Partida Rol por web

Sil Auressë

[19] Un nuevo día

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29/12/2018, 18:49
Ragi

CAMINO DESDE METRAITH

Ragi se alegró por las noticias que estaban recibiendo y la visión de la llegada a su destino. Ya estaban cerca de acabar ese viaje y podrían, esperaba, volver a sus clases y a proteger a Sir tras las murallas.

- Ya llegamos-dijo en un suspiro-. Espero que todos estén bien.

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30/12/2018, 01:49
Denelloth

CASTILLO

-Amigo Arthondir -respondió Denelloth, con una amplia sonrisa, cuando Arthondir se dirigió a él. Había pasado el tiempo como sumido en una ensoñación aletargada, durmiendo y descansando, principalmente solo, en ocasiones en compañía de Acero Rojo, Eben o algún otro cazador, y visitando a Khôradur. Sin embargo, recibió con calidez a su compatriota. Se interesó por su mano herida y sus impresiones de la situación que vivían.

-No te he agradecido todavía como debiera tu ayuda en estos días -dijo. -Ha sido inestimable. Especialmente para mi; tu caballo me hizo un gran servicio, te lo aseguro.

Cuando le planteó sus preocupaciones, Denelloth lo agarró suavemente del brazo y caminaron juntos hasta las almenas. Le respondió mirando al oeste, al horizonte, como quien mira hacia la nada.

-Creo que te debo una explicación. Y, sin embargo, yo mismo no sé mucho. La niña Sir llegó a la aldea como una refugiada, pero pronto se mostró como alguien muy especial. No podría explicarlo mucho mejor. Está, de alguna manera, tocada por un don. Tanto, que pronto fue objeto de la atención de oscuros y poderosos enemigos que intentaron raptarla. Al frustrar la intentona, el Mal volcó toda su fuerza contra Sil Auressë. Todo este ataque no era sino un esfuerzo por hacerse con ella.

Hizo una pequeña pausa y siguieron andando. El montaraz continuó su relato con aire fatigado.

-Lo cierto es que, de forma sutil, me vi involucrado en su protección; mi destino se ligó al suyo, por así decirlo. Todos, en verdad, nos vimos abocados a protegerla, cada uno a su manera. Y algunos han perdido la vida en ello.

Pareció perderse en sus propios pensamientos, pero enseguida continuó, pasándose distraído la mano por las cicatrices de la cara.

-Volvía apresurado al castillo cuando te conocí porque debía, en última instancia, sacarla de aquí si el cerco se cerraba. Girion recibió las mismas instrucciones. Y yo te las pasé a ti, porque no me pareció claro que ninguno de los dos pudiéramos volver, y temía tanto por su vida... Siento si te involucré tan profundamente en algo que te era ajeno, además de muy peligroso. El caso es que cuando entré, supe que Sir se había ido. Acuciados por el miedo, decidieron sacarla de aquí poco antes de nuestra llegada. Ahora... No sé dónde está, ni quiero saberlo. Ojalá esté bien y a salvo. Los que tomaron la decisión son más sabios y están mejor informados que yo, o eso quiero creer.

Se paró y de nuevo lanzó la mirada en lontananza, en silencio por un rato.

-Pero volveré a verla. Lo sé. Espero que pronto. Guardo algo suyo.

Y sacó algo del bolsillo, y lo mostró a Arthondir. Era una pequeña piedra redondeada, oscura, no demasiado llamativa. Volvió a guardarla y no añadió más. Desde su posición pudieron divisar, a lo lejos, un pequeño grupo de jinetes que se aproximaba. Cuatro de ellos llegaron hasta el castillo. Denelloth reconoció a Ayla enseguida.

Notas de juego

Por cierto dire, ¿qué ha sido de Girion? A estas alturas algo concreto se sabrá, no?

