Mientras estaban en el taller de Adhellin, llegó también Cerveth que había terminado su clase. Saludó cortésmente a Ayla, y se quedó escuchando mientras ella les agradecía el esfuerzo realizado. Se quedron los tres pensativos sobre las carencias y las prioridades, sin saber qué decir...
Al final habló Edrec: -la Academia está en marcha, pero hay mucho qué hacer, y los primeros pasos siempre son los más difíciles. Nos hace falta de todo, pero principalmente libros y material de estudio, y asentarnos en un edificio propio que como dices está en marcha pero desconocemos los plazos.
-Hay otro tema, interviene Cerveth con amabilidad, -según el espíritu de Sil Auressë, nuestra Academia está abierta a todos. Por lo tanto el número de alumnos que pagan es menos que el total. Por ejemplo, ahora rondamos la treintena de alumnos permanentes, más aparte las clases o charlas que damos a los de la milicia y a los obreros. Pero sólo pagan veintiun alumnos. Esto tiene sus ventajas e inconvenientes. Por un lado los beneficios de la Academia siempre se contarán en algo distinto a la moneda. Pero por otro lado podemos realmente volcarnos en cada alumno, sacando lo mejor de él. Y eso los padres lo agradecen, algunos en forma de donativos.
A estos llegaba Ionell, jadeando un poco por el esfuerzo de la excursión, con las manos sucias de barro y con un saco lleno de piedras. Se le veía contento. -Un día tú y yo tenemos que hacer un viaje a las Colinas Rojas, le dijo a Cerveth mientras le daba palmadas en la espalda dejándole la marca de su mano, aunque parecía que no le importaba a Cerveth. Mientras ambos se quedaban hablando un rato de las Pinnath Ceren y de si se podría organizar un viaje tan largo, Ayla los miraba con atención. El altivo y orgulloso Cerveth, quien siempre se había posicionado por encima del resto de sus compañeros, había experimentado un cambio sutil pero evidente en pocos meses. En estos momentos parecía que Sil Auressë se estaba convirtiendo en algo más grande de lo que se había pensado en un primer momento.
-Ayla, creemos que las prioridades de la Academia deben ser éstas, dijo Ionell, -primero tener una fecha para la inauguración del edificio, para poder planear algunas cosas. Si posible, la Academia o la torre deberían contar con una biblioteca, aunque sea provisional. No soy el mayor defensor de los libros, pero reconozco su valor. Con el tiempo podemos hacerlos, comprarlos o recibirlos como donativos. Pero debería haber una biblioteca abierta al público en algún lugar de Sil Auressë. Quizá con una sala privada o estudio cerrado donde guardar los tomos más valiosos.
-En segundo lugar, hay pendientes visitas de dos personas a las que Curudae da mucha importancia. Una es Gildûr, el padre de Girion que está estudiando aquí. Hizo un gesto con la mano hacia el joven alumno que estaba ayudando en el taller. -Cerveth prepara informes semanales de los progresos de Girion, y su padre está ansioso por visitarnos de nuevo en un plazo corto. La otra visita es la de un tal Palomirë, que nos han dicho que es un viejo conocido tuyo.
-Como bien dice Ionell, dijo Cerveth, -esta clase de visitas requieren tener una presencia mejor que en una tienda abandonada. Por ese motivo se han aplazado un tiempo hasta tener listo el edificio de la Academia. No conozco a Palomirë de antes, pero por lo que me comentan es un noble de grandes recursos. De todos modos, el Senescal Curudae parece tener ciertos planes al respecto que quizá deberías comentar con él. Por lo que nos atañe a nosotros, nos centraremos en ofrecer a los visitantes la mejor imagen de la Academia.
[-42]
-Queda una última cosa, dijo Edrec. -Hace dos meses tuvimos una reunión, y decidimos elegir un Director para la Academia para dentro de dos lunas. Ese tiempo ya ha vencido.
Todos se quedaron sorprendidos de lo rápido que había pasado el tiempo. Incluso Cerveth, quien siempre había manifestado desear (y merecer) esa posición, parecía sincero al decir que se le había olvidado.
-La Academia puede funcionar sin Director, continuó Edrec, -pero en caso de disponer de donativos o dinero, y por otro lado todos los maestros tenemos peticiones y exigencias… pues necesitamos confiar en alguien para gestionar los fondos y tomar las decisiones diariamente, así como actuar de portavoz de todos nosotros.
