún. Pero antes ya se comprometió a ayudar a Sil Auressë en caso de necesidad, y envió treinta jinetes cuando aún no se sabía el alcance de la ofensiva de los orcos.

Sobre la posibilidad de solicitar ayuda a los clanes de Saralainn en el sur, Gorlim se encogió de hombros. –Los hombres de Saralainn están en guerra con Girithlin. Y se hallan lejos. En cualquier caso, una vez resuelta la amenaza inmediata, se puede hablar de algún pacto más permanente para proteger Minhiriath. Está claro que los orcos son más numerosos y se han criado más rápido de lo esperado después de las derrotas de Dagorhir y de Hazvadok. Son como una plaga que no parece acabar nunca.

 Miró de nuevo el mapa. –De todos, aquí se ha puesto en marcha algo que cambiará el tablero de Cardolan. De este conflicto, de estos fuegos, se forjará un nuevo comienzo para este reino. Y sin duda, jugarán un papel importante muchos de los nombres que han aparecido en las cartas de Theon Vilarion, y en nuestra conversación. Aún así, en este momento nos encontramos solos.

-No del todo, comentó el capitán. –Ya he enviado una avanzadilla, y al alba partiré con el resto de la unidad. Un centenar de jinetes para ayudar en la contienda, pues no debemos olvidar que Sil Auressë no es una aldea indefensa. Cuenta con un ejército comandado por el Corsario, dijo invocando el sobrenombre con el que se conocía a Khôradur. –Y recientemente hicieron una convocatoria para aumentar el número de tropas. Además, la unidad de la formaba parte Aelloth sigue allí, en el frente de combate.

Erig se puso de pie. –Nos preparamos para partir hacia Sil Auressë, y nos reuniremos de camino con la unidad del capitán Elfwine que ha enviado Lord Echorion desde el oeste.

-Que así sea, confirmó Gorlim. –En esta hora oscura, se demuestra el auténtico valor de los hombres de Cardolan. Yo de mi parte trabajaré desde Metraith con vistas al futuro inmediato después de la batalla.

El Consejero se despidió de todos y salió de la tienda.

El plan estaba en marcha, y Ayla regresó con Undumë y se sentó junto al animal mientra meditaba sobre todo lo que había oído. El mundo había seguido girando en su ausencia, y además a una velocidad vertiginosa.

La buena nueva era que Echorion parecía haber dado un paso al frente. Había enviado tropas para ayudar a Sil Auressë. Treinta jinetes de la unidad donde iba Aelloth, otros cien de Erig aquí en Metraith. Más otra que ya estaba de camino, liderado por otro capitán. Teniendo en cuenta el declive de Cardolan, poder contar con más de dos cientos caballeros bien equipados era una prueba de fuerza de una contundencia enorme. Y con esa cantidad de hombres, los problemas de logística y de aprovisionamiento también eran complicados sin duda.

Ayla recordaba que la intención del joven heredero de Girithlin era atacar hacia el sur para desafiar a su tío, el usurpador Aervallon. Parecía tener casi listo su ejército, lo que era una buena noticia para Sil Auressë en estos tiempos de necesidad.