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30/12/2018, 02:20
Denelloth

CASTILLO

Había pasado el tiempo como sumido en una ensoñación aletargada, durmiendo y descansando, principalmente solo, en ocasiones en compañía de Acero Rojo, Eben o algún otro cazador, y visitando a Khôradur. Estaba con Arthondir en las almenas cuando pudieron divisar, a lo lejos, un pequeño grupo de jinetes que se aproximaba. Cuatro de ellos llegaron hasta el castillo. Denelloth reconoció a Ayla enseguida. También a Aelloth y a Dos Colmillos.

Se mantuvo en un discreto segundo plano, saludando cortésmente y desde la distancia a Dos Colmillos y, con una mirada que rebosaba calidez, a Ayla, la persona que lo había conducido a Sil Auressë. En verdad parecía cambiada.

Denelloth no estaba versado en las sutilezas de la política y el poder en Cardolan, pero percibió enseguida el alto rango que emanaba de algunos de aquellos hombres. Escuchó sus palabras, y se mostró inquieto cuando se mencionó a Norión; sin duda el montaraz tenía también todo el interés por ver al anamarta por fin de vuelta en Sil Auressë sano y salvo. Aprobó satisfecho que Eben y Girion formaran parte del grupo elegido para traerlos de vuelta.

Por lo demás, se limitó a escuchar y a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. El desenlace de aquella situación era inminente.

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30/12/2018, 11:19
Curudae

CASTILLO – LA ACADEMIA

En la Academia, Ayla, Curudae y Bergil seguían junto a Khoradur. Curudae cerró los ojos un instante recordando los inicios de Sil Auressë. Durante los meses posteriores a la fundación se había forjado un vínculo fuerte entre los tres, y cada uno a su manera había sido clave para lograr establecerse en esta región convulsa. Juntos habían creado la base sobre la que descansaba la esperanza del futuro, y todo el sueño que compartían se había puesto a prueba de la forma más cruel e inesperada. Habían pagado un precio muy alto, pero habían aguantado las embestidas del enemigo. El sueño seguía vivo.

-Seguimos aquí, sentenció Curudae. Luego salió del cuarto. El Senescal necesitaba atender a Lord Barahir y a los demás. Por el camino vio cómo el Director de la Academia Cervethh se apresuraba para llegar lo antes posible a Othrind. Y también vio a Girion caminando hacia los establos, y por un momento pensó en decirle algunas palabras. Pero comprendió que no había consuelo para el joven en aquellos momentos. Solo podían estar por si les necesitaba, y dejarle estar.

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30/12/2018, 11:20
Curudae

CASTILLO - Curudae

Antes de salir de la Academia, Curudae comentó en privado a Ayla el peor de los desenlaces para Gildûr, el padre de Girion. Había llegado desde Tharbad en compañía del sabio Berephar, de Eren la nieta de Berephar y del corsario Milzarak. Pero llegó moribundo causa de una extreña enfermedad que le debilitaba cada vez más. Girion había compartido con su padre sus últimos días, aunque él seguramente no lo sabía pues había perdido el conocimiento y su viaje por este mundo ya concluía.

También se lo comentó a Denelloth y a Arthondir por el camino hacia la torre de homenaje, pues al Senescal le había llegado que los tres compartían la misión de salvaguardar la vida de Sir. El destino de la niña ya no estaba en sus manos, y Girion había sido liberado de su juramento para con la pequeña.

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30/12/2018, 11:20
Director

SIL AURESSË

La expedición partía para traer de vuelta a Norion, y Girion hijo de Gildûr iba con ellos montado en su caballo Viento que tantas veces les había salvado en esos días de peligros. Mientras tanto, en la aldea y en el castillo la gente comenzaba a mirar cada nuevo día con alegría y optimismo. El miedo había sido derrotado por fin, y la ayuda de las tropas de Echorion era más que bienvenida, sobre todo cuando el regreso de la Dama Ayla acompañada de algunos hombres del Príncipe Desterrado parecía bendecir esa intervención.

