Partida Rol por web

El Condado de la Flor de Piedra

3. La ira de Lothar

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04/06/2011, 13:12
Director

7 de mayo de 1999 - 10:15

Una quimera con forma de halcón había llevado un mensaje a Lord Ibrahim. El Conde Lothar reclamaba su presencia de inmediato en el Castillo de Blois.

Tras la fiera tormenta que había azotado la región el día anterior, el sol asomaba tímidamente entre las nubes. Los humanos visitaban el castillo sacando fotos aquí y allá, mientras el sidhe Beaumayn se internaba en el lugar reservado para la corte sin que nadie se fijase en él. Tan pronto anunció su llegada, el mayordomo lo llevó a una de las salas privadas del Conde.

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04/06/2011, 13:36
Conde Lothar

El Conde estaba solo, aguardando. Lo miró con ojos fríos cuando el Beaumayn hizo aparición.

-Pasad, Lord Ibrahim, y sentaos.

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04/06/2011, 14:21
Lord Ibrahim

La misiva del halcón había dejado intranquilo a Lord Ibrahim. ¿Y si los temores de Ariadna se hacían realidad y el Conde no acogía de buen grado la presencia de Helène en la Corte? Pero con lo poco que lo conocía, no creía que fuese así... Quizás le había escuchado hablar de Mariona, o... Demasiadas preguntas sin respuestas.

Siguió al criado sumergido en sus pensamientos, y sólo lo sacó de su ensoñación la voz del Conde. Le hizo una reverencia, y obedeció, sentándose, con su habitual sonrisa, quizás un poco más tensa.

- Decidme, Milord. ¿En qué puedo serviros?

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05/06/2011, 00:54
Conde Lothar

-En qué podéis ofenderme, más bien -dijo Lothar. Se echó hacia adelante e hizo una ojiva con los dedos-. Vos habéis traido a esta corte a vuestra sátiro y la habéis puesto al servicio de la Dama Ariadna. Sin mi permiso. ¿Con qué derecho traéis a uno de vuestros vasallos a mi corte y le dáis la misión de servir a uno de los míos?

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05/06/2011, 01:28
Lord Ibrahim

Ibrahim enarcó ambas cejas, demostrando cierta sorpresa. No es que se pueda decir que no estuviera preparado, pero prefería pensar que el Conde no era tan ofendible.

- Querido Conde... Lamento que hayáis recibido mi acto como una ofensa, pues para nada era lo que deseaba. Más bien pensaba en acomodar a la Dama Ariadna en el periodo más corto de tiempo. Cierto es que no os lo consulté, pero pensé no se os debería de molestar con estos temas tan nimios como la servidumbre. Mi intención solamente fue tratar a la chica tal y como se merecía. Al fin y al cabo, su padre adoptivo es el Duque Sirius, de mi Casa. Seguro que no nos convendría causar tan mala impresión en Albión, y como Bernhart comentó si la Dama había traído criados, y no lo había hecho, yo mismo ofrecí a Helène para desempeñar esa tarea.

Tras las explicaciones, el Barón bajó la cabeza.

- Tenga a bien disculparme, Milord, os lo pido. Si queréis que retire ahora mismo a Helène de la Corte, yo mismo lo haré. No obstante, creo que os he servido fielmente todos estos años para que mi lealtad y mi respeto a vos sea puesto en duda ahora. Hasta en los momentos más difíciles os he apoyado, ayudado y consolado, y lo seguiré haciendo hasta que la muerte me lleve, si lo deseáis.

En la voz de Ibrahim podía denotarse un arrepentimiento y un respeto total.

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05/06/2011, 14:54
Conde Lothar

Lothar se levantó de golpe. La furia se intuía en sus ojos leoninos.

-¿Complacer a Albión? ¿Qué tiene que ver Albión en esto, Barón? No habléis entre acertijos. Si lo que queríais era complacer a Lord Sirius, habéis logrado justamente lo opuesto. Sir Marin denunció ayer ante mí y la Condesa que vuestra criada es perezosa, malhablada y adicta a drogas mundanas. Se atrevió a drogarse mientras realizaba sus tareas. ¿Y así es como pretendéis agasajar al Duque?

Dio una palmada sobre la mesa, con el ímpetu Gwydion a punto de ser desencadenado.

-No es necesario que la retiréis del servicio. Sir Bastien vino a recogerla poco después de que la expulsara del castillo -Sir Bastien había objetado a la decisión de Lord Ibrahim y no estaba demasiado contento-. Este es uno de los condados más ricos de Neustria. ¿Acaso creíais que no podía darle una doncella yo mismo?

Se giró teatralmente y miró por la ventana.

-Ahora sois un Barón, Lord Ibrahim. Ya no tenéis poder sobre esta corte. Podéis ser mi consejero de vez en cuando, pero lo que ocurre entre los muros me concierne a mí. Os hice Barón porque creí que podríais desempeñaros bien. Porque me servísteis bien y tratásteis de ayudar a mi pobre Mariona. Pero... Si no os comportáis debidamente tendré que despojaros del título.

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05/06/2011, 15:58
Lord Ibrahim

Ibrahim se quedó congelado en el sitio. ¿Sería cierto? ¿El título de Barón se le quedaba grande? Sólo lo había hecho por bondad... Por... Intentar ser amable. ¿Por qué todos los actos bondadosos de su vida se tornaban en nada y se convertían en basura? ¿Por qué Helène había traicionado su confianza? Había confiado en ella, sabía que podía hacerlo bien, y sin embargo... El Barón tuvo que hacer grandes esfuerzos para no llorar. Encima, Lord Bastien había recogido a Helène. ¿Qué habría hecho con ella? Miró al Conde, dolido y dándole la espalda. Tragó saliva y habló, pero su voz sonaba rota.

- Yo... Haced lo que creáis conveniente, Milord. Nunca quise agraviaros, y confiaba en Helène, porque creía verdaderamente que podía hacerlo, pero siendo así... Tomaré medidas. Lo siento, lo siento de veras... Sólo quise hacer lo que creía que era bueno, y de nuevo, fallé... Yo... Quizás no sepa llevar el título, pero me esforzaré. Sé que puedo hacerlo bien, sé que puedo ayudar. - Miró al suelo, avergonzado. Sus balbuceos sonaban a las explicaciones de los niños. Se recompuso como pudo, y se levantó. Hizo una gran reverencia y se mantuvo agachado, en señal de pleitesía. - De verdad, Milord. Os suplico que aceptéis mis disculpas y que me deis una segunda oportunidad. No volveré a entrometerme en la vida de vuestra Corte, y podréis contar conmigo para lo que queráis. No daré ni un solo paso que concierna a vuestra Corte sin habéroslo consultado antes. Os lo ruego, no os fallaré de nuevo.

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05/06/2011, 16:25
Conde Lothar

-Tendré en cuenta vuestras palabras. Ahora dejadme, Barón.

Lothar permaneció impertérrito. Ya no había ira en él, pero no parecía complacido.