-Se dijo que entre todos eligiríamos a un candidato, y luego la Dama Ayla le daría el visto bueno, intervino Adhellin, en un segundo plano pero partícipe de la reunión. -Me gustaría aprovechar el momento para renunciar mi candidatura y voto. Mi tarea en Sil Auressë está más centrada en este taller, de hecho cuando esté terminado el edificio es posible que siga trabajando aquí. Quiero también seguir dando clases y enseñando, bien aquí o en el nuevo edificio. Pero el cargo de Director requiere cierta dedicación que ahora no puedo dar. También quiero dejar constancia que cualquiera de mis tres compañeros sería un gran director de cualquier academia, dijo mientras sonreía algo avergonzado.
-Adhellin, tu tarea es mucho más importante que la del director, que al final es sólo un portavoz y administrador del dinero, le contestó Cerveth. -En tus manos está la eternidad de la obra que estamos haciendo aquí. Las generaciones venideras sabrán de lo que fue Sil Auressë, lo que fuimos en Cardolan, gracias a tu arte y oficio. El puesto de Director se te queda pequeño, amigo.
-No renuncies a tu voto, ya que con el tuyo se garantiza el desempate, le dijo Edrec.
Una vez aclarado los temas pendientes, propusieron entre todos que Ayla se reuniera con ellos dentro de dos días, una vez terminadas todas las clases del día, para concretar todos los asuntos y confirmar también el Director que para entonces ya iba a estar votado.
-Como bien ha señalado Cerveth, la apertura de la Academia a "todos" supone que los beneficios de la misma no sean económicos. Nunca pensé en la Academia como un medio para obtener un beneficio económico. Sino como un medio para difundir conocimiento y que sea ese el que proporcione el beneficio a toda la comunidad. Vosotros, estais preparando a la gente para algo muy grande. Esa es la misión de la Academia, preparar gente de élite. En el tema económico lo único que aspiro es que la Academia sea autosuficiente, que proporcione los recursos necesarios para que automantenga, y permita su funcionamiento sin trabas de ningún tipo. Para obtener beneficios se han puesto en marcha otro mecanismos, del que Adhellin forma parte, y que ha hecho un buena observación. Será interesante valorar, que la escribanía tenga su espacio propio.
-En cuanto a la biblioteca, lo repasaré con los Arquitectos, pero yo tenía en mente que en la Academia hubiese una, no obstante no será la única en Sil Auresse. Determinados tomos serán conservados en otro lugar cuyo acceso será restringido. Podrían plantearse en un futuro un edificio a parte, que albergue solo una biblioteca, anexo a la Academia. Pero eso depende de las necesidades de espacio que vaya exigiendo.
-Han pasado dos lunas ya... Si hace dos días estábamos en Tharbad y yo estaba explicándoos todo lo que tenía en mi cabeza y ahora podéis ver... Si ha pasado rápido el tiempo. Entonces, en dos días nos reuniremos y escucharé vuestra decisión que por lo que veo va a ser compleja. Todos estáis más que capacitados para este puesto y lo difícil no será elegir a uno, sino descartar a los demás. Mientras tanto esperaré vuestra decisión. En dos días os informaré de todo lo que acontezca a los temas hoy comentados, mientras tanto he de seguir tratando otros asuntos.
Ayla se despidió de todos y se fue a reunirse en la Casa del Comercio con Curudae y Khoradur.
Ayla se despidió de los maestros y cruzó la plaza de vuelta a la Casa de Comercio. Mientras avanzaba, meditaba sobre qué planes iba a tener tu Senescal Curudae con Palomirë y Gildûr. Era ya mediodía cuando entró en el salón, donde le esperaban Khôradur y Curudae, sus hombres de confianza. Los ayudantes les dejaron el vino y la comida en las bandejas, y cerraron las puertas para darles privacidad. El último en abandonar la sala era el Cocinero Jefe Intorin, que había preparado una comida especial.
Una vez sentados, Curudae le preguntaba cómo había visto los avances de Sil Auressë.
Los miró pensativa, y les dijo: -la verdad es que, con cada salida que hago, el tiempo cada vez se relativiza más. Tenía dudas de los días que han pasado, pero más o menos he estado fuera unos 15 días si no me equivoco. Últimamente mis pasos me llevan a lugares extraños... Pero lo que sí he observado, es que ha habido muchos cambios. En el poco tiempo que he estado fuera, han pasado muchas cosas, y la vida y la esperanza se agarra con fuerza a estas tierras. Habéis influido en el destino de muchas personas, y eso no lo olvidarán las generaciones futuras. Yo no podré estar siempre aquí, y conforme Sil Auressë vaya consolidándose, yo iré despareciendo de la primera línea de aquí, pero sin alejarme demasiado. Esta es una tierra de hombres, y en un tiempo más o menos lejano el Senescal, regentará Sil Auressë y la Dama aparecerá en muy contadas ocasiones, tal vez sólo si Sil Auressë la necesita... Pero aún queda mucho tiempo, y hay mucho que hacer.