En el castillo no hubo grandes reuniones ni ceremonias. Tocaba compartir información y vivencias, y recordar lo que había sucedido en las distintas batallas. Las piezas que componían el cuadro de lo vivido estaban por fin todas presentes, y tan solo faltaba colocarlas.

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30/12/2018, 11:21
Curudae

CASTILLO

El Senescal Curudae le saludó a Barahir agarrándole de los hombros, aunque para eso tuvo que levantar los brazos bastantes pues grande era la estatura de aquel noble, sobre todo en comparación con el bajito y regordete Curudae. –Lord Barahir, bienvenido a Sil Auressë. Contigo llega la Luz a nuestra aldea, y la ayuda que tanto necesitaba toda esta región.

Curudae había escuchado el discurso de Barahir con interés. A pesar de la emoción del momento, su mente analítica no podía dejar de pasar por alto ciertos matices que involucraban a Sil Auressë en las pretensiones del joven Echorion.

-Lord Echorion está cumpliendo con su deber como Protector de las Tierras de Metraith, pues aceptó ese cometido hace ya más de un año. ¡Y cuánto me alegro! Como te habrán contado, el enemigo es numeroso aún pero ha sufrido durísimos golpes en estos días. Hemos de confiar en que su derrota es ya un hecho.

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30/12/2018, 11:23
[Gi] Barahir

CASTILLO

-Una derrota contundente, afirmó Barahir y sin esperar invitación cogió dos copas y las llenó de vino. Le ofreció una a Curudae y luego alzó su copa. –Por todos vosotros. ¡Por Sil Auressë!

Luego le solicitó a Curudae una habitación privada. –Necesito descansar un poco. Tenemos mucho de que hablar, pero primero que terminen las batallas. De momento, ten esto…

Le entregó un pergamino enrollado.

-Es la copia del tratado que elaboramos vuestro representante Arkyn y yo. La amenaza de la oscuridad nos ha unido, y ahora el destino nos ha brindado la oportunidad de ver nacer una nueva luz.

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30/12/2018, 11:24
Director

SIL AURESSË

Barahir, Aelloth y Dos Colmillos se quedaron en el castillo. No hubo grandes reuniones formales ni declaraciones. Aelloth pasaba su tiempo con sus camaradas de los Garan Gwalorn, y comentó en varias ocasiones que quería reunirlos a todos en la taberna de la Casa Común en la aldea en breve ahora que la situación parecía estar bajo control. Allí, entre cerveza, hidromiel y música podían rememorar las batallas épicas, y honrar a los victoriosos caídos. Unos días más tarde, Aelloth se tuvo que ausentar para coordinar algunos puestos de control de las tropas de Echorion, pero prometió regresar en cuanto le fuera posible.

Las noticias llegaron de las batallas victoriosas en el sur, como era de esperar. Se hababa de una aniquilación casi total de los orcos. El ejército controlaba los caminos y en cierto modo Sil Auressë estaba aislado pues aún merodeaban pequeños grupos de orcos y de huargos por la zona a pesar de la derrota contundente del enemigo. Por desgracia, el último líder de la hueste occidental, el anciano orco Ulog-Plak, había logrado escapar. Al menos de momento.

Dos Colmillos se encontraba algo fuera de lugar entre los muros de aquella pequeña fortaleza, pero tardó unos días en regrsar ya que Acero Rojo quería seguir un tiempo más allí por un motivo que el Lobo no alcanzaba entender del todo. Los dos salían con frecuencia a dar una vuelta por los alrededores, y coincidían con Denelloth. Cuando regresó el grupo que trajo a Norion de vuelta, el montaraz Eben se unía con frecuencia a ellos, igual que el cazador Sudwyll. Eran personas más habituadas al campo abierto.

