Partida Rol por web

29 de febrero de 2000 - 13:40

Mientras Evonne y Morgan hablaban en su habitación, Lady Marion llegó a Hoja de Hiedra. Un criado la condujo a la habitación de la Leanhaun, donde pudo ver que ambos se abrazaban. Morgan estaba manchado de sangre, pero ya no herido. Lo que sí que había sido empapado era su sillón de orejas. La entrada sorpresiva de la Baronesa hizo que Morgan se limpiase las lágrimas de las mejillas con el dorso de la mano.

-¿Lady Marion?

Marion y su pájaro pregonero entraron en la habitación. La Eiluned se quedó callada, descontenta con la presencia de Morgan. No quería verlo. No quería ver que después de todo, después de lo que había pasado, Evonne era feliz en los brazos de Morgan y ella estaba separada de Lothar por un Juramento que ella había contribuido a romper.

-No quería interrumpir -dijo quedamente, pero cerró la puerta y dio unos pasos hacia el centro de la estancia de todos modos.

Evonne se sobresaltó también ante la llegada de Marion, aunque no por ello se separó de Morgan. Estaba poco afable y su presencia no lo mejoró. No esperaba verla tan pronto.

-Déjame hablar con ella. Pensaremos luego qué hacer -susurró, se alzó para besarle la mejilla.

Cuando el Eiluned se marchó se volvió hacia la Baronesa. La observó un instante y luego desvió la mirada hacia otro lado, incómoda.

Se apoyó en el alféizar de la ventana y le dio la espalda a la pareja hasta que Morgan se marchó. Entonces se volvió para mirar a su Canciller. Fue a hablar, pero tuvo que interrumpirse para espantar al pájaro con un gesto.

-Sois libre para marcharos.

La vidente notó el alivio de ser liberada del Geas. Podía Volvía a ser libre, y con eso se desvanecieron parte de sus preocupaciones.

-Gracias -se forzó a decir. Pues no era para menos.

No se acercó. Miró a Marion desde la distancia con cautela.

-Habéis cumplido vuestra venganza, pero eso no ha solucionado casi nada, Marion. Ya no hay niño del Invierno, pero siguen quedando muchas otras cosas. Dejadme ayudaros.

A la Baronesa se le agrió el gesto.

-¿No? La Bruja ya no puede reencarnarse. Ya no nos amenaza con el Invierno. Y Axelle ha pagado por lo que ha hecho. Ahora me gustaría que hicierais uso de la libertad que acabo de daros. Quiero que os marchéis de Hoja de Hiedra, al menos por el momento. Tengo bastante con un recordatorio de mi Juramento roto -dijo Marion, señalando el pájaro que trinaba arrastrándose sobre la cama.

No le hizo esperar. Apretó los puños conteniendo así las ganas de responder y se encaminó hacia la puerta. Ya enviaría a alguien a recoger sus cosas.