-Veo como la Academia se consolida, Adhellin está haciendo un grandísimo trabajo. Curudae, me trajiste a los mejores. Veo las ganas de que llegue la ansiada forja para equipar a nuestro ejército. Los Valar pusieron a los enanos en mi camino, cada vez creo más que Sil Auressë está protegida por ellos... Khoradur está haciendo un grandísimo trabajo, mucho más de lo que se le puede pedir, y ahora es que llegue su momento, de disponer los medios que sean posibles a su disposición cuando se nos ha presentado la oportunidad. Curudae, tú haces a Sil Auressë grande, y Khoradur la hace fuerte, y ambas cualidades crecen día a día. No obstante falta atacar algunas cuestiones más urgentes.
-En primer lugar, la triste noticia de la muerte de uno de nuestros soldados en servicio, que ha dado la vida por y para uno de cada ser que aquí habita. Ha dado su vida por lo que estamos construyendo, y eso no puede caer en el olvido. Por ello, lo primero es aplicar lo que es Sil Auressë, esperanza y apoyo entre todos su ciudadanos. Por ello, no puedo dejar que Khoradur como muy bien intecionadamente iba a hacer, asuma solo la pensión de la viuda de Elwan. Por ello es necesario crear un fondo porque desgraciadamente no será el único que luche hasta su último aliento por aquello en lo que cree y ama. Por tanto, voy a crear una fondo, cuya aportación inicial será de 140 monedas de plata. Se aparte de ese fondo la cuantía que se deberá satisfacer a la familia de Elwan durante un año, y el resto se invierta en algún negocio para que con sus rendimiento poder ampliar la cuantía del fondo, y poder crear así una dotación estable que se autoalimente, y que pueda cubrir las necesidades de las familias de soldados caídos. Con posterioridad cuando se finalicen las obras y las deudas se vayan extinguiendo, destinaremos cantidades adicionales para incrementar más rápido dicha suma. En cuanto la viuda, me comento Khoradur, que esparaba para entrar en la cocina de Sil Auressë y en mi oponión lo deberíamos acelerar en la medida de lo posible...
-Otro aspecto importante, es la Academia. En un tiempo llegarán Gîldur y vendrá también Palomire. Fue el pago que me hizo por una ayuda que le presté en un momento desesperado, lo que ha permitido poner en marcha Sil Auressë, y tiene que verlo. Tiene una hija que podría venir a la Academia, pero tal vez sean otro sus designios. Ayla se volvió a quedar pensativa, acordándose de su primer viaje a Amond Lin, en el que llevaba a aquella niña, así como cuando le enseñó las nociones básicas de la esencia para que se relajara, es decir, el hechizo de dormir.
-La cuestión es que aún no he hablado con los arquitectos, pero ¿cabría la posibilidad de destinar más personal de otros sitios a la terminación de la Academia para que estuviese finalizada antes de que lleguen? Tal vez deberíamos hablarlo con los arquitectos juntos, después.
-Una última pregunta, ¿qué os parece el acuerdo con nuestros amigos enanos? También he ir a verlos en breve.
-El tiempo es un nuestro aliado en algunas cosas, y en otras nos apremia, le dijo Curudae mientras iban comiendo. -Tu partida de Sil Auressë fue el día 20 de Gwaeron, si no me falla la memoria. Volviste hace unos días, el 25 de de Gwirith, tras un mes de ausencia.
Este dato le hizo pensar a Ayla unos instantes. Parecía que el tiempo fuera de Sil Auressë había pasado más rápido de lo que se había pensado… El viaje hasta Sudùri duró más de una semana, y unos diez días para llegar a Bar Irlossiel… Pero aún así, parecía que se ha avanzado mucho en poco tiempo durante su ausencia.
-Pero no es sólo las cinco semanas que has estado fuera, es que antes de partir estuviste centrada en la Academia durante unas semanas y te fuiste la semana antes de recibir mi tercer informe, siguió Curudae. -Por lo tanto han sido casi dos meses de avances. Y dos meses dan para mucho.