Con Norion llegó un hombre herido y un mediano de nombre Otho. También llegaron en esos días a Sil Auressë desde el sur los hombres liberados por Tarbrand y Agnor en las primeras contiendas contra los orcos, entre los que iba Odard. Habían ayudado en las luchas cerca del Paso de la Loma, pero no pertenecían a las tropas de Echorion y por lo tanto podían seguir su camino libremente hasta Sil Auressë. Al parecer, las órdenes del Príncipe Desterrado a sus hombres eran de no perturbar la paz de aquella aldea que tanto había sufrido. Y por ese motivo, no se llegó a ver allí a las grandes unidades de caballería que cazaban a los orcos supervivientes.

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31/12/2018, 00:38
Theon

CASTILLO

Theon contempló como los recién llegados se acercaban, conocía bien a dos de ellos, y de los otros dos había oído hablar. La dama que caminaba junto a su tío no era otra que Ayla, una mujer de la que había escuchado por primera vez en Metraith y que según le había dicho Faelimir, mucho tenía que ver con Sil Auressë. Su paso confiado reflejaba autoridad y a la vez parecía estar ausente de todo lo que sucedía en el Othrind, se alejó de allí sin mediar palabras, y eso no hizo más que profundizar el halo de misterio que envolvía a la mujer. 

Respondió el gesto de su tío y se acercó lentamente para saludarlo. Sus modos eran formales, no sólo porque pertenecía a la nobleza sino que además Theon consideraba que él era el legítimo regente de Dol Tinaré, el descendiente del Ernil Hallas. - Que gusto verle, Lord Barahir, tras tantos años - el joven sentía admiración por aquél noble que junto a Lord Echorión podían cambiar el destino de todo Cardolán. - Llega en el momento más oportuno, vuestra apoyo es importante para todos nosotros, vuestra presencia resulta inspiradora - por unos instantes cedió en sus modales y sonrió ante uno de los pocos familiares que seguían con vida y que lo habían ayudado en los difíciles tiempos de su niñez.

Luego saludó a Aelloth con entusiasmo - Me alegra saber que estás bien y escuchar las buenas noticias que traes. Tenías una misión casi imposible y la has realizado con éxito. - señaló a Ayla y a Barahir, - Gracias por haberme hecho ese pequeño favor - asintió agradecido por haber entregado las cartas - Cuando la noticia llegue al Príncipe Minastir, también podremos contar con el apoyo de Arthedain para asegurar la región - él mismo había sido enviado por el hijo del Rey Argeleb II para investigar los movimientos del enemigo en los alrededores de Vado de Sarn.

Saludó también a Dos Colmillos - Es un placer, mi nombre es Theon. Junto a Aaren partimos de Arthedain acompañados por algunos lobos, el más veterano se llamaba Abel. Y sobre el final de la batalla, tuve el placer de combatir junto a Acero Rojo. Quiero agradecerle todo el apoyo que nos han dado todos ustedes- dijo a quien parecía ser uno de los líderes de esa extraña hermandad. 

Lord Barahir los puso al tanto de los últimos detalles y habló de un sacerdote que debía ser traído al castillo. El nombre se le hacía familiar, Girión lo había mencionado antes, era un maestro suyo en la academia. Mientras el sacerdote se escondía en el bosque, los hombres valientes derramábamos nuestra sangre para defender esta aldea. Dónde estaban los Valar mientras arriesgábamos nuestra vida? pensó con indignación, Theon tenía la convicción de que eran los hombres lo que hacía la diferencia y no los mitos ni las supersticiones. 

Notas de juego

Post a ubicar en el contexto de los post de Barahir del 28/12/2018, 23:50 y 32:54 

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31/12/2018, 15:37
Arthondir

CASTILLO

Las palabras de Denelloth sonrojaron levemente al dúnadan, pese a que ya contaba varias primaveras.

Athrador es un gran corcel - acertó a responder mientras cierto rubor se adivinaba bajo la curtida piel del viajero - me alegro de haber podido ayudar aun de esta forma.

