-Y si sabotean al Conde Luminoso, ¿qué queda? ¿Sarianne? No podemos permitirnos eso. Además, siendo plebeyos, seguro que arrasarían con cualquiera de nosotros. Tenemos que pararlo. Ahora que sabes su paradero, tenemos que ir y... hacer algo al respecto...
Evonne cogió una de sus manos y la besó.
-Sí, claro que tenemos que hacer algo. Pero tú y yo solos no podemos, tendríamos que decírselo a... Marion.
Porque, claro estaba, hablar con Lothar al respecto haría que igualmente les remitiese a Marion. Y su amiga empezaba a ser de las últimas personas con las que le apetecía hablar.
-¿Y Sarianne? Ya sé que es Sombría pero ya la atacaron una vez, ¿no? Una revolución plebeya no le interesa a nadie, y podemos mantenerla ocupada con ello mientras hacemos algo con Lothar y su ceguera para afrontar los problemas que se le vienen encima. Aunque... -La Leanhaun agachó ligeramente la cabeza-, no creo que sea lo más oportuno que yo, precisamente, me encargue de eso.
De nuevo la frase apuntaba a Marion.
-Intentaré ayudar a Lothar -dijo Morgan-, pese a que lo que ha ocurrido entre nosotros y vosotros no sea muy alentador. Pero tú ten cuidado cuando trates con Marion. Podría volver a hacerte daño.
El Eiluned le acarició la nuca y la miró preocupado.
-Gracias -dijo, rodeándole con los brazos.