Su gesto se recudreció mientras escuchaba hablar de Sir, si bien poco o nada sabía de ella suponía que debía tener una gran importancia, y las palabras del Maestro Cazador así lo confirmaban, pensar que las tropas en el vado eran tan sólo restos de un ejército, un ejército de varios que El Enemigo había lanzado contra Sil Auressë ¿todo para acabar con una niña? La idea parecía sacada de un cuento de la antigüedad, pero la seriedad en el rostro de su compatriota no dejaba lugar a dudas.

Al parecer el destino de aquella niña no se ligaba a Sil Auressë ahora, pero Arthodir no podía dejar de pensar en ello, el secreto es la mejor forma de mantener un viaje a salvo, pero aún así son arriesgados, le hubiera gustado poder hacer algo más por ella, que porta tan pesada carga.

Gracias Denelloth, por confiar en mí - comenzó diciendo, mientras cuatro jinetes se aproximaban al castillo, parecía una comitiva en toda regla, sin duda era algo importante - espero que podamos hablar cuando todo se calme, me temo que esta vez sea yo el que necesite ayuda.

Con un gesto con la cabeza y una sonrisa invitó a Denelloth a bajar de las almenas, le había parecido ver a Dos Colmillos entre los recién llegados, y probablemente ambos quisieran saludarle.

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31/12/2018, 16:33
Arthondir

CASTILLO

La llegada de los jinetes prometía marcar un cambio, como de la noche a la mañana, de la sombra a la luz. El silencio se adueñó del castillo mientras cruzaban el pórtico coronado con el lema de Sil Auressë, Arthondir identificó rápidamente a Dos Colmillos, ataviado con su capucha de lobo y ambas espadas cruzadas a la espalda, y le dedicó un gesto de bienvenida. Reconoció también a Aelloth, quien servía de enlace a menudo entre las divisiones de Lord Echorion, mas dudaba que éste lo reconociera, por lo que decidió presentarse a él más tarde, cuando hubiera acabado con los asuntos que traía, que sin duda serían más urgentes que los dictámenes protocolarios. En tercer lugar se percató de una dama elfa, montando grácilmente un caballo criado por su estirpe, pese a la mantilla había muchos indicios de su origen para Arthondir, pues conocía bien a los de su raza. Si no fuera por estar acostumbrado ya, su belleza probablemente lo habría eclipsado como pasara días atrás durante la Batalla de la Loma. Nunca la había visto, pero todo apuntaba a que se trataba de la Dama Aylarien, fundadora de Sil Auressë, con lo cual dedicó una cortés reverencia a su paso, pues era un invitado en su hogar.

El último de los jinetes tenía un indudable porte de origen noble, más queriendo ocultar su identidad, Arthondir no fué capaz de reconocerlo, con lo que acudió raudo al Othrind, con la esperanza de que el extraño se presentara. Llegado el momento, se dió cuenta de la importancia de este cuarto miembro, pues no era otro que Lord Barahir, nieto de Hir Hallas, y uno de los principales herederos de Dol Tinare, jugaba un papel fundamental en el futuro de Cardolan, y por ende, en la vida de muchos de los allí presentes. Cuando escuchó el saludo de Theon se percató de que el joven tenía las relaciones, la preparación y la templanza como para llegar muy lejos en lo que se propusiera, sin duda Sil Auressë parecía tener algo de naturaleza mística que atraía lo excepcional.  

Aprovechando la estancia de Dos Colmillos, quiso reunirse con él y con Acero Rojo y, en la medida de lo posible, preguntarles sobre su tío, pues parecían haber compartido algún tiempo, era un asunto muy personal, con lo que se aseguró de que nadie más pudiera escucharle.

Mientras tanto Aelloth había convocado a los Garan Gwalorn en la taberna de la Casa Común y, pese al poco tiempo de pertenencia y a las extrañas cicustancias de su reclutamiento, sintió que debía reunirse con ellos, pues aún portaba el brazalete rojo, y sentía que debía, cuanto menos, rendir los honores pertinentes a su antiguo dueño, que debía descansar ya en los salones de Mandos.

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31/12/2018, 19:24
[LC] "Dos Colmillos"

SIL AURESSË

Dos Colmillos saludó a Theon y escuchó sus palabras acerca de Abel. –No sé de nadie con ese nombre, dijo pensativo. –Las manadas de Lobos que conozco están todos en el sur. De nuevo, buscó con la mirada a Acero Rojo. Había deseado volver a verla mientras ayudaba a las tropas de Echorion. Ahora en el castillo la extrañaba aún más, pues aunque se encontraba cerca, ella no parecía albergar ya los mismos sentimientos que antes había tenido hacia él.

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31/12/2018, 19:26
[LC] "Acero Rojo"

SIL AURESSË

-Dos Colmillos no conoce todas las manadas y personas que siguen la senda de los lobos del Mundo Que No Se Ve, intervino la guerrera. –El Guía nos contó de más grupos que tienen el mismo … “símbolo”, añadió pensando un rato en la palabra adecuada. – Son imágenes que vemos en los sueños. Lo invisible nos rodea, nos marca la senda, y se hace visible a cada paso recorrido. Nuestro Guía nos habló de otro grupo en el norte, en Arthedain. Denelloth me ha comentado alguna cosa de ellos…

Entonces vio un destello distinto en la mirada de Dos Colmillos. Algo que no comprendía, como si ella le hubiera atacado de algún modo. Le agarró de la mano y le dijo: -Ven, Dos Colmillos. Vamos a salir fuera de estos muros. Háblame de la cacería de orcos en el sur.

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31/12/2018, 19:27
[Gi] Aelloth

SIL AURESSË

Los dos Lobos se alejaron, y Theon se preparaba para entrar en el castillo. Pero Aelloth le agarró del brazo una vez más. –El placer ha sido mío, amigo Theon. Tenías que haber visto la cara del capitán Erig y la de mismísima Ayla cuando leían tus cartas. Todos se preguntaban quién era ese tal Theon Vilaryon jajaja

Estaba de buen humor, pero avisó de que no iba a entrar en Othrind. –Ya estuve en aquella sala antes. Ahora tengo que atender unos asuntos, entre ellos hablar con Curudae en privado. Ah, tengo noticias de Abel y de los dos hermanos. Sé que piensas en ellos. Llegaron al Vado de Sarn, y están de camino aquí. El apoyo de Arthedain… Bueno, ya sabes como son estas cosas, dijo y se encogió de hombros. –De momento no podemos contar con las Siete Estrellas. Pero todo llegará. Theon Vilaryon… Ahora todos te conocen, no lo dudes. No se olvidarán de tu nombre, para bien o para mal. Salgo ahora, pero regresaré para la reunión de los Garan Gwalorn. Te lo prometo

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31/12/2018, 19:29
[Gi] Barahir

SIL AURESSË

Dentro de la sala de Othrind, el encuentro entre Curudae y Barahir fue breve. Las palabras y los gestos amables de los dos maestros de la política ocultaban ciertos matices que no pasaban desapercibidos para los ojos más habituados a las intrigas de los palacios. Barahir había pedido y recibido información de aquel tabernero de Tharbad que llegó a sostener el cetro de los Gremios de aquella ciudad. Le habían avisado de su habilidad y de su inteligencia, y consideró que no era el momento de comenzar un intercambio que podía empañar aquel momento de celebración.

Una vez entregado el documento al Senescal, le atendió un momento a Theon. Les unía un pasado común en Fornost Erain, y se alegraba de verle ahora en Sil Auressë. –Cuando encuentre un hueco, te buscaré Theon Vilarion. Estamos en el inicio de algo grande para Cardolan, pero tenemos que elegir bien el momento. Yo lucho para ganar las guerras por venir, no solo ésta. Creo que ante nosotros se abre una oportunidad como pocas veces se ha visto en la historia de este reino. No debemos desaprovecharla.

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31/12/2018, 19:29
Director

SIL AURESSË

Las reuniones comunes de Othrind terminaron, pues la ausencia del peligro inminente las hacía innecesarias. Fueron sustituidas por pequeños corrillos y charlas en el patio o las habitaciones en privado. Gaerel usaba la sala para organizar el trabajo de los sargentos, y pronto se volvió a usar el camino que unía la aldea con el castillo. La ruta hacia Metraith seguía cerrada por orden de Echorion, pero todos esperaban ya que cualquier día se retomarían las caravanas que eran la línea de vida del comercio de Sil Auressë.  

En el castillo, la sombría figura de Norion apoyado en su cayado fue recibida con alegría por los lugareños, pues era el último de la expedición del Monolito en regresar a casa. En otro tiempo había sido miembro del ya extinguido orden de los anamartar, siervos de Namo y Guardianes de los Muertos. Así que cojeando se dirigió a la Academia, donde había sido un erudito y maestro. Sabía que esta guerra había convertido aquel lugar de estudio y de conocimiento en una Casa de Curación, y que allí podía ayudar tanto con los que aún se podían salvar como con los que irremediablemente habían partido hacia las Estancias de Mandos. A su lado iba el joven mediano Otho, y en una de las camas descansaba un joven herido al que Norion se refería como su discípulo. De entre todos los heridos el que más atención recibió por parte del clérigo de túnica oscura era el Lugarteniente Khoradur. Norion se pasaba largas horas de cada día orando e invocando a su señor junto al umbareano con la convicción de que aún no había llegado el momento de que el fëa del Corsario abandonara los Círculos de este mundo.

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31/12/2018, 19:30
[SA-ac] Cerveth

SIL AURESSË

El Director de la Academia revisó otro de los tomos de la pequeña biblioteca. Hacía tiempo que no había podido leer en tranquilidad. Encima de la mesa había varios papeles y tareas pendientes, entre los que se encontraba el tema de Tarbrand, uno de los jinetes de Lord Echorion, o de Garan Gwalorn.

El erudito miró por la ventana, y vio que el portón del castillo estaba abierto. Suspiró. Esta noche regresaba a la aldea. Y podía estar de nuevo con Margalen. Con ella, podía olvidar por un momento las penas de este mundo. La juventud de ella era como una fuente en la que él se saciaba la sed, y al mismo tiempo sentía cómo le llenaba de vida.

Entonces vio salir a Ayla de la Academia.

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31/12/2018, 19:30
Director

SIL AURESSË

La llegada de Ayla ponía punto y final al período más difícil de la corta historia de Sil Auressë. La prueba a la que había sometido el frágil sueño desde que su fundadora abandonara el lugar para viajar hacia el este donde se tuvo que enfrentar a la misma Profecía que había guiado a las fuerzas oscuras aquí en el oeste.

Caminaba como en un sueño por el patio, sus pies flotando sobre la piedra del castillo. Y por donde iba, la luz brillaba con más fuerza incluso después de su paso, y las sombras desaparecían durante un tiempo.

Sus pasos le llevaron hasta el pequeño estanque del huerto de hierbas detrás del castillo. Allí, la mezcla de olores le transportaba a distintos lugares lejanos en distancia y en el tiempo. Terminó sentada junto al agua, observando en silencio todo lo que sucedía en su alrededor. Repasaba lo que sabía de lo sucedido, y lo que le quedaba por comprender y por asimilar. Sabía que iba a necesitar tiempo. Y tranquilidad.

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31/12/2018, 19:31
[SA-aq] Carumirë

SIL AURESSË

No muy lejos del lugar de descanso de Ayla, el arquitecto Carumirë tocaba la pared de la torre de homenaje. El castillo seguía allí después de todo lo vivido.

-No te llegaron a poner a prueba en un asedio, le susurró a la piedra. –Ésta vez no. Casi todas las grandes batallas se han librado algo más lejos. Pero hemos de terminar la obra.